SOLO DIOS DA VALOR A NUESTRA VIDA
Dios
resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, Santiago 4:6
Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestes en Cristo, según nos escogió en Él antes de
la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él.,
en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad, para la alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, Efesios 1:3-6
La gran mayoría de jóvenes que huyen de hogares cómodos y confortables, para ir
a vivir a lugares sucios, sin bañarse, sin cambiarse de ropa, comiendo basura y durmiendo en camas sucias donde han dormido muchos otros sanos o quizá enfermos, lo
hacen por rebeldía, por la locura de la inmadurez o simplemente porque quieren sentirse amados y aceptados; y también asisten a conciertos de rock pesado, en muchos casos, no tanto porque les guste la música, pues son
ruidos estridentes, son cualquier cosa, menos música; los jóvenes que se vuelven adictos a esa
clase de ruido, no es algo natural; lo único que demuestran es que sus
oídos y sus gustos están atrofiados por la falta del amor presencial de sus padres y que se dedicaron a llenarlos de cosas y no de afecto, sus padres indiferentes y distances para prodigar abrazos, caricias, atención y no tuvieron tiempo para sentarse a conversar con ellos y escucharlos, con suplirles y facilitarles todo les distorsionaron su sano auto-concepto y su valía de personas pertenecientes a una familia unida por el amor y no por la abundancia de la comodidad y las cosas materiales.
Cuando los muchachitos y los jóvenes beben, fuman y viven de fiesta en fiesta con padres que todo les celebra sin ponerles límites, tarde o temprano serán adictos a algo; es una clara muestra
de rechazo y carencia de una familia que los identifique y les haga sentir que pertenece a un hogar fundado en el amor y la presencia de los padres que representan autoridad, afecto y disciplina; los vicíos reflejan a una persona deseosa de sentirse
parte de algo y de alguien, por
eso buscan un hogar extraño, falso y superficial donde aprenden todo lo malo
y rechazaran todo lo bueno, transformando su vida, su forma de vestir
y comportamiento; la falta de estabilidad emocional en los jóves y la inmadurez de ciertos adultos, son usados por los productores de drogas, fármacos, modasy culturas sacadas de los cabellos, haciendo extraños y raros a los carentes de amor y madurez, hasta el punto de cambiarles su mundo, su imagen, la forma de hablar, caminar y sus costumbres, porque así cumplen unos parámetros de aceptación en un grupo ausente y opuesto a su verdadero núcleo familiar.
Si el auto-concepto se
define por tener habilidades, alcanzar logros, poseer recursos, tener un
estatus y un nivel de vida o manejar la apariencia personal, de seguro las personas caerán en los abismos más bajos, los peligros de los vicios y miles de cosas que terminan destruyéndolos, Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, Santiago 4:6 Llenarse de cosas materiales sin Dios y sin afecto lo único que crea son vacíos, orgullo y soberbia en el alma debido a un estatus en medio de una sociedad que todo lo cobra, que genera soledad, desolosación y abandono emocional y espiritual haciendo sentir a muchos como uno más entre la gente que se gloria de ser auto suficiente e independiente del su Creador, lo cual los hace
vulnerables a toda clase de males y opacando el amor de Dios. Si solo ponemos la mira y la confianza en los recursos terrenales, inevitablemente nos quedaremos con la
idea de tener méritos propios dejando a Dios de lado, corriendo peligro y tambaleando nuestra vida, éxito y destino final.
El calor de una familia unida bajo el gobierno de padres que están presentes para amar, educar y corregir es lo que desarrolla en el ser humano, su verdadero valor de persona y la imagen de Dios en ellos. Un sano crecimiento requiere conocer la verdad que nos hace libres. Lo
que Dios dice y enseña en la biblia es la máxima verdad encarnada en nuestro Señor Jesucristo.
La tarea del ser humano es descubrir quiénes somos y qué dice Dios acerca de las personas; muchos no lo
descubren y se estrellan contra el.mundo porque no saben quiénes son ni a dónde van, o tienen tan subido el ego a causa de la comodidad que llegan a perder su propia vida. Todos necesitamos conocer la doctrina de Dios para llevarla a la práctica y no perecer en el camino. Dios es el Único que le da valor, sentido, madurez y rumbo a nuestra vida.
La inestabilidad emocional y la falta de vida espiritual en Dios lleva a la desorientación, la victimización, la perdida del sentido y valor de la vida hasta llegar a la auto destrucción; vivir sin amor y crecer sin el conocimiento de Dios es algo muy terrible, por eso debemos enseñar a los hijos desde niños, la vida familiar y espiritual. Tú eres mi Señor; no hay para mi
ningún bien fuera de ti, Salmos 16:2.
