DETERMÍNATE, ¿ERES TRIGO O CIZAÑA?
Dios aborrece la apariencia
Todos nosotros vivíamos en
otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos, haciendo la voluntad de nuestra
naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. Y éramos por naturaleza hijos
de ira lo mismo que los demás; merecíamos el terrible castigo de Dios igual que
los demás, Efesios 2:3.
Me serán, pues, santos,
porque YO el Señor, SOY santo y los he apartado de los pueblos para que sean
míos, Levítico 29:26.
Hasta que todos lleguemos
a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la
condición y madurez de un ser humano, a la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo, Efesios 4:13.
Definitivamente el amor y la paciencia del Padre Eterno son
increíbles y maravillosos para con todos, Él insiste en hablarnos para hacernos reaccionar,
para que recapacitemos, para que nos examinemos y nos transformemos en Cristo y
su Evangelio, y no son tiempos para tibiezas ni dudas. Dios aún sigue con sus
reconciliadores brazos abiertos diciendo: Vengan,
vamos a discutir este asunto. Aunque sus pecados sean negros como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos; si fueran rojos como el carmesí, vendrán a
ser como blanca lana, Si aceptan ser obedientes comerán de lo mejor que produce
la tierra, Isaías 1:18-19.
El misericordioso y amoroso Señor repite su palabra una y otra
vez, porque sorprendentemente gran mayoría de sus hijos, su pueblo, su iglesia
sigue dividida, siguen escarneciéndose unos a otros, siguen sembrando cizaña,
siguen habiendo cabras y lobos en medio de las ovejas, no se dan cuenta que
parten el corazón del Padre y lastiman a Aquel que murió por su salvación, Pues ¿no
creen ustedes que mucho mayor castigo merecen los que pisotean al Hijo de Dios
y desprecian su sangre, lo que insultan al Espíritu Santo de Dios que los ama?
Esa sangre que confirma la alianza, y con ella han sido consagrados, Hebreos
10:19.
¿Por qué insisten en su pecado?
El anhelo ardiente de Dios es que sus hijos reflejen
verdaderamente la imagen y semejanza del carácter de su Hijo, lo cual significa
andar en el Espíritu para poder discernir los tiempos y los movimientos, del
mismo modo significa vivenciar un corazón sincero y limpio de hijos que
aman al Padre, trabajan, luchan y se esfuerzan unidos por alcanzar la estatura
de Jesucristo. Esa estatura está representada en santidad e integridad ante
cualquier circunstancia, no podemos seguir viviendo en la vieja naturaleza que
nos esclavizó por mucho tiempo y nos llenó de dolor, ira y resentimiento contra
nuestros semejantes, peor aún, contra nuestros propios hermanos; sin darse
cuenta, muchos creyentes, se causan daño a si mismos, se roban las bendiciones
y podrían perderse finalmente, Si crees estar firme, ten cuidado de no resbalar
y caer, 1 Corintios 10:12.
Todo verdadero hijo de Dios debe entender que el Arquitecto
perfecto, el Alfarero divino mueve y permite constantes y variadas
circunstancias para transformar, pulir y santificar nuestro carácter, que todo
lo que sucede día a día son herramientas que Dios usa para educarnos, romper
moldes, derribar estructuras, cambiar modos de pensar, acabar con la
competencia y el egoísmo mostrados en esas malas maneras de expresarnos y
tratarnos unos a otros, tengan cuidado, porque si ustedes
se muerden y se comen unos a otros, llegarán a destruirse entre ustedes mismos,
Gálatas 5:15.
El corazón del Padre está dolido y Jesús llora al ver la actitud
de un pueblo rebelde, desobediente, perezoso, necio y lleno de críticas
maliciosas, gente que persiste en su maldad, deberían recibir castigo, y sin
embargo del corazón amoroso del Padre sigue brotando amor y bondad para llamar
al arrepentimiento y al cambio de aquellos por los cuales no escatimó a su
Hijo, sino que lo entregó con todo su amor para redimirlos en su sangre, Porque
somos nosotros los hijos de Dios los que damos a conocer a Cristo a todos a
nuestro alrededor...Colosenses 1:28. ¡Qué gran responsabilidad!
La manera de vivir de cada cristiano, afecta el testimonio y toda
la vida de la iglesia, Somos cada uno en particular llamados y
responsabilizados para aconsejar y enseñar con toda sabiduría y amor lo que
Dios es, y un día tendremos que presentarlos a dar cuenta de nuestra labor;
tenemos que madurar, no podemos conformarnos con menos, Si
reparto todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entrego todo mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve, 1 Corintios 13:3.
