VIENTOS DE ESPERANZA PARA GRANDES CAMBIOS EN DIOS
EN LA CONVULSIÓN DE LOS TIEMPOS FINALES
El misterio que Dios había tenido
oculto desde siglos y generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a sus
santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de su gloria, de este
misterio entre los gentiles; que es Cristo en nosotros, la Esperanza de la
gloria que hemos de tener. Colosenses 1:26-27.
Por medio
de Cristo, nosotros creemos en Dios, quien lo resucitó y lo glorificó; así, que
nosotros tenemos puesta nuestra fe y esperanza en Dios. 1 Pedro 1:21.
Porque en
esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque
lo que alguno ve, ¿por qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con
paciencia lo aguardamos. Romanos 8:24.
En este último mes la humanidad ha estado convulsionada, asombrada y expectante, muchos están temerosos debido a los aires de violencia, guerra, enfermedad, muerte, dolor, oscuridad y ausencia de paz, el enemigo ataca con furía y de diversas formas, intentando debilitar la fe de los creyentes para sacar a muchos de su salvación, pero Dios, que tiene la última palabra, trae vientos de esperanza instruyendo y uniendo a su pueblo para que estemos velando, orando y adorando, y que en la unidad del Espíritu, el enemigo sea reducido y derrotado para que junto con sus instrumentos de maldad sean derribados y avergonzados, pues Dios no está dormido, Él trabaja en el cumplimiento de su palabra que es verdad profética e inexorable en su momento. Aborrezco a la gente hipócrita, pero amo tu enseñanza, SEÑOR. Tú eres quien me ampara y me protege; en tu palabra he puesto mi esperanza...Mi cuerpo tiembla de temor delante de Tí; ¡siento reverencia por tus decretos! Salmos 119:113-120.
Dios está haciedo cambios en las vidas, en su pueblo y las naciones para que sus hijos se fortalezcan en fe y mantengan firme la esperanza en un futuro profetico a la manera de Dios, porque si conocemos a Dios y nos sometemos a su divina autoridad y señorío, trabajando con valentía, Él nos defenderá y guardará, nos rescatará en su momento y pondrá limites al adversario; el SEÑOR impedirá que los malignos planes de la oscuridad prosperen, asi que basta ya de dudar y ser tibios, creánle a Dios, obedezcamos todos sus mandatos, atendamos sus instrucciones, vivamos sus principios y profeticemos su palabra. ¡Este es nuestro Dios! ¡Él es el SEÑOR en quien esperamos! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación! Isaías 25:9.
Los tiempos, las circunstancias, ni los malvados pueden atemorizar al pueblo de los santos, por ser pueblo del Áltísimo nos levantamos como guerreros valientes, seguros y firmes en la esperanza de Cristo, que pronto vendrá y nos libertará; recordemos que lo físico que sucede en este mundo de lo espiritual y estamos en momentos proféticos, pero Dios sigue sentado en su trono gobernando su creación, dando instrucciones, dirigiendo, advirtiendo, alertando y animando no solo a su pueblo, sino a toda la humanidad, que con apremio debe atender a la voz del Dios de amor para millones puedan ser salvos y escapar del ataque de la oscuridad que aunque arrecíe, no prevalecerá. Alabemos al Dios y Padre de nuestro SEÑOR Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Cristo. Esto nos da esperanza de vida. 1 Pedro 1:3.
Según el diccionario, la esperanza es un estado positivo del ser humano, y un anhelo interno por lograr lo que parece imposible de alcanzar, y nos esforzamos en buscar alternativas favorables para ver hecho lo que queremos, con los cambios que anhelamos en el estado anómalo y defectuoso de las cosas; pero es en Dios que nos llenamos de fe para mantener viva la esperanza, y clamamos por tiempos mejores donde se pueda experimentar de manera visible, la seguridad, la vida, la libertad y la paz de lo que somos en Cristo, para que el poder de su Espíritu elimine la incertidumbres de los temores y las dudas que nosotros mismos permitimos, impidiendo a Dios obrar en nuestra propia humanidad. Porque YO sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el SEÑOR, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11.
