¡Gracias doy a Dios, por Jesucristo, SEÑOR nuestro! Así que yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado. Romanos 8:21. Padre, no te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Juan 17:15.
Miren cuán amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos en Jesús, por eso el mundo, no nos aceptan, porque no conocen al SEÑOR. 1 Juan 3:1.
El que cree que Jesucristo es el Hijo de Dios, vence al mundo. 1 Juan 5:5.
Muchas veces me he hecho estás preguntas: ¡Qué tal si Jesús no hubiera existido? Si Jesús no hubiera venido al mundo, ¿qué pasaría con nosotros? ¿Qué tal si Él no hubiera muerto por nosotros? ¿Qué sería de mi si Dios no hubiera salido a mi encuentro?
Estas y muchas preguntas más pueden sobresaltarnos al ver todo lo que pasa en el mundo, todas las locuras que hace la gente, toda arrogancia y atropello de los fuertes adinerados y gobernantes con poder que no tienen un poquito de sentimientos, sino que ven al pobre y menesteroso como un objeto de inicuos ensayos y experimentos; es demasiado, pero damos gracias a Dios por el SEÑOR Jesucristo que en Él cobramos ánimo y esperanza por un mañana mejor, por un rescate de toda esta locura infernal. Porque todo lo que hay en el mundo, las pasiones de la carne, los deseos de los ojos, y la arrogancia de los hombres, no provienen del Padre, sino del mundo. 1 Juan 2:16.
Gracias damos al Padre celestial por enviar a Jesucristo como el Hijo del Hombre, gracias al Hijo por sufrir en nuestro lugar en esa cruz, padecer, soportar, morir y resucitar por nosotros voluntariamente, gracias a su grande e infinito amor que nos dejó al mejor consejero ayudador, el Espíritu Santo; Jesucristo tomó en sí mismo todo lo malo que le pasa al ser humano, especialmente el pecado que nos mata eternamente y todas sus consecuencias; hoy somos hijos de Dios pero seguimos expuestos al pecado; aunque hemos sido justificados, muchas veces caemos bajo el pecado y la culpa haciéndonos sentir miserables y traidores para con Dios. Pero el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque no sabemos orar como es debido, pero el.mismo Espíritu ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Romanos 8:26.
Por eso, gracias a Dios por Jesucristo, era necesario que Él padeciera, resucitara y luego ascendiera para dejarnos al Ayudador y Consolador; así que Jesus, es y será eternamente nuestro extraordinario e inigualable SEÑOR y Salvador que nos ayuda a ser mejores en Él por su Espíritu que mora en nosotros y aunque no vivimos en victoria total, tampoco somos totalmente esclavos del pecado porque amamos a Dios, y Cristo marcó el antes y el después, no solo en la historia humana, sino en la vida de cada seguidor de Cristo que lucha contra la tentación, el mundo y la carne, con la esperanza que un día lograremos ser totalmente alejados de todo tropiezo y contaminación en Cristo; así que demos gracias a Dios por Jesucristo, porque Él es la razón de nuestra fe salvadora. ¡Gracias a Dios que nos da la victoria por medio de Jesucristo; SEÑOR nuestro! 1 Corintios 15:57-58.
Él nos libertó de la condenación y la esclavitud, para que hoy conservemos la esperanza de vida eterna y salir de este mundo de oscuridad, confusión y locura donde reina el pecado; hoy tenemos en Cristo, vida, alegría y seguridad al hacernos siervos de la justicia, aunque a veces no calificamos; En Cristo estamos vivos para Dios liberados de todo mal y un día seremos totalmente libres y semejantes a Él viviendo en su presencia, mientras tanto, caminemos Con Pasos Firmes en Dios y su verdad. Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen porque YO he vencido al mundo. Juan 16:33.
