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22 jul 2018

LUMINARES EN EL MUNDO- UN PROPÓSITO, UN RUMBO Y UN DESTINO.


UN PROPÓSITO, UN RUMBO Y UN DESTINO

SER LUMINARES CON LA LUZ DE CRISTO 

Ustedes son luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos. De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como luz que ilumine y muestre a todos que obedecen a Dios…Mateo 5:14-16.     

Para que nadie encuentre en ustedes culpa ni falta alguna, sean hijos de Dios, irreprensibles, sencillos y sin mancha en medio de esta generación maligna y perversa que anda en oscuridad. Resplandezcan y brillen entre ellos como luminares en el mundo, Filipenses 2:15.

Nabucodonor dijo a Daniel: Me han dicho que el Espíritu de Dios está en ti, que en ti habita la luz de la inteligencia y en ti brilla extraordinariamente la sabiduría. Daniel 5:14.

A finales de diciembre de 2017 Dios puso esta enseñanza en mi corazón para exhortar a su pueblo a ser verdaderos luminares en sus manos, algo que Él hoy vuelve a recrearlo con mayor profundidad y enfoque bíblico; es inevitable aislarse de las circunstancias nefastas que rodean la tierra y cautivan a la humanidad en este tiempo y los que se avecinan, un tiempo que será inevitable, tendremos que pasar por situaciones adversas, pero suendo luminosos faros y antorchas que alumbran en medio de la oscuridad del mundo. Porque Tú eres mi lámpara, oh SEÑOR; solo Tú, SEÑOR, alumbras mis tinieblas. 2 Samuel 22:29.

Es una gran bendición para los que se adentran en esta enseñanza empezando por entender qué es un luminar: es una estrella, un astro o un lucero que alumbra desde los cielos y resplandece sobre la oscuridad del espacio terrestre, lo cual viene a ser un instrumento que emana luz al igual que una lámpara, una vela, una antorcha, una bombilla o un faro, tomemos el faro: ¿Cuál es la función de un faro? Algo que las nuevas generaciones de 40 años hacia abajo no saben, como muchas otras cosas bellas, naturales y útiles que se usaban y se hacían en la antigüedad, pero que la tecnología y la falsa ciencia han ahogado en la oscuridad de la maldad avara y codiciosa de las aguas turbias de un torcido conocimiento, que, en vez de reconocer al Creador, conservar, defender y luchar por la vida, hacen todo lo opuesto: destruyen. SEÑOR, envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino que lleva a tu monte santo, al lugar donde tu vive. Salmos 43:3.

Los faros eran instrumentos usados en la antigüedad para que con su luz intermitente pudiera mostrar el camino correcto a los marineros, las personas en el desierto y a quienes trabajaban o deambulaban por zonas montañosas y boscosas para que no se extraviaran ni se quedaran navegando o corriendo sin rumbo en la inmensidad de las aguas o lo espeso de la vegetación; con un faro la gente NO se pierde ni se desubica en las grandes distancias. Los faros eran torres altas y luminosas construidas en las partes más elevadas y visibles de un montículo, cerca al litoral marino y en montañas vecinas a la costa para iluminar el sendero de salida o desembarque a los marineros y viajeros; su luz era tan potente que alcanzaba a divisarse a grandes distancias y podía desde lugares muy remotos y apartados de la civilización...Aunque caiga me levantaré, aunque more en tinieblas, el SEÑOR es mi Luz…Miqueas 7:8.

Los faros sirven como una brújula direccional de navegación para barcos y veleros en la inmensidad de las aguas marinas, los faros poseen un foco de luz potente en su parte superior para guiar y mostrar con sus luz como la salida de un laberinto perdido, eran especialmente udados en las noches, para que los marineros condujeran su nave desde altamar hacia un arrecife y puerto seguro de destino y desembarque. Isaías 61:1-4.

El faro alumbra la oscuridad, emitiendo haces de luz que giran a 360 grados, lo cual permite que los marineros vean en la distancia; sus rayos reflejados sobre las aguas se transmiten como luces de colores intermitentes, haces de luz que rompen la oscuridad y revelan la costa cercana para arribar; algunos faros cuentan con un sistema de sirena para los días de densa neblina cuando la luz no puede llegar a los marineros en medio de la lejanía, estos ruidos de sirena alertan y señalan el rumbo, es allí donde la tecnología GPS le ha quitado la utilidad e importancia a los faros, pero algunos siguen prestando la misma utilidad y servicio en zonas donde los puntos limítrofes son restringidos. Mi oración es que sus ojos y su conocimiento sean iluminados con la luz de Cristo, para que sepan de nuestra esperanza, del llamamiento, y de las riquezas de gloria que tenemos como herencia santa de Dios. Efesios 1:18.

