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17 jul 2016

NO VIVO YO, CRISTO VIVE EN MI- 1ra. PARTE


QUE CRISTO VIVA EN MI, Y YO MENGUE SIGNIFICA QUE YO ME CONDUZCO SABIAMENTE

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí, Gálatas 2:20: Porque para mí el vivir es Cristo; y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger, Filipenses 1:21-22

Estamos vivos, pero constantemente estamos entregados a la muerte, por causa del SEÑOR Jesús, para que la vida de Él, se manifieste en nuestro cuerpo mortal. 2 Corintios 4:11.

Palabra fiel es esta: Que si morimos con Cristo, también viviremos con Él. 2 Timoteo 2:11.

El texto de proverbios es un paralelismo que resalta verdades comparando tres cosas que nunca debemos olvidar: aprender, vivir y proyectar, cosas que se relacionan con el ayer, el hoy y el mañana; porque aprendo del pasado, vivo el presente y proyecto el futuro para vivir sabiamente en Cristo. Pon en manos del SEÑOR todos tus planes, y tus proyectos se cumplirán. Proverbios 16:3.

Estos contrastes nos llevan a recordar una enseñanza de Gabriel Peralta que afirma que hay tres desafíos para todo ser humano: perdonar el pasado, herramientas para vivir el presente y tener una visión de futuro. Y de esto se desprenden cinco pautas para mantenernos con una actitud de aprendizaje sobre la base de tres preguntas de reflexión: ¿En qué etapa de mi vida me encuentro? ¿Cómo han finalizado mis etapas anteriores? ¿Cómo me estoy preparando hoy para mi siguiente etapa? Honrar a Dios nos instruye en sabiduría; y antes de la honra está la humildad. Proverbios 15:33.

Cuando doy respuesta a esas tres preguntas, estoy aprendiendo del pasado con una actitud de aprendizaje que nos recuerda la palabra de Dios, Aprendan a hacer el bien; busquen la justicia, reprendan al opresor, aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda, Isaías 1:17. Debemos conservar una actitud enseñable para aprender de cada situación buena o mala que Dios nos permita vivir.

Nos concentramos en el presente para perfeccionar lo que es saber vivir en Cristo, identificando en las Escrituras las herramientas que nos permiten tener una vida sabia y abundante como Dios quiere que vivamos; aqui algunos ejemplos de buenos autores que han hecho historia. El escritor García Lorca dijo: desechen tristezas y melancolías, la vida es amable, tiene pocos días, y tan solo ahora la podemos disfrutar. La biblia nos enseña que Si vivo es para servir a Cristo, y si muero obtengo ganancia porque estaré con Él. Filipenses 1:21. Porque todos buscan lo suyo propio, y no lo que es de Cristo Jesús. Filipenses 2:21.

El comentario bíblico de Bacon, nos ayuda a clarificar lo que quiso decir Pablo con esta frase: para mí, no es una opinión, es el énfasis de su convicción que afirma que su vida estaba entregada al servicio de Cristo. ¿Has entregado tu vida a Cristo? Esto nos enseña que vivir es Cristo, y el apóstol lo confirmó así: Con Cristo fui crucificado, y ya no vivo yo, sino es Cristo quien vive en mí; y lo que ahora vivo en el cuerpo lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Gálatas 2:20.

El apóstol concluye que para el creyente vivir es Cristo, lo cual literalmente significa que Cristo es la vida, tal como Él dijo: y Él Señor lo ratificó: YO SOY el camino, la verdad y la vida; y nadie llega al Padre sino por Mí, Juan 14:6, si vivo, viviré a Cristo, es decir, que mi hoy es un vivir en Cristo. El que dice que permanece en Cristo, debe andar como Él anduvo. 1 Juan 2:6.