Proclamemos el reino de Dios y su justicia a pesar de los eventos mundiales, nacionales, familiares y personales; nuestra esperanza está en Dios, Él nos ha dado autoridad para vencer todo mal, porque somos sus hijos y buscamos soluciones en Él, no en los hombres, Dios es el único que pone limites a las latentes amenazas de muerte del enemigo que no para de lanzar sus dardos de miedo, incredulidad, intimidación y engaño, intentando desestabilizar a la gente de fe; el adversario y el mundo provocan sucesos abruptos que roban la paz y contaminan la atmósfera, rodeando la tierra de represión, inseguridad y desequilibrio, pero con nuestra fe en Cristo y esperanza en su palabra debemos enfocar el corazón en Aquel que todo lo puede, 6 así aferrarnos a su verdad. Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió; para que, por medio de la paciencia, y del consuelo de las Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:3-4.
Son tiempos oscuros, pero tenemos la Luz de Cristo en la unidad su amor, y con el poder de la fe venceremos, para sacar todo miedo, parálisis y amedrantamiento, que nos impida avanzar en el reino de Dios; esperemos confiados y alineados al Padre celestial, parémonos firmes en autoridad, no desmayemos, incluso si no vemos respuesta ni cambio inmediato; Dios gobierna y tiene el control, solo en Él hay libertad para esta humanidad decadente y a punto de fenecer; hay esperanza para los hijos de Dios, hay esperanza para el pecador arrepentido, hay bendición para el pueblo santo, en Cristo somos más que vencedores, pues vivimos por fe y conocemos a Dios, Él ya ha obtenido la victoria sobre todo mal y ha advertido por su palabra en años anteriores, que vendrían cosas sobre la tierra, así que firmes y adelante puestos los ojos en Jesús. ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. Él es mi Salvador y mi Dios. Salmos 42:11.
En el 2020 empezó el cambió que se ha ratificado en octubre de 2023; Dios nos ordena ser columnas de fe, consuelo y esperanza, atendiendo y obedeciendo sus instrucciones bíblicas y que desde años atrás ha dicho de levantar Altares de oración y adoración desde los hogares, para tener tiempos de vigilia, unidos en familia como lo dijo entre 2015 y 2019, lo cual está escrito en este Blog; no es un altar público lo que Dios pide, son altares privados, donde Dios sea el centro, con corazones humillados en cada familia proclamando a Cristo y su palabra bajo el fuego y dirección del Espíritu Santo. Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; la paciencia prueba; y la prueba esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:3-5.
Las estrategias y maneras de actuar del SEÑOR son extraordinarias y efectivas, recordemos lo que sucedió con Jericó, todo el pueblo obedeció y actuó según las instrucciones divinas: en silencio todo el pueblo dio las vueltas alrededor de la ciudad, ese fue el tiempo que el SEÑOR tomó para debilitar los cimientos de las murallas, aterrar al enemigo y agrietar los muros de Jericó, luego, al unísono de los gritos del pueblo y acompañados por el sonar de los shofares que tocaban los sacerdotes, el Todopoderoso derrumbó y desmenuzó la fortaleza estratégica enemiga para que su pueblo tomara su lugar, Jerico nos obliga a confiar en Dios. En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, quien es el Salvador de todos, especialmente de los que creen. 1 Timoteo 4:10.
Así que lo que vemos en el mundo, no debe intimidarnos, pues hay esperanza en todo el cumplimiento profético y el accionar del Dios de la misericordia que llama al arrepentimiento para que nos apartemos del pecado, Él quiere corregirnos, enderezarnos, ordenar nuestro camino y que miles sean atraídos hacia Él para vida y salvación. Vana es la esperanza de victoria en el caballo, a pesar de su mucha fuerza no puede salvar. Pero el SEÑOR cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor; Él los libera de la muerte, y en épocas de hambre, los mantiene con vida. Salmos 33:17-19.
Algunos dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero en realidad, la esperanza es la fuerza poderosa que nos mantiene con vida, la esperanza libera energía para continuar luchando aunque tengamos el agua al cuello, es con esperanza que nos aferramos a la Roca salvadora que nos sacará a la otra orilla, con la certeza de que Dios actuará a nuestro favor; Él escucha y atiende a quien lo invoca de corazón, al que le pide con fervor y con amor sincero se compromete con Dios, estrechemos nuestra relación íntima con Él, será mucho más poderoso si todos unidos en Él por la fe y la confianza, creemos, obedecemos y vivimos según su voluntad cumpliendo nuestro propósito de vida. Alegrémonos en la esperanza, mostremos paciencia en el sufrimiento, y perseveremos en oración. Romanos 12:12.
