Respondiendo
Jesús dijo: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con todas tus fuerzas, y con todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti
mismo, Lucas 10:27..
No dirás
falso testimonio contra tu prójimo, Éxodo 20:16, Deuteronomio 6:20.
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No engañarán,
no mentirán el uno al otro. Y no jurarán falsamente, Levítico 19:11b y 12a.
Cada mandamiento de la ley de Dios, nos enseña uno o más principios
absolutos, para guardar nuestras vidas, proteger nuestras relaciones y mantener
limpia el alma en paz y libertad; la Integridad es un principio contemplado
en el octavo y noveno mandamiento, principio tan básico pero tan
violentado en la actualidad, la gente aparenta, y muestra fachadas para robar mintiendo
y falseando hasta por cosas insignificantes; se fingen emociones y
sentimientos, se engaña y se traiciona poniendo máscaras, ése es el pan diario
que como hijos de Dios debemos vencer y luchar velando con integridad y transparencia
de intenciones, acciones y palabras, No robarás y
No dirás falso testimonio contra tu prójimo, Éxodo 20:16,
Deuteronomio 6:20.
Estos dos mandamientos encierran Integridad, llena de honestidad y verdad;
el prójimo no es solo aquella persona que tenemos cerca o vive a nuestro lado,
el prójimo es toda persona con la cual llegamos a tener contacto de cerca o de
lejos, por corto o por largo plazo, Jesús mismo lo aclara al intérprete de la ley
y le narra la historia del Buen Samaritano, que pasaba por el camino y encontró
al hombre tirado y herido, al cual corrió el samaritano para socorrer y curar;
entonces, nuestro prójimo es todo aquel con el cual nos encontramos
en el camino de la vida, con el cual contamos o requerimos mutuamente el uno al
otro en un momento de la vida, Lucas 10:30-37.
Con el octavo y noveno mandamiento Dios nos
convoca a establecer una sociedad civilizada de sanas costumbres y de una moral
férrea del bien; la buena moral integridad y santidad, la primera habla de lo
que yo hago con mi prójimo, la segunda habla de lo que yo soy ante los ojos de
Dios cuando nadie más me ve; Dios anhela una sociedad gobernada por leyes
morales rectas, por eso debemos estar atentos a la clase de leyes que aprueban
los representantes del gobierno de turno, para que intervengamos en deshacer
leyes inmorales y corruptas que vician la sociedad matando la integridad. La integridad
no es algo subjetivo o relativo que cumplimos según algo nos parezca bueno o
malo, es un principio que debemos vivir a toda prueba. La moralidad y los
principios nacen de Dios, por lo tanto, son absolutos, innegociables,
incambiable, inamovibles y eternos, por siempre contenidos en la biblia que es
la voz de Dios, a la cual, no se le añade, ni se le quita, Deuteronomio
4:2 y Apocalipsis 22:19.
Como personas que conocen y temen al Creador, debemos vivir en los
fundamentos absolutos de Dios que sostienen la vida de la humanidad con orden y
justicia; Dios es el Dador de la leyes, Él es el Mayor Legislador, Él nos
enseña que si vamos a ir al tribunal, la corte o ante un juez, no debemos
cometer perjurio que es falso testimonio, tampoco mentir ni engañar impíamente, El Eterno
Dios aborrece a los mentirosos, pero mira con agrado a los que actúan con la
verdad, Proverbios 12:22. Estamos obligados
a dar testimonios de lo verídico, no debemos ser falsos ni mañosos, es
necesario la integridad para que haya justicia y paz; es nuestro deber ante el
Creador Salvador declarar lo justo y real, descartando lo tramado y fabricado
con maldad. La integridad hace que los perversos se den cuenta que son esclavos
de su culposa impiedad y que viven en pecado, porque la falta de integridad es
astucia de serpientes, en personas hipócritas y taimadas que como el camaleón
manejan caras según la ocasión.
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Lo que Dios quiere establecer con los
mandamientos es un código moral de relaciones interpersonales que produzcan
confianza y rescate de vidas unidas entre todos los seres humanos, para que
podamos vivir con alegría y a plenitud; por lo tanto la falta de integridad es
grave, es un atentado contra las personas y la sociedad porque es pecado ante
el Gran Legislador al infringir la ley del amor con la maldad del desamor; YHWH
desea que seamos íntegros a toda prueba, esa es la razón por la cual el SEÑOR
dice que tu respuesta sea Sí o No, Basta con
decir claramente Sí o No. Pues lo que es más allá de esto, es maldad, Mateo
5:37.
Por lo tanto, tenemos que llamar al pecado,
pecado, sin ponerle arandelas para disimularlo, la falta de integridad es
corrupción en todas las áreas porque es perversión; la pregunta es: ¿Eres
íntegro o corrupto? Maneja la rectitud para responder. Y sobre todo,
hermanos míos, no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro
juramente; antes bien, sea su Sí, si, y su No, no, para que no caigan bajo
juicio, Santiago 5:12.
TRES FORMAS PARA
DESARROLLAR INTEGRIDAD A TODA PRUEBA
1. Ser sinceros con nosotros mismos. Ahora es el momento de eliminar el
enojo, la ira, el mal comportamiento, la calumnia y el lenguaje sucio,
Colosenses 3:8-9. Las personas más difíciles de ayudar son las deshonestas, ellos
siempre están inventando algo para evadir la verdad, porque no reconocen la
culpa, siempre tienen una excusa y una razón para evadir su responsabilidad y
negar su deshonestidad.
Si no somos íntegros Dios NO nos ayudará, esa
es la razón por la cual muchos no han podido experimentar la sanidad de su
corazón, ellos conservan abiertas sus heridas, no son honestos con su
necesidad, su deshonestidad les impide enfrentar la realidad de su alma, El necio
engañado come ceniza, su corazón lo desvía, para que su alma no sea libre, y no
puede entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira, Isaías 44:20.
Cuando el falto de integridad se equivoca y se
le intenta hacer ver su error, siempre tiene una respuesta y una excusa, está a
la defensiva, es perfeccionista, y no puede admitir sus faltas porque no ha
decidido cambiar, y así nunca será libre, el deshonesto exagera las cosas, no
puede decir exactamente cómo sucedieron sino que añade o quita, lo cual es incorrecto;
si te llegan 10 personas a la reunión, no digas que fueron 50 enfrente la
realidad, Te sentías seguro en tu maldad, y pensaste:
nadie me veía. Tu sabiduría y tu conocimiento te engañaron. Pensaste en tu
interior: yo y nadie más que yo, Isaías 47:10; si somos sinceros
con nosotros mismos, entonces estamos siendo íntegros con los demás, debemos
ser correctos en todo lo que decimos, hacemos, sentimos y expresamos.
2. Ser íntegros con los demás, A los rectos los guía la integridad; a los falsos los destruye su
falsedad, Proverbios 11:3. Lo más tremendo es que hablando con otras
personas, algunos dicen, para ser honesto contigo te diré… ¿Qué? ¿Entonces las
demás veces que hablas con esa persona eres falso? Esa expresión es como decir,
después te engañaré. La integridad que Dios espera de nosotros es que tengamos
el coraje de admitir y confesar nuestros errores a los demás, así seremos
sanados y liberados, Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean
sanados. Y oren unos por otros, la oración del justo puede mucho, Santiago 5:16.
La biblia nos dice que además de confesar los
pecados a Dios, también debemos confesarlos a aquel que hemos afectado, o con
quien estamos involucrados en algo turbio, es decir, cuando nos engañamos y
mentimos unos a otros no podemos ser sanados del alma porque hay culpa y mentira
faltando a la integridad; pero al reconocer el engaño en que incurrimos, somos
humildes y por lo tanto libres; siempre en algún momento de la vida debemos
rendir cuentas sinceramente unos a otros, así rescatamos y revivimos la
confianza, Por lo tanto, dejando a un lado la falsedad,
hable verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros del mismo cuerpo
los unos de los otros, Efesios 4:25.
Conocer las fortalezas es algo muy común entre
la gente, sería mucho mejor si nos conociéramos los pecados que escondemos: así
como lo es la vergonzosa lujuria, el criminal odio, la malvada envidia,
los agresivos celos, el engañoso doble ánimo, el traidor orgullo, la mentirosa
hipocresía, o cualquier otro destructor vicio, etc., son pecados comunes que
ocasionan mucho daño en vida de todos y nos hacen merecedores de condenación eterna.
Tantos pecados escondidos se perpetúan porque somos cobardes para reconocerlos
y confesarlos aún a nosotros mismos y ante Dios como si Él no supiera y sería muy
bueno que destruyéramos tantas tinieblas que oscurecen nuestras relaciones
personales. ser sinceros y transparentes es usar de integridad con todos y en
todo lo cual haría mucho bien: gozaríamos de libertad y seríamos dignos de
confianza.
En la mayordomía, supervisión y dirección de
grupos de personas es muy importante saber con qué clase de personas trabajamos
para poder realizar buenas gestiones, Por lo tanto,
no se mientan unos a otros, puesto que ya han dejado al viejo hombre con sus
malos hábitos, y se han vestido del nuevo, el cual se va renovando hacia el
verdadero conocimiento, conforme a la imagen de Aquel que los creó, Colosenses
3:9. La
biblia enseña que hay tres tipos de personas, los sabios, los insensatos y los
malos; el sabio se alinea a la verdad, el insensato no acepta la verdad por eso
toma revancha con la corrección, se enoja adaptando una apariencia según su
parecer y conveniencia, evadiendo la realidad de las cosas y yéndose por las
ramas, los malos jamás admitirán toda su maldad, porque están engañados en su
corazón, Corrige al insensato y te ganarás su odio;
corrige al sabio y te ganarás su aprecio, Proverbios 9:8.