Si hemos nacido en Cristo a la dimensión de la vida espiritual, no
podemos seguir en la carne, podemos renacer en un momento, pero hemos ido
madurando paso a paso en la regeneración que Dios hace sobre nuestra alma
cuando nos rendimos y disponemos a Él, es algo que debe hacernos verdaderos
conquistadores de nuestra propia vida poniendo voluntad, conservando amistad
con Cristo y amando a nuestros semejantes. Ustedes
deben procurar los mejores dones, pero YO les enseñaré el camino más excelente, 1
Corintios 12:31. El amor de Dios en un cristiano maduro es el camino más excelente,
enseñado en el capítulo 13 siguiente. El amor de Dios es superioridad espiritual que debe
hacer la diferencia en nosotros, entre nosotros y afuera de nosotros.
La presencia de Dios debe ser evidente en cada uno de nosotros, si
somos templos del Espíritu, Él ha ido limpiando nuestro ser interior, y
expulsado todo lo que no es de Dios ni le agrada a Él; no podemos decir que
somos hijos de Dios y discípulos de Cristo si seguimos mintiendo, si seguimos
escarneciendo, si seguimos sembrando división, si en vez de ser instrumentos de
Dios muchos son instrumentos del diablo, si en vez de bendecir, maldicen, si en
vez de dar amor siembran veneno; si en vez de ser humildes son arrogantes, si
en vez de ser generosos son egoístas y envidiosos; tarde o temprano su maldad
alcanza al pecador, tarde o temprano la ira de Dios se dejará ver en sus vidas,
por favor, les suplico con el corazón, se los digo con lágrimas, no más, no
sigan jugando al cristiano, o somos o no somos, o sirves a Cristo o sirves al
diablo, o te salvas o te condenas. ¡Basta!
Por cuanto llamé y no
quisieron oír, extendí mi mano y no hubo quien entendiera, sino que desecharon
todo consejo mío y mi reprensión no aceptaron. También YO me reiré de su
calamidad, y me burlaré cuando les venga lo que temen; cuando venga la
destrucción que temen, y su calamidad les llegue como un torbellino; cuando
sobre ustedes venga tribulación y angustia. Entonces me llamarán y no responderé;
me buscarán de mañana y no me hallarán. Porque aborrecieron Mi sabiduría, y no
escogieron el temor de YHWH. No quisieron mi consejo, y menospreciaron toda
reprensión mía, comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus
propios consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la
prosperidad de los necios los echará a perder, Proverbios 1:24-32.
Ustedes se levantan contra mis designios, sin darse cuenta están
peleando contra Mí, se rebelan y señalan perversamente a quienes yo levanto,
ustedes están rebelándose contra Mí, y si persisten en su malvado corazón y no
arrepienten, vendrán mis juicios, y ellos empezarán por mi casa, nos sean como
aquellos que se rebelaron en la antigüedad, y perecieron, Porque
si esto es cosa de Dios, no podrán ustedes vencerlos. Tengan cuidado, no se
vayan a encontrar luchando contra Dios…Hechos 5:39.
Números 16 es un ejemplo y una
advertencia para los que siguen dividiendo, sembrando cizaña y envenenando al
pueblo de Dios.
Te aconsejo que leas cuidadosamente Números
16, porque aquellos que se rebelan contra Dios y murmuran contra su mismo
pueblo, no les espera un buen final, porque de Dios nadie se burla; Él conoce los
corazones y dará a cada uno lo que cada uno ha sembrado. En vez de juzgar,
murmurar y desprestigiar el cuerpo de Cristo, humíllate, ora, ayuna y escudriña
la palabra de Dios; el Espíritu Santo te dará discernimiento, pondrá en ti el
querer como el hacer en amor por su perfecta voluntad y aclarará tus
pensamientos dándote la paz que el mundo no da.
Hemos sido creados para bendecir, no para
maldecir, para dar amor, no para sembrar odio, para unir, no para dividir, para
predicar las buenas nuevas no para aliarse a la crítica destructiva del mundo
sin Dios; ten cuidado antes de hablar y mucho menos antes de proferir cosas
terribles a viva voz en la red, haciéndote enemigo de Dios y verdugo de tus
propios hermanos. Conságrate y determínate a ser verdadero hijo de Dios, discípulo
de Cristo y bendición para todos. Dios nos ayude, nos guarde y bendiga.
Mg.
MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.