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3 ene 2018

#4. RESTAURA TU FAMILIA-50 DIAS DE AYUNO Y ORACIÓN.


#4 RESTAURA TU FAMILIA.-
50 DÍAS DE AYUNO Y ORACIÓN,


Mejor son dos que uno, porque sacan más provecho de lo que hacen. Si uno de ellos tropieza, el otro puede levantarlo, pero pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse. Y también si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es tan fácil derrotarlos, Eclesiastés 4:9-12.

Si el SEÑOR no edifica la casa, el trabajo de los constructores sería una pérdida de tiempo, Salmos 127:1a.

Dichosos todos los que tienen al SEÑOR, los que van por su Camino. Lo que ganen con el trabajo de sus manos eso comerán; gozarán de dicha y prosperidad. En el seno de su hogar, su esposa será como vid llena de uvas, alredor de su mesa y sus hijos serán como vástagos de olivo. Tales son las bendiciones de los que respetan con reverencia al SEÑOR. Salmos 128:1-4.

Desde la eternidad y la creación Dios está interesado en bendecir, edificar y prosperar la familia para que se mantenga unida hasta el final, porque las familia sanas son la base y el cimiento de una sociedad sana, equil7brada, en orden y con justicia para que haya paz, Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano trabajan sus constructores y sería una pérdida de tiempo...Salmos 127:1a.

El SEÑOR lo sabe todo, por eso su idea y plan de crear la familia, es que el ser humano este completo cada uno como persona que reflexiona, piensa, se transforma y se proyecta siempre a lo mejor; nadie tiene una vida plena sin Dios, fuera del hogar y sin una familia, es allí, en el seno del hogar, donde logramos formación moral, espiritualidad, madurez y plena realización que nos permite cumplir los roles de esposos, padres, hijos y ciudadanos equilibrados que ejercen bien sus obligaciones, deberes, derechos y aspiraciones como miembros del todo perfecto, en la familia de Dios y la familia sanguínea; las familias basadas en principios, valores y conocimiento de Dios con una atmósfera de amor, un ambiente de alegría, apoyo y atención mutua entre los miembros que se conocen y se aman, las que construyen una nación amable y de sana convivencia. Les suplico hermanos en el nombre de nuestro SEÑOR Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propódito. 1 Corintios 1:10.

Dando un vistazo a cómo va la sociedad, el SEÑOR exhorta a su pueblo a ser los primeros en reconstruir y restaurar la familia que ha venido siendo tan atacada y desestructurada, pero que fue creada de conformidad con la intencionalidad y los propósitos divinos del orden, la multiplicación y la conservación de la creación, Génesis 2:18; allí, al inicio de todo, en el Huerto del Edén, el SEÑOR estableció el matrimonio entre un hombre y una mujer, el hogar como la institución más importante en el cual se aprende gobierno, autoridad, respeto, sujeción y todos juntos nos edificamos en amor, por principios, fundamentos y mandatos bíblicos que conservan el orden moral y la organización social, permitiendo a la familia prevalecer a los embates del mundo, los ataques del diablo, los cambios del modernismo y los efectos del materialismo intelectual del mundo, que en familia podamos impedir ideologías extrañas, y leyes de gobiernos torcidos. Hijo mío, guarda siempre en tu memoría, el mandamiento de tu padre y las enseñanzas de tu madre. Proverbios 6:20.. 

El hermoso propósito de Dios es que su familia sea feliz, aprendiendo sabiduría y creciendo juntos como padres e hijos dentro de una atmósfera de amor que nos prepare para una vida productiva donde juntos presentemos a Cristo al mundo, el evangelio y la Iglesia, en la familia Dios ha dejado su impronta de santidad e integridad, para cumplimiento de su plan salvador para la eternidad; en la familia empieza el crecimiento, el cambio, el desarrollo y la transmisión de cada persona, sobre la base de las Buenas Buenas transmitidas de Padres a Hijos, y de los mayores a los más pequeños, como se hacía en la antiguedad con la transmisión oral y enseñanza de la palabra donde todos participan como familia en un altar familiar donde se leía la Biblia y se oraba por todos, la mejor conexión con Dios empieza en el Hogar, que es nuestra pequeña Jerusalén y primera obra misionera, manteníendo amistad y comunión con el Creador porque Él es el centro de la vida. 