Hay muchos insensatos que no se pueden corregir con palabras, son tan
necios que prefieren quedarse con las consecuencias antes que cambiar, No se
puede razonar con un necio insensato, porque la raíz de su pecado es la falta
de integridad en sí mismo; hay una raíz de maldad en su alma que le impide ser sincero,
por eso se engaña él mismo, al malo se debe rechazar después de una segunda
advertencia. Así que, si tienes cerca a una persona mala, deséchala,
porque no se puede lidiar con una persona así, Si alguien
causa divisiones en la iglesia, llámale la atención una y dos veces; pero si no
hace caso, expúlsalo de ella, Tito 3:10.
Seamos íntegros unos con otros, la sinceridad
nos proporcionará gran libertad y confiabilidad eliminando las fachadas y las
máscaras dejando de lado la cara pública y la privada, pues esta actitud es
total engaño con nosotros mismos y los demás, si somos genuinos en todo
momento, en todo lugar y con todas las personas, será más fácil que Dios nos
bendiga y otros nos ayuden, El hombre de bien presta con generosidad y
maneja sus negocios con honradez, Salmos 112:5.
Algunos manejan tres caras, y no es que tengan
personalidad múltiple, algunos hijos de Dios, aman a Dios, y aman a su familia,
pero el otro que llevan dentro es el que peca ocultamente, vive inmoralidad en
el fondo de su corazón, aunque quiere ser libre, la tercera persona que maneja,
es un mentiroso embustero que lo domina, que miente a su familia, miente a sus
cercanos y a sus amigos; en esas condiciones, se podría ayudar al hombre de las
dos primeras caras, pero al tercero no; ese tiene que morir a todo su pecado
oculto, de lo contrario no será restaurado, definitivamente tiene que morir.
Seamos correctos con nosotros mismos y los demás, Esfuérzate
por presentarte aprobado ante Dios como un obrero que no tiene nada de qué
avergonzarse y que enseña correctamente la palabra de verdad al ponerla en
práctica, 2 Timoteo 2:15.
3. Ser rectos para con Dios, No se engañen ustedes mismos; nadie puede burlarse de Dios, Todo lo que
cada uno siembra, eso mismo cosechará, Gálatas 6:7. No podemos de
ninguna manera ser sinceros con Dios, si hemos pecado o hemos actuado mal en
algún momento, debemos ir humillados a los pies de Cristo, pero muchos van
varias veces, y no le confiesan el pecado, el error o la falta que cometieron,
qué tontos, ¿acaso Dios no lo sabe?
Tratar de engañar a Dios es portarse
infantilmente, como el niño que esconde tras la espalda lo que se robó. Cristo
ya pagó nuestros pecados y culpas, no le calles a Dios lo que debes reconocer
ante Él; sea sincero, y veraz con Dios, mentirle a Él lleva a la persona al orgullo
y lidiando con su doble ánimo; si queremos ser libres de la carga del pecado y
de la culpa, debemos ser sinceros con Dios, aunque Él ya lo sabe todo, Bienaventurado
aquel cuya trasgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. Bienaventurado
aquel a quien YHWH no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño,
Salmos 32:1-2.
Infringir la palabra de Dios afecta nuestro
cuerpo, alma y espíritu, sea por odiar a alguien, tener un ídolo, vivir en
impureza sexual o engañar; para cometer estos pecados, la gente tiene que
mentir y ser engañados en su espíritu, por favor, le suplico que se libere,
expulse todo lo oculto a la luz de Cristo. Debemos ser totalmente trasparentes,
sinceros y correctos con Dios, con la gente y con nosotros mismos; así que, si
tu hijo roba algo, corrígelo por robar y dale otra corrección por mentir y no
aceptes el hecho, Vale más lo poco ganado honradamente, que lo
mucho ganado en forma deshonesta, Proverbios 16:8.
Es muy triste habituarse a mentir inventando
historias creyendo que "se favorecen" y los "hace quedar
bien" pues en realidad dejan tras de sí una atadura de engaño y deshonestidad;
Dios te dice hoy, lo mejor es que seas correcto en todo y con todos. Hagamos
una lista de las cosas torcidas que solemos hacer, busquemos a una persona de
toda nuestra confianza y confesemos, será la mejor forma de reconocer el pecado
oculto para ser libres y restaurados, Al que
disimula su pecado, no le irá bien; pero al que lo confiesa y lo deja, será
perdonado, Proverbios 28:13.
Lo más difícil en el matrimonio, quizá no sea
la inmoralidad de la infidelidad, sino la falta de valentía para reconocer el
pecado de traición y apartarse; Dios desea que vivamos en rectitud y verdad, el
principio de mayor liberación es la verdad; corramos a Dios con sinceridad para
poder tener un corazón limpio y confiable con los demás, Dichosos
los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios, Mateo 5:8. Amén,
Comparto este valioso mensaje que escuché de
un gran siervo de Dios, puesto que casi no se predica de los principios
bíblicos que conducen a los valores sociales y hacen virtuosas a las personas;
los principios eternos consignados en las Escrituras es algo que debemos vivir
diariamente, recordar y enseñar para tener claro el estilo y calidad de vida
que agrada al Creador, bendice a todos y transforma a la sociedad.
Mg. MEHC,
hija del Dios vivo real y verdadero y servidora de su reino.