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28 oct 2015

EL PECADO-NOMBRES BÍBLICOS


NOMBRES BÍBLICOS DEL PECADO 
QUE NOS SEPARA DE DIOS

Todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, nos hace justos, mediante la redención que Cristo hizo en la cruz, Romanos 3:23-24. El pecado te alcanzará, Números 32:23.

Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento, Oseas 4:6. Mi pueblo es hecho prisionero y desterrado porque no reconocen mi autoridad, Isaías 5:13.

Muchas personas andan por el mundo de manera liviana, retraída y perniciosa, creyendo que el estilo de vida y los hábitos que practican son “normales” y en muchos casos dicen que no le hacen mal a nadie, algunos hasta se jactan  diciendo: no mato, no robo y con nadie me meto., pero la biblia asegura que el pago por el pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida en Cristo Jesús, Romanos 6:23. . 

El mundo actual anda preocupado, aterrado por la violencia, el alto grado de maldad, el desorden social, el derrumbamiento familiar y la falta de honestidad a todo nivel y en todo lugar, todos estos fenómenos de dolor que enfrenta la humanidad es consecuencia del pecado, miles hacen caso omiso a las advertencias de Dios y están alejados de Él. Quizá algunos escapen de las leyes humanas y se burlen de todos, sin embargo su pecado los alcanzará, y si no se arrepienten, Dios y su conciencia serán sus jueces.

El pecado tiene muchas formas y facetas, la biblia lo define de varias maneras: es transgresión a la ley de YHWH haciendo caso omiso a sus mandamientos, sea de manera casual o intencional, Ezequiel 18:31 y 1 Juan 3:4; es iniquidad por rebelión contra Dios y desobediencia a sus mandatos e instrucciones, desafiando el señorío, autoridad y gobierno de Dios en franca oposición de seres sin Dios y sin ley, debido a su soberbia, ego inflado, terquedad, orgullo y auto suficiencia, sin tener la cobertura del Creador,  Zacarías 7:11 e Isaías 1:2; es perversidad con corrupción moral por deseos sensuales, codicia y avaricia, dando rienda suelta a los apetitos del cuerpo, traspasando los límites de lo decente con una procaz manera de vivir, Proverbios 6:12-14, Romanos 7:7-24

También pecado es Maldad, mediante intenciones sucias, malsanas e inapropiadas salidas de la dureza de un corazón que no teme a su Creador, Lucas 11:39; es Degradación, con continuos pensamientos torcidos y delictuosos de extrema gravedad malévola, Génesis 6:5; es Ignorancia, en el desconocimiento al Creador Salvador y sus asuntos santos, que hace tropezar no solo a sí mismos, sino también a otros, Salmos 19:12 es injusticia, al torcer, viciar y enlodar lo que es recto y justo, llamando bueno a lo malo y viceversa, 2 Samuel 24:17 y Romanos 1:18.

La Iniquidad, significa venir torcidos desde el principio, desde el vientre, son características personales y generaciones como consecuencia del pecado que se perpetua en una familia desde sus antepasados, lo cual levanta un acta de decretos y juicio en contra de generaciones, es algo que se ve reflejado en enfermedades y ciertas situaciones particulares que golpean y hacen sufrir de manera recurrente a los miembros de varias familias, en muchos casos, casi hasta destruirlas por entero, Salmos 51:5, 79:8, 1 Samuel 3:14, Números 14:18-19.
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Es Prevaricación en corrupción de los entes gubernamentales de un estado, con delitos cometidos por aquellos a quienes se les ha delegado autoridad en el gobierno y la vida de los negocios, cometiendo arbitrariedades jurídicas y administrativas incumpliendo, usurpando lo ajeno y pasando por alto sus deberes morales dañando a quienes tienen bajo su cargo y alrededor de ellos, Proverbios 2:6-15; es Incredulidad y duda, por desconfianza y escepticismo hacia Dios, en muchos casos por falta de fe y piedad, porque todo lo que NO proviene de fe es pecado, 1 Corintios 15: 17 y 56, 1 Juan 5:10.

Es culpa, generada por omisión de lo bueno, por acción imprudente o negligente causando daño, al estar alejados de Dios y haberle dado la espalda sin arrepentirse, Zacarías 7:11, Jeremías 32:33; es Irreverencia y falta de respeto al Eterno, ofendiendo y blasfemando su nombre, no respondiendo como merece a su santidad y dignidad. Una persona irreverente es contestona, se queja, critica y cuestiona todo lo de Dios, Efesios 2:2.
                         