Es alarmante ver como los seres humanos se han desviado del orden divino y se han extraviado de esa hermosa unión y bienestar familiar por su falta de comunión con Dios, la sociedad va en decadencia porque sin Dios no solo la familia, sino la sociedad en general estará en continua crisis, división y ruptura, presentando cuadros sombríos en el rol de esposos, padres, hijos, ciudadanos y gobernantes. Porque si alguien dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. 1 Juan 4:20.

La familiar representa el todo de la sociedad, porque el orden de Dios desde el hogar hace que se reproduzcan el bien, la verdad y la justicia y nuestro Creador establece y anhela que los portadores de su presencia se multipliquen para que haya bienestar, y salvación para todo el mundo, son ambos esposos, en un trabajo de equipo y respaldo que preservan la familia criando hijos a la manera del Creador, porque si la casa se construye sobre la Roca estará firme y segura. Es la palabra de Dios la que nos provee directrices, enseñanzas, instrucciones y advertencias, para ser familia y padres genuinos entregados a los hijos para apoyo, disciplina, corrección, de las buenas relaciones entre los integrantes de la familia, y que los hijos aprendan por el ejemplo a amar, buscar y temer al SEÑOR, viéndolo como Padre. Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, para que los dos se fundan en un solo ser. Génesis 2:24.

Nadie podrá poner en el corazón de los hijos la identidad, el sentido de pertenencia, la confianza, la seguridad, amor propio, espíritu de superación, su avance personal, la responsabilidad y los deberes con la semilla de la excelencia, en nobleza, humildad y fuerza, como sólo pueden hacerlo los padres, unidos a su Creador, quién nos ha equipado con su ternura, afecto, misericordia y autoridad necesarios para tal fin. YO les daré un solo corazón y un solo camino, para que me teman perpetuamente, para bien de ellos y de sus hijos. Jeremías 32:39.

En ésta época caracterizada por la falta de idoneidad, responsabilidad y compromiso, los adultos creyentes estamos llamados a rescatar los principios fundamentales al seno del hogar, tales como: la espiritualidad, la reverencia a Dios, la fe, la pureza, la responsabilidad, el respeto, el valor de la palabra dada, el orden, la integridad, la pureza, la comunicación, la honestidad, la fidelidad, el valor del esfuerzo y el sacrificio, entre otros; estos son aspectos claves para que nuestros niños y jóvenes los interioricen, los vivan, los vean en la práctica y los experimenten desde la familia; si queremos disfrutar de bienestar, prosperidad y paz en la sociedad, debemos empezar por restaurar la familia. Miremos cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan juntos en armonía. Salmos 133:1 

Debemos ser conscientes que no solo satanás, sino también la cultura del mundo, y en muchos casos nosotros mismos con el pecado y falta de sabiduría, estropeamos y destruimos la estabilidad y armonía del hogar, con malas actitudes y con palabras duras e inapropiadas que desfiguran y distorcionan la imagen y el amor de Dios, cuando todos debiéramos ser un retrato de Jesucristo como hermano mayor, siendo testimonios en la Iglesia y fuera de ella, como luces que alumbran las tinieblas del mundo. Grávate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcalas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7.

Ganemos la familia para Cristo, pongámonos el reto de la santidad con Dios y la integridad con la gente para que haya cambio al interior de la familia, y que redunde en el rescate a la vida, el orden social, el valor y respeto personal, con el fin de que los humanos de hoy y las generaciones del mañana crezcamos en Dios, nos desarrollemos juntos y evolucionemos unidos y enriquecidos alredor de la palabra y la oración en el Altar Familiar, con el mejor ejemplo de padres inteligentes que siguen a Cristo de cerca y muestran su carácter en el estilo de vida y conducta con que se manejan, administran y gobiernan su hogar, y de alguna manera, podamos volver al estado original de la familia, a pesar de todos los ataques del mundo. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?  Amós 3:3.

Padres sin el conocimiento ni el amor a Dios muy difícilmente podrán alcanzar éxito con sus hijos y mantener el respeto, la sujeción y la disciplina. No existe ni podrá darse una verdadera felicidad familiar fuera de la certidumbre de que sólo Dios puede ayudarnos a conservar y construir la familia en medio de los buenos y los malos tiempos; la palabra es clara al respecto, Dios lo dice: Mi pueblo no me conoce, por eso ha sido destruido. Y a tí sacerdote de tu hogar, que rechazas el conocimiento , YO también te rechazaré para que no seas mi sacerdote. Como has ignorado mi ley, YO me olvidaré de ti. Oseas 4:6. 

La mayor bendición que podemos dar como padres y recibir como hijos es tener a Cristo como SEÑOR y Dios en el centro del diario vivir del hogar, Él es la columna y Roca sobre la cual se construye una casa sólida, segura y firme, por eso la necesidad de mantener el Altar Familiar, sacando tiempo para leer y comentar juntos pasajes de la Escritura, lo digo por experiencia propia. Yo y mi casa serviremos a YHWH, Josué 24:15.

Los desacuerdos de los cónyuges no deben convertirse en peleas, tristezas ni depresión que salpiquen la salud mental, emocional y espiritual de los hijos, tampoco los hijos pueden ser causa de conflicto entre los cónyuges, porque perderán respeto y autoridad frente a los hijos; por el contrario, todos juntos deben ser una fuente coherente de aprendizaje integral, crecimiento y madurez, tanto emocional como espiritual que redunde en cultivar relaciones sólidas y amables en la ejecución de los quehaceres y roles hogareños con buena actitud, disposición, sabiduría, compromiso, disciplina, orden, respeto y paz intrafamiliar en beneficio de todos. Familias de la tierra, tributen gloria y poder al SEÑOR; alaben a Dios con el honor que le corresponde a su nombre; preséntense ante Él con ofrendas, adoren al SEÑOR en la hermosura de la santidad. 1 Crónicas 16: 28-29. La familia que ora y adora unida, permanece unida. A continuación algunos aspectos básicos para rescatar la estabilidad de la familia.

a. Mantener un balance relacional sobre la base de la cooperación. Los hijos son herencia del SEÑOR, y el fruto del vientre es una recompensa. Salmos 127:3. Poner de acuerdo a dos o más personas, es asunto de gracia y sabiduría de Dios, sin embargo, es el respaldo mutuo de los esposos ante sus hijos lo que permitirá estabilidad y balance disminuyendo el índice de los conflictos, porque la crianza y la disciplina de los hijos es responsabilidad de ambos padres; la pareja debe estar de acuerdo para respaldarse mutuamente con el propósito de edificar hogares bajo autoridad, disciplina, orden de prioridades y unión. En este sentido los padres deben ser una sola carne, uno solo para establecer las normas y pautas que enrumben el destino de la familia. No son ya dos, son una sola familia. El acuerdo y la flexibilidad con autoridad amorosa produce corrección. Esto implica un castigo ante las reglas quebrantadas, pero sin que la corrección sea violencia, ni gritos, ni golpes, sin palabras negativas o vulgares, sino mediante el diálogo y el razonamiento entre padres e hijos.

b. Aprecio y aceptación. Instruye al niño en el camino correcto, y aún cuando llegué a la vejez no abandorá la enseñanza. Proverbios 22:6. Los padres deben enseñar, instruir y corregir en amor, no como si los hijos fueran una carga; es necesario elogiar, reconocer, estimar y valorar las capacidades y los logros de cada miembro de la familia. Esto permite que cada uno en particular se sienta importante, parte del hogar, necesario, tenido en cuenta, identificado, con sentido de pertenencia y con apoyo familiar. Es bueno hacer uso de frases y palabras de agradecimiento, respaldo, expresiones de afecto, felicitación y reconocimiento de dones, talentos y logros; y por qué no, un obsequio, regalo o invitación que los estimule a ser mejores seres humanos cada día. Sin permitir que eso se convierta en una acción estímulo-respuesta, sino responsabilidad y deseo interno que nazca desde el corazón para aprender y obedecer las normas y reglas que autentiquen la autoridad y el respeto de los menores hacia los mayores.

c. Comprensión y diálogo. La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos, son sus padres. Proverbios 17:6. Teniendo en cuenta la unicidad, la diferencia, la individualidad compartida y la calidad de personas irrepetibles que somos cada uno de nosotros, se requiere atención y esfuerzo para escucharnos en reprocité, tratando de comprender el pensamiento, carácter y personalidad de los miembros de la familia en una buena empatía; la alteridad, el altruismo, la asertividad, la proactividad, la comprensión, y aceptación de todos debe caracterizarse por el amor, respeto y la paz al interior del hogar; padres ni hijos deben permitirse la extralimitación de malas actitudes y comportamientos; somos diferentes, cada uno con su propio temperamento y carácter, pero debemos esforzarnos por cultivar la amabilidad, la ternura, la misericordia y educación que son totalmente contrarios a la ira, la vulgaridad y la crítica negativa que son altamente destructivas.

d. Realidad conyugal tangible, espirituales pero con los pies en la tierra no sobre falsas expectativas. Si una casa está dividida contra sí misma, esa familia no podrá mantenerse en pie. Marcos 3:25. La lucha constante de la familia es crecer en todo bien permaneciendo unida, sin embargo, es triste ver familias que solo se hablan para pelear e insultarse, los pies están en el suelo, pero su mirada, vida y anhelos, están alejadas del cielo, solo Cristo en los corazones hará la diferencia. Cada uno debe ser lo que puede ser por sí mismo, y no lo que otros le imponen o esperan que él o ella sea; los dotes, talentos y cualidades son únicos en cada persona. Se trata de seres humanos, no de superhombres a los que se les exige cosas inalcanzables. El que no provee para los suyos, sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. 1 Timoteo 5:8. 

A los hijos de Dios nos corresponde rescatar y conservar la esencia del hogar, ya que vivimos en un mundo donde la familia está en descomposición y franco deterioro. El consumismo, el individualismo mal sano, la rapiña, las políticas corruptas y torcidas, y las ideologías extremas y sacadas del orden y prioridad divina, han propiciado que los padres en su afán de riquezas materiales se muestren cada vez más alejados y ajenos de su casa, ocupados por conseguir dinero, descuidando al tesoro que tienen en casa, ausentes, desentendidos, indiferentes, y sin compromiso ante el cuidado de los hijos.

e. Descansar en Dios, confiar y crear confianza en cada miembro de la familia. Espera en el SEÑOR esfuérzate y aliéntese tu corazón si esperas en Él. Salmos 127:14. Como padres y abuelos de fe debemos estar alerta de nuestros jovenes y nuestros pequeñitos que están necesitados de amor, comprensión, atención y direccion. Los padres deben ser personas espírituales que saben esperar en el SEÑOR haciendo lo que les corresponde, por lo tanto, todos los problemas se deben poner en oración, ayuno y velada familiar en las manos de Aquel que todo lo puede, lo primero que debemos hacer es ESTAR JUNTOS, consultar a Dios, fortalecerse en la palabra y esperar que Él responda y cree situaciones de alivio, NO se deben mover, no se deben apartar, ni retroceder de su posición de hogares de fe, para eso es el Altar Familiar y la base de la fe es el amor a Dios, el projimo y así mismos. El hijo sabio alegra al padre; el hijo necio menosprecia a la madre. Proverbios 15:20. 

Un hogar donde todos nos esforzamos por ser sabios en Dios, estará lleno de gozo a persar de las adversidades. Requiere gran esfuerzo de todos para resolver los problemas de la familua juntos, la familia es un equipo de unidad y trabajo de esfuerzo mutuo, esto nos mantendrá unidos en todos los momentos difíciles y de dolor, esforzarse significa correr la segunda milla, hacer algo más de lo normal para conquistar la confianza y el corazón de todos en casa, al mismo tiempo que para fortalecer la fe, alentándose unos a otros cuando alguno esté desanimado. Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispóngase a adquirir inteligencia. YO les brindo buenas enseñánzas, así que no abandonen mi instrucción. Proverbios 4:1-2.

Confío en nuestro Dios que esta enseñanza sirva de ayuda a todos los lectores de Con Pasos Firmes en Dios, para RESCATAR y RESTAURAR NUESTRAS FAMILIAS en el poder del Espíritu Santo y nuestra disposición para ver tiempos mejores. Nuestro Rey Eterno, los bendiga...Los malos extienden los arcos, y disponen flechas de muerte sobre las cuerdas, para herir desde lo oculto a los rectos de corazón. Y si son destruidos los fundamentos, ¿Qué puede hacer el justo? Pero Dios tiene su trono en los cielos; sus ojos ven sus párpados examinan a los hijos de los hombres. Él prueba al justo, pero aborro al malvado y al que hace violencia. Sobre el malvado hará llovwr calamidades; fuego, azufre y viento abrasador será la porción del caliz de ellos. Porque YHWH es justo y ama la justicia; y el hombre recto mirará el rostro de Dios.Salmos 11.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino..