SOMOS LA SAL DE LA TIERRA - HIDRATEMOS LAS ALMAS
¿No saben ustedes que el SEÑOR, Dios de Israel, dio a David (Cristo) el reino sobre su pueblo para siempre, a Él y a sus hijos con pacto de sal? 2 Crónicas 13:5..
Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se vuelve insípida, ¿Con qué se podrá salar? No servirá más para nada, sino para ser pisoteada por los hombres, Mateo 5:13. La sal es buena; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué podrán recuperarla? La sal sin su esencia solo sirve para tirarla y ni para el muladar es útil, sino para ser arrojada fuera. El que tiene oídos para oír oiga, Lucas 14:34-35.
Que sus palabras siempre sean con gracia, sazonadas con sal. Así sabrán responder con sabiduría todas las preguntas que les hagan. Colosenses 4:6.
Siempre se ha dicho que la sal produce sed, pero en realidad la sal es usada como elemento que purifica e hidratar el cuerpo en forma de solución fisiológica salina cuando le falta hidratación y se produce sequedad interna, es decir, deshidratación, la sal es bendita, ¡algo increíble! El agua y la sal juntos hidratan, la sal da nuevas fuerzas; nuestro cuerpo contiene una cantidad proporcional de agua del 70% hasta bebés, pero va disminuyendo hasta el 55% cuando alcanzamos la edad adulta; se dice que aproximadamente dos terceras partes de agua están dentro de las células y el resto por fuera de ellas circulando por todo el organismo. Jesucristo el agua viva, nos da se Espiritu y la sacia la sed espiritual. Juan 4:13-14.
Espiritualmente hablando ser sal es tener a Cristo y al Espíritu Santo llenando nuestro ser interior, lo cual nos convierte en preservadores de la humanidad para que no aparezca todavía el anticristo, mientras el río de aguas vivas de Dios sigue purificando a muchos para salvación, tanto para nosotros como para las personas que nos rodean, por eso se hace imperativo proclamar a Cristo y su Evangelio que producen sed de Dios. Recuerdo una vez que entré al consultorio del doctor que trataba mi tiroides, un anciano de 80 años, que dijo: mujer, cuando usted entra por esa puerta la atmósfera cambia, todo se alegra y se ilumina, ¿qué es lo que usted tiene?, Esa fue una oportunidad para compartirle de Cristo, algo que disfruto mucho hacer. Todo aquel que cree en Jesucristo, de su interior brotarán ríos de agua viva. Juan 7:38.
La sal es indispensable para la vida humana, formando parte de la dieta diaria debido a sus funciones reguladoras en el organismo y su función transmisora de energía en el sistema nervioso; necesitamos una ingesta apropiada de sal diaria para guardar el balance orgánico, y el equilibrio de los líquidos intracelulares como extra celulares, especialmente para que el sistema nervioso y renal trabajen adecuadamente. Cuando el SEÑOR habló de que somos la sal de la tierra, lo hizo porque sabía que la tierra necesita ser purificada a través de su Espíritu y su palabra, y nosotros hemos sido capacitados para realizar las funciones de la sal: condimentar con el gozo del Espiritu, conservar la vida en Dios y destruir la bacteria del pecado con la predicación de las Buenas Nuevas, pprque hemos sido comisionados por Jesucristo para transmitir su palabra que purifica la mente y preserva el alma para vida eterna; la sal coloca límites a la descomposición y corrupción de la carne, nosotros como gente santa, permitimos a traves de nuestra integridad, el flujo regenerador del Espíritu, para que con nuestro testimonio, priduzcamos sed de Dios. En el agua se refleja el rostro, y con la sal se estabiliza la salud de nuestro interior. Proverbios 27:19.
En el Sermón del Monte nuestro Salvador enseñó una serie de fundamentos que deben formar parte del carácter de todo hijo de Dios para conservar santidad y manifestar la gloria de Dios en los discípulos de Cristo porque hospedamos al Espíritu Santo; Él es quien nos proporciona sabor de vida y fertiliza la tierra de nuestro ser para dar buen fruto, y tanto el río de aguas vivas del Espíritu, como el poder del evangelio hidratan el alma sediente para que no haya sequia interior ni raquitismo espiritual; somos sal en la tierra portando la presencia de Cristo, Somos cartas abiertas donde todos pueden leer la vida de Cristo. 2 Corintios 3:2-3. Somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciarle al mundo las virtudes de Aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz, 1 Pedro 2:9.
Asi como la sal es de gran valor alimentario y medicinal, los creyentes somos de gran valor para la humanidad porque somos mensajeros del reino mientras estemos en la tierra, llamados a sazonar y presevar pureza para vida eterna; por el Espíritu en nosotros, somos muros y limites a la maldad de este siglo; en el mundo, la vida muchos no tiene sentido, a causa de la esclavitud al pecado y el distanciamiento con Dios, la gente encuentra que su existencia es insípida, despreciable y sucia, y nosotros como sal de la tierra, les presentamos a Cristo y su Evangelio para que sus vidas dejen el hedor, su espiritu humano salga de la corrupción, y su alma no de pudra en el infierno. Sin Cristo se corre el riesgo de ser tirados a las tinieblas de afuera al final del peregrinaje terrenal, tal como es tirada la sal cuando pierde su sabor, gente que se dice ser cristiana, pero son siervos inútiles. Mateo 8:12 y 25:14-30.
El pueblo de Dios es llamado a ser la sal de la tierra para tomar parte activa en el trabajo de la obra; somos un gran equipo en Dios, puesto a favor de las almas en la conservación de la raza humana, para impedir que la corrupción del pecado y la contaminación del mundo destruyan a maxima creación de Dios que es la raza humana; el mundo en sí mismo apesta con la perversión que promueve su principe, haciendo que la gente rechace e ignore a Jesucristo. Pero damos gracias al Padre celestial, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar, la agradable fragancia de su conocimiento. 2 Corintios 2:14.
Así que ser sal de la tierra es nuestro reto diario, para asumir con seriedad y responsabilidad el mandato del Rey de ir y hacer discipulos a todas las naciones, siendo cuatro tipos de sal: 1) la sal marina que preserva en los mares, 2) la sal del manantial, navegamos en las aguas vivas, llenos del Espíritu, 3) la sal de la roca reflejando el carácter de Cristo y 4) la sal vegetal, como fructifero plantío de YHWH. El SEÑOR sabía que la sal es esencialmente pura y da buen sabor, tiene gran potencial preservante, es medicinal y sanadora, por eso la sal es valiosa pero escasea en ciertos lugares de la tierra, allí se necesita mucha sal para conservar vida, poner limites a la descomposición humana y regenerar tejido social donde hay trastornos de salud espiritual; nosotros somos todo eso en manos de Dios. A la verdad la mies es mucha, y los obreros pocos. Rueguen, pues, al SEÑOR de la mies que envíe obreros...Mateo 9:35-38.
Y aunque la sal se le encuentre mezclada con otras sustancias y elementos de la tierra, ella nunca deja de ser sal, sino que conserva todas sus características químicas, así nosotros como pueblo de Dios, tenemos que conservarnos puros en medio del mundo corrompido que apesta.Todo aquel que mantiene la esperanza de ser como Jesucristo, en Él se purifica así mismo, para vivir en limpieza de corazón. 1 Juan 3:3.
Somos diferentes, irrepetibles únicos y con propiedades espirituales que nos identifican en la singularidad y unicidad de Cristo que nos ha regeneró en Él por su Espíritu, y nos recuperó al diseño perfecto en que el Creador nos formó, para que con nuestras diferencias compartamos la perfeccion del amor purificador del Santo; algunos serán sal marina con sabor costero y alegre, otros sal de manantial navegando en el rio de Dios, otros sal de la Roca, edificados sobre la Roca Cristo, otros sal vegetal plantados en el huerto de Dios dando fruto a su tiempo, pero todos dando testimonio de hogar y familia del Padre; somos verdaderos cristianos en el pider del Espiritu para llevar vida y salvación, cada uno en su llamado y una asignación del Padre. Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles que darán fruto para comer. Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes producirán porque sus aguas fluyen del santuario, alimentaran con el fruto y sanarán con sus hojas. Ezequiel 47:12.
1. La sal es pura. Llamados a ser santos e íntegros, pues aunque estamos en el mundo no militamos segun la carne, NO nos combinamos ni mezclamos con las costumbres y los afanes del mundo. Nuestra pureza reside en el corazón, por el poder del Espiritu que nos revela a Cristo y nos forma en su carácter para vivir con conciencia limpia, sanas intenciones, acciones que bendicen, palabras que edifican, y pensando correctamente para tomar decisiones sabias que glorifiquen a Dios. ¿Quién subirá al monte de YHWH? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón. Salmos 24:3.
2. La sal tiene gran potencial. Nacer de nuevo nos ha hecho gente de poder, dejando de ser vulnerables para el enemigo, tenemos autoridad en Dios con gran potencial en su palabra para destrir fortalezas, protegidos bajo el fuego del Espirigu y la sangre de Cristo; somos instrumentos de honra en las manos de Dios, no es nada de nosotros, es Cristo a través de ti y de mí, y el Varón de guerra nuestra fuerza, el que pelea por nosotros; y como guerreros de su reino Él nos capacita, nos enseña, nos comisiona y nos envía en su nombre. Entonces me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo su corazón. Jeremías 29:13.
Sal de la tierra somos, porque nos enfocamos en el poder y la gracia de Dios para tocar e impactar vidas a través de lo que vivimos y hacemos; confesamos palabra, predicamos el evangelio y todo es prosperado según la voluntad y roposito de Dios; aunque a veces recibimos golpes y caemos, contamos con la ayuda fortalecedora del SEÑOR, Él nos acompaña, nos llena la boca y nos sostiene con su diestra. Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos, pues somos linaje suyo. Hechos 17:28.
Así como la sal no se ve en los alimentos, no nos damos vitrina, ni pantalla, tampoco nos promocionamos, sino que accionamos con la sal de la gracia y poder del evangelio y nuestra vida en Cristo, hidratando almas secas, para que se regeneran en el río del Espíritu; así como brotan las aguas en el desierto para inundar las áridas arenas, recuperándose el verdor para producir nuevos frutos y saciar toda alma viviente quitando la sed y el hambre. Oh Dios, tu eres mi refugio; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de Ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, exhausta y sedienta. Salmos 63:1.
3. La sal es medicina. La sal es muy usada en la medicina no solo para hidratar los cuerpos, sino para también para matar virus y bacterias, y sucede que cuando nos sumergimos en Las Escrituras, nuestra propia alma se refresca, con alegría, cobramos vida y nuevas fuerzas se sumentan y hasta lloramos de gozo y agradecimiento experimentando el gran amor de DIOS que consuela; luego podemos ser enviados a consolidar, acompañar y ayudar a aquellos que Cristo pone en el camino, donde Él sana corazones heridos y produce cambios en el alma del pecador arrepentido que comienza una nueva vida con alegría y con nuevos horizontes de esperanza. El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos. Proverbios 15:13.
4. La sal es valiosa. La sal es valiosa porque en algunos lugares de la tierra escasea, pero es imprescindible para muchos usos; el gran valor de la sal es que preserva las carnes, evitando la descomposición y la putrefacción ocasionada por bacterias y microórganismos depositados por los insectos; también la sal desinflama y ayuda en la regeneración los tejidos por falta de hidratación y humedad. Por eso les aconsejo que no se desalienten, todo lo que nos sucede es necesario para nuestra supervivencia; pero ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de ustedes perecerá. Hechos 27:34.
El sentido bíblico de sal está en Esdras 4:14 donde dice que no permitamos las ofensas a su Majestad, mientras estemos en capacidad de hacerlo; la expresión, comeremos de la sal del palacio del rey, apunta a que estaremos sentados en la mesa de Bodas del Rey, si perseveramos y somos fieles a Dios hasta el final, porque Él que es nuestra autoridad suprema. También hay poder purificador en la sal para bañar con agua salada a los recién nacidos y Eliseo echó sal en aguas para ser purificadas porque no se podían beber, 2 Reyes 2:19-21; la sal era indispensable en las ofrendas al SEÑOR durante las fiestas solemnes debido a que era considerada un elemento de adoración por su esencia anti-corruptiva y purificadora, todo era salado por orden de Dios. Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tus ofrendas la sal como pacto a Elohim; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal, Levítico 2:13.
Nuestro Salvador fue elevado en la cruz para ser ofrecido como Pacto de sal perpetuo e irrevocable de salvacion y vida eterna al creyente, porque la sal representa sello de pacto destinado a los sacerdotes para no fallar, lo cual se cumplió en Cristo, psra hacernos participes de ese pacto de gracia que no se puede romper ni disolver, implicando que tenemos un compromiso eterno para con Él en la santidad y consumacion de su obra redentora llevando la palabra de Dios como tarea irrevocable en la Gran Comisión. Mateo 28:16-20 y Marcos 16:14-18.
