Mantengámonos
firmes, y sin dudar, en la esperanza de la
fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho, Hebreos
10:23.
Siembra tu semilla en la
mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá
mejor mañana, sí ésta o aquella, o si ambas serán igual de buenas, Eclesiastés
11:6
Según testimonio reciente de un siervo de Dios en cierto país del
Caribe, él expresa que las cosas allí son muy diferentes al resto del
mundo, puesto que para soportar la vida allí sin desmayar se necesita la paciencia del santo Job, una fe osada y sólida como
la de Abraham llamando las cosas que no son como si fueran, o con la
perseverancia de la viuda del juez injusto para ver cumplida su petición, o la fe
valiente de la mujer que se atrevió a cruzar entre la multitud para tocar el
borde del manto de Jesús, a veces pareciera que necesitamos la vida de
Matusalen para ver por fin si se logran cambios en ésta tierra tan arrasada por la injusticia, la tiranía
y la maldad de gobiernos y gente sin temor de Dios, pero debemos desarrolar una fe obediente e inteligente en el Todopoderoso aunque todo este oscuro, Abraham fue puesto por padre de mucha
gente delante del Dios que da vida a los muertos, crea cosas que aún no
existen, y las llama como si ya fuesen, Romanos 4:17.
Todas estas circunstancias tan difíciles que vivimos y vemos a nuestro alrededor se pueden sostener en
dos palabras: !fe y Esperanza! Fe inteligente confiando de corazón en el Invisible, para descanzar en su fidelidad, porque sabemos que Él siempre hará lo mejor por los que lo aman, Por la fe salió Moisés de Egipto sin
temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al invisible, Hebreos
11.27. Moisés salió del confort de Egipto para ir a la incomodidad del desierto guiado por una fe sabia al conocer al Padre que sostiene, por eso Moisés tuvo el privilegio de recibir los mandamientos y las instrucciones para el trayecto rumbo a la tierra de la promesa, él conocía al Padre, por eso obedeció y anduvo por fe; una confianza inteligente que decide vivir en la voluntad del Creador y Salvador que cumple cada una de sus palabras.
La fe y la esperanza en Dios son inteligencia, y van
juntas, pues es actravés de la fe que vemos milagros, y con la esperanza tenemos la fuerza necesaria para seguir avanzando a pesar de todo. El
cristiano vive tanto la fe como la esperanza día a día, pero debe distinguir entre una y la otra para no sentarse a esperar que algo suceda y cambie el panorama sombrío, sin que hagamos nuestra parte. La fe actua creyendo en lo que Dios dice y se mantiene firme en el corazón, mientras que la esperanza está en la mente esperando ver algo nuevo pues ha creído en el que NO miente, Pablo lo
expresa así: con el
corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para alcanzar
salvación, Romanos 10:10.
La fe bíblica reside y brota de un corazón sabio que le cree a Dios para un
propósito superior, eso es inteligencia que se proyecta. Una persona de fe está firme y segura que en su creencia, por eso verá el fruto de su confianza en Aquel que traerá justicia, el Dios del universo que hizo
todo con poder y propósitos superiores; por lo tanto la fe no es mecánica ni estática, sino que
obra proyectándose en lo que no se ve, eso es ser inteligentes, y nuestro Creador es fuente de inteligencia y sabiduría, Él es real y verdadero y mira
el corazón; la realidad oscura de una persona puede cambiar si se tiene una fe obediente e inteligente para llamar las cosas que no son, como si ya fueran, mientras la esperanza nos da alegria para seguir andando, Hubiera yo desmayado, si no
creyere que veré la bondad de YHWH en la tierra de los vivientes, Salmos 27:13.
La fe verdadera brota de un corazón sabio que ama sinceramente a Dios, una persona de fe es alguien crédulo y enseñable como un niño que confía en lo que el padre le promete y le enseña con amor; la fe surge cuando conocemos bien al Padre, asi no habrá sombra de dudas, sino que será una fe dinámica y activa que produce frutos de vida, libertad y milagros; la persona que le cree a Dios recibirá respuestas sin demora porque Él obrará la
proeza esperada en razón del que cree y vive esperanzado haciendo lo que le corresponde sin dejarse afectar por las circunsrancias; así fue que Abraham salió sin
saber a dónde iba, se sostuvo mirando al
invisible, Hebreos 11:7. La esperanza se sostiene en una fe inteligente e inamovible.
Para poder ver, primero debemos creer, la fe es totalmente
contrario a la inmediatez y falsedad del mundo o la actitud incrédula de Tomás, que dijo que hasta no ver, no creer; ahí no suceden milagros, porque están viendo solo lo que hay ante sus ojos, pero la fe inteligente del cristiano ve por el carácter de Dios que promete y cumple, por nuestra esperanza puesta en el galardón y la promesa, aunque lo que tengamos al frente diga lo contrario, porque por fe andamos, no por vista, 2 Corintios 5:7. La
palabra dada por Dios es perfectamente verdadera, coherente y digna de creer pues solo Él puede ordenarlo todo para cuidar de nosotros conforme a su amor y bondad, porque de Él procede el manantial de la vida, el poder y las riquezas que sostienen todo lo creado, Proverbios 4:23.
