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17 ago 2019

CERTEZA DE FE MARCA LA DIFERENCIA.


TU CERTEZA DE FE, MARCA LA DIFERENCIA EN TU VIDA-

CREERLE A DIOS HACE POSIBILE LO IMPOSIBLE.

Sin fe es imposible agradar a Dios: todo el que desee acercarse al SEÑOR debe creer que Él existe, y que Dios recompensa a los que lo buscan con sinceridad de corazón. Hebreos 11:6.

Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, ¿Lo ha dicho, Él lo hará? ¿ha hablado, Él lo cumplirá? Números 23:19.

Y todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. 1 Juan 5:4. Y lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Lucas 18:27.

Todos de una u otra forma en algún momento de la vida, podríamos dudar y sentir miedo cuando las pruebas son fuertes, pero hay que salir de ahí, si en verdad amamos a Dios y le creemos, persistir en la duda y el miedo, hará que la angustia en un hijo de Dios se transforme en pecado de incredulidad, estos sentimientos desbordados llevan a la desesperación por falta de confianza en el SEÑOR, poniendo en tela de juicio la misericordia, el amor, fidelidad y soberanía de nuestro Padre celestial. Las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es su fidelidad! Lamentaciones 3:22-23.

La fidelidad y la bondad del Eterno son inescrutables, indiscutibles y dignas de creer para disfrutar de seguridad; no podemos dudar del poder sobrenatural y transformador que hay en la grandeza del amor de Dios que siempre está presente para ayudarnos y guardarnos con su perfecta paz conque irradiada nuestro interior. El Eterno es nuestro protector; sus obras son perfectas y sus acciones son justas. Él es Dios de verdad, en ´Él no hay injusticia; ¡Él es justo y verdadero! Deuteronomio 32:4.

Muchos esperan y hasta exigen las bendiciones de Dios, pero no alcanzan lo que piden por no ser personas de fe, aceptan lo bonito de las promesas, pero no responden la contraparte de obediencia y fidelidad a Dios, agachan la cabeza al mundo, pero se rebelan contra su Creador cuando llegan las dificultades, las pruebas y cuando las cosas se presentan contrarias a como ellos quieren; estas personas son creyentes baratos que no reconocen con gozo la soberanía del SEÑOR en las pruebas, y tampoco luchan por conservar su fe  y permanecer en los caminos del SEÑOR; pero debemos saber que las pruebas dificultades, rechazos y persecución son parte de la vida cristiana, porque si nuestro Salvador sufrió siendo Dios, ¿qué de nosotros?. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también se llenen de alegría cuando su gloria se manifieste. 1Pedro 4:13.  

Siempre que hagamos la voluntad de Dios tendremos oposición, prueba y sufrimiento, lo cual ayudará a fortalecer nuestra confianza en Él; la fe es la característica más importante de alguien que conoce a Cristo, cree el evangelio y vive lleno del Espíritu Santo, un creyente sabe que en todo lo que suceda está implícito al gobierno y la soberanía de Dios actuando en la existencia humana; para los hijos de Dios, la fe nos da confianza y fortaleza para mantenernos firmes en lo que Dios dice y hace, porque Él es soberano, dueño y SEÑOR de todo, obra y usa las circunstancias para transformar nuestra manera de actuar y de pensar, para madurarnos y moldearnos a su voluntad; todo lo que Dios permite en la vida de sus hijos, tiene propósitos muy superiores de lo que podamos imaginar o pensar, pues Dios trata con el carácter de nuestra alma y sigue el proceso de perfección y santificación que empezó con cada uno de nosotros, desde el momento que Jesucristo empezó a ser nuestro SEÑOR y Salvador…Los que miran al SEÑOR quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudafos. Este pobre gritó, y el SEÑOR lo oyó y lo libró de todas sus angustias...Salmos 34:6-7.

Dios hace muchas cosas que prueban nuestra fidelidad a Él, hasta que alcancemos seguridad y certeza en lo que Él es. Parémonos firmes en la certidumbre de fe en Dios y su palabra todo el tiempo, a pesar de lo oscuras que puedan ser las circunstancias que nos rodeen, a pesar de la dura prueba por las que estemos pasando, sin mirar las necesidades y fuertes vientos que arrecian; ¡vaya! De eso sí que se y estoy completamente segura, todos lo hemos experimentado en algún momento, pero todo obrará para nuestro bien, si nos determinamos a confiar y esperar en Dios. Recordemos personajes valientes y victoriosos de la Biblia como José, fue muy probado antes de recibir la plena bendición y la promoción de Dios, fue odiado por sus hermanos que lo vendieron como esclavo, Daniel fue echado al foso de los leones, y sus amigos lanzados a un horno de fuego antes de llegar a tener grandes cargos en el gobierno; Job perdió a sus hijos y todo lo que tenía hasta sufrir una dura llaga en su cuerpo que lo atormentaba, pero al final, todos ellos fueron premiados por el Soberano Dios del universo. Todos ellos nos fueron dejados como testimonio de vidas de fe. Dios ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, y su fidelidad es para siempre. Salmos 117:2.

La grandeza del amor y fidelidad del SEÑOR continuamente nos sorprende, a veces parece que vamos sobre ruedas, pero de repente aparece la prueba y el problema que nos confirmará el favor inmerecido de Dios, es en medio del dolor y las lágrimas, donde sus misericordias y su amor son más visibles, porque nos está disciplinando como el buen Padre que corrige a sus hijos; es decir, nos está enseñando para enderezar lo torcido. Dios es el Padre que educa a sus hijos para que logren el comportamiento adecuado en cada circunstancia; la prueba es disciplina que enseñanza y entrena nuestro carácter y comportamiento, para perfeccionar nuestro temperamento y purificar nuestra alma, con el fin de que aprendamos principios morales y valores éticos, conociendo su sabiduría y aceptando su divino gobierno sobre nuestra vida. Hermanos, tengan por sumo gozo, cuando se hallen en diversas pruebas, porque, la fe produce paciencia, y la paciencia tiene su perfecto resultado, para que seamos perfectos y completos, sin que nos falte nada. Santiago 1:2-4.

La disciplina de un Padre es esencial para sus hijos, nos enfoca en el camino justo para ser personas de vida recta y justa siguiendo los mandatos de Dios y las reglas de un hogar donde hay orden, organización de vidas que confían en Dios y creen lo que Él dice en su palabra para vivirlo en la profesión de nuestra fe en Cristo, confesándolo públicamente con nuestro testimonio, porque hemos depositado toda nuestra vida en sus manos, por lo tanto, descansamos en el SEÑOR, creyendo con el corazón, confesando con la boca y certificando esa fe con buenas obras. Mateo 17:14-20; Y el justo por la fe vivirá, Romanos 1:17.

Las prueba, las dificultades y los altibajos de la vida también podrían ser reprensión y azote de Dios en forma de castigo para corregir a un hijo rebelde que persiste en un comportamiento erróneo; estos medios del Padre para educarnos, son un medio en la impartición de su justicia como Padre y como Dios, así que, si pasamos por pruebas y dificultades, entendamos que debemos sentirnos seguros en Dios, porque el amor corrige, no es una forma indiscriminada de castigo, y además Dios tiene límites misericordiosos para que atendamos, entendamos y nos alejemos de lo que no nos conviene, por eso nos educac celestialmente dentro del contexto de identidad y pertenencia al reino de Dios, por eso Dios no nos deja sin disciplina ni castigo según sea el caso. Y es tiempo que el castigo comience por la familia de Dios; y si comienza por nosotros, ¡cuál será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios! 1 Pedro 4:17.

En estos tiempos de dura confusión en el mundo, es una batalla diaria conservar al fe y confesar a Jesús como SEÑOR, esto podría tener un alto precio, pero aunque el mundo esté al revés, convulsionado y loco, permanezcamos firmes en la fe de Cristo, seguros del amor del Padre celestial, confiados y adelante en el consejo del Espíritu de Dios, porque el SEÑOR siempre estará de nuestra parte, aunque no lo veamos, aunque guarde silencio o nos parezca que está distante; a cada paso nuestra fe nos obliga a expresar confianza y seguridad en Dios para desarrollar un corazón de gratitud y darle gracias por todo, aunque entendamos poco del porqué de las dificultades y los problemas, humildemente oremos y busquemos fortaleza en Dios, con la sensibilidad de percibir la gloria de su presencia, de seguro que veremos y recibiremos respuestas, si entregamos a Él todas nuestras cargas. Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque Él se interesa en cada uno de ustedes. 1 Pedro 5:7.

La fe es principio del fruto y del don puesto en acción, para ver el poder transformador que nos forma como diamantes y perlas preciosas para que nos movamos en el Camino y en pos de sus pisadas, pues somos hijos de Dios por la fe que vivimos en Cristo. Hechos 17:28 y 2 Corintios 5:7mucho de lo que el Padre celestial hacer con sus hijos, está basado en lo que Él ve en nuestro corazón y la realidad que vivimos en Él, nada sucede sin una gota de fe, si andamos por el Espíritu, vivimos y nos movemos en el Espíritu, y eso es fe. Pues por fe andamos, no por vista. 2 Corintios 5:7.

Nuestras bendiciones y milagros empiezan por cultivar la fe en Dios todo el tiempo, Él ve el corazón pues aunque estamos en un cuerpo, no vivimos según la carne ni las emociones de ese cuerpo, tampoco por ver las circunstancias que nos rodean, 2 Corintios 10:3. Por nuestra fe es que Dios hace lo imposible posible y convierte nuestros sueños y anhelos en una realidad palpable, mientras perseveramos humilde y pacientemente en oración. Ahora bien, tener fe es estar seguros de lo que esperamos en Dios, es estar convencidos y firmes de lo que Él puede hacer, así no lo estemos viendo. Hebreos 11:1.

La palabra fe está 240 veces en el AT y 237 veces en el NT, en total 470 veces. ¡Increíble! Tenemos fe para cada año de nuestra vida, y aún nos sobra, en vez de dudar, tengamos fe para cada momento, nuestra fe se hace indispensable para las más de 3575 promesas que el SEÑOR nos ha dejado en su palabra. Sin embargo, consideremos algunos requisitos para que la fe marque la diferencia cada día de nuestra vida y hallemos respuesta:

Creer, aunque no vemos: Porque por fe vivimos, no por vista. 2 Corintios 5:7. Cuando le creemos a Dios y lo que dice su palabra, veremos milagros y respuestas; ver para creer es el común de la gente, pero en la vida de reino es a la inversa, fe y confianza en Dios para ver lo sobrenatural y espiritual materializarse, y operando en una atmósfera de certeza y seguridad en Dios, por lo que Él es y puede hacer; SÍ, Dios da promesas, pero nos ordena hacer algo primero, así que nos trata con circunstancias para ver el corazón de fe que obra fiel porque quiere agradar a su SEÑOR, anhelando el milagro; Dios no da una instrucción de la noche a la mañana, Él se toma su tiempo y su paciencia en los procesos; recordemos a Abraham, Noé, Lot, Jonás, Elías y muchos más...Y sin fe es imposible agradar a Dios; es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe y premia a los que lo buscan. Hebreos 11:6.

Vivir con fe obediente. Ustedes ya saben que la prueba de la fe, produce constancia. Santiago 1:3. Si queremos respuesta a nuestra necesidad, requerimos persistencia en la oración para ver y tener respuestas de Dios, primero hay que obedecer, puesto que cada promesa de Dios tiene un requerimiento de vida, por lo tanto, con la prueba, Él observa nuestra actitud ante esos requerimientos para calificar la calidad de nuestra obediencia, reverencia y fidelidad a Dios.

La prueba de nuestra fe es nuestra completa y humilde sujeción en plena certidumbre de fe para vencer las dudas, la incertidumbre y la incredulidad, muriendo al pecado de indiferente desobediencia o tardía obediencia que es rebeldía contra Dios, es así como operan los milagros que vencen al mundo y marcan la diferencia en nuestra vida cristiana, 1 Juan 5:4; en las noches cuando ponemos la cabeza en la almohada y dormimos, Dios habla a nuestro espíritu, para enseñar a nuestro corazón y purificar la conciencia de obras muertas para que demos pasos de sabiduría en certidumbre de fe, porque…Somos de los que tienen fe para preservación del alma. Hebreos 10:39.

Si Dios ordena algo es para bien, por lo tanto, obedezcamos de inmediato la instrucción, como lo hizo Abraham que no cuestionó, porque confiaba en Dios, y así los héroes de la galería de la fe alcanzaron renombre entre los valientes de Dios, ellos obedecieron el mandato y la comisión, el SEÑOR los bendijo por la eternidad. Hebreo 11:4-13; Y por gracia somos salvados por medio de la fe, no de nosotros, sino como un don de Dios, Efesios 2:8.

Noé obedeció construyendo el arca sin saber lo que era la lluvia y mucho menos un diluvio, se sujetó a las instrucciones del Padre, y confió en sus palabras, totalmente seguro y apercibido de lo que es Dios; Isaac, Jacob, José, Daniel, aún Rahab la ramera, fue transformada y por su fe, llegó a ser parte de la genealogía del SEÑOR, todo ellos recibieron recompensa por hacer la diferencia con fe. ¿Y qué más les puedo decir? Porque tiempo faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sanson, Jefté, David, Samuel y los profetas; fue por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacando fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batalla, pusieron en fuga ejércitos enemigos...Hebreos 11:32-38.

Fe es Confesar un milagro antes de verlo. Con el corazón se cree para justificación, pero con la boca se confiesa para salvación. Romanos 10:10. La salvación es un paquete completo de fe para ser: salvos del alma, sanos del cuerpo y libres en el espíritu, y para lograrlo hay que creer con certeza en el corazón, confesar con la boca y dar testimonio de vida, con gracias anticipadas por el milagro que esperamos, aguardando con paciencia el tiempo de Dios, pues todo tiene su tiempo y su hora, fe es el gajo del fruto del Espíritu, que con serenidad y calma sabe esperar en Dios. Dichosos los que creen sin haber visto. Juan 20:39.

Gestemos el milagro desde el vientre, como embarazados, teniendo la certeza de la fidelidad de Dios, sabiendo que Él cumple en el momento preciso y perfecto, confesemos conforme a la palabra lo que esperamos ver; disfrutaremos sueños, anhelos y deseos conforme a la soberana voluntad de Dios, que ha sembrado su palabra en la tierra fértil de nuestro creyente corazón; veremos en la realidad y ante nuestros ojos, como si fuera un bebé recién nacido. Es como cuando el hombre duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga; y cuando el fruto está maduro, se mete la hoz, porque la cosecha ha llegado. Marcos 4:26-29.

La fe del fruto nos lleva a dar pasos firmes hacia el milagro y la fe del don hace posible el milagro, sin que actuamos por emoción sino por dirección de Dios, porque la fe es como una semilla que se siembra y queda invisible en la tierra, la regamos y la cuidamos mientras esperamos el tiempo aceptable para que brote el árbol de bendiciones que producirá mucho fruto de acuerdo a nuestra confianza en Dios, por lo tanto, desde nuestro espíritu nos ejercitamos y maduramos para ver los resultados de la fe del fruto, Mateo 7:16-18, y fe del don, Romanos 12:6-14.

La palabra nos enseña que fe no es simplemente creer en Dios, porque hasta los demonios creen y tiemblan y los incrédulos creen en algo, el punto es en qué, confiamos en Dios y creemos a lo que Él ha dicho, Él es quien lleva a cabo la realización de los milagros a través de nosotros con la intervención del Espíritu Santo que nos recuerda lo que debemos hacer, Él asigna la tarea, capacita y hace efectivos los dones para gloria de Dios y gozo nuestro, 1 Corintios 12:11; Pablo dice que procuremos los mejores dones de Dios, y la fe confiesa para gloria de Dios. Sigan el amor, y procuren los dones espirituales, pero por sobre todo profeticen. 1 Corintios 14:1.

Cultivemos carácter enseñable, reconozcamos que no sabemos nada, pero Dios lo sabe todo, esto determina lo que Dios puede hacer posible en nuestro andar diario. Esa es la razón por la cual Jesús primero preguntaba si creían en Él y lo que Él podía hacer, antes de hacer un milagro, cuando sanó a los ciegos, los interrogó: ¿Creen que puedo darles la vista? Sí, SEÑOR, le dijeron, lo creemos, entonces el SEÑOR les tocó los ojos y les dijo: conforme a su fe, así se hará. Mateo 9:29.

La fe que hace la diferencia es certeza, certidumbre, seguridad, confianza y entrega total a Dios, para que Cristo mueva todas las montañas de imposibilidad humana, confiando en Él con todo nuestro ser, y abandonados en los brazos del Padre y sujetos al Espíritu, perseverando y esperando con mente, cuerpo y espíritu la gloria de Dios, porque Él lo hará, por lo tanto, estamos firmes y anunciamos la grandeza de su gracia y el poder de su favor soberano, porque hemos creído al Gran YO SOY, al Alto y al Sublime, que tiene la llave que abrirá puertas de incontable bendiciónEntonces el padre de familia del muchacho gritó: SEÑOR, yo creo, ¡ayúdame a creer más y que no tenga incredulidad. Marcos 9:24. Amen.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.