La gran mayoría se conforman con saber que nuestro salvador fue el Maestro y lo ven como el Cristo histórico, o como un héroe hermoso, pero Él es el Dios vivo y poderoso que venció la muerte y al mismo diablo para quitarnos de encima el pecado y reconciliarnos con el Abba Padre; pero por causa de no conocer ni amar al SEÑOR como se debe, han surgido religiones acomodadas a hombres, doctrinas extremistas y erradas de gente insensible, perseguidores, retrógrados y homicidas, gente que no ha reconocido al Rey y SEÑOR como Dios Salvador, sino que lo conceptúan como un simple profeta más, 1 Juan 4:5; pero nada de eso habla de la grandeza y verdad gloriosa que es y representa, el bendito Hijo de Dios; en realidad, el SEÑOR Jesucristo es nuestro más preciado tesoro, y único Salvador, Él es el Dios viviente, único en dar su vida por tanta gente pecadora, él único que ha entregado amor líquido con su sangre derramada para limpiar tanta inmundicia. Él es el mediador del mejor pacto, establecido sobre las mejores promesas. Hebreos 8:6.
Nuestro amado Salvador es el mismo Dios en persona que se hizo semejante a los hombres, solo por amor y obediencia al Padre para liberarnos del fuego eterno del infierno; Él encarna el supremo mensaje de la Buenas Nuevas, y está por encima de todos los profetas que vinieron antes de Él, en su esencia, Él es y será Dios hecho Hombre, que en su humildad se rebajó a nuestra altura para enseñarnos con su ejemplo que podemos tener vidas santas, si fijamos los ojos en Él y vivimos como Él vivió; por eso el Padre celestial testificó de Cristo desde su trono, Y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Marcos 1:11.
En su condición de Hijo amado del Padre, Jesucristo, no se quedó con sus privilegios, Él vino y vivió en esta tierra como el humilde y manso santo, atropellado por los hombres, pero digno de imitar, reflejando y mostrando en sí mismo, el resplandor de la gloria del Padre; Él es la expresión exacta de la naturaleza divina, con su personalidad exquisita, sus cualidades, atributos y señorío inigualables e incomparables; nuestro amado SEÑOR Jesucristo, es el único, santo eterno, sin principio ni fin, precioso, amoroso, excelso, tierno, humilde, extraordinario, dulce, y sobrenaturalmente Dios, el Ángel de YHWH, el Gran YO SOY, Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY, y añadió: Así dirás a los israelitas: YO SOY me ha enviado a ustedes. Éxodo 3:14.
¿Acaso no hemos de agradecer y engrandecer el nombre y la persona del SEÑOR Jesucristo por lo que Él es y ha hecho por todos, y lo que representa en sí mismo para su pueblo? Nuestro Salvador Jesucristo supera absolutamente a todos juntos, a todos los profetas, maestros, mensajeros y doctos que han estado en este mundo y vendrán después de Él; Él es nuestro MENSAJE vivo que proclamamos y anunciamos, porque Él es el Hombre más importante y el Dios preeminente; ¿Acaso no nos hemos de enamorar hasta los huesos para gastar y dar la vida por Él? Nuestra nueva Jerusalén, la nueva ciudad de Dios, no tendrá necesidad de sol ni de luna que la ilumine, porque la gloria de Dios la alumbra y el Cordero de Dios es su resplandor. Apocalipsis 21:23.
Jesucristo es el fundamento y razón de ser de nuestra vida, de nuestro agradecimiento, de nuestro contentamiento, de nuestro gozo, de nuestra libertad, de nuestra santidad y salvación, de todo lo que somos y tenemos en Jesucristo; Él nos pide que lo amemos, nos amemos también nosotros y tengamos misericordia de los semejantes, porque ejemplo nos dió y nos ha dejado unas sencillas formas de agradarle y alabarle.
1. Desarrollar la fe que confia en Él. Jesús es el comienzo de nuestra nueva vida de fe para seguirlo y servirle; Enoc camino con Dios, y esto le agrado al SEÑOR, Génesis 5:24 y Hebreos 11:5. Por lo tanto, no solamente se trata de creer en Dios, es creerle a Dios y seguirlo, esto es fe y esto agrada al Padre, Porque no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarnos a Dios, tenemos que tener la certeza que Jesucristo existe y que Él recompensa a los que lo buscan. Hebreos 11:6.