A causa de la esperanza comparto lo que he vivido en este tiempo: desde mayo tramité
una cirugía para mi vejiga, pues padecía cierto grado de incontinencia, y fue
aprobada en junio, pero pasaron casi cinco meses y no se programaba
dicha cirugía, cuando finalmente la obtuve para el 9 de octubre, me
descubrieron una bacteria, que primero debía ser atacada con antibiótico para poder llevar a cabo la cirugía, por lo
cual me internaron cuatro días antes para aplicar antibióticos
intravenosos; finalmente, el 9 de octubre fui atendida quirúrgicamente, salí con sonda del quirófano, duré dos días con ella, y me la retiraron, pero después no podía
evacuar, cosa que me angustió muchísimo, y habiendo sacado litro y medio, volvieron a colocar la sonda, al otro día la retiraron, pero no me darían de alta hasta evacuar
libremente, así fue, hubo micción, y salí de la clínica. ¡Tú, SEÑOR, eres la esperanza de Israel! ¡Tú eres nuestro protector en momentos de angustía...Jeremías 14:8.
Estando ya en casa y siendo el día de mi cumpleaños, mi vejiga empezó a
funcionar como si fuera una llave de agua abierta que no dejaba de fluir, esto
me asustó hasta las lágrimas, además porque tenía mucho dolor e inflamación; me comuniqué con el médico y ordenó unos medicamentos para desinflamar y tratar el espasmo que había
sufrido la vejiga, a los cinco días fui a control y el doctor dijo que estaría en tratamiento durarante seis meses con esos medicamentos, que según él era un caso fuera de lo normal, yo solo escuché y no dije nada, solo dí gracias, y salimos del consultorio; esos medicamentos me producían varias molestías colaterales como resequedad en
la boca y en los ojos, mareo, nubosidad para ver, gastritis y dolor de cabeza; dos días estuve con fuerte diarrea hasta ir 35 veces al baño, lo cual después se volvió estreñimiento, ¡una locura! Los que
confían en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y
no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. Isaías 40:31.
Ya en casa, en medio de la angustia, el dolor, las lágrimas y el gemir a
Dios, le dije al SEÑOR que no aceptaba el diagnóstico del galeno, porque yo no había nacido para estar enferma ni depender de hombres ni de químicos, SEÑOR Tú eres mi
médico y mi sanador; días después, cuando faltaban las últimas pastillas de la primera caja del tratamiento, la luz de la esperanza alumbró mi alma al recibír el versículo del
día en una de las Apps de las Biblias en mi móvil, y decía: He aquí que
YO les traeré sanidad y medicina; los curaré, y les revelaré abundancia de paz
y de verdad. Jeremías 33:6; me gocé mucho y agradecí al SEÑOR, me
apropié de la palabra, pero pasaban los días sin ver mejoría; finalmente, una mañana, cobre fuerzas y me puse
de pie, salí de la cama y tomé mi autoridad de hija de Dios con la Biblia en la mano, empecé a orar y a gemir a mi favor con Salmos 91.
Luego el Espíritu Santo fue poniendo las palabras en mi boca, recordando y confesando varias palabras bíblicas que me ayudaban a arrebatar mi sanidad; después de entregar al SEÑOR mi alma, cuerpo, espíritu y el funcionamiento de mi vejiga, gemí, grité, lloré y canté en humillación ante Abba Padre, en el poderoso nombre de Jesús, proclamando y apropiando mi sanidad, estuve en esa batalla, contra mi misma, por más de una hora confesando palabra con la firme esperanza de empezar a vivir mi milagro; mientras clamaba sentía como unas manos invisibles tocaban suavemente mi interior y acomodaban mi vejiga, desde ese momento me rendí en manos de Dios y no seguí tomando químicos que dañaran mi cuerpo, ahora estoy sana y soy libre, para la gloria de Dios y para mi gozo, también porque muchos hermanos en la fe estuvieron orando por mí sanidad, por eso escribo esta enseñanza en la voluntad de Dios, pues sé que bendecirá a quien la lea. Que el Dios de toda esperanza nos llene de alegría y paz, a todos nosotros que creemos en Él, para que rebosemos de esperanza por el poder de su Espíritu Santo. Romanos 15:13.