Si el SEÑOR dijo que somos la sal de la tierra, nuestra obligación es perseverar en pureza para evangelizar con poder la palabra no adulterada, y luchando ardientemente por la fe, Judas 1;3; somos sal para presevar la pureza del Evangelio contra la corrupción de la apostasía, las herejías, las falsas ideologías y doctrinas erradas que atentan contra la verdad de Dios y el crecimiento del cuerpo de Cristo; toda maldad y contaminación de carne producen olores fétidos, pútridos y molestos dañando la armonia del ambiente, y siendo sal tenemos que impactar el mundo como olor fragante a Dios en la conversion de muchos a Cristo, para nunca volver al mundo. La sal se usa contra la infección y l inflación a causa de virus y bacterias que descomponen tejidos y producen dolor. Por eso así dice el SEÑOR: Si te conviertes a Mí, YO te restauraré, estarás delante de Mí; si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca; que se conviertan ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Jeremías 5:19.
La contaminación que corre rápidamente segun la biblia es el virus del pecado que multiplica la maldad en el corazón del hombre, razón por la cual se producen las guerras, el odio, la avaricia, la codicia y toda clase de perversión. La humanidad como la carne se descompone y se corrompe y si no la sazonamos con la palabra, podría ser que la bacteria del pecado la eche a perder a muchos para siempre; la humanidad necesita el conservante, el antídoto y antiséptico de la sal del Evangelio de Jesucristo, mediante la santidad de vidas santas con la gracia santificadora del Espiritu que mata la infección del pecado, para que la descomposion sea ocasionada sea regenerada y sean libres de la fetida muerte. Para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? 2 Corintios 2:16.
El germen del pecado del mundo como microbio y bacteria pudre la espiritualidad de las almas para finalmente destruirlas en el infierno alejándolos eternamente de Dios. El mundo está gravemente corrompido, enfermo y al borde de la aniquilación total; debemos levantarnos como sal para poner trabas a tanta perversión y corrupción, siendo preservantes divinos que impiden el avance de la degradación, Entonces el SEÑOR dijo: Mi Espíritu no tolerará a los humanos por mucho tiempo, porque solo son carne mortal, Génesis 6:3.
El mundo malo y pecador ganaría ventaja sobre el bien, si con amor y misericordia tomamos nuestra posición de SAL SOBRE LA TIERRA para salvar vidas con la exposicion de la palabra en vidas santas que trabajan contra la destrucción. La sal hace la diferencia quitando lo insípido e insulso. El SEÑOR dijo: Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi nombre en medio de los gentiles, de los gobernantes y los habitantes de la tierra. Hechos 9:15.
Mucha sal tampoco es buena ni saludable, por eso no sembramos sobre fundamento ajeno, Dios se hace personal, y establece relaciones directas cara a cara con Él, paea que nos llenemos de su presencia; Dios no trabaja con multitudes, sino de manera directa y personal con los que dependen de Él y lo obedecen. Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos. Salmos 143:10.
Nuestro rol de sal en la tierra es para guardar las verdades y principios del Evangelio, aplicándolo primero en nosotros mismos, contribuyendo a dar sabor y sentido a la vida firmes y seguros en medio de toda la locura del mundo; por eso dice: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca fuerza, haz guardado mi palabra, y no has negado mi nombre, Apocalipsis 3:8;
Seamos sal de la tierra, para que el Rey cuando vuelva nos encuentre como espera, listos y sazonados con Él y en Él, en el poder de su palabra que produce hambre y sed de Cristo. La sal nie usada da origen a nuevos productos tales como alimentos, construcción, encurtido de pieles, industria farmacéutica, comercio y mucho más; somos parte del proceso renovador, multiplicador y regenerador en los negocios del reino de Dios a favor de la humanidad. Nos despojamos de nuestro viejo hombre que se corrompe por los deseos engañosos de la carne. Efesios 4:22; Siendo crucificados con Cristo para no ser esclavos del pecado. Romanos 6:6.
La sal mezclada con agua, pfoduce una poderosa combinación de energía renovable, así el cuerpo de Cristo es un organismo que se nute, y se mueve con la energía renovadora que viene del gran regenerador multiplicador y perfeccionador del Espíritu. Limpios de la vieja levadura somos masa nueva…1 Corintios 5:7. No nos adaptamos a este mundo, nos transformamos, renovando nuestra mente, sujetos a la voluntad de Dios, haciendo lo que es bueno, aceptable y perfecto. Romanos 12:22. No desfallecemos, aunque nuestro ser exterior se desgasta, el ser interior se renueva de día en día. 2 Corintios 4:16.
NO ser la sal de la tierra, es NO ser miembros del cuerpo de Cridto, y si la sal no sala, pronto se desvanecerá, para ser echada y pisoteada en las tinieblas de afuera. ¿Acaso se come sin sal lo insípido, o hay gusto en la clara del huevo? Job 6:6. ¿Eres sal, o eres insípido?
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.