Seguidores. Indica que te gusta

5 sept 2019

RENDICIÓN-EL TIEMPO APREMIA


ENTRÉGATE Y RÍNDETE TOTALMENTE A DIOS-PORQUE EL TIEMPO APREMIA

No entregues tu cuerpo al pecado, como si fuera instrumento para hacer lo malo. Al contrario, entrégate a tu Creador, como persona que has muerto al mundo y has vuelto a vivir, entrégate totalmente a Cristo, como instrumento para hacer lo que es justo y bueno en Dios, Romanos 6:13.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá: pero todo el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, pero pierde su alma? Mateo 16:24-26.
He sentido un vivo deseo en mi alma de compartir esta enseñanza porque el Amado Dios Eterno ha ministrado a mi alma y ha hecho llorar mi corazón ante su amor y majestad. No podría compartirlo si no hubiera sido primero yo ministrada por su presencia, YO SOY EL SEÑOR, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto; abre tu boca y YO la llenaré, Salmos 81:10.
Hoy quiero hablarles de rendición, entrega y sujeción total a nuestro Creador y Salvador; porque los esquemas del mundo nos han hecho creer que someterse, rendirse y entregarse es algo negativo relacionado con derrota, dando la idea errónea de sucumbir ante un enemigo o una circunstancia, pero en el caso con nuestro Hacedor, es algo totalmente maravilloso; rendirse a Dios es apegarse a Cristo para que sea Él a través de mi; aferrarse a Dios NO es impotencia ni cobardía, tampoco que la vida nos haya quedado grande, o los problemas nos estén derribando, por el contrario, cuando nos rendimos a Dios es un acto de amor y confianza que nos lleva a unirnos a Él en UNO como lo pidió Cristo en su oración de Juan 17. 
Asi como Dios nos amó primero y se entregó voluntariamente para salvarnos, debemos nosotros ligarnos de corazón a Cristo, es decir, nos aferramos a su grandeza y poderío para sentirnos seguros y liberar nuestra alma, sanar nuestro cuerpo y vivificar nuestro espíritu; rendirnos a nuestro Dios es una actitud de humilde entrega y reconocimiento a nuestra pequeñez frente a su grandeza y majestad, sabiendo que somos necesitados de Él; solo junto a Él y en su presencia hay plenitud para nuestra existencia. Por lo tanto, hermanos míos, les suplico por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a nuestro Creador. Este es el verdadero sentido de adoración a Cristo, el sincero culto inteligente ante su majestad divina, Romanos 12:1. Parafraseado mío.
A la gran mayoría les molesta rendirse, entregarse, someterse, ser sumisos, enseñables y humildes, pero en realidad, es lo que tenemos que hacer si se relaciona con Aquel Dueño de todo, que nos conoce perfectamente; los que no se aferran a Cristo, ni toman su cruz de morir a sí mismos para seguirlo, se están negado su propia felicidad, porque se roban el gozo de la salvación en medio de un mundo tan peligroso; los que no han rendido su vida a Jesucristo viven a la deriva, desprotegidos y son presa facil de todo mal; rendirse a Dios es pegarnos como sanguijuelas a su cruz para ganar mucho más de lo que imaginamos y merecemos, y obtener lo mejor, aun con pruebas, acechanzas y persecución. Nuestra vida es valiosa para el Padre, y nadie nos puede tocar a menos que tenga el permiso de Él, todo gracias a que el Hijo reina en nuestro corazón pues nos hemos ligado a Él desde adentro. En Ti SEÑOR, he confiado; no sea yo confundido jamás; líbrame en tu justicia. Inclina a mi tu oído, líbrame pronto; sé Tú mi Roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Salmos 31:1-2.