Dios quiere que nosotros mismos dejemos de ser el obtáculo de los milagros y las sanidades para su gloria, que fortalezcamos la fe y nadie debilite su esperanza en Dios, porque sí yo he sido sanada, tú también lo puedes lograr. Ante los problemas y angustias de la enfermedad, al primero que debemos acudir es a Dios. Ezequias volvió su rostro a la pared, oró y dijo al SEÑOR: Te ruego, oh Dios, que hagas memoria de que he andado delante de Ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequias con gran lloro...vino palabra de YHWH a Isaías diciendo: vuelve y di a Ezequías...YO he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que YO te sano...Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de manos del rey de Asiría...2 Crónicas 20:2-6. Así obra Dios ante nuestra humillación delante de Él.
En este tiempo de dolor y disfunción vesical espasmódica, no perdí la fe ni la esperanza, pero necesitaba ser confrontada y moldeada por Dios, así vino su voz y me dijo: ¿ahora entiendes por lo que pasa tu madre?
Bueno, lo que quiero es que aprendas a ser misericordiosa con ella, que entiendas su
dolor y su afección para que no la regañes ni le niegues nada, ya te sané, pero también debes aprender a ser serena, paciente y bondadosa, esperando mis tiempos; cuando Dios me reveló la realidad de mi corazón, lloré con mucho dolor, me arrepentí, le pedí
perdón a Él y también a mi madre, la llamé con muchas lágrinas, entendiendo su situación; amados, así es como Dios trabaja en nosotros, Él toma nuestras circunstancias para hacernos ver en qué estamos fallando, traer arrepentimiento y cambiarnos; Él nos habla claro, nos exhorta, nos corrige, endereza, perfecciona y santifica en Él, hasta que alcancemos la estatura del carácter de
Jesucristo, porque lo que Dios empezó en nosotros, Él mismo lo perfeccionará
hasta el día del SEÑOR. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que esperamos, y la
certeza de tener lo que aún no vemos. Hebreos 11:28.
Así que, nuestra esperanza nace de poner los ojos en Jesús, como lo enseña la
palabra, Hebreos 12:2, Jesucristo es la
esperanza viva que nos devuelve el gozo de la sanidad, la salvación, la
liberación, la vida y la alegría en tiempos de enfermedad, dolor y tristeza;
esta es la esperanza que conforta nuestra fe y nos permite ver milagros en la realización
de bendiciones que parecían imposibles; si hemos fallado y lo reconocemos, Él nos dará perdón
vivificante, pues Jesucristo vino como Hombre, murió y resucitó en el cuerpo de
Hombre para resolver todos los problemas del hombre y que sus bendiciones nos
alcancen, pues su fidelidad y amor son incuestionables. El SEÑOR te
protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El SEÑOR te cuidará en el hogar y en
el camino, desde ahora y para siempre. Salmos 121:7-8.
Hoy hay temor a causa del temor al terrorismo, las enfermedades incurables, los virus y el colapso económico están a la cabeza de la lista de lo que infunde miedo y temor a las personas. Pero más allá de todo eso que acosa al mundo actual, está el temor a la violencia del terrorismo, y la destitución por fenómenos naturales que conducen al temor de la muerte. El escritor a la Carta de los Hebreos habla de las personas por el temor a la muerte, que estan durante toda la vida sujetos a servidumbre, Hebreos 2:15.