Al creer y confiar en Cristo desarrollamos fe, con esa seguridad que Él ya ha hecho y dicho todo lo que necesitamos saber, espiritualmente hablando, y con Él todo lo profético se cumplirá; Enoc vivió en el tiempo del mundo antidiluviano donde la gente era muy perversa y torcida, pero el se mantuvo fiel a Dios, Enoc no solo creyó en Dios, sino que creyó que Dios volvería a la tierra con sus santas decenas de millares de ángeles, por eso hizo todo bien andando con Dios. Judas 1:14. Porque cuando creemos en Dios y creemos a Dios lo que Él dice, entonces lo agradamos haciendo el bien y andando en los caminos del Padre, para que el mundo pueda experimentar toda la paz y el gozo verdaderos que Cristo ganó para nosotros. La paz les dejo, mi paz les doy; YO no la doy como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tengan miedo. Juan 14:26-27.
2. Obedecer su palabra para agradaceder y agradar al Padre. El SEÑOR se complace más en la obediencia a su palabra que en los sacrificios y ofrendas; Obedecer a Dios y prestarle atención es mucho mejor, porque la desobediencia es como pecado de adivinación y rebelión, y la obstinación es como ídolos de idolatría que desecha las instrucciones del SEÑOR. 1 Samuel 15:22-23.
El primer rey de Israel fue Saúl, pero pronto perdió el reino por desagradar al SEÑOR con su desobedeciencia al no acatar las órdenes directas y exactas de Dios, con la excusa de querer ofrecer sacrificios y holocaustos al Eterno Dios, en ves de destruir lo que debía ser acabado según las instrucciones de YHWH; esto nos enseña que Dios no quiere ofrendas, sacrificios ni regalos materiales ni físicos, porque la gran mayoría de esos sacrificios y ofrendas son rebeldía y soberbia, pasando por encima de los mandamientos y las leyes divinas; pero lo que Dios espera de sus hijos es que lo alabemos y lo adoremos con obediencia, humildad y sujeción, esa es la mejor forma de gradecer y agradar al Santo y es bueno para todos, pues su palabra está llena de bendiciones y beneficios para los que creen, nos comprometemos y esforzamos cada día por menguar para tener un carácter santo, justo, manso y humilde, y cada día nos parezcamos más a Jesucristo. Que cumplamos sus mandamientos y sus leyes para que nos vaya bien. Deuteronomio10:13.
3. Alabemos a Dios haciendo su voluntad. Dios nos capacita con todo lo necesario para hacer su voluntad. Él produce en nosotros todo lo bueno que le agrada, mediante el poder de Jesucristo…Hebreos 13:21. La voluntad de Dios es que hagamos todo lo que Él dice, ordena, establece e instruye, porque Él plantea y profetiza lo mejor para nosotros en su palabra, la Biblia, la cual nos fue dada para darnos a conocer a Dios y enseñarnos la verdad de su amor y su voluntad, buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2-8.
Es por eso, que se hace urgente, imperativo, importante e imprescindible, leer, meditar, estudiar y orar con la palabra; allí están las claves para ampliar nuestro conocimiento y obtener un mayor entendimiento de lo que es la voluntad de Dios para nosotros, algo que va mucho más allá de nuestro intelecto humano, porque lo de Dios es espiritual y para bendición; hacer la voluntad de Dios implica hacer lo que es bueno y correcto delante de Él, ciñendo nuestra alma y alineando nuestra vida a sus enseñanzas, sujetárnos y vivir en su Espíritu para madurar y crecer integralmente, repercutiendo de manera tangible y visible en nuestra propia existencia, la familia y la sociedad; somos agradecidos viviendo con espíritu del contentamiento que alaba a Dios y sin quejas. Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan ante su presencia con alabanzas; den gracias, alaben el nombre el del SEÑOR. salmos 100:4.
4. Ocuparnos del Espíritu para vida. Porque ocuparse de la carne es muerte, pero ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque nos e sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. Romanos 8:6-7. Vemos en este texto dos puntos opuestos: la mente humana carnal y terrenal y la mente guiada por el Espíritu de Dios, es decir, una mente espiritual.
