Todo el que ha nacido de nuevo vence al mundo. Y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. 1 Juan 5:4.
Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque YO estoy contigo para librarte, declara el SEÑOR. Jeremías 1:19.
Porque las armas de nuestra batalla no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 2 Corintios 10:4.
Siempre hemos dicho que Dios nos usa para su gloria, pero eso no es lo correcto, Dios no es utilitarista, la realidad Bíblica es Dios obrando en sus hijos y a través de los redimidos nacidos de nuevo en Cristo Jesús; lo vemos claramente en el SEÑOR Jesucristo llamando a sus discípulos para ser sus seguidores, unirse y juntarse con Él para la obra de su reino, es exactamente lo que tenemos que hacer, unirnos y asociarnos a Cristo para ser uno con Él, así Él obrará milagros, cambios y maravillas, de manera personal y colectiva; el Todopoderoso obra a través de nuestra fe, por el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, con el fin de llevar a cabo proezas sobrenaturales que exalten su nombre y bendigan nuestra vida. Porque todas las promesas de Dios son SÍ, y amén en Él, por medio de nosotros para la gloria de Dios. 2 Corintios 1:20.
La fe obra maravillas en nosotros cuando le creemos a Dios porque Él sigue con el asunto de los milagros, con la palabra de fe que creamos y confesemos se hará realidad lo que está de acuerdo a su voluntad, manteniendo firme y estrecha nuestra relación con Jesucristo, porque unidos a Él mental y totalmente desde las entrañas, nuestros ojos estarán fijos en Él, y nuestra atención y confianza permanecerán en el SEÑOR, en Él está nuestra seguridad plena, pues Cristo ya soportó toda nuestra debilidad y vergüenza en la cruz, Él ya hizo todo el trabajo que se necesita para obrar milagros, destruyó la enfermedad en su cuerpo herido, venció la muerte, el pecado y al enemigo que son obtáculos a nuestro caminar de fe; nuestra tarea es creerle a Dios, asociarnos con Jesús y ponernos de acuerdo con su palabra para ver caer los obstáculos y que se destruyan las murallas de impedimento hacia nuestro propósito y que milagros suceden por fe. Dios es quien obra en nosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito. Filipenses 2:13.
Fe es estar de acuerdo con Dios y alineados a la palabra que Él ya hablado, caminando con Cristo, adorando a Dios y esperando en Él con paciencia, esa es la razón por la cual la fe obra y vence obstáculos, aniquilando con fe a los enemigos; sin embargo, muchos no reciben, porque no saben lo que Dios ha dicho, porque la fe obra oyendo la palabra que provee confianza y seguridad en lo que Dios es, representa, dice y hace, y unidos a Cristo para un fin común entre Dios y nosotros; asi cuando oramos, la oración llega al cielo porque comenzó en el cielo, es una oración poderosa en la palabra porque conocemos a Dios y conocemos lo que dice su palabra, esa debe ser nuestra diaria realidad en la permanente comunión con Cristo, una relación eterna, directa y vigente en línea con su palabra y el poder del Espíritu que obra en cada creyente que vive por fe, seguro, en santidad y en victoria en estos días tan peligrosos, donde la copa del pecado está a rebosar en todas las naciones. Dios nos hace aptos para toda buena obra, según su voluntad, y obrando Él en nosotros lo que es agradable delante del Padre mediante Jesucristo, a quien sea la gloriia por los siglos de los siglos. Hebreos 13:21.
Somos un organismo vivo con fines eternos de salvación, sanidad, libertad, vida y justicia, por lo tanto, con fe declaramos valientemente y con certeza lo que Dios ya ha dicho, pues la fe transmite lo que Dios ya ha declarado como un hecho realizado, porque con la boca se confiesa para salvación y con el corazón se cree para ver lo imposible; si entendemos esto y tomamos conciencia de la importancia de nuestra unidad con Cristo, pensaremos como Dios, por su Espíritu que vive en templos vivos, entonces su presencia fluirá como río dentro de nosotros para ver grandes cosas que superan todo entendimiento y todo obstáculo, pues el poder milagroso de Dios ya está en nosotros como nuestro ADN que supera todo lo natural. El Verbo se hizo carne, y vino a habitar en nosotros, para que nosotros veamos la gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14.
El enemigo pone trabas y obstáculos que siembra en la mente de muchos creyentes, pasan los años y no ven respuesta a su necesidad, pero en Dios todo es posible si hay fe, Él puede traspasar las leyes naturales, convirtiendo el agua en vino, o andando sobre el agua, son milagros fuera de toda lógica humana, que pueden suceder cuando venimos a Cristo con la fe un niño, Él cambia toda nuestra perspectiva humana y natural para crear fe sobrenatural que supera cosas complejas de nuestra vida, cosas que humanamente no podríamos obtener sin Dios. Sin fe es imposible agradar a Dios…Hebreos 11:6; La justicia de Dios obra por medio de la fe en Jesucristo, para todo aquel que cree… Romanos 3:22.
El capítulo 11 de Hebreos identifica los héroes de la fe, en el salón de la fama de los hombres y mujeres de Dios, y la única manera de llegar allí, es siendo uno con Cristo, en espíritu, alma y cuerpo, esto es fe de entrega asociados a Dios, esto es amar a Dios, es creerle a Dios y actuar según los criterios divinos de su palabra; nunca nadie será recompensado por Dios por su fama humana, por su dinero, su apellido, sus sentimientos o amigos, seremos recompensados, es decir, recibiremos milagros que vencen todo obstáculo, conforme a nuestra relación, seguridad, confianza y fe en Jesucristo… Conforme a su fe les sea hechos. Mateo 9:28-30.
Debemos saturar nuestra mente con las extraordinarias historias Bíblicas, especialmente al leer acerca de los héroes de la fe que alcanzaron milagros y cosas extraordinarias puestos sus ojos en Dios y no en la gente ni las circunstancias; y ya se lo que es eso, no es nada fácil estar fuertes para ver milagros cuando pasamos por una enfermedad que nos impide movernos, dolores que nos impiden orar con libertar y muchas cosas que tratan de robar nuestra asociación íntima y estrecha con Dios, para pensar como Él, hablar como Él y por fe caminar sobre las aguas de la prueba; sin embargo, cuando fijamos la mirada en el SEÑOR, nos acordamos de su amor, su bondad y su poder, oramos y nos humillamos, el Espíritu viene a levantar nuestro espíritu para pararnos firmes y pelear por nuestro milagro, y que Él diga: Hija, tu fe te ha sanado; ve en paz y queda sana de tu aflicción. Marcos 5:34.
Por fe cayeron los muros de Jericó, una ciudad importante, grande en antigüedad y tan amurallada que parecía inexpugnable e inconquistable, pero ante Dios sobresalía por su iniquidad e inmoralidad indescriptibles; su apariencia estructural parecía decirle al pueblo de Dios que se mantuvieran lejos porque no podrían hacer nada contra ella; Jericó era un obstáculo para el cumplimiento de las promesas de Dios, ¿Qué significa eso para nosotros hoy? Todos hicieron lo que el SEÑOR mandó. El pueblo gritó a voz en cuello, las trompetas sonaron y las murallas se vinieron abajo. Josué 6:20; Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de rodearlos siete días. Hebreos 11:30.
Esta historia significa hoy que para mucho pueblo de Dios hay obstáculos que ellos ven infranqueables, pero que deben ser removidos, para mí significa que debo aferrarme más a Cristo, meter mi cabeza en su pecho y no mirar las circunstancias y así poder derribas obstáculos que hasta hoy han impedido que mi vida muestre todo el poder de la gloria de Dios para ser victoriosa a la manera del Padre, porque el diablo se ha encargado de colocar piedras de tropiezo y obstáculos entre nosotros, el plan y la voluntad de Dios, en el cumplimiento de promesas que Dios ha dado pero no vemos cumplidas; el enemigo ha obstaculizado nuestros sueños en Cristo. Construyan, construyan, preparen el camino, quiten los obstáculos del camino de mi pueblo. Isaías 57:14. Tengamos cuidado, no sea que la libertad en Cristo, se convierta en piedra de tropiezo para el débil. 1 Corintios 8:9.
Todos enfrentamos diversos obstáculos
en la vida de fe, sean de índole personal, familiar o congregacional, por las
relaciones, la economía, la enfermedad, una vida de pecado y puede haber amargura
por sueños no alcanzados, y porque nadie reconoce nuestro esfuerzo y nuestros
méritos, porque las artimañas del maligno están entre Dios y nosotros en todo
lo que Dios quiere que seamos en Cristo, pero Él nos ha dado su palabra para
superar los obstáculos, poniendo nuestra fe en acción y conservando nuestra
estrecha, íntima y plena asociación con Dios, pero debemos convertirnos en
héroes de la fe, como aquellos Que por fe
conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas,, taparon boca de
leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada; sacaron fuerza de
debilidad, se hicieron fuertes en batalla y pusieron en fuga ejércitos
enemigos. Hebreos 11: 33-34.
1. Estemos conscientes
de Dios y no veamos los problemas. Estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos y vio un
varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su
mano. Y Josué fue hacia Él,, para preguntar: ¿Eres Tú de los nuestros. o de
nuestros enemigos? Él respondió: Como Príncipe del ejército de YHWQH he venido
ahora. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra, loa doró y dijo:
¿Qué dice mi SEÑOR a su siervo? Josué 5:13-14.
Josué era consciente del problema tan grande que tenía de
frente, pero con fe, alzó los ojos al cielo y vio al SEÑOR cerca de él,
encontrándose cara a cara con el Ángel de YHWH, quien venía a hacerse cargo de
la muralla, el gran obstáculo y problema; el siervo reconoció al Capitán de los
ejércitos de Dios y lo adoró; la revelación del SEÑOR fortaleció la fe de Josué
en su corazón. El siervo estuvo consciente de la presencia del SEÑOR, así todo
fue mejor, pero muchas veces nos quedamos lelos mirando las murallas
inexpugnables del problema Jericó. El apóstol lo entendió, fue fuerte, cumplió
su misión y escribió para nosotros hoy, que seguimos rodeados de enemigos
espirituales. Fijemos nuestra
mirada en Jesús, porque de Él procede la fe y Él es quien la perfecciona. Pues
Él soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte; Él sabía que
después de su sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del
trono de Dios. Hebreos 12:2.
2.
Obedecer lo que Dios ordena. Jericó quedó bien cerrada, a causa de los hijos de
Israel; nadie entraba ni salía, Y el SEÑOR Dijo a Josué: YO he entregado en tu
mano a Jericó y a su rey con sus varones de guerra. Rodea la ciudad con tus
varones de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez, y esto harán durante
siete días. Los sacerdotes llevarán siete bocinas de cuerno de carnero delante
del arca; y al séptimo día darán siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes
tocarán las bocinas. Cuando toquen, háganlo prolongadamente, y que todo el
pueblo grite a gran voz al sonido de las bocinas, y el muro de la ciudad caerá;
y todos avanzarán hacia adelante. Josué 6:1-5.
Este fue el gran plan del Todopoderoso para darle la
victoria a su pueblo, con Josué, como una gran general y estratega militar,
Josué no cuestionó, solo obedeció las órdenes del Gran Capitán, pues Dios nos
ordena muchas veces, cosas extrañas pero muy serias de obedecer. Debemos
obedecer a Dios antes que a los hombres, sin importar lo que otros vean y opinen,
pues siempre recibiremos burlas de la gente del mundo que vive por lógica y no
por fe, porque lo que Dios dice es ley para cumplir; mostramos nuestro amor y
reverencia al SEÑOR cuando vencemos las emociones y obedecemos sus
instrucciones; Cristo es nuestro poder y sabiduría en Dios para vencer. Porque la palabra de la cruz es locura para los que se
pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Destruiré
la sabiduría de los sabios, y desecharé el razonamiento de los entendidos…1
Corintios 1:18-21.
3.
Paciencia para esperar con fe el tiempo del SEÑOR. Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día y
volvieron al campamento.; de esta manera hicieron durante seis días Al séptimo
día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad siete
veces. Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo
al pueblo: griten, porque el SEÑOR nos ha entregado la ciudad. Josué 6:14-16.
En Cristo tenemos el lujo de esperar con paciencia, fe y
esperanza para obtener la victoria sobre todo obstáculo y con gozo vencer la
incredulidad, porque sin fe, sin Cristo y sin obediencia a Dios, no hay sino
juicio y condenación, nunca libertad y victoria. Cada momento que Dios nos hace
esperar mientras oramos por una respuesta o por un milagro, Dios no pone a
aprender a ser pacientes, pues del mundo hemos aprendido afanes, aceleres y
estrés que matan toda forma de vida victoriosa. Esperar en amor, comunión y
oración, nunca será una pérdida de tiempo; el que le cree a Dios y obedece sus
instrucciones, no se apresura a hacer su parecer, sabe esperar en adoración EL
tiempo del SEÑOR. Los que miran a
Dios, son iluminados; sus rostros jamás serán avergonzados. Salmos 34:5; Se
paciente y espera a que el SEÑOR obre. No te endurezcas cuando veas que los
perversos se salgan con la suya. No te exaltes, ni te molestes…Salmos 37:7;
porque el camino de Dios es perfecto; y su palabra es digna de confianza; Él es
escudo a todos los que en Él esperan. Salmos 18:30; Y si esperamos algo que todavía
no vemos, tenemos que esperarlo con paciencia firme. Romanos 8:25.
Nuestra garantía absoluta para vivir por fe y ver milagros,
solo están en Dios, quien es digno de creer y vivir en obediencia inmediata,
unidos a Dios, mirando a Cristo y teniendo comunión con el Espíritu Santo, lo
cual nos produce gozo y fe incuestionables, obrando y caminando con base en la
palabra de Dios, pues la fe, sin obras, es muerta; Creemos a Dios porque Él ya
lo ha dicho y lo ha hecho y porque lo amamos, no solo por lo que Él quiera
darnos, sino por lo que Él es y representa para nuestra vida de redimidos y
salvados. Si Dios ya lo ha dicho, esto debe permanecer escrito indeleblemente
en nuestra mente y corazón, repitiendo cada día sobre nuestra vida, sus palabras;
y si hemos conocido a Dios, caminamos con Cristo, alineados a su palabra y
andando en acuerdo con Dios; por lo tanto, nuestra fe debe reaccionar a lo que
Dios ya ha dicho. Si realmente
escuchan al SEÑOR su Dios, y cumplen fielmente toda su palabra que ordena hoy,
el SEÑOR tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.
Deuteronomio 28:1. Amén.