1. UN PLAN CELESTIAL DE
AMOR
Pescadores echando la
red.
Dios es el Motzá, en hebreo, argé en griego, el origen de todas las cosas, creó el universo y dio origen a la raza humana con conciencia de lo bueno. En el Edén entregó instrucciones específicas al hombre para dominar, multiplicar, producir, crecer y tener éxito sobre la tierra. Pero la serpiente antigua o diablo los engañó, y como resultado vino la muerte, la maldición y el castigo sobre los seres humanos; la serpiente es condenada y sentenciada, de modo que su victoria no sería definitiva, así es que Dios por su infinita bondad crea su plan celestial de amor al pensar en la salvación de la raza desobediente y caída, Génesis 3:15.
Y les dijo: Vengan en pos de Mí, y los haré pescadores de hombres. Mateo 4:19
El Creador actúa de inmediato y llama al hombre que se esconde al perder su inocencia y siente vergüenza de su desnudez, entonces Dios maldice a la serpiente diciendo: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: Él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.” Génesis 3. (DHH). Expresa claramente que el enemigo ahora estaría asechando al ser humano para hacerlo resbalar y destruirlo.
Dios anuncia de modo misterioso su plan
celestial de amor, en la victoria sobre el mal y la restauración de su relación
con el hombre, Génesis 3:15. Este
pasaje ha sido llamado "El Proto-evangelio", o primer anuncio del
Mesías Redentor, anunciando un combate entre la serpiente y la simiente de la mujer,
la victoria final vendría de un descendiente de ella para ser el Salvador de la
especie humana; y así como el enemigo usó a la mujer para engañarlos, Dios usa la
simiente de la mujer para el Plan Redentor.
Al
desobedecer el hombre y la mujer las instrucciones divinas, el diablo obtuvo
derecho legal contra la creación entera; fue así como este personaje cambió la
libertad por la esclavitud, la bondad por la maldad, el bien por el mal y la
luz por las tinieblas; aparecieron los sentimientos de culpa, llegaron el
dolor, la enfermedad, la muerte, la condenación y el distanciamiento del ser
humano con su Creador, añadiendo todos los vejámenes por los cuales peregrina
hoy toda la raza humana sobre la tierra.
Dios planeó nuestro rescate y los medios para adoptarnos
nuevamente como sus hijos. Pensó en el sacrificio de su Unigénito, a quien más
amaba, Jesucristo, el divino Cordero que debía ser inmolado, avergonzado,
abofeteado, maltratado, abandonado, abusado, traicionado y traspasado hasta la
muerte, derramando su preciosa sangre para limpiar el pecado y salvar a la humanidad,
“porque sin
derramamiento de sangre no hay remisión de pecados,” Hebreos 9:22.
Era la única manera de ser restaurados y reconciliarnos con nuestro Creador. La sangre del Cordero inocente quitó toda mancha de pecado, y su cruz rompió el abismo que nos separaba de Dios, construyendo el puente de acercamiento a través de su cuerpo en el madero. En quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en Jesucristo. Efesios 3:12.
En la tarea de ser pescadores de almas para el Reino de
Dios, se han ideado cuatro formas básicas y sencillas llamadas leyes
espirituales que nos ayudan a echar la red salvadora; son una forma de empezar
a hacer discípulos a todas las naciones con las Buenas Nuevas del Evangelio de
la cruz como un acercamiento a las personas:
1. Dios te ama y tiene un plan para tu vida. Él desea que experimentemos su amor salvador mostrado
en el sacrificio de Cristo, Él es el enlace entre el Padre y nosotros para
conducirnos al cielo. Juan
3:16
afirma: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.”
El fundamento del
evangelio es el amor y la razón del sacrificio de la cruz, era entregar su
vida, para salvar al pecador. El SEÑOR desea calidad de vida para el género humano,
porque nadie es un accidente. “Más Dios
muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros…porque si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su
vida.” Romanos
5:8-11. Así se
manifiesta la grandeza de la fidelidad de Dios por su pueblo. Amplía leyendo Efesios 1: 4-10 e Isaías
44:2.
2. El ser humano es pecador por naturaleza y su problema es
estar separado de Dios. Todo
aquel que está separado de Dios no puede experimentar la profundidad de su amor
ni el misterio de su divino plan. “Por cuanto
todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.” Romanos 3:23 y “Porque separados de mi nada podéis hacer.” Juan
15:4-5.
Cristo es
totalmente necesario porque nadie puede salvarse a sí mismo ni quitar su propio
pecado.
Dios es Santo y
los seres humanos sucios pecadores esclavos de pasiones, así que estar en paz
con Él no era algo automático, Efesios
2:8-9. Vivir
en pecado y sin Cristo hace que la raza humana este sin protección y sin
dirección, por eso cada uno hace lo que quiere y le parece, y la paga
del pecado es muerte, sin Cristo somos ropa de trabajo en las manos del
adversario. Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna, en Cristo Jesús, SEÑOR nuestro. Romanos 6:23. Por esta
razón muchos no pueden oír a Dios ni entender su voluntad. ¡Pero existe una
solución, gracias a Dios!
3. El remedio y única provisión es la muerte de Cristo crucificado pero resucitado. Sólo a través de Jesús se puede tener salvación y vida. YO SOY la puerta; el que por Mi entra, será salvo; entrará y saldrá y hallará pastos. Juan10:9. Cristo cumplió todo el plan del Padre. Murió a favor de todo el género humano, y resucitó sentándose a la derecha del Padre, 1 Corintios 15: 3- 6. Hay vida en Cristo como resultado de creer en Él y conocerlo como autoridad máxima de nuestra vida. Que si confiesas con tu boca que Jesús es el SEÑOR, y cree en su corazón que Dios lo levantó de los muertos, será salvo. Romanos 10:9.
Con la
resurrección Cristo regresó al lado del Padre y nos dejó al Espíritu Santo
sellándonos como pueblo suyo; el Espíritu Santo es el Consolador, Ayudador y Consejero
personal para que los redimidos puedan vivir en libertad y santidad sobre la
tierra. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si así no fuera YO se los hubiera dicho; pero voy a preparar lugar para ustedes. Juan 14:2. ¡Qué maravilloso saber que ningún cristiano está
solo! Romanos 3:10-18.
Así que, teniendo
el remedio y la solución para ser salvos, acojamos a Cristo como nuestro amado SEÑOR
y Salvador. 2 Corintios 5:21 dice: El justo Hijo de Dios padeció una sola vez por
nosotros y para conducirnos al Padre, y 1 Pedro 3:18.
4. La respuesta humana es recibir a Cristo como SEÑOR y Salvador. Aceptar por la fe a Cristo como Salvador en una experiencia personal única, pero es apenas el comienzo de una vida de fe diaria con Dios. Se experimenta el fuego del primer amor, una nueva vida con paz interior y seguridad de tener un lugar en el cielo. Voluntariamente reconocer a Cristo, otorga el privilegio de ser llamados hijos de Dios: Mas a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dió potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12. Y Jesús dijo en cierta ocasión: Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les mando. Juan 15:14, así que, además de ser hijos, somos llamados amigos de Cristo, familia de Dios, pueblo de Dios y nación santa, 1 Pedro 2:9.
Lo maravilloso es
que Dios mismo nos hace la invitación personal para formar parte de su familia
mediante la Fe y la voluntad. He aquí, YO estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20. Él
ya nos había pensado y soñado, como lo indica Colosenses 1:16-23.
¿Deseas salvar tu alma y rescatar tu vida? Reconcíliate con Dios, ama a Cristo; anhela tener derecho a la eternidad en el cielo y evitar ser echado en el lugar de castigo interminable después de la muerte física, Marcos 16:16. Y el que rehusa creer en el Hijo de Dios no verá la vida, porque la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36.
Si la respuesta es
afirmativa, debes reconocer que eres pecador, arrepentirte, confiésale tus
pecados, testifica del SEÑOR ante los hombres, vive como hijo de Dios, cuida tu
salvación y muévete bajo el Señorío y gobierno de Cristo y su Palabra. “Ocúpense en su salvación con
temor y temblor.” Filipenses 2:12. Y también nos dice: El que persevere en Cristo hasta el final, ese será salvo. Mateo 24:13. Nadie puede eludir su responsabilidad, pues todos hemos sido
llamados para ser salvos y compartirlo a otros. Ahora le corresponde a cada uno, de
manera personal decir SÍ o NO a Dios; creer y ser salvos o no creer o perderse
eternamente,
Ezequiel 3:16-21.