Es Falta de perdón es resentir y amargar el espíritu con ira, enojo y deseos de venganza manteniendo una herida abierta, Mateo 6:12, Mateo 5:28; es Injusticia es faltar al bien común por ausencia de amor a Dios y al prójimo, y que por avaricia e intereses propios se centra en el beneficio particular pasando por encima de los demás en ausencia de equidad y misericordia, Levítico 19:15, Efesios 4:30-32; es dejar de hacer lo bueno cuando estamos en posibilidad de ayudar y socorrer a otros y omitimos una oportuna y buena acción, Santiago 4:17. El pecado afecta la manera de vivir: los malos hábitos y no tener a Dios en cuenta hace que los seres humanos dejen de hacer lo oportunamente, correcto y responsable lo cual afecta la salud del cuerpo y el crecimiento espiritual acarreando enfermedad, sufrimiento y estancamiento.

También se toma como pecado el rechazar la existencia del Creador  y Salvador que súper naturalmente dio origen a todo el universo en un diseño inteligente, de orden, formas, colores, sonidos y armonía. Ante Dios el pecado es pecado, por leve o insignificante que una acción parezca a los ojos humanos. El pecado es como un microbio, como una bacteria, como un cáncer que da origen a una plaga que descompone, daña y mata; “Hay Camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” Proverbios 14:12 y 16:25. El pecado contamina toda la vida del hombre, como la levadura impregna toda la masa y la cambia de tamaño. Todo esto se define bíblicamente como pecado, pero Cristo es la solución.

El pecado es un delito espiritual que atenta contra los mandamientos, principios, fundamentos y virtudes morales expresadas por Dios en su palabra, al pasarlos por alto somos culpables de una pena y un castigo, ya que el pecado es infracción de la ley, no viviendo de acuerdo a los principios y fundamentos de la palabra : Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados, Eomanos 2:12.

Estar bajo la ley es no estar viviendo conforme a la instrucción divina, es decir, que la ley lo señala culpable, porque la ley juzga, señala y condena al infractor que es el impío, asesino, ladrón, adúltero, pervertido, etc. razón por la cual murió Cristo en la cruz, pues no estamos en capacidad de pagar tan alta deuda.

La Biblia compara el pecado a un poco de levadura que fermenta toda la masa, haciéndola crecer y aumentándole el tamaño, Gálatas 5:9; porque el pecado en el corazón humano es como una llaga maligna que invade, corroe el alma y avanza implacablemente si no se le pone fin,  “Cacen las zorras pequeñas, porque echan a perder grandes viñas.” Cantares 2:15. Este texto bíblico hace referencia a esos “pecadillos” que suelen llamarse veniales, pero que al hacerlos un hábito terminarán por esclavizar y acabar a quien no los abandona.

El pecado, en términos humanos, es injusticia, desviación moral y ética, haciendo cosas arbitrarias como resultado de una conducta ofensiva y dañina para sí mismos y los demás. La sociedad lo llama indiscreción, los educadores modernos lo llaman ignorancia, los evolucionistas lo llaman trato para cuadrúpedos, los científicos lo enseñan como ausencia de buenas maneras, el hombre carnal lo excusa como debilidad y los nuevos teólogos lo declaran como simple egoísmo, pero el pecado es el mayor abismo de la relación humana con su Creador, 1 Juan 5:17. Pecado es no reconocer que somos pecadores ante el Dios santo.

Siempre hemos creído que pecado es todo aquello malo que hacemos como mentir, robar, matar, emborracharse o hacer toda clase de impurezas sexuales, pero la gran verdad es que todo eso son manifestaciones del pecado que vive en el interior del corazón humano; juzgamos y nos fijamos en todo lo que otros hacen, dicen o dejan de hacer, sin darnos cuenta, que nosotros mismos somos como ellos, Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quien quiera que seas tú que juzgas; pues en los juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo, Romanos 2:1.