Algo que debemos tener claro es nuestro llamado a ser faros y lámparas que alumbran obedeciendo la Gran Comisión de discipular las naciones, el rumbo misionero y el destino final que debe tomar nuestra vida en este mar del mundo donde somos pasajeros en que a cada paso encontramos trabas para hacernos caer y perder el rumbo. El Espíritu Santo a través de Pablo nos exhorta a ser luminares, estrellas, antorchas, lámparas y faros que alumbran radiantes en medio de la oscuridad del mar del mundo, irradiando fe obediente ocupados en nuestra salvación con temor y temblor para compartirla a muchos más, y que el SEÑOR pueda decir de nosotros como dijo de sí mismo y de Juan Bautista: él era una antorcha que alumbraba a los que quisieron regocijarse en su luz. Pero mi testimonio es mayor que el de Juan, porque las obras que el Padre me ha encomendado, las he llevado a cabo y he dado buen testimonio de Él... Juan 5:35-37, y mayores cosas que las que Él hizo, tenemos que hacer. Somos los Juan Bautista que anuncian hoy su evangelio y su venida.

Cristo la Luz del mundo, emana sobre nuestra vida su luz admirable por su buena voluntad, Pablo por su parte, nos enseña que para ser luminares, estrellas, antorchas, lámparas y faros, debemos trabajar sin murmuraciones ni contiendas, ser irreprensibles y sencillos hijos de Dios, sin manchas, es decir, santos delante de la generación maligna, llenos del Espíritu y agarrados de la palabra, para que irradiemos no solo su luz sino el fuego de su fruto, encendidos en gozo y sazón celestial, y al final, recibir las coronas con humildad de haber corrido bien carrera del servicio a Cristo bendiciendo a otros, pues. separados de Dios, nada bueno podemos hacer, Juan 15:5Lleven mi yugo en ustedes, aprendiendo a ser mansos y humildes de corazón como YO, para que sus almas descansen. Mateo 11:29.

El pueblo de Dios brilla y emite la luz del reino sentado en lugares celestiales junto a Cristo, lo cual nos permite con autoridad y poder ejercer el ministerio al que fuimos llamados, siendo real sacerdocio y a la vez jueces con la palabra del evangelio que aplicamos y predicamos a cada paso que damos por la vida. Desde Génesis hasta Apocalipsis, las Escrituras están llenas de la Luz Verdadera que es Cristo, y si Él, la Luz del mundo habita en nosotros, somos sus luminares porque permanecemos apegados a Él para iluminar el camino de otros; si caminamos y vivimos con Enoc y Elias en su presencia recibimos mucha luz que revela, descifra y aclara lo que está oculto no solo en las tinieblas, sino en el corazón de la gente. Nuestro compromiso es tomar con entereza, seriedad y responsabilidad que somos reales y legítimas lumbreras, antorchas, lámparas y faros que emiten luz divina, de esta concientización dependerá en gran medida la salvación no solo nuestra, sino de muchas almas más. Jesús habló otra vez diciendo: YO SOY la Luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12.

El Creador reformó y recreó la tierra, Él sabía que al caer satanás de su gracia y ser echado a las tinieblas de afuera, vendría a la tierra a destruir y sembrar desorden y caos, ocultando su maldad en las tinieblas, asi que, el Eterno para mostrar su gloria, su verdad y su amor, ordenó y rediseñó la tierra en siete días; Él debía volver todo a su buen diseño original, santo y ordenado, por eso lo primero que hizo fue separar la luz de las tinieblas, pues nunca, ambas pueden estar, era necesario marcar la diferencia entre la luz y la oscuridad y la nueva postura de dos reinos. Expuestos a la luz de Cristo y del evangelio pertenecemos al reino de la Luz, genuinos santos que alumbran y no tienen nada que esconder ni de qué avergonzarse, sino que nos gozamos en hacer la voluntad del Sol de justicia. Tú encenderás mi lámpara, oh SEÑOR; mi Dios, Tú alumbrarás mis tinieblas. Salmos 18:28.

El Eterno es el Padre de las luces y esas luces somos los redimidos en Cristo, es tanto su amor por sus hijos y su creación que luego de recrear todo lo que el adversario destruyó y desordenó nos prometió la Luz Verdadera que nos rescataría del mar del mundo con sus tinieblas; Él nos reconciliaría consigo mismo, nos sacaría de las tinieblas a su luz admirable y nos haría libres para brillar, porque separados y en tiniebla no podíamos cumplir el propósito de nuestra existencia en este mundo. Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Pero de la descendencia de la mujer, levantaré a UNO que te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón. Génesis 3:15; creo que por eso hay más intercesoras que intercesores y el enemigo nos odia.

El Salvador nacido de mujer vino a alumbrar el mundo que andaba en tinieblas para venir a habitar en nosotros y hacernos sus luminares, instrumentos de su luz portando su gloria, y que nosotros a su vez hagamos nuestra parte junto a Él, para que se cumpla su justicia, todo se ilumine y se transforme volviendo al diseño original donde reina Cristo. El derrotero que marca nuestra vida es alumbrar para que todo rincón de la tierra se llene de esa luz que da vida, alegra, ilumina, da calor, emana afecto, trae paz y libertad, avanzando para la gloria de Dios y gozo de los que irradiamos su luz de vida eterna. El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en la tierra de sombra de muerte, la Luz les resplandeció. Isaías 9:2

La mayor lumbrera y estrella del universo es el sol que con toda su potente energía, calor y luz, alumbra, caliente, alegra y da vida a la tierra, es por eso que el Hijo de Dios recibe el nombre de Sol de Justicia pues vino a dar su potente luz de vida abundante y eterna a nuestras almas, si Jesucristo es nuestro Camino de luz, hemos de vivir en su resplandor siendo como rayitos de sol, o como la luna y las estrellas que alumbran en la noche, iluminando donde estemos y a la hora que sea. YO SOY el SEÑOR, te llamé y te tomé de la mano, para que seas instrumento de salvación; YO te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo siendo luz a las naciones. Isaías 42:6.

Cuando el Padre llamó a Abram y le prometió ser padre de naciones, le mostró las estrellas de los cielos llenas de la luz del sol, esto representa a la Iglesia extendida por toda la tierra, cada miembro de cuerpo de Cristo como esas estrellas, luminosas que desde lo alto de su vida espiritual alumbran las tinieblas del mundo; Dios luego le mostró la arena del mar en multitud, arena marina repleta de sal y sabor que alegre la costa, en otras palabras, el Padre pensaba en que cada miembro de su pueblo era como granitos de arena repletos de sal que presevan la tierra y ponen limites a la corrupción del pecado con testimonio de vida, predicación del evangelio y vivencia de la palabra que disminuye la descomposición que provoca el sistema del mundo. El Padre ha soñado con gente que sea sus testigos y sus embajadores en la tierra, dando sabor de reino, color de reino y poder de gloria iluminando los rincones más oscuros para rescatar a muchos de las tinieblas de satanás, sus demonios y sus instrumentos de maldad. La Luz se ha sembrado para el justo, y para alegría de los rectos de corazón. Salmos 97:11..

Si no nos responsabilizamos del rol que Dios nos entregó en las manos de ser sal y luz, triste y lastimosamente no podremos negar nuestra parte en la falta de horizontes y razón de ser con que muchas personas habitan la tierra, especialmente los jóvenes y algunos adultos que se suicidan porque no logran satisfacción en su vida; si ellos no tienen a Dios no podrán enfrentar los altibajos de un corazón vacío y una existencia sin propósito, por eso buscan soluciones nefastas que acaban con ellos mismos y su destino eterno. Asegúrate que la luz que crees tener no sea oscuridad, Lucas 11:35. Porque Dios es quien libra nuestra alma de la muerte y nuestros pies de la caída. Para que andemos delante de Dios en la luz de los que viven, Salmos 56:13.

Muchas personas están insatisfechas tomando malas decisiones, porque no tienen su alma sazonada ni anclada en Dios, tampoco tienen como Timonel de la barca de su vida a Jesús la Luz que ilumina el entendimiento y renueva la mente, tampoco conocen la lámpara de su palabra que es la brújula que nos indica el rumbo en que debemos trazar nuestro destino, Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino, Salmos 119:105…Caminen mientras tienen la Luz, para que no los sorprendan las tinieblas; el que anda en la oscuridad no sabe a dónde va, Juan 12:35b.

Jesús dejo instrucciones de vida para toda la raza humana, Él enseñó de cerca a sus discípulos, es por eso que los cristianos tenemos una relación personal con Él, y hemos sido ordenados para brillar en el mundo, proyectando la luz del amor del Padre en el Hijo. Somos responsables de mantener llenas las lámparas de nuestro corazón con el aceite refrescante y el fuego ardiente del Espíritu que nos permite irradiar vida y esperanza al mundo que nos rodea. Dice el SEÑOR: harás algo más que devolverme a mi pueblo. YO te haré luz a las naciones y llevarás mi salvación a los confines de la tierra. Isaías 49:6.

En enseñanzas anteriores nos han sido reveladas ricas y abundantes características y propiedades de la sal y la luz, lo cual somos los cristianos por definición; aunque habitemos en medio del oscuro mundo y el ancho mar del pecado, no nos podemos esconder, debemos mostrarnos, resplandecer y actuar para producir el efecto sasonador y orientador hacía Dios en Jesucristo a través de antorchas vivas que alumbran con la luz del Espíritu Santo, en contraste con la insipiente, opaca y corrupta alternativa que ofrece la sociedad sin Dios; tú y yo somos los encargados directa e indirectamente, del sabor y el color de la salvación para gran cantidad de almas, sea en mayor o menor proporción, Y así como nos parecemos al hombre hecho de la tierra, también debemos reflejar la imagen de Aquel que es del reino de los cielos, 1 Corintios 15:49.

Los hijos de Dios tenemos que ser perfectamente obvios y visibles para el mundo, no somos olas batidas por el mar, ni hojas que lleva el viento, tenemos un rumbo, un destino y un propósito que Dios ha puesto dentro de nosotros: ser sal de la tierra y luz del mundo, ambos elementos funcionan de manera natural, para ser reflejo sobrenatural de Cristo, Por lo tanto, puesto que tenemos alrededor una gran nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe…Hebreos 12:1-2ª

Somos esa ciudad situada sobre un monte como lo dijo el SEÑOR, imposibles de ocultar, porque los principios, mandatos y fundamentos de Dios nos hacen brillar; pero si nos encerramos y escondemos, será algo completamente contrario a nuestro propósito, rumbo y destino en la razón de ser y vivir que tenemos en Cristo. Somos luz inevitable de ver, no de apariencia sino auténticos. Los cristianos genuinos son de fondo y no de forma, de poder y valor frente la oscuridad de satanás, somos fuego en el Espíritu y luminares en Cristo, caminando hacia el reino de la luz. A ti te he mandado para que les abras los ojos y no caminen más en oscuridad sino en la luz; para que no sigan bajo el dominio de satanás, sino que se vuelvan a Dios, para que reciban por la fe en Cristo, el perdón de pecados y herencia entre el pueblo santo de Dios. Hechos 26:18.

Somos luminares, quitemos todo lo que empaña, oscurece, opaca y oculta nuestra luz, desechemos todo estilo de vida oscura, ¡Ay de aquellos que se esconden del SEÑOR para ocultar sus planes, que hacen sus maldades en la sombra y dicen: Nadie nos ve, nadie se da cuenta¡ Isaías 29:15; esto es una verdad no solo para el impío, sino para los cristianos a  medias, los tibios, los apáticos e indiferentes que viven como mundanos presos de sus pasiones oscuras, que no tienen luz ni sal por falta de intimidad con Jesucristo ni compañerismo con el resto del cuerpo de Cristo, somos la sal que contrarresta la descomposición.

La apariencia y frialdad espiritual echan a perder la capacidad de ser luz y sal. Las personas sin la luz de Cristo ni la sal del reino son las más infelices, ambivalentes y de doble ánimo, no son ni sal ni luz, de echo viven como mendigos del mundo recibiendo las migajas que caen de la mesa. Son personas trágicas y patéticas, para ellas es la advertencia que al final serán desechados definitivamente; si la sal no sirve para nada, será echada para ser pisoteada, si no son luz, serán echados a las tinieblas de afuera, donde será el lloro y el crujir de dientes, Mateo 5;13.

Ocultar que somos cristianos, no solo es pecado de engaño y mentira, es concluir en la condenación eterna, un destino de tinieblas. Cuando alguien tiende a ocultar que es cristiano hijo de Dios por congraciarse con alguien, o evitar la persecución, debe recordar que la luz no se esconde; Cristo es extraordinario, real y verdadero, Él habita en nosotros y su luz es inevitable. En los días pasados los santos fueron valientes y soportaron, por eso el escritor bíblico antes de nombrar los héroes de la fe dice: Recuerden los días pasados cuando después de haber sido iluminados, soportaron una gran lucha de padecimientosHebreos 10:32. No podemos olvidar que la vida en Cristo es para valientes dispuestos a pagar el precio. Somos embajadores de Cristo llamados a tomar parte activa en la reconciliación de las almas con su Creador y Salvador. 2 Corintios 5:20. ¡Aleluya!

Mg. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.

Los luminares nos debemos llenar del Espíritu Santo.