Ocuparse del espíritu, es vivir en el Espíritu, es llenarnos del Espíritu porque somos templos vivientes se sujeten al que nos habita para mantener la lámpara de nuestra alma encendida, con lo que Él nos aconseja y nos guía, según la palabra; vivir en el Espíritu no solo es una forma de vida, es agradar y agradecer a Dios por Jesucristo que nos dejó la compañía de su Espíritu, para que Él sea nuestro Ayudador, Consejero e Intercesor, el que nos recuerda lo que Dios ya nos ha dicho, el Emanuel Dios con nosotros, el compañero perfecto que nos ayuda a acomodar lo espiritual a lo espiritual. Y hablamos con las palabras que el Espíritu de Dios nos enseña; no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas espirituales con términos espirituales.1 Corintios 2:13.
5. Conocer a Cristo, porque en Él conocemos al Padre. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. Juan 17:3. En la transfiguración del SEÑOR Jesús, el Padre mostró a tres de los discípulos de Jesús la preeminencia y majestad de Cristo, para que supieran y entendieran que Él es verdaderamente el Hijo de Dios, y que no hubo nadie más en la tierra que complaciera el corazón del Padre en su obra redentora; todo para que los creyentes de hoy, sigamos de cerca al Hijo imitando su ejemplo y su estilo de vida hermosa y santa; por eso debemos estudiar y escudriñar las Escrituras para conocer al Padre en el Hijo y seguir su ejemplo de vida. Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento, para que conozcamos al que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Ël es el verdadero Dios y la vida eterna está en Él. 1 Juan 5:20.
6. Guardar temor a Dios, porque eso es vida confianza, seguridad y esperanza. En el temor a Dios está la fuerte confianza; y esperanza que tendrán sus hijos. Porque el temor al SEÑOR es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte. Proverbios 14:26-27. Dios es el Creador, por lo tanto, Él es la fuente de vida; Jesucristo venció la muerte y resucitó para restaurarnos a la vida y la comunión eterna con el Padre; por lo tanto, Él ya conquistó la muerte y nos dio libertad para creer en Él y ser salvos; por lo tanto, tenemos la responsabilidad de alabarlo, agradarlo, y darle gracias con nuestro nuevo estilo de vida santo en Él, y por su magistral proeza de salvación.
La Biblia nos enseña de principio a fin que requerimos el temor a Dios, porque Él es Dios soberano y todopoderoso, y al reconocer esto, mostraremos respeto reverente y profundo por lo que Él es; temer a Dios nos ayuda a vencer el pecado y la tentación y nos hace responsables de tener buenas acciones. El temor a Dios es una fuente de santidad segura en Ël, por lo cual nuestro amor por Él se hace profundo, dándole la importancia y el lugar que Cristo merece en nuestra vida, y hallaremos el oportuno socorro en momentos de peligro y de muerte. La remuneración del temor al SEÑOR, son las riquezas, la honra y la vida. Proverbios 22:4.
7. Ser ofrenda viva a Dios en santidad, integridad y pureza de intenciones. Por consiguiente, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que presente sus cuerpos como ofrenda, viva y santa, aceptable a Dios, porque ese es nuestro culto racional. Romanos 12:1. El SEÑOR no pide sacrificios porque Jesucristo ya hizo todo el sacrificio en la cruz.
Ser ofrendas santas y olor fragante a Dios, significa ser santos en Cristo, íntegros y correctos con los semejantes y puros en las intenciones al hacer todas las cosas, conscientes de que Dios nos ve, aunque ningún humano nos vea; que llenemos con todo esto su trono de gloria, y el único sacrificio que podemos ofrecer a Dios es la adoración y la alabanza con acción de gracias por todo lo que recibimos de sus manos, y el privilegio de compartir con otros. Para que andemos como es digno del SEÑOR, agradándole en todo, dando fruto con toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:10.
Al SEÑOR no le importa cuánto o la cantidad que le damos, lo que Él ama es hacer de nosotros, sabtos instrumentos de poder en sus manos y bajo su gibierno para que tengamos vida de reino y los beneficios del Hijo, ocupándonos de lo que nos corresponde para agradarlo, agradecerle y adorarlo en contentamiento y humildes acciones de gracias. Si nuestros caminos son agradables a Él, aun a nuestros enemigos hace estar en paz con nosotros. Proverbios 16:7. Dios se complace en darnos su reino, Lucas 12:32, Cristo nos muestra la senda de la vida; porque en su presencia hay plenitud de gozo; delicias a su diestra para siempre. Salmos 16:11.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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