La genuina humildad
desde el punto de vista bíblico comienza a vivirse cuándo conocemos a Cristo y
mantenemos una profunda relación personal con Dios, el alto precio que Dios
pagó por nosotros a través del sacrificio de Jesús y su sangre derramada para
limpiarnos de pecado, es el conocimiento que nos hace humildes y nos provee el
valor verdadero que tenemos no solo como personas, sino como hijos amados del Dueño
del universo.
Sentirse menos y mostrarse
inferior creyendo que no es nadie, procede de alguien sin Cristo.
Necesitamos desarrollar todo el potencial que Dios nos ha dado en Jesús, para
eso debemos saber y conocer lo que Dios dice acerca de nosotros, Él nos enseña
las cosas que debemos hacer y las que no debemos hacer, así sabemos cómo vivir
y actuar.
Dios nos cambia para
que modifiquemos el comportamiento, el pecado es algo que llevamos dentro, así como el
gusano daña la fruta desde adentro y brota hacia afuera porque nació adentro,
el pecado sale del corazón del hombre, por eso Dios trabaja primero en el
corazón humano para quitar el pecado, cambiar el carácter y dar una nueva perspectiva de vida. Dios es muy claro en su palabra, Efesios 1:2-3, nos dice lo que
somos según Dios, Efesios: 4-5 nos dice cómo
debemos vivir de acuerdo a lo que somos en Cristo. Dios es ordenado, por eso trata
primero con EL SER, luego con EL HACER para que luego le demos su lugar al TENER. Si usted hace lo contrario, la balanza de su vida se inclinará a la derecha o a la izquierda, perdiendo el sano equilibrio de su existencia; se encontrará viviendo en el foso de la desesperación, la locura de la perversión, contra natura, sin identidad y sin rumbo por una mente perturbada y un corazón duro y vacío.
Jesús dice: Conocerán
la verdad, y la verdad los hará libres, Juan 8:32; Dios nos amó de tal forma y profundidad que ya pagó en Cristo el precio por el pecado; Cristo nos devuelto el valor y le ha dado horizonte a nuestra vida; necesitamos conocerlo para mirarnos en Él y aprender a valorarnos dándonos el lugar que nos corresponde. La máxima
verdad y razón de nuestra vida está encarnada en el Señor Jesucristo. Solo Él nos libera de la esclavitud y los vicios llenando nuestros vacíos cuando recibimos su amor y nos enamoramos profundamente de Dios.
Debemos reconocer la misericordia y justicia de Dios, Efesios 1:1. Si recibimos a
Cristo como Señor y salvador personal, si somos guiados por el E.S. y
pertenecemos a la familia de Dios, somos importantes, valiosos y únicos. El primer paso es reconocer que somos pecadores, arrepentirnos y por fe confiar en Dios como nuestro Padre y nuestro Dueño, para vivir como santos amados; los santos NO SON los que ha canonizado la tradición y están en esculturas, Dios nos hace
santos y valiosos en Cristo. Los santos estamos vivos y somos todos los creyentes del Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo aquel
que Dios ha justificado y lo ha apartado del mundo para que viva en Él y con Él, es valioso y santo. así como nadie puede ser medio salvo.
Cristo nos hace humildes para aceptar
lo que Dios dice acerca de cada uno de nosotros y de lo que somos y tenemos en Dios. Algunos cristianos no aceptan llamarse santos, porque creen que no son
tan buenos, no entienden que Cristo murió por ellos y los justificó. Si Cristo nos ha
salvado, valemos para el Padre, somos nuevos y santificados en su amor sacrificial. Algunos no lo aceptan porque
argumentan no ser lo que debieran ser, pero eso es rebeldía, Dios no acepta
esa excusa pecaminosa, Él nos escogió antes de la fundación
del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él, Efesios 1:4. Cada cristiano
debe ser santo y sin mancha delante de Dios.
La biblia
continuamente nos recuerda quienes somos, a dónde pertenecemos y qué debemos
hacer, eso nos imparte vida y valor para tener una autoimagen sana,
equilibrada y una conducta correcta. Al que obra, no se le cuenta el
salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino que cree en
Aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también
David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin
obra, diciendo: Dichosos aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos
pecados son cubiertos. Dichoso aquel a quien el Señor no inculpa de pecado, Romanos
4:4-5.
Si tenemos una
personalidad saludable y balanceada, entonces tenemos la justicia de Dios que
nada tiene que ver con las obras. También tenemos que confiar en los recursos con
que disponemos en Cristo, Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestes en Cristo, Efesio1:3. Dios nos ha dado todo lo que necesitamos ser para
vivir la vida a la manera y medida de Dios, Dios ya nos ha bendecido con toda bendición
espiritual para comportarnos como verdaderos hijos propios y pertenecientes al mejor Padre.