Ya no vivimos para nosotros, sino por Cristo y para Cristo, esto es, Cristo significa para mi la vida y la muerte, es decir vida santa y muerte al yo, la carme y el mundo; aqui morir me resulta una ventaja, porque la vida y la muerte son bendiciones en su momento, por eso Pablo estaba en estrecho y no sabía cuál escoger, si vivir en Cristo o morir en Cristo, lo que significa que Pablo estaba preparado tanto para vivir como para morir porque el bien vivir, asegura el bien morir. Y Él murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos. 2 Corintios 5:15,

La pregunta es: ¿Cómo estoy viviendo mi hoy? ¿Cómo es mi vida en el presente? ¿Estoy preparado para morir? Si la respuesta es afirmativa, entonces estoy preparado para morir. Y si estoy viviendo bien, estoy viviendo sabiamente, y si vivo sabiamente, estoy viviendo en abundancia, por lo tanto, si vivo sabia y abundantemente, estoy preparado para morir. Porque para mí, vida y muera en Cristo es mi ganancia; y si mi vida está completa, henchida y rebosante de Él, si muero estaré en la plenitud de la presencia de Dios. Hijitos permanezcan en Cristo, para que tengamos confianza cuando Él aparezca y no seamos avergonzados en su venida. 1 Juan 2:28.

Podríamos contrastarlo con el pensamiento de Sábato: la vida es tan corta y el oficio de vivir es tan difícil que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morir; para que no nos pase esto, no podemos vivir en nuestras propias fuerzas ni en nuestras propias perspectivas, escojamos vivir en Cristo, con la perspectiva que lo que deba ser, todo es para Él mientras yo viva. Porque con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí, y todo lo que vivo en el hoy, lo viviré por la fe en el Hijo de Dios quien me amó hasta la muerte. Al respecto Henry Cloud dijo: el hoy puede ser enemigo de tu mañana. Porque tu mañana, dependerá de lo que hagas hoy, y lo que hagas hoy depende de lo que has aprendido del pasado. El Lema: Aprender, vivir y proyectar; entonces: El que está unido a Cristo es una persona nueva. Las cosas viejas quedan atrás, y todo se convierte en algo nuevo. 2 Corintios 5:17.

A. LO QUE ES VIVIR EN CRISTO. Es vivir en el Espíritu y ya no me dominan mis emociones, mis pasiones ni mis pensamientos, porque todo lo he llevado cautivo a la obediencia en Cristo, para hacer morir mis caprichos, mis deseos y mis pasiones para someter mi voluntad a la del Padre, esto me permite vivir libre, seguro, tranquilo y tranquilo. Porque no hay condenación para los que están en Cristo, porque ellos no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1,  por lo tanto:

1. SI estoy en Cristo, Vivo Sabiamente, Los sabios resplandecerán como estrellas brillantes en el cielo, y quienes enseñan a las multitudes el camino de la justicia, brillarán como estrellas para siempre, Daniel 12:3. Esta es la voluntad de Dios para nuestra vida, que seamos los faros y luminares que Él enseñó que debemos ser. ¿Vivo en la luz? ¿Estoy buscando lo que debo buscar? ¿Vivo como debería estar a la hora de mi muerte? Que viva Cristo y yo muera y mengue requiere pureza y santidad de vida según la verdad bíblica.

2. Si Cristo vive en mí, tengo vida abundante. YO he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia, Juan 10:10b. Somos hijos de Dios y hemos sido renacidos en Cristo para disfrutar de esa vida abundante que Él nos regaló con su resurrección, porque participamos de sus riquezas en gloria, Filipenses 4:19. ¿Cuál es tu definición de vivir en abundancia? ¿Estás viviendo la vida abundante ofrecida por Jesús? Vivir en esta tierra es disfrutar sana y moralmente cada instante, siendo las personas que el Padre soñó. Aunque somos imperfectos, cada día somos perfeccionados por el Espíritu Santo en integridad de Cristo.

3. Si Cristo es la razón de mi vida, reviso lo que creoCreí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 2 Corintios 4:13. ¿Qué crees? ¿Cuáles son tus creencias, convicciones, principios y valores? Randy Frazze con respecto al creer dijo: Lo que crees en tu corazón definirá lo que llegues a ser, las convicciones son las que nos llevan a ser lo que somos y lo que creemos en el corazón, definirá lo que lleguemos a ser como personas; entonces si Cristo es la razón y sentido de mi vida, yo voy tras su huellas. Y ejemplo les he dado, para que como YO les he hecho, ustedes también hagan...Juan 13:15-17.

