Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Génesis 2:24. “Así que no son ya dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Mateo 19:6.
Mejor son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡Ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos duermen juntos, se calentarán mutuamente; pero ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos lo resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto. Eclesiastés 4:9-12
Cuando Dios formó al hombre en el Huerto, lo creó a su imagen conforme a su semejanza, con su ADN espiritual, creó varón y hembra y los bendijo, diciéndoles: Fructifiquen y multiplíquense; llenen la tierra, y tengan dominio sobre ella...Génesis 1:26-28. Cuando dice que los bendijo, da la idea de haber celebrado el primer matrimonio en la tierra, fue la primera familia que hubo.
Por lo tanto, la familia es un organismo vivo y un concepto de origen divino, pues Dios es el Autor y Creador de ella. Fue Dios mismo quien la instituyó al unir y bendecir al hombre y la mujer en el Hurto al inicio de la creación, fue así como Él le dio origen al hogar, la casa, la descendencia, el linaje, la parentela, la generación, la posteridad y la simiente que llamamos familia. Estos son todos términos que encontramos en la Biblia para identificar la familia, que es sagrada para ser guardada y protegida. Cree en el SEÑOR Jesucristo; así tú y tu familia serán salvos…Hechos 16:31.
Desde la creación y la formación de los primeros seres humanos hasta el día de hoy, Dios está muy interesado en bendecir, proteger, conservar y prosperar la familia para que se mantenga unida hasta el final. La familia es la base y el cimiento de toda la sociedad y de ella depende el buen balance y equilibrio de la humanidad sobre el planeta; está compuesta por los padres y los hijos, seguida por los demás miembros en afinidad y las personas que ellos hayan adoptado como parte de su núcleo familiar. Les suplico hermanos, en el nombre de nuestro SEÑOR Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. 1 Corintios 1:10.
La familia tiene la responsabilidad de formar un hogar centrado en Dios para poder gobernar y educar a sus hijos en amor y justicia divina. Así se moverá en la practicidad de los fundamentos y principios que emanan moralidad, justicia, unión, armonía y balance a sus integrantes. La familia es el don más preciado de la humanidad, es la primera Iglesia, el primer centro misionero y evangelístico del cristiano, nuestra pequeña Jerusalén terrenal donde debemos llenar nuestra mente y nuestro corazón con la palabra de Dios, Grávate en el corazón estas palabras que hoy ten mando. Incúlcalas continuamente en el corazón de tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en casa y cuando vayan por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7.
La familia es el lugar donde se recibe consuelo y se sana el alma; donde brazos de amor mitigan las penas; donde todos se alegran del éxito de sus integrantes; donde se celebran los méritos de cada uno; donde los padres se aman y así mismo son amados y respetados por los hijos; la familia es el lugar donde los hijos son deseados y amados; se desarrollan y crecen, pues son como ángeles que Dios envió por un tiempo y luego se van. Familias de la tierra, tributen alabanza y adoración al SEÑOR, dénle la gloria que le corresponde a su nombre; preséntense ante Él con ofrendas y adórenlo en la hermosura de la santidad. 1 Crónicas 16:28-29
La unidad familiar se consolida en el amor genuino de los cónyuges y de padres a hijos, que preserva a los hijos y a los esposos de los males del mundo, de las garras de las tinieblas y la debilidad de la carne. Un hogar debe ser un pedacito de cielo en la tierra. La familia es tan importante, que la primera idea que los niños se forman acerca de Dios proviene de la calidad del trato y relación que los padres se muestren como pareja, y que éstos prodiguen a sus hijos. Los hijos son una herencia del SEÑOR, los frutos del vientre son una recompensa bendita Salmos 127:3.
Si a los hijos se les ama, se les disciplina y se les corrige con misericordia y bondad, les quedará grabado en el corazón y así les quedará fácil entender y aceptar el concepto de Dios como Padre, de autoridad y respeto, así como las razones que lo sustentan todo en amor, pero si son niños maltratados, denigrados, abandonados y violentados, les costará un gran esfuerzo que entiendan y acepten la realidad del Dios Eterno bueno y misericordioso, que cuidad, ama y bendice. Educa a tu hijo desde niño, y aun cuando llegue a viejo, seguirá tus enseñanzas. Proverbios 22:6.
La calidad relacional de la familia y las reglas que deben gobernarla se sustentan en las verdades bíblicas que se deben vivir en la cotidianidad del hogar y la vida de los miembros de una familia. Todos los que toman el concepto y formación de una familia a la ligera, ignoran que el hogar fue diseñado por Dios, para ser la primera escuela formativa de toda persona. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efesios 6:1-4.
Es dentro de la familia que se desarrollan los medios naturales y sociales de crecimiento y formación personal; juntos en familia descubrimos las formas de ayuda y aprendemos a complementarnos unos a otros para satisfacer las necesidades personales mutuas. Los hijos nunca son una carga si son procreados en las condiciones que Dios establece. Son gran gozo, compañía y vida juntos, aprendiendo todos a ser buenos ciudadanos y participando de todas las cosas buenas que el Creador nos ofrece cada día. Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre, y no abandones las enseñanzas de tu madre. Proverbios 6:20.
La familia es el lugar donde se llenan los posibles vacíos con abundancia de ternura, respeto, atención, valoración y reconocimiento. Allí se aprende a desarrollar la intimidad, la privacidad y se aclaran mal entendidos, aprendiendo a aceptar los puntos de vista y las diferencias de otros, sin usar sarcasmos, cinismo ni desprecio, Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra…Éxodo 20:12 y El hijo sabio recibe el consejo del padre; pero el burlador no escucha las reprensiones. Proverbios 13:1.
Es en el núcleo familiar donde se aprende el cómo, cuándo, dónde y cómo debo comportarme, en el tono adecuado en que debemos dirigimos los unos a los otros y en especial a los de afuera, para que seamos respetados, amados y admirados; desarrollando así las condiciones favorables de buenas relaciones en educación, urbanidad y buenos modales amables y pacíficos. Es en la familia donde obtenemos sentido de identidad y pertenencia frente al valor y sentido de la vida, porque todos se sienten amados, apoyados, aceptados, respaldados, seguros y tenidos en cuenta, con las posibilidades de ser cada día personas auténticas, reales, rectas y mejores en calidad y esencia, Hijos, obedezcan a sus padres porque esto es lo correcto y ustedes pertenecen al SEÑOR…Efesios 6:1-3.
Dentro de la familia se detectan nuestros defectos, cualidades, fortalezas, debilidades, dones y habilidades para fomentarlos o corregirlos, creyendo en el potencial que Dios nos ha otorgado en ellos. En familia nos levantamos el ánimo, nos estimulamos al progreso y nos alegramos juntos cuando estamos tristes, nos alentamos y levantamos cuando nos sentimos derrotados y frustrados, nos prodigamos el más sincero afecto y aprendemos a conocernos mutuamente, algo que en ninguna otra parte se podría encontrar sino en casa. Esposas, sujétense a su esposo como le corresponde a quienes pertenecen al SEÑOR. Maridos amen a su esposa y nunca la traten con aspereza. Hijos obedezcan siempre a sus padres, porque eso le agrada al SEÑOR. Y ustedes padres no exasperen a sus hijos para que no se desanimen. Colosenses 3:18-21.
Los padres y los hijos son un todo, un equipo que vive para contribuir a la felicidad y realización personal mutua. El amor es el catalizador y eje motivador para lograr la armonía familiar y vivir en unidad. Muchos jóvenes y niños se refugian en malos amigos, el alcohol, la droga, cosas y relaciones sucias, o cometen suicidio porque no hallan espacios de acompañamiento y diálogo en su casa ni momentos en que expresarse y hacer catarsis para despejar sus dudas y sus miedos, por eso a muchos les resulta imposible resolver sus problemas pues los ven muy grandes y los padres muchas veces ven a sus hijos como estorbo, carga o error, lo cual mata la autoestima, el auto-concepto y el amor propio de los hijos lanzándolos a abismos profundos, Padres NO hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Mejor críenlos en amor, con la disciplina es instrucción que proviene de Dios. Efesios 6:4.
Todo intercambio de comunicación en la familia ha de llevar un propósito de ayuda, mejora, aclaración, acercamiento, conciliación, animar, reconciliar y levantar la moral y el ánimo de todos los miembros, en vez de ofender, herir, castigar o afectar negativamente, lo cual provoca resultados nefastos, no solo para la familia sino para la sociedad. El orgullo de los padres son los hijos; y la alegría de los abuelos son sus nietos. Proverbios 17:6.
Tomar conciencia de la responsabilidad que Dios nos ha dado al ser padres y desempeñar correctamente los roles es muy importante para que una sociedad progrese en términos morales, éticos, económicos y todo lo demás. Construir una familia es un compromiso serio delante de Dios y de la sociedad. Los padres se constituyen en los primeros maestros y orientadores de los niños y los jóvenes, donde se muestra la madurez de los padres, dependiendo el futuro de todos, el orden y el bienestar social en general. Cuando los padres permanecen unidos a Dios, se mantiene sano el territorio familiar, local, nacional y global. Si una familia está dividida contra sí misma, es familia no puede mantenerse en pie. Marcos 3:25.
Nadie podrá poner en el corazón de los hijos la confianza en sí mismos, la seguridad, su valía, sano auto-concepto, su espíritu de superación, el avance personal, el sentido de responsabilidad, la semilla de la excelencia, la grandeza de la nobleza, el valor de las personas y el amor a Dios, como sólo pueden hacerlo los padres, a quienes el Creador ha equipado con el afecto y la autoridad necesarias para tal fin. El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, niega la fe, y es visto peor que un incrédulo. 1 Timoteo 5:8.
Padres sin el conocimiento ni el amor de Dios muy difícilmente podrán alcanzar éxito con sus hijos. No existe ni podrá darse una verdadera estabilidad y felicidad familiar fuera de la certidumbre de que sólo Dios puede ayudar a conservar y construir una familia con los principios y enseñanzas divinas para vencer con el bien en medio de estos malos tiempos, Mi pueblo no ha querido reconocerme como su Dios, por eso se están muriendo. Tampoco los sacerdotes de la casa del SEÑOR…Oseas 4:6.
La mayor bendición que se puede dar como padres y recibir como hijos es tener a Cristo como SEÑOR y Dios en el hogar y director de la familia, Yo y mi casa serviremos a JHV, Josué 24:15. Escuchen, hijos, la corrección de su padre, dispóngase para adquirir inteligencia, YO les brindo buenas enseñanzas, así que no abandonen mis instrucciones. Proverbios 4:1-2. No olvidemos que la familia es la que construye o destruye la sociedad.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.