Creer en lo que Dios
dice es mucho más importante que lo que nosotros pensamos, Abba Padre ya nos declaró hijos y justos en Cristo, nunca más se acordará de nuestros pecados, pero esto no
evitará que nos discipline si le volvemos a fallar, pero nunca nos acusará con
el pecado cometido, Como todas las cosas que pertenecen a
la vida y a la piedad nos sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de Aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 2 Pedro 1:3.
Ser salvos es tener valor y ser personas amadas, porque El Padre, Jesucristo y su Santo Espíritu viven en nosotros. Ustedes
no viven según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él, Romanos
8:9.
Cuando somos salvos no solo recibimos perdón de pecados y recibimos vida
eterna, todo esto es el gran distintivo del cristiano, que nos proporciona seguridad, alegría y balance personal, por lo tanto tenemos sana auto-imagen y toda bendición.
Tener un sano auto-concepto,
nos hace tomar responsabilidad para cuidamos , esmerarnos por saber vivir bien y no vernos involucrados en los males del.mundo que esclavizan, destruyen ;y matan. sino que nos comportarnos
con dugnidad y aplomo valorando también a los demás como a nosotros mismos, Digo
a cada uno de ustedes, que no tenga más alto concepto que el que debe tener, y
que piense de sí mismo con cordura, Romanos 12:3;
Así
que nada hagan por competencia, ni por vanagloria, sino con humildad, estimando
a los demás como superiores a ustedes mismos, Filipenses 2:3. En Cristo lo
tenemos todo para sentirnos satisfechos y completos, y a medida que avanzamos
en nuestra comunión con Él, descubrimos todas las riquezas que en verdad tenemos y nos pertenecen en que Dios.
Saber todo nos proporciona tranquilidad y descanso en el Señor, Dios ya hizo todo para que vivamos seguros y felices, lo alabemos por su
maravilloso y grande amor, Efesios
1:6.
De igual manera como el Padre ve al Hijo y lo reconoce como su Hijo amado, cuando
nos mira también dice lo mismo.
Si alguno tiene una
auto-imagen distorsionada es porque en su alma hay un sentimiento de rechazo que lo hace sentir inferior por eso toda la vida muchos se la pasan buscando un amor que los acepte, haciendo
cosas que al final los esclavizan y viviendo por lo que
otros piensan y les imponen, preocupándose más por
lo que los demás piensan que por lo que Dios dice y piensa de ellos.
Muchos que se dicen
cristianos, tienen esa necesidad de aceptación, aún después de ser salvos, no
alcanzan a comprender que ya han sido aceptados por Dios en el Amado Jesús; son
los creyentes que se vuelven legalistas-religiosos hacen esfuerzos sobre humanos para
ser aceptados y para que Dios los ame, creen que por ir a la iglesia, orar larga e intensamente y formar parte en muchas actividades son aceptados, amados y
tenidos en cuenta. Creen que por leer la Biblia, memorizar versículos, ayunar y
hacer muchas cosas espirituales, Dios los va a amar más. Eso es una verdadera
tragedia.
Dios no nos cambia
para poder amarnos, El nos amó primero para poder cambiarnos y antes de hacernos salvos. Dios mostró el gran amor
que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros, cuando todavía éramos
pecadores, Romanos 5:8.
El amor de Dios se
muestra en toda la historia, la misericordia de David con Mefiboset enseña cómo Dios nos ama, aunque hayamos sido sus enemigos, Dijo David: ¿ha
quedado alguno de la casa de Saúl, a quien yo le haga misericordia por amor a
Jonatán? 2 Samuel 9:1-13. El siervo Siba le dijo que había quedado un hijo de
Jonatán lisiado de los pies porque una criada en su huida por tratar de
salvarle de la muerte, lo dejo caer; ese niño creció temiendo y odiando a David
porque no sabía la verdad del rey David, que lo amaba. Así David envío a
buscarlo a Lodebar, el joven Mefiboset no sabía del pacto que habían hecho su
padre Jonatán y el rey David. La causa del odio de Mefiboset a David era el
resultado de creer mentiras acerca de David, ignoraba la verdad. David amaba al
hijo de su amigo y hermano Jonatán, así que el rey después de muchas averiguaciones
encuentra al muchacho envía por él y lo traen al palacio para que viva allá y
coma en la mesa real. Al verse Mefiboset en la presencia del rey, se postró en tierra,
pensando que lo mataría. Pero David lo calma y le dice que no es así sino que
lo ama y quiere bendecirlo y tratarlo como un hijo para darle la herencia que
le corresponde. Así David lo aceptó como su propio hijo y lo bendijo como tal.
Dios nos ama no por
cosas notables que hayamos hecho sino por lo que somos y valemos en Cristo, Sean
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios
también nos perdonó a nosotros en Cristo, Efesios 4:32.
Amén.
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