Entre todo lo mejor que guardamos y cuidamos, debe estar nuestro
corazón porque alli reside la fe y la esperanza inteligente, es desde allí que se define el rumbo de nuestra vida y el curso final de nuestra existencia, la fe nos hace sabios mirando al invisible e impidiendo que actuemos a nuestro parecer, la de descansa en la persona de Cristo para vida, mientras que la esperanza aguarda la recompensa en medio de lo que sabemos de Él y a pesar de lo que vivamos, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe, Hebreos
12:2a; la fe mira al horizonte abierto por resucitado de la cruz, mientras nuestra esperanza entrega todo nuestro amor para seguirlo; nuestra fe mira al Autor, mientras la esperanza aguarda la recompensa.
Para
acercarse a Dios, tenemos que creer con certeza que Él existe aunque no lo veamos, sabiendo que Él
es fiel a lo que prometió y la esperanza anhela la respuesta mientras busca continuamente el rostro del Dador del premio sabiendo lo que Él es y representa, sin fe es imposible
agradar a Dios, Hebreos 11:6.
Confiar y esperar en Dios es ser sabios porque andamos fundamentados en su
palabra y sus promesas, aunque muchas veces las veamos realizadas al final de trato y grandes pruebas,
pero es alli donde la esperanza nos impulsa a continuar y resistir, entonces descubrimos cosas grandes y ocultas que no conocíamos, vemos cosas increibles, y nos maravillamos de llevar puesta la coraza de la fe. La inteligencia de la fe obediente nos hace personas que viven a la luz del día y en sano juicio, al mismo tiempo, la esperanza nos ayuda a guardar la mente con pensamientos poderosos que sostienen nuestros pasos, 1 Tesalonicenses 5:8.
Ni la esperanza ni la fe son meras ilusiones humanas, fe es
certeza, seguridad y convicción total del corazón humano acerca de lo que somos en Dios, la esperanza es la mente puesta en Dios y su palabra, mientras aguardamos pacientemente. La mente recuerda las promesas, la fe obra con el corazón, para dar cumplimiento a los requisitos que nos demanda la promesa; recordemos que toda
promesa tiene una tarea que debemos hacer; cumplir esa tarea obedientemente, produce el
optimismo necesario que traera la recompensa de nuestra confianza en YHWH, con la
certeza de lo que se espera y la convicción de lo que aún no se ve, Hebreos
11:1.
Nuestra obediencia valida la fe de lo que tenemos en mente, según lo dicho por
Dios.
La esperanza esta en nuestra mente con un corazon de fe firme, inteligente y obediente que piensa de acuerdo a lo que Dios dice, promete, enseña e instruye, como lo dijo Pablo: piensen en todo lo que es verdadero, lo que es honesto, lo que es justo, lo que es puro, lo que es amable, lo que es digno de nombrar, lo que tiene virtud y todo aquello que produce elogio, en eso pensemos, Filipenses 4:8-9. Un creyente en Jesucristo se sostiene 24/7 meditando,
recordando y confesando la palabra, ese es nuestro yelmo de salvación, por eso nuestra mente debe ser cuidada, pues allí es donde se reciben los dardos del maligno,
queriendo sacar de nuestro corazon la fe y la esperanza, e intentando envenenar nuestra mente. En estos términos, nuestros
sueños y confesiones en Dios son reales, no simples deseos vanos de la carne,
Que el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz a ustedes que creen en
Él, para que rebosen de esperanza (optimismo)
por el poder del Espíritu Santo, Romanos 15:13.
El optimismo cristiano confiesa fe y esperanza por el
poder del Espíritu que vive en nosotros y nos recuerda la palabra llenándonoa del fruto para tener un caracter que revele y refleje el caracter y amor de Dios, otra cosa es el positivismo del mundo que inventa y modela según su cultura manipuladora en mentes sin el cimiento divino; la verdad evidente de fe es nuestro fundamento de vida inteligente en Dios con espepanza y sabia acción en lo establecido biblicamentela. En fe y esperanza obra Dios,
en el positivismo humanista, obran solo los recursos del hombre,
Y esta esperanza no avergüenza, porque Dios ha llenado con su amor nuestro
corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado, Romanos 5:5.
Los hijos del Padre vivimos por lo establecido por Él con la seguridad y la certeza del cumplimiento. Las personas sin Cristo viven por todo, menos por Dios, continuamente desean que las cosas cambien, pero viven ilusionados imaginando que en algún
momento un golpe de suerte les gane la lotería, maquinan cómo pueden resolver sus conflictos o que quizá un ángel se
les aparezca para cambiar sus inciertas circunstancias. Pero no será así para los que
tenemos a Cristo como Señor y Dios de nuestras vidas, El hará milagros y maravillas mientras nos cuida y enseña. Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola
del mar, que el viento lleva de un lado a otro, Santiago 1:6.
