EJERCITANDO NUESTRA FE
¿No crees que YO SOY en el Padre, y
que el Padre en Mí? Las palabras que YO les hablo, no las hablo por mi propia
cuenta, sino que el Padre que mora en Mí, Él hace las obras. Crean que YO SOY en el Padre, y el Padre en
Mí; de otra manera, crean en Mí por mis mismas obras. Les aseguro y les
confirmo: El que en Mi cree, las obras que YO hago el tal, también las hará; y
aún mayores cosas hará, porque YO vuelvo al Padre. Así que todo lo que pidan al
Padre, háganlo en mi nombre, y YO lo haré, para que el Padre sea glorificado en
el Hijo. Si algo piden en mi nombre, YO lo haré, Juan 14:10-14.
Y ya la barca estaba en medio del mar azotada
por las olas; porque el viento era contrario, y a la cuarta vigilia de la
noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole
andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡un fantasma! Entonces le respondió
Pedro, y dijo: Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Pero
al ver Pedro el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y
le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó
el viento, Mateo 14:22-33.
Si
realmente queremos hacer nuevo y fuerte nuestro corazón para desarrollar fe, debemos
basar toda nuestra vida en lo que nos enseña y demandan las Sagradas Escrituras porque ellas son la voz del Creador.
La biblia es algo más que una historia del pasado, es la voz latente, actual, viva, activa y eterna de
Dios por los siglos de los siglos. Debe ser tomada como nuestra línea de partida para aprender y saber vivir. Sin la
voz de Dios plasmada en la biblia todo sería un caos y una locura, sería imposible tener claridad sobre el
camino correcto a seguir, aprender a amar, saber cuestionar, poder creer, madurar y crecer a la medida
del estándar original divino. La fe en Dios es garantía de lo que esperamos recibir, y la certeza de lo que vemos con los ojos espirituales, pero no vemos con los ojos naturales. Hebreos 11:1.
El
milagro de Jesús y la osadía de Pedro al caminar sobre el agua es un poderoso milagro
que encierra una gran verdad: mantenernos con la mirada en Cristo nos ayuda a estar por encima de las aguas tempestuosas en las circunstancias del mundo, pero dejarlo de ver para mirar al mundo, nos lleva a hundirnos en el caos y la angustia. Vivimos por fe, no por vista. 2 Corintios 5:7.
La falta de confianza en Dios es la razón por la que
muchos creyentes andan bajo una extraña, pobre y defectuosa vida sin fe pero con incredulidad y sin ver mayores
cosas extraordinarias suceder en su vida, a más de la rutina, el cansancio, apatía y aburrimiento y hasta depresión, pues tienen religión, no amor por Dios. Pido al Padre en oración, que por medio del Espíritu Santo les de sus gloriosas riquezas en el hombre interior. Que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que su amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. Efesios 3:16-17.
Muchos han dejado de lado los ejemplos de la Biblia y la vida perfecta del SEÑOR Jesús, sus enseñanzas, principios y eventos ejemplares que por lo poderosos e indudables son presentados en el cine y la televisión. Sin casi notarlo, hemos permitido que se vaya menguando la fe y alimentado la credibilidad en vez de sostenerse en el inquebrantable fundamento de vida plena contenido en la
Palabra de Dios, la Biblia, voz activa y eterna del SEÑOR. Pues la fe nace al oír la palabra de Dios y el mensaje de la buenas nuevas de Cristo. Romanos 10:17
Aunque
hemos recibido muchas predicas de milagros, ¿Con qué frecuencia nos hemos sumergido
en las profundidas de la palabra? Ella contiene maravillosa historias de vida y ejemplos de situación que nos enseñan a caminar sobre las aguas de los problemas. Porque YO SOY el SEÑOR, tu Dios, que te sostiene tu mano derecha; YO SOY quien te dice: no temas, YO te ayudaré. Isaías 41:13.
Meditemos:
Había un fuerte viento moviendo violentamente la barca y las olas crecieron hasta casi
hundirla, cuando ellos habían remado una buena distancia, vieron aterrados que alguien se acercaba a la barca caminando sobre el agua, Juan
6:18-20. Los
discípulos estaban a tres o cuatro millas mar adentro en medio de la oscuridad,
y las tempestuosas aguas, de pronto esa figura emerge caminando sobre las olas, ¿cómo era posible que
un hombre estuviera sobre la tormenta desafiando la física del viento, las altas olas y las
fuertes corrientes del agua? ¿Cómo no se iban a asombrar? Pero más que
sorprendidos estaban aterrados! Porque no pudieron reconocer a Jesús hasta que Él les habló. Fijemos nuestra mirada en Jesús, porque de Él procede nuestra fe, y Él es quien la perfecciona. Hebreos 12:2.
Estaban
tan aterrados mirando el mar y las olas imaginándose en mitad del agua y a punto de fenecer, por eso no pudieron reconocer a su Maestro, y para añadir más a esta dimensión extraordinaria, el SEÑOR se desplazaba hacia ellos como si
caminara sobre tierra firme. Ahí estaban todos los discípulos, los mismos que habían visto el milagro de los panes y los peces en dos oportunidades, habiendo sido saciadas más de cinco mil
personas, Juan 6:10-11. Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no te apoyes en tu inteligencia. Reconoce a Dios en todos tus caminos, y aparejará el camino. Proverbios 3:5-6.
Y a pesar de todo esto no les podía caber en la cabeza la posibilidad de que Jesús pudiera estar andando sobre el agua para acercarse a la barca. Aunque ellos eran testigos de cada milagro, cuando llegó el momento de reconocerlo en las circunstancias turbulentas se llenaron de miedo en vez de adorarlo; su humanidad ganó sobre su espíritu, pero hubo una excepción: Pedro se atrevió a pedirle que también él pudiera caminar sobre el agua, Mateo 14:28-29. El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR. Proverbios 16:9.
Cuando pensamos en todos los milagros de Jesús y la manera en que Él vivió su humanidad sobre la tierra, debiera ser fácil desconectar nuestra mente de esta generación y de este mundo, comparado con la atmósfera de las Escrituras, Jesús, plenamente hombre y plenamente Dios al 100% vivía como todo ser humano normal, pero rodeado de milagros y una vida sobrenatural. Él fortalece al cansado y multiplica las fuerzas al débil. Isaías 40:29.
Y a pesar de todo esto no les podía caber en la cabeza la posibilidad de que Jesús pudiera estar andando sobre el agua para acercarse a la barca. Aunque ellos eran testigos de cada milagro, cuando llegó el momento de reconocerlo en las circunstancias turbulentas se llenaron de miedo en vez de adorarlo; su humanidad ganó sobre su espíritu, pero hubo una excepción: Pedro se atrevió a pedirle que también él pudiera caminar sobre el agua, Mateo 14:28-29. El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR. Proverbios 16:9.
Cuando pensamos en todos los milagros de Jesús y la manera en que Él vivió su humanidad sobre la tierra, debiera ser fácil desconectar nuestra mente de esta generación y de este mundo, comparado con la atmósfera de las Escrituras, Jesús, plenamente hombre y plenamente Dios al 100% vivía como todo ser humano normal, pero rodeado de milagros y una vida sobrenatural. Él fortalece al cansado y multiplica las fuerzas al débil. Isaías 40:29.
Si reflexionamos introspectivamente, en que somos discípulos de Cristo e hijos de Dios, cada día debiéramos tomar la decisión de creerle al que no miente, porque lo que parece
imposible en la realidad humana, para Dios no lo es. La fe y la credibilidad a lo
que Dios dice en su palabra es la mejor manera de encontrar tranquilidad y posibilidades de lo que tú y
yo anhelamos ardientemente, y eso sólo puede suceder si lo ponemos en las manos
de Jesús con fe en nuestro corazón. La bendición del SEÑOR trae riquezas y nada se gana con preocuparse Proverbios 10:22.
Oremos
juntos para tener corazones abiertos y centrados en los detalles de la palabra y los milagros que nos presenta la Escritura y el SEÑOR Jesús, necesitamos fe urgentemente para vivir sin que nada nos robe la paz y la vida; tenemos que profundizar en la verdad bíblica;
hasta que nuestros anhelos, proyectos y sueños personales, familiares y
mundiales puedan verse hechos realidad en milagros visibles que formen
parte de nuestro diario vivir y nuestra historia personal y del Cuerpo de Cristo en la tierra. Si el SEÑOR no edifica la casa en vano se esfuerzan los constructores. Si el SEÑOR no cuida la ciudad, en vano trabajan los guardias. Salmos 127:1.
Debemos
conectar cada día lo tangible con lo intangible, lo que veo en la fe con lo que
deseamos ver en la realidad, y que sean hechos palpables ante los ojos
naturales del mundo, pero que enaltezcan la majestad de Aquel que nos amó hasta la
muerte, eso debe convertirse en común denominador entre todos los discípulos
del SEÑOR, porque Él lo hace y dice: Les aseguro y les confirmo: El que en
Mi cree, las obras que YO hago él también las hará; y aún mayores cosas hará,
porque YO vuelvo al Padre. Así que todo lo que pidan al Padre, háganlo en mi
nombre, y YO lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo
piden en mi nombre, YO lo haré, Juan 14:10-14.
Unámonos
a Pedro por el momento que anduvo sobre el agua, incluso si no crees la historia de Jesús caminando
sobre el agua como lo registra la Escritura, salgamos de la realidad material y
superficial de este mundo, hagamos pausas en nuestra vida, tomemos un instante
y permitamos que la fe y la credibilidad a la palabra de Dios y la divina vida
de Jesús con sus maravillosos hechos nos hagan caminar sobre el agua de nuestras
imposibilidades humanas. Desde mi angustia clamé al SEÑOR, y Él me respindió, dándome libertad. Salmos 118:5.
Para
graficar vívidamente en tu mente este pasaje de Jesús y de Pedro caminando
sobre el agua imagine paso a paso la historia y cada detalle descrito en la
Escritura. Si sigues renuente y no aceptas esta historia bíblica, es demasiada
incredulidad, y difícil para que aceptes a Cristo. Déjate convencer y seducir
por su amor y su verdad, cree lo que Él dice, porque El Creador del universo es real,
verdadero y palpable por el espíritu del que cree. La incredulidad y el cuestionar a Dios, son perjudiciales para nosotros mismos. Sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11:6.
Tú
Mesías salvador, nuestro SEÑOR Jesucristo, te llama para darte seguridad, Él
anhela que tu corazón se una al de Él en el caos y turbulencia de las olas de
tu vida. Dios quiere que compruebes que es posible caminar sobre el agua de los
problemas del mundo si caminas junto a Cristo. Tienes solo dos opciones: o le crees
a Dios o sigues dudando creyéndole al mundo, mientras te alejas cada día más de
su amorosa y bondadosa presencia en su ayuda súper natural. Tú decides. ¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también el Padre resucitará con Jesús a los que han muerto con Cristo. 1 Tesalonicenses 4:14.
Hay
tanta incredulidad sobre la tierra que la gran ola humana anda asustados, ya la gente no desea
casarse, no quieren tener hijos, prefieren su carrera, compiten con su propia vida
porque le temen al fracaso y quieren evitar la frustración, lo cual
les impide moverse hacia adelante con todo lo hermoso que Dios tiene para darnos.
El miedo paraliza y así como no confían en las cosas tangibles de la vida, tampoco
pueden creer en la palabra de Dios. No te fíes de tu razonamiento, huye del
miedo y empieza a ser valiente y fuerte en Cristo. Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros...Romanos 8:31-39.
Dios
conoce bien nuestros miedos e inseguridades, entiende nuestras luchas, nuestras
huidas, nuestras soledades, conoce nuestras derrotas. La verdad de Dios
plasmada en la Biblia no es nada creado por la ciencia, tampoco es un invento de
la humanidad, es la brújula que guía el camino de los creyentes valientes; tener éxito no
es llenarse de riquezas ni poder, es caminar en victoria en medio de las tormentas. Asi como la incredulidad y los miedos se tejen en nuestro interior, también la fe, la capacidad,
el esfuerzo, el talento, el amor, el deseo de creer y la voluntad para abandonar
la duda brota de un corazón rendido y confiado en Dios. El SEÑOR tw protegerá; de todo mal guardará tu vida. El SEÑOR te cuidará en tu casa y en el camino, desde ahora y para siempre. Salmos 121:7-8.
¿Cuántas
veces está escrito en la biblia, No temas? Lo creas o no, esta frase está
escrita 365 veces, es una para cada día del año, y no es coincidencia. Dios
conoce todo aquello que nos paraliza. Jesús sabía y comprendía muy bien el miedo
de sus discípulos en esa barca, en medio del tempestuoso mar. Jesús podía oír
el corazón palpitante de Pedro, conoció los pensamientos que corrían por la
mente de cada uno de ellos en medio de los milagros, Jesús sabía que a pesar de todo dudarían y se debilitarían en la fe.
Pero los amó y fortaleció contra su incredulidad y la cobardía de caminar sobre el
agua, para enseñarños que con Cristo todo es posible, Marcos
9:23. YO SOY el SEÑOR, el Dios de todo ser vibiente. Nada hay imposible para Mi. Jeremías 32:27.
Dios
sabe que a pesar de las muchas bendiciones recibidas, y los dones que nos
confiere su amor, estamos siempre expuestos a tener miedo y dudar en contra de
su poderosa voz que nos mueve a la fe, ponemos excusas para no creerle, cuestionamos,
y en algunos casos le damos la espalda. Pero Dios siempre quiere darnos lo
mejor, a pesar de nosotros, aunque sigamos corriendo y buscando donde no
corresponde. Jeremías 29:11.
Es
posible que a pesar de haber leído esto, sigas evadiendo a Jesús, es posible
que quieras ignorar su mirada y esquivar su suave mano en ti, pero así tan rápido
como lo intentes, Dios irá tras de ti, Él no es Dios que se da por vencido fácilmente,
Él te desea celosamente, y anhela que oígas su suave voz resonando cerca de Él,
anhela oírte decir que lo amas, nada más puede alegrar tanto el corazón de
Dios, como tu voz diciéndole todo lo que sientes, Él te hizo único y nadie te puede
reemplazar en su deleite de amor. Juan 21:15-19.
Jesús
nos persigue con su ilimitado amor, aun cuando un océano de ocupaciones,
tristezas y conflictos separen nuestro corazón del suyo; Él puede calmar todas
las tempestades, puede aquietar las olas que nos tratan de hundir y dominar la recia
corriente que nos intenta arrastrar, Jesús mantiene su corazón cerca del tuyo y
el mío. Juan 13:23.
Él
sigue esperándonos con los brazos abiertos en los momentos de agonía, su gracia
es suficiente para levantarnos. Es maravilloso saber que nuestros defectos
atraen su perfección, que nuestra debilidad atrae su fortaleza, incluso
nuestras falacias hacen brillar sobre nosotros la luz de su rostro como un faro
que nos direcciona y fortalece, Y me ha
dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose
sobre mí el poder de Cristo, 2 Corintios 12:9.
Pedro
sabía muy bien todo esto, estuvo con Jesús durante años, lo oyó predicar
innumerables veces, sostenía conversaciones con Él de corazón a corazón,
experimentó el fuego de su amor al romper las redes con el súper abundante
suministro de peces, Pedro fue lo más cercano a nuestro Señor Jesucristo en
toda la historia, sin embargo dudó. Lucas 24:32.
Pero
cuando Pedro desafió el viento y las olas y decidió sacar sus pies de la barca
para caminar sobre el agua. No hizo caso a las advertencias de sus amigos ni de
su propio conocimiento del océano y las velas, él decidió saltar prontamente para ir junto a su SEÑOR, nada ni nadie podría arrancarlo de su firme amor y el abrazo
de su Salvador, por eso decidió caminar sobre el agua y correr hacia Él, y
aunque por un momento flaqueó, la mano poderosa de Jesús lo saco a flote. Mateo
14:28-29. Marcos 5:36 y Lucas 8:50.
Como
Pedro, no podemos perdernos de esos momentos amorosos y perfectos que nuestro
Salvador tiene para cada uno de nosotros, de manera total debemos cobrar ánimo,
fuerza y vida, literalmente desde nuestro interior pararnos en el mar de la
vida con los ojos puestos en Jesús, avanzar decididamente sin quedarnos en nuestras debilidades, porque ellas son las que hacen perder las batallas, pero confiando en Cristo y creyendo su palabra obtendremos las victorias. Mateo 14:29-33. Amén.
Lic.MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.