4. Si ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí, entonces hago lo qué debe ser, El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo…por sus frutos los conoceréis, Lucas, 6:45 y Mateo 7:16. Jesús vivió limpia, fielmente y de manera intencional, ¿Estoy viviendo como Cristo vivió? ¿Soy obediente y fiel a Dios? ¿Cuáles son mis propósitos? ¿Cuáles son mis intenciones? ¿Lo que creo y lo que hago a dónde me lleva? ¿Me gusta lo que veo de mi mismo? ¿Estoy satisfecho con lo que soy? Siempre y cada día, tenemos algo que aprender, algo que dejar y algo que mejorar para agradar a nuestro Creador.

El propósito de Dios para sus hijos, es que lleguemos a ser como Jesús, Que, conociendo al Hijo de Dios, lleguemos a ser personas perfectamente maduras, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, Efesios 4:13. Si el SEÑOR Jesucristo es nuestro modelo, debemos permitir que el Espíritu de Dios forme el carácter de Cristo en ti y en mí, para que lleguemos a ser la clase de personas que Dios soñó. Debemos conocer en quien creemos porque nos importa, si estamos seguros de lo que creemos, estaremos conscientes de cómo finalizan las etapas de nuestra vida, y para ello nos preparamos para la siguiente etapa, alineándonos al plan de Dios. Mateo 10:29-31.

5. Si Cristo habita en mí, yo disfruto el presenteAsí que no se preocupen por el día de mañana…basta a cada día su propio mal, Mateo 6:34. Y teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto, 1 Timoteo 6:8. Vivir en el presente es disfrutar el día a día porque Dios es un eterno presente y cada día son nuevas sus misericordias. Al respecto William Pineda lo expresa así: La vida es corta, disfrútala, el amor es raro, vívelo, el miedo es feo, desafíalo, los buenos recuerdos son dulces, aprécialos. Esto significa para los hijos de Dios, gozarse la vida en Cristo sea cual sea el momento, porque todo nos deja experiencias para madurar; vivamos dando fruto en el Espíritu Santo en el ahora, porque el pasado, atrás quedó y el futuro, aún no llega.

6. Si ya no soy yo, sino Cristo en mí, Aprovecho bien el tiempoDespiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Miren bien con diligencia, cómo andan, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos, Efesios 5:14-16. Es un sentido de urgencia saber administrar bien el tiempo hoy. Dios nos dice tengan cuidado de su manera de vivir, aprovechen bien cada momento y sean sabios en medio de tanta maldad, sacando provecho a cada circunstancia con lo bueno que nos pueda dejar para aprender y desarrollarnos, porque cada día es un regalo de Dios. Tan corta como es la vida, aún la acortamos más por el insensato desperdicio del tiempo, Víctor Hugo.

Con respecto al tiempo, Bill Haybels, en su libro, Simplifica, hace unas buenas preguntas de cómo aprovechar el tiempo: ¿Cómo sería mi agenda, si Dios estuviera al mando de ella? ¿Él estaría satisfecho con lo que programo? Alguien dijo: Lo menos frecuente en este mundo es vivir, la mayoría de la gente existe. ¿Vives o existes? ¿Vivo por mis propias capacidades, o estoy viviendo en la plenitud de Cristo? Sean ustedes, santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues escrito está: sean santos, porque YO SOY santo. 1 Pedro 1:15-16.

Saber vivir en Cristo y menguar para que Él crezca en ti y en mí, es aprendizaje continuo para ser sabios viviendo en la palabra, esa espada de doble filo que nos redarguyo y penetra nuestro ser hasta los tuétanos para renovarnos, afirmar los principios, formas cualidades, fortalecer los dones y ampliar las virtudes, pero al mismo tiempo, vamos reduciendo cada vez más esos feos defectos que nos empañan el brillo refulgente del oro bien tratado; por lo tanto, neguémonos a toda especie de mal. Rindamos todo nuestro ser y entreguemos todo lo que somos en las manos del Divino Alfarero, para que de forma al barro según su voluntad y propísito. Salmos 139.

Lic. MEHC, Hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino


Ya no vivo yo, Cristo vive en mi, pues Él tomó mi lugar en la cruz.

Continua Segunda Parte...