No hay nada más reconfortante para un cristiano sobre
la tierra, que una dosis continua de fe esperanzadora con la seguridad y la
convicción que ocurrirá un milagro y se lograrán cambios a la manera de Dios porque
creemos, obedecemos, vivimos y proclamamos su palabra como lo hizo Jesús; Él conocía
al Padre, y aprendió de Él, hacíendo lo que había visto hacer al Padre, por lo tanto
meditaba en ello, confesó, vivió y enseñó la palabra para vencer al enemigo: escrito
está.
La fe esperanzadora es certeza, convicción y seguridad para gloria de Dios, por lo tanto lo amamos; fe es la gasolina del cielo que nos mantiene
en movimiento, pensando sabiamente en Aquel que nos puede rescatar ee todo mal, porque a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan para bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados,
Romanos 8:28
Nuestra fe esperanzadora nos hace recordar tres tiempos de nuestra
vida
1. Ayer lo recuerdo como un regalo por la
fidelidad de Dios, La prueba
de nuestra fe produce constancia, Santiago 1:3; puedo hacer una lista de
todas las bendiciones y cosas maravillosas que el Creador Salvador ha hecho hasta ayer en mi vida, y llenar mi corazón de agradecimiento. Ser agradecidos es una actitud emocionante y saludable que protege nuestro
ser de manera integral, ser agradecidos nos proporciona esperanza y mayor
solidez de fe. Recordar el día de ayer con un corazón alegre y agradecido es
publicar a los cuatro vientos que el Dios Creador que lo hizo una vez, lo volverá a hacer de nuevo, eso nos crea gozosas expectativas de vida y entusiasmo
en el fiel amor, Él me ayuda y me sustenta y jamás me desamparará, Hebreos 13:5.
Ayer fue maravilloso ver como me cuidó y me sustentó. ¡Lo alabo!
2. En la presencia de Dios Hoy tengo una fe
por la cual vivir, Porque el
justo ha de vivir por fe, Habacuc 2:4; Porque no solo me acuerdo a Dios, vivo en su presencia.
Me recuerdo a mí misma, que Dios permanece a mi lado, que camina conmigo, que
sus maravillosos ojos de fuego santificador están puestos sobre mí ahora mismo. No estoy sola para pelear las luchas diarias, incluso cuando imagino que estoy completamente sola, en realidad tengo al Dueño del universo y sus miriadas de ángeles cuidando de mi, Él me ha prometido que estará conmigo todos los días hasta el fin,
Mateo 28:20; Que su presencia estará conmigo y me dará descanso, Éxodo 33:14. Estas palabras que
salieron del corazón de Dios, me llenan de esperanza y seguridad cimentando mi
fe y mi esperanza en Él para el AQUÍ y el AHORA.
¡Lo amo y sigo ejercitando mi vida en Cristo!
3. Para mañana, confieso las promesas y verdades de
Dios para mí vida; Creí, por
lo cual hablé, estando afligido en gran manera, Salmos 116:10…Nosotros también creemos, por lo cual también
hablamos, 2 Corintios 4:13. La biblia contiene más de 7000 promesas para los hijos de Dios
que permanecen en Cristo; cada promesa es un cheque al portador y en blanco,
para ser llenado en el momento de necesidad con nuestro nombre. Su palabra nos asegura que Si Dios
está con nosotros y a nuestro favor, quién podrá estar contra nosotros, Así
como estuvo con Moisés y Josué y muchos más en el pasado, hoy, mañana y siempre Dios
estará contigo y conmigo, Romanos 8:31; Solo Él es quien da verdaderas fuerzas al cansado y las
multiplica al que siente que ya no puede más, Isaías
40:29;
nuestro Dios suplirá todo lo que nos falte conforme a
sus riquezas gloriosas, aún si morimos, viviremos por la eternidad en Cristo y con Él. Filipenses 4:13 y Romanos 14:8.
HOY es el día en que tú y yo nos llenemos de fe y esperanza y nos afirmemos en lo que el Eterno YHWH ha dicho y prometido y para afrontar la vida en esta tierra convulsionada; por lo tanto no debemos flaquear en nuestra fe, ni perder la esperanza que no avergüenza, su palabra se cumplirá letra a letra, coma a coma y palabra a palabra, Él nunca abandona a sus hijos.
Fíate en el Señor todopoderoso de todo tu corazón, no te apoyes en tu propia sabiduría. Reconócelo en todo momento, y el enderezará tus caminos, Proverbios 3:5; Confía en el Señor, y haz el bien, mientras vivas en la tierra mantente fiel a su verdad. Encomienda al Eterno Dios tu vida, ten fe en Él, y el hará, Salmos 37:3-5
La pregunta: ¿Amamos a Dios verdaderamente y buscamos
cumplir los requisitos de su palabra para que se hagan realidad los milagros que esperamos?
Alabamos tu poderoso y gran nombre Señor, loamos tu fidelidad y
bondad y nos paramos firmes en la fe y esperanza de tus grandiosas promesas que se harán realidad en
tu tiempo y a tu manera, Amén