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27 ago 2016

¡EL TIEMPO SE AGOTA PUEBLO DE DIOS!




EL PROFETA HABLA DE PARTE DE DIOS
Jeremías 7:1-20; Isaías 28:9-12 y Lucas 13:1-5.

El Señor dio mensaje diciendo: Vete a la entrada del templo y dale el siguiente mensaje al pueblo: Oh pueblo del Señor, ¡escucha este mensaje! ¡Escuchen todos ustedes los que moran aquí y adoran al Dios Todopoderoso!

Esto dice el Señor de los ejércitos celestiales, Dios de toda la tierra: Incluso ahora, si ustedes abandonan sus malos caminos les permitiré quedarse en su propia tierra; pero no se dejen engañar por los que les prometen seguridad simplemente porque aquí está mi templo, no presten atención a esos que dicen que no voy a destruir esta ciudad porque aquí está mi templo.

Al contrario, hagan lo siguiente: mejoren su conducta, sean justos los unos con los otros, traten bien a los refugiados, a las viudas y a los huérfanos, hagan justicia al inocente, y adórenme solo a Mí, el Dios Creador. Si no lo hacen, les irá mal; pero si lo hacen, vivirán por siempre en este país, el cual dí a sus antepasados.

No se dejen engañar ni crean que nunca tendrán que sufrir…¡es una mentira! ¿Acaso creen que pueden robar, asesinar, cometer adulterio, mentir, adorar a otros dioses, que ni conocen; y luego venir a presentarse delante de Mí, y piensan que por eso están a salvo. Pero después salen para seguir haciendo todas sus porquerías de maldades? ¿Ustedes no reconocen que son Mi templo, mi casa, mi morada y habitación, pero lo han convertido en una cueva de ladrones? Les aseguro que veo todo el mal que ocurre, YO mismo lo he visto.

Recuerden lo que hice con el templo de los Israelitas, el templo que llevaba mi nombre en Siló, vean como lo destruí debido a toda su perversidad. YO les he hablado muchas veces, pero no han querido escucharme; en vez de tener en cuenta mis advertencias, el país ha seguido haciendo lo malo, los he llamado al arrepentimiento pero no han querido contestar.

Aunque entre ustedes esté mi templo, por ustedes haber puesto su confianza en otras cosas y no en YO SOY, haré destrucción como la hice en Siló y los enviaré fuera de mi vista.

ARREPIÉNTANSE O TODOS PERECERÁN IGUALMENTE,  ¿O acaso piensan que eso solo les pasó a esos hombres por ser más pecadores que los otros de su país? Les digo que NO; y si todos ustedes no se vuelven a Mí, también perecerán. ¿O creen que aquellos que murieron eran más culpables que los moradores de este país? Les digo que NO, Si ustedes no se arrepienten y se vuelven a Mí, todos perecerán igualmente.

Estuve en la presencia del Señor, quebrantada y llorando por el dolor que me ocasiona toda la locura que está pasando en mi país y el mundo entero, pedí a mi Padre que me hablara y me dio todo el capítulo de LUCAS 13. Cuando terminé de hablar con el Eterno Dios Todopoderoso, me levante y fue a mi mesa de trabajo, allí frente a mis ojos estaban anotadas las citas de Jeremías 7:1-20 e Isaías 28:9-12.

Busqué el texto en dos de mis biblias y cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta que el Texto de Lucas 13 estaba confirmando y complementado el de Jeremías. Entonces entendí que el Señor me estaba hablando para plasmar este texto que dejo a todos los lectores de la web que el Mismo Señor permitirá que lo lean.

Lean todo el capítulo de Lucas 13 y podrán entender por el Espíritu. Solo soy una voz que clama en el desierto, un instrumento pequeño en las manos del Todopoderosos Dios del universo.

Isaías 28: 9-12. ¿Quién se cree este que somos? –preguntan- ¿cómo se atreve a darnos lecciones y enseñarnos lo que dice Dios? ¡Ni que fuéramos niños chiquitos que estuviéramos aprendiendo a leer!

Pues bien, si ustedes hacen caso omiso a mis palabras, Dios mismo les hablará, pero lo hará en un lenguaje extraño, opresores extranjeros que hablan otra lengua…Dios ya les ha dicho pero no han querido escuchar.

Pues la palabra del Señor les será mandamiento tras mandamiento, mandato tras mandato, renglón tras renglón, línea tras línea, un poquito aquí, un poquito allá; hasta que salgan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, atrapados y aprisionados.

Salgamos a los parques, a las calles, a los buses a los Centros comerciales a predicar el Evangelio, oremos todos en un solo corazón, ayunemos unidos en un mismo espíritu, y trabajemos por el Reino de Dios y su justicia, por la salvación de las almas y la transformación de la nación, que se abran los templos todo el día, que la oración y el ayuno sea las 24 horas. Dios hará el resto.