Rendirse a nuestro Creador y Salvador NO es lo mismo que una contienda deportiva donde cedemos o nos rendimos ante un oponente reconociendo derrota,  con el Padre Dios es algo superior, es un deleite y es lo mejor. En la sociedad hay siempre un ganador y un vencido, esa es la cultura del mundo que compite y quiere pisotear a otros, pero vale la pena recordar la frase de la película: Retroceder nunca, rendirse jamás; en sentido espiritual, rendirse al Eterno es abandonar y dejar atrás el estilo viejo de vida que solo nos dejó sin sabores, derrotas, heridas y dolor, no podemos vivir de los recuerdos añorando cosas del pasado dinde fuímos lastimados; rendirse a nuestro Dios, es dejar la derrota y la vaciedad de los placeres del cuerpo y del mundo que nos postraron con saña; rendirse a nuestro Abba Padre es dejar de estar solos, para empezar a ser uno con Él en vida nueva, caminando de su mano, aceptando que los altibajos de nuestro peregrinaje son necesarios para crecer, madurar y obtener grandes logros de lo cual mañana nos sentiremos satisfechos y no avergonzados, Humíllense delante del SEÑOR, y Él los enaltecerá. Santiago 4:10,
Cuando yo vivía mi propia vida y hacía lo que me daba la gana, lloraba todo el tiempo con dolor y amargura, me sentía impotente y sola  en una lucha desigual contra el mundo, pero cuando mi Salvador salió a mi encuentro, todo cambió, yo me rendí desde el primer momento y tuve paz, me sentí libre, deje de llorar como víctima, todo me empezó a verse colorido, variado y hermoso, la gente me parecía linda y muy bonita, porque ya no vivía yo, era Cristo en mí. Gálatas 2:20-21.
Al someternos y rendirnos a Cristo, estamos apegados a Dios, algo increible, que nos llena de dulzura, suavidad y ternura; experimentamos lo sobrenatural en lo natural, lo complejo en lo sencillo lo grande en lo pequeño, y mucho más, todo en medio del ajetreo diario de la vida, pero pegaditos y en comunión permanente con el Rey. Cuando permanecemos aferrados a Cristo, estamos rendidos de amor por Él, profundizamos en el texto bíblico y se amplia nuestra comprensión de la vida, no nos limitados a lo que se oye y se dice entre la gente, empezamos a ser diferentes; sometidos a Dios es dependencia, donde Él gobierna y yo obedezco y marco la diferencia de mi nueva vida desde el corazón, impactando mi alma, mi cuerpo y mi espíritu, adorando a mi Primer y Grande amor. Rendirse y entregarse a Dios es vida y libertad, todo lo contrario a la cultura del mundo que abusa, se aprovecha, atropella y esclaviza; con Dios la entrega es abundancia, es bendición, es vida, es salud, es protección, es amor y paz total en medio del caos del mundo. Cristo es quien con su Espíritu nos santifica y nos hace ganadores y más que vencedores, Porque en todo esto salimos más que vencedores por medio de Jesucristo que nos amó en la cruz, Romanos 8:37.
La entrega y sometimiento a Dios nos permite triunfar y tener éxito en todas las áreas de la vida a la manera de Dios, la diferencia que hace la entrega y rendición a Dios es de lo espiritual a lo natural, no es materialismo, es vida abundante, vibrante, en contentamiento continuo con lo que somos y tenemos siendo portadores de buenas noticias. Cuando nos rendimos a Dios ligamos el alma a Cristo: pensamos como El, hacemos lo mejor, aprendemos todo el tiempo, hablamos bíblicamente y vencemos el pecado con santidad asi el enemigo huye. Santiago 4:7-10.
Rendirse a Cristo es estar unidos a El en cuerpo, mente y corazón, eso es vida en plenitud a la manera de Dios, conquistando y superando las barreras de las circunstancias adversas, para ser testigos de hermosos milagros porque el Creador nos ayuda, defiende, protege y suple a nuestras necesidades, multiplicando lo que se tiene; porque rendidos y unidos a Cristo subimos montañas de fe, y alcanzamos horizontes de satisfacción y paz interior con el corazón agradecido de un adorador que confía y se abandona en los brazos de su SEÑOR, para luego dar testimonio. Siendo humildes y amables; teniendo paciencia y soportando todo unos a otros en amor, Efesios 4:2. Rendición y entrega es unidad con Cristo bajo sujeción y  gobierno del Padre para ser bendeción a quienes tenemos cerca y lejos, aunque sean personas difíciles y complejas, Gálatas 2:20.
Rendición y entrega es sometimiento al Padre celestial, crucificando nuestras pasiones, matando el pecado, dando la espalda al mundo y abandonando todo aquello que robe nuestra conunión con Dios, es ligar todo nuestro ser al corazón de Cristo para vivir en el regazo del Padre; allí estamos extasiados con la hermosura de su santidad, como hijos guerreros y soldados de Cristo que no se amilanan ante el problema sino que se fortalecen en fe y esperanza, Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil del mundo, porque vive para agradar a su Superior, 2 Timoteo 2:4. Nuestro Padre celestial es Varón de guerra y Jesucristo es nuestro Capitán, a Él tenemos que agradar, a nadie más, entonces sabemos vestir el uniforme de su ejército exaltando su nombre.
Rendirse, entregarse y someternos a Cristo es la mejor forma de adoración con los cinco sentidos puestos en Él, por lo tanto, cada decisión y cada acción que llevamos a cabo, se centra en Él; esto es genuina dependencia y unidad de un amor apasionado. Esta forma de vida fue lo que impulsó al salmista a componer bellos cantos, odas, loas, alabanzas y oraciones dirigidas al AMO del universo, al SEÑOR de la vida y el Dador de los favores inmerecidos, Confía en YHWH, y haz el bien: y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate así mismo en tu Creador, y Él concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a tu Hacedor tu camino, confía en Él, y Él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el medio día, Salmos 37:3-6.
La entrega, la rendición y el sometimiento al Eterno Rey de gloria, nos hace dadivosos y entusiastas por encima de toda circunstancia nefasta del mundo, aún de nosotros mismos, lo que la Escritura enseña como amistad, entrega y comunión en la relación del esposo y la esposa, allí hay intimidad, entrega ligadura y unión total sin reservas, todo por amor, incondicional de afecto, respeto, honestidad, fidelidad y verdad, en total confianza y devoción como lo expresa bellamente el Cantar de los cantares, Llévame grabada en tu corazón, ¡llévame grabada en tu brazo! Porque el amor es inquebrantable como la muerte; la pasión, inflexible como el sepulcro. ¡El fuego ardiente del amor es la llama divina! Cantares 8:6.
Amar de esa forma a nuestro Hacedor y Salvador es consagración en plena muerte del yo colgado en la cruz, lejos de todo lo que no aprovecha; eso es cargar su cruz, viviendo apegados a Cristo y abandonados a la buena voluntad del mejor amigo y el Mayor Padre que nos inunde con la dulce presencia de su Espíritu Santo. Ustedes que antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unido al SEÑOR, viven en Cristo que es la Luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz, Efesios 5:8. Dios nos anhela totalmente, Él desea ser el Director de nuestra existencia, y al entregarle todo nuestro ser, le damos nuestro voto de confianza, seguros en Él, pase lo que pase, Porque la recompensa de la humildad y el respeto reverente al SEÑOR son las riquezas, la honra y la vida, Proverbios 22:4.
Lamentablemente muchos no logran esta clase de vida, no pueden rendirse, adherirse, ni entregarse a Jesucristo porque están llenos de incredulidad, dudas y miedos, por lo tanto, no son fructíferos, continuamente resbalan y caen debido a las pasiones que los dominan; además son orgullosos, arrogantes, autosuficientes e independientes, por eso andan confundidos y vagan por el mundo, sin saber a dónde van, ellos cargan con sus vacíos y frustraciones; pero no fuimos creados para andar solos ni para ser independientes de Dios, ni siquiera de la gente y mucho menos de la familia, nos necesitamos mutuamente; ser independientes y andar solos por un mundo sin Dios, deja a muchos derrotados, limitados, faltos de dirección y sin salvación al final del camino. Aquel que nos creó, Él nos conoce y nos ve todo el tiempo, esperando que le hablemos, caminemos con Él y le consultemos todo, Cristo Jesús es nuestra Roca y nuestro Refugio, Él sostiene: Mi presencia irá contigo y te daré descanso, Éxodo 33:14, pero sin fe es imposible agradar a Dios, Hebreos 11:6.
La obediencia y la humildad son ingredientes esenciales para la entrega y la rendicion a Dios, como en la relación de los esposos, si no se conocen bien, ni se tienen confiaza, si alguno no conoce a Dios, tampoco tendrá fe en su palabra, esa es la razón por la cual la gran mayoría de las personas ven a Dios inalcanzable, etéreo y sin experimentar el éxito de la vida, necesitan buscar en las Escrituras y meterse en la presencia del SEÑOR para ver a Jesús como su mejor amigo y su más grande amor rendidos plenamente para ser rescatados. Juan 4:15-31.
En la medida que cultivemos nuestra relación con Cristo, y profundicemos sus enseñanzas nos daremos cuenta de la permanencia de su cuidado en la vida, el resultado será que lo amaremos mucho más y la entrega, la rendición y la sumisión serán más fácil; Cristo nos amó tanto que bajó a nuestra altura humana, su amor sobrepasa nuestro entendimiento, Juan 3:16 y Efesios 3:19. En la totalidad de nuestra entrega seremos uno con Cristo,  Juan 17.
Para rendirnos y ser uno con Él es necesario reconocer nuestras limitada humanidad, la gran mayoría de nuestros problemas, enfermedades, angustias y estrés se debe al orgullo, la autosuficiencia  e independencia de Dios queriendo tener la sartén por el mango, controlando todo, imponiendo nuestra deforme y torcida voluntad, pretendiendo ser dioses, para al final terminar pareciéndose a satanás, Ezequiel 28:11-13. Busque y lea en su biblia, por favor, lea hasta la saciedad las Escrituras, le aseguro al 100% que se sorprenderá de lo que entenderá cada vez y descubrirá el amor de Dios en cada párrafo, Juan 5:39.
No todo lo espiritual se puede racionar ni manejar con el intelecto humano ni la sabiduría del mundo, mucho menos debemos dejarnos dominar por las emociones que son traicioneras y viscerales y conducen a malas decisiones y consecuencias funestas, seamos diferentes al común. El hombre natural no puede percibir las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, por eso no las puede entender, puesto que se han de discernir espiritualmente, 1 Corintios 2:14.
Rendirse, entregarse, someterse y ligarse al Creador no es agachar resignadamente la cabeza para aceptar todo pasiva y fatalistamente, si así lo estás haciendo, entonces tienes pereza espiritual, tu alma se adormece y tu cuerpo se enferma; entrégate, ríndete, pégate y sométete a Dios por amor, podrás afrontar las pruebas y dificultades, aprenderás valentía y coraje con su gracia que corrige y perfecciona nuestro carácter. Dios ama a los valientes que enfrentan con valor sus batallas, solo con Él podemos darle la pelea al mal, al mundo y las debilidades de nuestro cuerpo, Porque los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la condenación eterna, Apocalipsis 21:8.
Dios desea usar nuestra personalidad que es única, y cuanto más nos rendimos a Dios y nos pegamos a Cristo, más se verá Él en nosotros y lo que realmente somos en Dios, sus hijos y su pueblo santo. Jeremías 1:5 y Salmos 139:13. No podemos vivir en victoria separados de Cristo.