No tenemos ninguna esperanza certera contra el terrorismo y cosas parecidas. ¡Pero tenemos una gran esperanza contra la muerte, se llama la esperanza de la resurrección. El apóstol Pedro dijo que la resurrección de Cristo es la base de esta esperanza viva; una esperanza que caracteriza la vida diaria de los creyentes en Jesucristo. ¿Por qué la resurrección de Cristo nos da esperanza? Porque su resurrección es las primicias. Debido a que Cristo resucitó de los muertos, todos los que hemos nacido de nuevo en Él, seremos resucitados. El apóstol Pablo escribió que nuestra fe no tendrá esperanza si Cristo no hubiera resucitado de los muertos. Pero debido a que Él resucitó, ¡tenemos una esperanza viva! Y si tenemos esperanza frente a la muerte, podemos tener esperanza frente a cualquier otra cosa. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.
1 Pedro 1:3
En medio de esta crisis mundial, nacional y personal el fundamento de nuestra esperanza es el SEÑOR Jesucristo, el poder de su palabra y la presencia de su Espíritu, que nos recuerda lo que somos y tenemos en Dios, si andamos alineados a Él. Es un gran gozo de esperanza, saber que nunca estamos solos ni fracasaremos, en Dios tenemos la victoria, sea lo que sea que estemos atravesando. En aquel día se dirá: he aquí, este es nuestro Dios, lo hemos esperado y nos salvará; este es YHWH a quien hemos esperado, nos alegraremos y nos gozaremos en su salvación. Isaías 25:9.
A cada paso y en toda situación aprendemos a ser más como Cristo, misericordiosos, pacientes, santos, mansos y humildes de corazón, así somos transformados y aprendemos a esperar en Dios, Él nos lleva de su mano y nos conduce a tiempos mejores, porque Él repara lo que está mal, ordena lo desordenado y endereza el camino; nuestra esperanza está inspirada en el fiel amor del SEÑOR, para amarlo primeramente a Él, luego al prójimo y después a nosotros mismos, de tal manera que, la esperanza nos envuelve en un fuego de afecto entrañable, como una antorcha que no se apaga, irradiando luz en las tinieblas, creando verdor en la tierra seca y evocando bellas historias y testimonios de vida y libertad. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en los sufrimientos, porque el sufrimiento produce paciencia; la paciencia produce prueba del carácter; y el carácter probado produce esperanza. Romanos 5:3-4.
La raíz donde nace la esperanza está en lo que hemos visto y oído de Dios, en lo que conocemos de Él y lo que Él mismo representa y se ha dado a conocer en la naturaleza que creó, y en la gente que formó, y la fe que Él fundamentó en Jesucristo. El gozo cumplido al cual se refiere Juan 15:11-17, es la esperanza cumplida en un hecho que parecía inalcanzable, pero que en Dios se hace una realidad bienaventurada, aun en medio de la guerra, la violencia, el dolor y la tristeza de la enfermedad; a nostros nos corresponde sembrar en el reino. Sembremos justicia para que recojamos misericordia. Preparemos la tierra para una nueva cosecha, porque es tiempo de buscar al SEÑOR, hasta que Él venga y traiga lluvia de salvación. Oseas 10:12.
Nuestra esperanza se concreta con los milagros y las misericordias de Dios, producidos por frutos dignos de arrepentimiento en el poder del Espíritu Santo y nuestra fe firme en el evangelio que nos lleva a palpar la gloria del Eterno; Dios es toda nuestra esperanza en el Cristo resucitado que no avergüenza porque es vida, Él es la luz de la rsperanza que no debemos dejar apagar porque ilumina nuestros corazones, y despeja nuestra mente para que el alma entre en su reposo y nos levante el espíritu con paz interior y mucha calma para vivir en días de caos, muerte, guerra y violencia. SEÑOR, Tú
eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza. Salmos
119:114.
Vivir en esperanza reduce la angustia, mejora la autoconfianza,
nos produce flexibilidad mental, y nos sentimos más optimistas y fuertes para
encarar el presente y esperar en un futuro promisorio en Dios; la esperanza nos
mantiene despiertos a la verdad, desechando la mentira, es un ejercicio espiritual cotidiano que nos mantiene alerta y discerniendo lo que nos rodea; con esperanza se alimentan los sueños, se conservan los anhelos más profundos y se forjan proyectos de vida, como ingredientes esenciales que vislumbran el horizonte que esperamos ver en Dios y en un futuro
cercano, lo cual nos hace trabajar sin desmayar; la esperanza dinamita en la certeza de fe, un antídoto contra lo que parece sin sentido, pero que es realizable, porque está forjada en Dios,
sin importar las circunstancias. Mantengamos firmes la esperanza que
profesamos, porque fiel es Dios que ha dado sus promesas. Hebreos 10:23.
La esperanza se alimenta en la lucha de aquel que no es conformista con lo
que ha logrado hasta ahora, sino se se mantiene y se esfuerza para producir cambios y multiplicar en el reino de Dios, eso es un estilo de
vida, de los renovados y alineados a la voluntad de Dios, santos que saben que los tiempos proféticos son inexorables y que todos estamos inmersos en ello. Aquí está mi Siervo, a quien he escogido, mi Amado en
quien me deleito. Pondré sobre Él mi Espíritu, y proclamará justicia en las
naciones. No contenderá ni gritará; nadie oirá su voz en las calles; no
quebrará la caña rajada ni apagará la mecha que a penas humea, por medio de la
verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la
tierra justicia, y las naciones pongan su esperanza en Él. Isaías 42:1-4, Mateo
12:18-21.
La esperanza es Bíblica, es algo más que un simple anhelo humano, es la persona fundamento de la fe, Jesucristo, único que cambia vidas, nos hace nacer de nuevo, nos renueva y transforma nuestros pensamientos; así lo describe el apóstol Pablo con relación al pueblo santo de Dios, el Cuerpo de Cristo y congregación de YHWH, para anunciar cumplidamente la palabra; Jesucristo fue el misterio que estuvo escondido en el AT pero fue revelado y manifestado en el NT como Hijo de Dios en la predicación del evangelio salvífico a todo el que cree; su nombre guarda nuestra esperanza en los cielos, donde Dios es nuestro presente y porvenir. Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de Él es mi esperanza. Salmos 62:5.
Aunque la tierra tiemble, aunque las naciones se enfrenten y se destruyan, aunque los
demonios ataquen, aunque el mundo se convulsione y el infierno arrecie,
nosotros, hijos de Dios y redimidos en Jesucristo, hemos sido lavados en su sangre y sellados
con su Espíritu, veremos la victoria en Dios, aunque pasemos por aflicción y prueba, estamos seguros en nuestro Padre celestial, nunca nos
dejará ni nos abandonará; todo lo que Dios nos permite vivir, siempre
tiene propósitos superiores, amar y obedecer a Dios hace la diferencia entre el justo y el injusto, y todo lo que suceda es para
bien; aunque no entendamos nada, lloremos, pataliemos y gimamos de dolor, inevitablemente Dios traerá cambios para mejores temporadas en Él, la
aflicción es una puerta a la esperanza. A mi pueblo le devolveré su viña, y
convertiré el valle de su aflicción en una puerta de esperanza. Oseas 2:15.
No nos quedemos inérmes, no nos acomodemos, no nos acostumbremos ni conformemos con lo que hasta
ahora somos o hemos logrado, Dios tiene algo más grande y mucho mejor a
pesar de los eventos del mundo, Él nos abrirá el camino a nuevos horizontes, hoy, aquí, y ahora, renovemos la mente en Cristo, seamos transformados por el poder del
Espíritu y la palabra; nuestra esperanza saldrá a flote como el hacha de Eliseo, y como la victoria de Jeríco, revelando lo bello y hermoso de Dios, en lo que está ejecutando entre su
pueblo y sobre las naciones de la tierra; los cambios de Dios están ocurriendo a
nuestra vista, afectando el entorno que nos rodea y es perfecto lo que Dios hace,
por lo tanto, es importante que nos santifiquemos y ensanchemos el reino de
Dios en el mover glorioso del Espíritu, para que por fe andemos como
Abraham anduvo. Génesis 12:1-5, Génesis 35:27.Por fe, Abraham, siendo
llamado, obedeció para salir al lugar que habría de recibir como herencia; y
salió sin saber a dónde iba…Hebreos 11:8-16.
Israel sufrió en el pasado por más de 2000 años, toda la nación estuvo exiliada
de la tierra de su herencia, pero el milagro de su retorno se dio en 1948
porque Dios cumple su palabra profética; hoy también muchos otros pueblos
sufren a causa de las guerras y la violencia que los hace huir de su
territorio, hay otros cientos que han dejado su hogar y su familia, buscando
recursos, pero hay otros que permanecen inermes y sin avanzar en su propia tierra, son
exactamente todos los que necesitan fortalecer su esperanza en Dios para este
tiempo; y nosotros, el Israel espiritual de Dios, tenemos la esperanza de entrar a la Jerusalén y Sión celestial; así que, estemos todos juntos en
oración, deseando tiempos mejores porque Jesucristo es nuestra Esperanza de
gloria. Siempre orando por todos, damos gracias a Dios, Padre de
nuestro SEÑOR Jesucristo, habiendo oído de nuestra fe en Cristo Jesús, y del
amor que hay entre los santos, a causa de la esperanza que nos está guardada en
los cielos, de la cual hemos oído por la palabra verdadera del Evangelio.
Colosense 1:3-5.
En el libro de Ester Dios levanta la esperanza de los judíos
que habían sido sentenciado a genocidio por el malvado Amán, pero Dios usa al
rey Asuero y a Ester para dar un mensaje de esperanza, donde las circunstancias son
completamente cambiadas, Dios puso cerca al rey, a una hermosa reina
guiada por su Espíritu y un consejero conforme a su corazón, la voluntad
de Dios, era que Israel regresara a su propio territorio, y siempre han estado
protegidos por la providencia divina, Dios lo sigue haciendo y es quien prevalece para dominar al
enemigo y y cambiar el rumbo de las circunstancias. Dios interviene para llevar a cabo su plan y propósito,
Él nos defiende, así que los enemigos desaparecerán en sus propias artimañas
destructivas. Y ahora, SEÑOR, ¿qué espero? Solo Tú, eres mi única
esperanza. Salmos 39:7.
Dios trabaja para ensanchar su reino, nunca duerme, permanece fiel y despierto, nosotros formamos parte de su mover glorioso, pues es Dueño de todo lo creado; Él quiere colocarnos en la perspectiva correcta para que aceptemos y afrontemos la transformación que ha de venir, Él se ocupa de su pueblo y no nos suelta, nos cuida 24/7, y donde nos envíe, proveerá lo necesario; aceptemos la voluntad de Dios con todo lo que eso implica, no se trata de mera resignación, es entrega en humilde aceptación del señorío y gobierno de Dios sobre nuestra vida y circunstancias, porque su voluntad es buena, agradable y perfecta. Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que esperan en el SEÑOR. Salmos 31:24.
La esperanza nos sostiene en el sufrimiento, tambien con esperanza tomamos riesgos, la esperanza hace que fabriquemos proyectos a corto, mediano y largo plazo, hace
que formemos una familia y tengamos hijos; con esperanza ahorramos y
nos esforzamos por tener lo propio a pesar de las estadísticas; en Dios damos pasos
de fe validando la esperanza para que todo lo mejor sea una realidad y no se
quede en ilusión; porque la esperanza es una persona: Jesucristo, Él es el fundamento de la palabra que hace realidad y alcanzables nuestros sueños, sin que dudemos ni retrocedamos, avanzando en logros mayores, y en este tiempo tenemos la esperanza de su Segunda Venida. El SEÑOR es todo lo que tengo. ¡En Él esperaré! Lamentaciones
3:24.
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado. Romanos 5:5. Espero en el SEÑOR, con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. Salmos 130:5. Honremos en nuestro corazón a Cristo como nuestro SEÑOR y Dios. Estemos siempre preparados para responder a todo el que nos pida razón de la esperanza que hay en nosotros. 1 Pedro 3:15. Amén.
Mg.MEHC, hija del Dios vivo, real y verdader y servidora de su reino eterno.
Hatikvah, Esperanza.
Es tan poderoso el sentido y valor de la esperanza, que el Himno Nacional de Israel se llama, Hatikvaĥ, se traduce literalmente esperanza, fue sacado de un poema antiguo, y lo cantaban hombres y mujeres cuando iban a los hornos en la Segunda Guerra mundial; y aunque el pueblo judío pudo volver a su tierra y ser reconocidos como nación, viendo hecha realidad su esperanza de vida y libertad, el himno solo fue aceptado y legalizado en el 2004.