Que tremenda verdad la que nos ofrece la palabra de Dios, el pecado es la semilla de rebeldía y desobediencia que fue sembrada en el corazón humano con la caída en el Edén, dejándonos la naturaleza pecaminosa y la tendencia al mal. Esa raíz impulsa a todos a satisfacer sus propios deseos, dejando de lado a Dios…Se rebelaron contra Dios, echaron su Palabra tras sus espaldas…Nehemías 9:26, 2 Reyes 14:9b. Lucifer se enalteció en su corazón, se corrompió a causa de su esplendor y se rebeló arrastrando consigo la tercera parte de los ángeles del cielo, que hoy son los ángeles caídos o demonios. Isaías 14: 12-15; Ezequiel 28:12-17 y Apocalipsis 12:7-9. Dios los expulsó del cielo y cayeron como un rayo a la tierra para contaminar a la raza humana.

Pecado es hacer lo que se nos antoja rompiendo los límites de lo bueno, lo correcto y lo santo, ignorando todo lo que tiene que ver con Dios, no queriendo que nadie nos gobierne, ni nos tome cuentas, pero si pasamos por encima de la autoridad del Señor, también pasaremos por encima de las demás autoridades cometindo infracción de la ley divina. Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección, Jeremías 32:33.

La realidad del pecado es que todos quedamos separados de la presencia de Dios rompiendo el libre diálogo del ser humano con su Creador, Gálatas. 3:22; pero aunque el pecado comenzó en el cielo y se extendió a la tierra, también la salvación es completada en el cielo y se extiende a la tierra.  Y aunque el pecado en cualquier dimensión nos distancia trágicamente de Dios, tenemos promesas salvadoras en YESHUA, Cristo para acogernos a ellas, Isaías 59:1.  

La raza humana es pecadora por naturaleza, Marcos 7: 20-21, así que toda persona es pecadora por voluntad propia, Juan 3:19. Solo cuando reconocemos esa vulnerabilidad que nos expone al pecado haciéndonos débiles, podemos apoyarnos en el sacrificio expiatorio de Jesús y ser salvos. Si nos comparamos ha de ser con Jesucristo para resistir a la tentación de creernos justos por las buenas obras, Jeremías 17: 7-8.

Si alguien muere sin Cristo, irremediablemente irá al lago de fuego llamado infierno. Dios creó el infierno para Satanás y sus demonios, pero él quiere llevarse a muchos. Por eso engaña haciéndole creer a la gente que pueden ser dioses independientes de su Creador, e impidiéndoles de diversas maneras conocer al Salvador Jesucristo. Génesis 3:4-5.

La raíz del pecado que se llama diablo, rompió con la inocencia e introdujo el conocimiento de lo malo. Dios había creado al hombre sabiendo solo lo que es bueno y santo, pero el diablo sembró de su naturaleza soberbia y maligna en el corazón humano; es por eso que Jesús dijo: No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de su boca, eso es lo que contamina, Mateo 15:11. Así es como el hombre continuamente falla al único Santo.

No podemos ignorar ni evadir que el pecado trae consecuencias tristes y lamentables:

a) Muerte espiritual que es separación de Dios mientras se está vivo, 1 Corintios 15:56; Isaías 59:1-2, Apocalipsis 20:10. b) Muerte física, nuestro cuerpo muere pero nuestra alma es eterna, el cuerpo envejece, se enferma y desaparece de la tierra, pero el alma va al lugar que ganamos mientras estuvimos vivos, Romanos 6:23. c) Muerte eterna o segunda muerte, cuando alguien muere sin Cristo y sin arrepentimiento, hay condenación eterna, y el alma es echada en el infierno, Apocalipsis 21:8; 20:14-15, d) Roba bendiciones que Dios nos ha dado para el peregrinaje terrenal, Jeremías 5:23-31; e) Otras consecuencias del pecado son la enfermedad, los problemas, dolores, angustias, debilidad, cargas pesadas, y opresión demoníaca, entre otras. Ezequiel 18:4 Proverbios 14:12 y 16:25. Salmos 32:3-5.

Por eso te invito a aceptes a Jesucristo, lo recibas en tu corazón, te arrepientas y le confieses tus pecados para que seas lleno del Espíritu Santo, empezarás a ser una nueva criatura si te consagras a Dios, tu vida será impacta con alegría y paz y tu alma será salva por la eternidad, cuando te vayas de esta tierra.

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Espero que este escrito mueva tu corazón y desees ser una persona útil en las manos de Jesucristo. Espero tus comentarios, escríbeme.


Mg. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino