JESÚS
ES LA PUERTA A LA VIDA PLENA
Entonces
Jesús les volvió a decir: En verdad, les aseguro: YO SOY la puerta de las
ovejas, Juan 10:7.
YO
SOY la puerta; el que por Mí entra, será salvo. Será como una oveja que sale,
entra y encuentra pastos, Juan 10:9.
Por
medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de alcanzar la gloria de
Dios, Romanos 5:2.
Una
puerta da acceso a un espacio diferente al que nos encontramos, si no existiera
la puerta estaríamos atrapados todos en el mismo espacio y todo sería igual y monótono, no existirían el acceso y entrada a los cambios; la puerta es una entrada a nuevas oportunidades de vida y proyección. Cuando cruzamos una puerta debemos sujetarnos a nuevas leyes,
adquirir nuevos conocimientos y prendizaje para seguir crecimiendo de manera inegral, Entren por la puerta angosta. Porque la
puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos
son los que entran por ellos, Mateo 7:13.
En
hebreo la palabra puerta está representada en la cuarta letra del alefato, es
Dalet “(דל-ת)“ que en mayúscula se
representa como el marco de una puerta, y hace referencia a la puerta principal del
templo, Jesús es la puerta que nos abre el Padre para ser templos vivos de su Espíritu, al entrar por esa puerta, encontramos la libertad y la verdad; Jesucristo es la Puerta a la salvacion Él es la verdad y única entrada al lugar santísimo en a presencia del Padre, al mismo tiempo es el Camimo al reino de los cielos. Jesús es el acceso al
nuevo nacimiento espiritual, al crecimiento y al cambio de vida de lo terrenal a
lo celestial para salir de la esclavitud del pecado y del mundo, YO SOY la puerta; el que por Mí entra,
será salvo, entrará, saldrá y hallará pastos…YO he venido para que tengan vida,
y para que la tengan en abundancia, Juan 10:9-11.
Asi como la letra Dalet representa la puerta principal que conduce a la casa representada en la letra Bet, Cristo es la entrada a la morada de Dios en su reino sempiterno que es nuestra verdadera casa, allí
podrán entrar los humildes y pobres de espíritu, porque Aquel que es la puerta, es
humilde y manso. Los pobres de espíritu son los que reconocen la necesidad de
Dios y de ellos es el reino de Dios, y como lo dijo el Rey de reyes, los mansos recibirán la tierra por heredad mientras vivan, porque ellos son limpios de corazón y verán a Dios, Mateo
5:3-8.
La letra Dalet formada
por dos líneas que crean un ángulo recto, se asemeja a un hombre doblado, lo cual representa a Cristo doblado
sobre el propiciatorio de la cruz, donde Él nos introduce a la salvación. La Dalet tipifica tres
estados del hombre, el yo ego, la muerte del yo y la necesidad continua de Dios
para ser transformados; esa fue la razón por la cual Jesús dijo que debiamos tomar la cruz, morir a sí mismos como el grano de trigo y seguirlo, Juan
12:24,
así como Jesús renunció a su trono de gloria y bajó a morir por todos, de igual modo debemos hacer, si queremos estar con Él por la eternidad, Estrecha es la puerta y
angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la hallan, Mateo 7:13-14.
Cuando
Jesús dijo a los judíos de su tiempo YO SOY la puerta, les planteaba un reto y una
única alternativa para ser libres del yugo esclavista romano, hoy es el mismo
reto, y única entrada a la vida eterna para salir de la esclavitud del pecado,
de la contaminación del mundo y de la manipulación del enemigo; Jesús es la
única puerta de entrada que ofrece el Padre para entrar un día a la nueva Jerusalén celestial, Por eso, mientras todavía contamos con
la promesa de entrar en ese reposo de Dios, debemos tener cuidado, no sea que
alguno de ustedes no lo logre, Hebreos 4:1.
En la antigüedad
las ciudades se protegían con murallas y torres que poseían puertas de acceso y
salida a los ciudadanos del país, pero al mismo tiempo impedían el acceso de
los intrusos y los enemigos, eran puertas monumentales que se aseguraban con
fuertes barras de hierro que las hacía impenetrables, Todas
ellas estaban fortificadas con altos muros, puertas y barras, Deuteronomio 3:5. Caminando con
Cristo tenemos el privilegio de ser protegidos de que enemigo y los intrusos no tengan acceso a nosotros con facilidad intentando hacernos salir del camino.
En
tiempos bíblicos, la puerta era utilizada como lugar público donde se profetizaba,
se trataban los asuntos de herencia y se llevaban a cabo las transacciones y asuntos legales ante testigos; En Jesucristo somos coherederos, Él es Mayor que los profetas, Él anulo el acta legal de decretos que habia contra nosotros y es El Testigo fiel a nuestro favor delante del Padre, Apocalípsi 1:5.
Tanto el rey de Israel como Josafat,
el rey de Judá, tenían puesta su armadura, y estaban sentados en sus tronos a
la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban delante
de ellos, 1 Reyes 22:10. Efrón heteo hizo negocio con Abraham
en la puerta de la ciudad, acerca de la heredad de Macpela para sepultar a su
esposa Sara, Génesis 23:10-11. Jesús no solo es el Gran profeta que había de venir sino que tambien es el Gran Sumo
Sacerdote que intercede en la casa del Padre para que nosotros podamos entrar; Cristo es la puerta al reino celestial, Sión, nuestra tierra prometida; Jesús es el Gran Juez que juzgará a vivos
y muertos al final de los tiempos, Apocalipsis 4.
También
en la puerta se juzgaba y apedreaba a los hijos rebeldes ante los ojos de los ancianos, Si alguno tiene un hijo desobediente y rebelde, que no
hace caso de lo que le dicen sus padres, y que ni siquiera cuando lo castigan
obedece; entonces lo tomarán sus padres y lo llevarán ante el tribunal de los
ancianos de la ciudad, y a la puerta del lugar donde viva…entonces todos los
hombres de la ciudad lo apedrearán, y morirá; así se quitará el mal de raíz de
en medio de mi pueblo, y todo Israel oirá y temerá, Deuteronomio 21:18-21.
Los
desobedientes y los rebeldes a su Creador serán echados afuera, las piedras que
los lapidarán serán sus propios pecados no confesados y no abandonados, solo llegatán hasta la puetta a tocar para que se les abra, pero será demasiado tarde porque la puerta de la salvacion se hallará cerrada como lo narra Mateo 25:1-13 con las vírgenes insensatas,
Pero aquellos hijos que deberían entrar al reino, serán echados a la oscuridad
de afuera. Entonces vendrán el llanto y la desesperación, Mateo 8:12.
Jesús la
Puerta de salvación, también es ese Juez justo que un día se sentará en su
trono para justificar o condenar y lanzará sentencia a todos los rebeldes que
desobedecieron su palabra, que no atendieron a sus llamadas y que hicieron como
bien les pareció, que criticaron, se quejaron e hicieron toda clase de mal, Hermanos,
no se quejen unos contra otros, para que no sean juzgados; pues el Juez está a
la puerta, Santiago 5:9.
Jesús
es la puerta a la bendición, a la libertad, a la vida abundante en esta tierra
y a la vida eterna; cuando Jacob luchó con el Ángel de YHWH cara a cara, puedo
constatar, que Jesús es la puerta y el camino al cielo de Dios, que para poder
entrar allí es necesario enfrentarse con Jesús cara a cara, ser perdonados,
limpiados y santificarse para obtener la gracia de la salvación, Jacob
tuvo temor y dijo: ¡Cuán santo es este lugar! Aquí está la casa de Dios; y es
la puerta del cielo, Génesis 28:17. Cristo, la puerta a la eternidad es servido por ángeles que subenny bajan trayendo su ayuda a la tierra.
Jesús
es la entrada a la vida plena de bienestar, sanidad y liberación para que todos los enfermos, los endemoniados,
los pobres y los necesitados sean libertados porque en su nombre hay poder; Pedro
y Juan encontraron a un cojo en la puerta del templo llamado la Hermosa, este
hombre pedía limosna, al ver a los discípulos creyó que le darían algo, pero Pedro
fijando en él los ojos le dijo: No tengo oro ni plata, en el nombre de
Jesucristo de Nazaret, levántate y anda, y al cojo se le fortalecieron los pies
y los tobillos, se puso de pie saltando y alabando a Dios, Hechos
3:1-10.
Jesús es
la puerta a la fe para aquellos que cojean en su espiritualidad a causa de la
duda, la incredulidad y la falta de compromiso, hay muchos que se quedan
en la puerta sin decidirse a entrar a la casa de Dios, Él vino para curar los
corazones y los cuerpos, para dar esperanza y seguridad de una vida nueva; así
como el cojo entró con los discípulos al templo saltando y gritando feliz,
cuando muchos se determinen a Entrar por la Puerta de las ovejas, vendrán
saltando gozos y darán gracias a Dios por el milagro de su salvación así podrán
impactar a otros, Y se les abrirán de par en par las
puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, 2 Pedro 1:11.
Jesús es
la puerta a la salvación mediante el perdón de los pecados, Él, la entrada al
conocimiento del Padre, es esa maravillosa puerta de oportunidad que Dios
proveyó para santificarnos y reconciliarnos con Él mediante la sangre del
Cordero que sufrió el oprobio por nuestro rescate, Por lo cual también
Jesús para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la
puerta. Salgamos, pues, a Él, fuera del campamento, llevando su oprobio, Hebreos
13:12.
Esto nos enseña que si estamos en Cristo, nuestro llamado es a salir de la
comodidad para entrar a la necesidad de aquellos que también deben hallar la
puerta de entrada a la vida eterna.
Jesús además
de ser el camino, es la puerta estrecha, la entrada principal de la casa del Padre,
es la puerta hermosa que refleja el interior de la casa, la que está abierta
continuamente para que muchos tengan la oportunidad de entrar a su mansión
celestial. Procuren entrar por la puerta estrecha; porque les digo
que muchos querrán entrar, y no podrán, Lucas 13:24.
Es
solo en Jesús que encontramos entrada a la libertad eterna y la vida abundante.
El amor y la presencia de Jesús nos entran a un estilo de vida de gozo y paz que en
ningún otro lugar podemos hallar, sólo Él logra cambiar la historia de nuestra
vida, abriendo la puerta para la plenitud de existir en esta tierra y por la
eternidad.
Debemos
entender que solo Jesús es la puerta por la cual todos debemos entrar a la vida, no hay otro acceso, porque solo Jesús es el camino y pocos pasarán por
esa puerta estrecha a menos que se arrepientan y decidan dejar su pecado para
seguir a Cristo. Amén
Mg.
MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.