Nuestra entrega y sujeción a Dios nos hace héroes de la fe, como los que están en la galería de Hebreos 11, fueron hombres y mujeres obedientes y consagrados que se apegaron a su fe, creyeron y confiaron en su Hacedor. Todos ellos se rindieron a su Salvador sin reservas, confiaron en la palabra del Eterno y se mantuvieron en su presencia. Salmos 37:3-6 y Proverbios 3:5-8.
Es una aventura diaria vivir en Dios, Él usará nuestra vida, se engrandecerá en nuestra personalidad y pulirá nuestro carácter, para no descalificarnos ni tampoco nosotros descalificar a los demás; dejaremos de estar reclamando derechos y privilegios para empezar a cumplir nuestros deberes y responsabilidades, llevando a cabo nuestros roles con amor y libertad, así el gozo será nuestra bandera para servir y bendecir, Si alguno me sirve, sígame; y donde YO estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará; Juan 12:26 y Respondiendo Jesús les dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, entonces vendremos a él y haremos morada con Él, 14:23.
Hay mucha bendición al rendirnos, adherirnos, entregarnos y someternos a Dios; respiramos el oxígeno del cielo, disfrutamos su favor y poder a cada instante y somos guardados todo el tiempo; rendirse a Dios fue exactamente lo que hizo el sucesor de Moisés, Josué 5:3-15, cuando tomó a Jericó venciendo los enemigos con arrojo y valentía; Josué oyó las instrucciones celestiales y siguió el consejo divino porque se había rendido, entregado y sujetado a su SEÑOR. El siervo se humilló y adoró prestando atención a cada palabra del Padre, La entrega al SEÑOR, nos hace verdaderos guerreros. Ninguno que milita en la vida de Dios, se enreda en los negocios del mundo, sino que vive para agradar a Aquel que lo tomó por soldado, 2 Timoteo 2:4Parafraseado mío. Aqui está la grandeza y la victoria del pueblo del Eterno y único Rey, vivo, real y verdadero.
Dios envía la palabra, pero cada uno está en libertad de rendirse o seguir su propio camino con rebeldía e independencia, pero cada uno enfrentará los resultados o las consecuencias al final de la jornada. No carguemos el pasado, pero tampoco nos adelantemos al futuro, vivamos HOY, Aquí y Ahora rendidos, entregados y sometidos a Jesucristo: permitamos que Él sea el timonel de nuestra barca y que su divino Espíritu tome las riendas y guíe. Entreguemos todo nuestro ser espíritu, alma y cuerpo con sus emociones, sentimientos, voluntad, debilidades y fortalezas, para ser renovados en comunión y entrega a Dios, Sométanse a Dios, resistan al diablo y éste enemigo huirá de ustedes, Santiago 4:7.
Pero no olvidemos que esta vida dependiente y consagrada, nos llevará a ser probados y procesados como el oro y la plata para vivir de victoria en victoria, en medio de pruebas, necesidades, desiertos y pérdidas materiales, porque nuestra ciudadanía, nuestra patria y nuestra eternidad están con Jesucristo en lugares celestiales al lado del Mejor Padre, Juan 14:1-3, Efesios 2:4-7, Filipenses 3:20-21, 2 Corintios 5:1.
Hoy y AHORA ríndete a Cristo, porque sin Él al mando de tu vida, aunque te enriquezcas y alcances fama, vivirás con tu vacío cósmico en forma de Dios, y mientras vivas dedicado solo a ti mismo, seguirás cayendo una y otra vez con frustración, dolor y soledad en tu alma, pero si pones los ojos en Jesús, tu vida será como un jardínHebreos 12:12.
Nuestro Creador sigue buscando adoradores y centinelas, que se rindan y se sometan a Él, examinémonos para ver si aún hay algún área de nuestra vida que no le hayamos entregado a Dios y hagámoslo ahora, Hoy es el día de salvación, HOY es el día oportuno del cambio y de las cosas nuevas. Amén
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.