Necesidades del Nuevo Cristiano. El recién nacido necesita fortalecer su salud espiritual para caminar por fe con tiempo y disponibilidad; los hermanos mayores deben hacer un seguimiento eficaz de discipulado, ayudándole al nuevo habitante del Reino en el conocimiento de Cristo y la obediencia a su Palabra teniendo en cuenta lo siguiente:
Alimentación. Ofrecerle el alimento espiritual de la Palabra de Dios, que eleva el espíritu, transforma el alma y fortalece el cuerpo. “Deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la Palabra, para que por medio de ella crezcan en su salvación.” 1 Pedro 2:2.
Protección. Protegerlo en oración, enseñándole a memorizar, vivir y confesar la Palabra para cuidarse contra las tinieblas, la carne y el mundo. “Practiquen el dominio propio y manténgase alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quien devorar.” 1 Pedro 5:8.
Instrucción. Capacitar,
equipar y entrenar a todos en los fundamentos bíblicos para que permanezcamos
unidos a Cristo. “Por tanto de la manera que
habéis recibido a Cristo, andad en Él. Arraigados y sobreedificados en Él,
confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de
gracias.” Colosenses 2:6-7.
Siendo ya parte
del pueblo de Dios debemos saber estos pasos básicos para ponerlos en práctica
pues somos como niños que necesitan alimentarse para poder crecer normalmente:
Arrepentirse y pedir perdón. Continuamente debemos examinarnos
con la palabra de Dios que produce dolor profundo al confrontarnos con nuestro
pecado, arrepentirnos y pedir perdón a Dios por la falta para quedar amistados
con Él. Lucas 13:3.
Creer. Con fe y confianza en el
SEÑOR seguir aferrándonos a su bondad y su gracia buscándolos en oración para permanecer
fieles y santos para Dios. Lucas
16:10.
Confesar los pecados. Es importante decirle a
Dios cada pecado cometido, sea de obra, de omisión o pensamiento y decidir
firmemente no volver a lo mismo, 1 Juan 1:9.
Confirmar a Cristo como Salvador. Nuestro amor, la pasión de
nuestra alma y la fuerza de nuestra mente en Dios nos impulsa a testificar
de Jesucristo delante de otras personas, Romanos
10:9-10,
ofreciéndonos de corazón como sacrificio, vivo, santo y agradable al Padre dispuesto
para que Cristo haga el proceso de transformación en nosotros mediante su
Espíritu Santo y la Palabra. Romanos
10:9. Cultivar
un deseo imparable de servirle
A continuación, encontrarás la primera tarea a la manera de refuerzo para ampliar el conocimiento del tema visto, y escribiendo textos bíblicos que te ayudarán a aclarar el plan de Salvación y el proceso del discipulado para el cual fue elaborado este libro. Así es que cada tema doctrinal tendrá su respectiva tarea para afianzar los conocimientos adquiridos.
Varios versículos vistos en la explicación de cada tema también se toman en cuenta en los refuerzos, aunque se intenta que la gran mayoría sean diferentes con el fin de alcanzar mayor cubrimiento de la Palabra de Dios para enriquecernos en el conocimiento de Dios y su Palabra.
Ruego al SEÑOR que todos sean llenos no sólo del conocimiento de Dios, sino de su dulce y poderosa presencia, que disfruten cada tema y que a medida que avancen en este estudio, amen más al SEÑOR atesorando su palabra y llenándose del Espíritu.
Bendiciones y éxitos en
Cristo nuestro SEÑOR y Rey.
“Apunta al cielo y tendrás la tierra por añadidura. Apunta a la tierra y no tendrá ninguna de las dos cosas.” --Clive Staples Lewis.
NOTA: Los refuerzos o tareas es aconsejable hacerlos con la Versión Reina Valera del 60.
1. Anote las bendiciones que nos provee el Plan de Salvación. Romanos 8:32.
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2. ¿Por qué necesitamos ser salvos? Romanos 3:23.
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3. Al salvarnos en Cristo, ¿qué hizo el Padre con el Hijo? Isaías 53:6-7.
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4. ¿Cuál fue la obra de Cristo en el madero y resultado a nuestro favor? 1. Pedro 2:24.
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5. Escriba y memorice Hechos 4:12.
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6. Además de haber muerto y resucitado para salvarnos, ¿qué hace ahora Jesús por nosotros ante el Padre? Hebreos 7:25.
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7. Escriba Romanos 10: 9-10 y explíquelo con sus palabras.
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8. Si somos salvos, ¿qué camino debemos escoger? Jeremías 21:8.
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9. ¿Por qué medio somos salvos? Efesios 2:8.
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10. ¿Cómo llegamos al Padre? Juan 14:6.