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13 nov 2015

ECHEN LAS REDES PARA PESCAR


ECHAR LAS REDES DEL EVANGELIO PARA PESCAR ALMAS
Basado en Ezequiel 47:1-12.

Y volviendo yo, vi que en la ribera del rio habían muchísimos árboles a uno y otro lado….Y habrá muchísimos peces por haber entrada allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entre en ese río. Y junto al río, en su orilla, estarán los pescadores…será un tendedero de redes, y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande…Ezequiel 47:7-12.

…Jesús dijo a Pedro: Remen mar adentro, y echen sus redes para pescar…Lucas 5:1-11.

 

Y les dijo: echen la red al lado derecho de la barca y hallarán pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad ce peces…Juan 21:6.


Muchas personas luchan toda su vida, tratando de vivir lo que es la fe, algunos alcanzan respuestas en su cotidianidad, otros más fuertes reciben favores de Dios, pero los más osados reciben milagros, sobrenaturales. La biblia es muy clara en afirmar lo que es la fe de Dios y la fe en Dios: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, Hebreos 11:1.  La fe sin obras es muerta, Santiago 2:14-17, y sin fe es imposible agradar a Dios, Hebreos 11:6.


El profeta Ezequiel tuvo una visión increíble donde la misma mano de Dios lo llevó a la cima de una montaña, allí se le apareció un hombre cuyo aspecto era como el bronce, Ezequiel 40:3; esta es la misma visión de Juan en la Isla de Patmos, Apocalipsis 1:15; los pies de ese Hombre eran semejantes al bronce bruñido que brilla refulgente en un horno de gloria; esa persona que se les aparece a los dos siervos, no es otro que el mismo Señor Jesucristo. Él les reveló a ambos, maravillosas visiones de la gloria del Padre, para la edificación, crecimiento y avance de la Iglesia de Cristo. Allí se nos dice lo que debemos SER y hacer en los últimos tiempos mientras se acerca la Segunda Venida del Hijo de Dios.

En Ezequiel 47; 1-12, Dios en su soberanía y amor nos ha revelado lo que es la fe, lo que conlleva la fe, los procesos que lleva crecer y fortalecerse en la fe, lo que implica tener y vivir la fe y los resultados que produce la fe, porque la fe es sobrenatural, pues procede de Dios para todo aquel que cree en Dios, le cree a Dios y vive para Dios.

1. Ezequiel 47:1-2. En la visión el profeta es llevado a la puerta del templo, ese templo representa al templo vivo que es Cristo y cada miembro de su cuerpo; es Jesucristo quien nos muestra al Padre, Juan 14:9. Jesús es la raíz y fuente de la fe verdadera, esa FE que permite ver milagros, prodigios y maravillas. Cuando el texto habla de llevar una cuerda en la mano para medir, significa que Jesucristo será el juez para el impío, pero abogado para el justo, porque a Él le ha sido dado por el Padre todo el juicio a las naciones, Juan 5:22-29.

2. Ezequiel allí vio una corriente de agua que fluía hacia el oriente por debajo de la puerta del templo y pasaba por la derecha de la puerta sur del altar. Si nos remitimos a la distribución de las tribus de Israel alrededor del Tabernáculo, sabremos que al oriente estaba Judá, cuya raíz hebrea significa agradezco y reconozco a Dios, la Tribu de Judá era la encargada de ministrar la alabanza y la adoración a Dios.

La corriente de agua representa en la Biblia al Espíritu Santo y la Palabra de Dios; el Espíritu Santo nos provee la fe como fruto y como don, la palabra nos fundamenta en la fe, Así que la fe es por el oír, y el oír la Palabra de Dios, Romanos 10:17. Al correr las aguas por el oriente donde residía Judá, nos indica que debemos adorar y alabar a Dios al reconocerlo en la totalidad de nuestra vida siendo agradecidos por todo y en todo. La alabanza y la adoración no sólo mueven el corazón de Dios, sino que también confunden al enemigo y lo hace huir de nuestra vida.

3. Ezequiel 47:3. Salió el varón hacia el oriente llevando un cordel en la mano…Dios llevó al profeta a lo largo de la corriente del agua y, mientras avanzaban, iba midiendo, cuando llegaron a los 530 metros, el agua les llegaba a los tobillos. Caminar con Cristo es una aventura diaria de vida y sorpresas increíbles sobre las cuales Dios nos va llevando en crecimiento espiritual desde el momento de la conversión y el nuevo nacimiento. Las aguas a los tobillos simbolizan el comienzo de la vida de fe dentro de un cristianismo práctico que muestra a Cristo.

4. Ezequiel 47:4a. Avanzaron otros 530 metros y caminando dentro de la corriente, el agua les llegó a las rodillas. Esto simboliza un paso más en la fe de alguien que anda con Dios. El agua a las rodillas, nos recuerda que somos débiles y limitados, que solos no podremos vencer para poder caminar con pasos firmes por la vida, Porque separados de Mí, nada podréis hacer, Juan 15:5. Esto nos exhorta a doblar rodillas, a clamar a Dios y nadar más fuerte contra la corriente de este mundo que está arrastrando a miles hacia la hecatombe final, es tiempo que la fe del cristiano se deje ver para que Dios la respalde con maravillas, milagros y prodigios, porque si tenemos a Cristo en el corazón, mayores cosas que las que Él hizo, haremos en su nombre, Juan 14:12.

HOY más nunca necesitamos de una fe firme, valiente, esforzada y osada para no caer ni dejarnos ahogar en medio del mar de maldad que el mundo nos presenta. por eso Dios continuamente nos está hablando para fortalecernos y sostenernos en el camino, Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; He aquí que nuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá y nos salvará, Isaías 35:3-4. Porque la FE se hace crecer por la obediencia y vivencia de la Palabra de Dios.

5. Ezequiel 47:4b. Midió otros 350 metros y lo hizo pasar por las aguas hasta los lomos. El agua hasta la cintura, nos habla claramente de un esfuerzo mayor que debemos hacer para seguir avanzando en nuestros proyectos y propósitos de vida. Los lomos representan entendimiento, preparación y compromiso para el servicio y el trabajo en la obra, y en nuestras propias responsabilidades adquiridas como miembros de una familia, prójimos de un vecindario y ciudadanos de una nación.

Hoy, más que en otros tiempos de la historia, la Iglesia del Cordero requiere con urgencia que salga a ganar almas, discipulando, evangelizando y presentando el amor de Cristo con un estilo de vida, único y verdadero, que impacte e inquiete al mundo, y haga huir al diablo y sus potestades; este nivel de fe conlleva sacrificio, empeño, renuncia, generosidad y privación, aún en contra de nosotros mismos e imitar a Abraham, él creyó en esperanza y contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho; así será tu descendencia, Romanos 4:18. Porque fe es esperar con paciencia los tiempos del Eterno, para recibir en el momento oportuno lo que Él nos ha prometido. Fe es moverse en UNIDAD, perdón, y reconciliación, acompañado de compañerismo leal, verdadero y trasparente en la congregación de los llamados hijos de Dios y redimidos de Cristo.

6. Ezequiel 47:5. Midió otros 350 metros, y era ya un río que no se podía pasar sino a nado, porque las aguas habían crecido demasiado. Este hermoso texto, nos enseña que así como Dios siempre trabaja y nunca se duerme ni estanca, así debiera ser la vida de un verdadero creyente y de un genuino discípulo de Jesucristo, el camino de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto, Proverbios 4:18. Crecer en la fe, es avanzar en el reino de Dios, es abundar en el fruto, es abandonarse en los brazos de Dios, es confiar en que Él todo lo puede aunque tengamos el agua al cuello, y estemos en una situación apremiante, la seguridad en Dios nos dará la victoria, 

A toda persona, le llega en la vida un momento en que sus habilidades y autosuficiencia, le impedirán permanecer, apenas sobrevivirá. Ese es el tiempo que Dios usará para entrenarlo en la fe y que aprenda a confiar en Él. Cuando entramos en su reposo, podemos nadar sobre el mar de las circunstancias, agitando las aguas de la prueba con los brazos de la fe y la esperanza; puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe, Hebreos 4:1-16 y 12:1-2.

Así como nadar es una actividad natural de bajo impacto dentro del agua, pero que involucra todo el cuerpo (espíritu, alma y cuerpo); así llegará un punto en que nuestro caminar con Cristo, determine un abandono absoluto de nuestra vida a Dios. Estaremos listos para descansar en sus poderosas manos y flotar en las aguas del Espíritu Santo y la Palabra, dependiendo totalmente de la gracia sobrenatural del Todopoderoso, lo cual impedirá que seamos golpeados y movidos como olas, o zarandeados como frágiles barquitos en las artimañas del enemigo y la corriente del mundo.

7. Ezequiel 47:6-9. Luego se le preguntó al profeta si había observado bien, y fue llevado a la orilla del río; en la ribera había muchísimos árboles a uno y otro lado, esas aguas salían del oriente (fe que alaba) y recibían sanidad (fe que libera) Y toda alma viviente que nade por donde entren estos dos ríos (Espíritu Santo y la Palabra) por haber entrado estas aguas, recibirán sanidad (pecado vencido, injusticia y violencia reducidos a nada), todo lo que entrare a ese río vivirá (avivamiento y despertar espiritual).

Toda esta visión nos revela el poder del Espíritu Santo obrando en la Fe de la Iglesia, al orar e interceder poderosamente a la vez que lleva el evangelio a la casa, al vecindario, a su país y hasta lo último de la tierra. Así Dios derramará un gran avivamiento, en un poderoso mover y fluir del Espíritu Santo, estos últimos días. Así como el profeta no podía comprender lo grandioso y sublime de la visión, así Dios nos dejará perplejos y asombrados cuando despierte las almas que están muertas en este país y la unidad de su iglesia, sea una realidad..Para eso debemos hacer nuestra parte.

La revelación de Dios es gradual, porque empezamos como bebés con el nuevo nacimiento, luego maduramos en nuestro proceso de intimidad con Dios y llegamos a ser ancianos que nadan en el río de Dios. Cuando nadamos no nos apoyamos en la superficie del suelo, sino que flotamos y dependemos del flujo del agua, en algunos casos, es la única opción para pasar al otro lado. Jesús les dijo a los discípulos que pasaran a la otra orilla, y los haría pescadores de hombres, Mateo 4:19 y Marcos 4:35. Del mismo modo hoy Dios anhela que sus hijos, estemos en una dimensión de fe, que solo el amor y la obediencia a Él, nos impulsen a ganar almas y apoyarnos mutuamente, por el poder del Santo Espíritu, dejándonos guiar divinamente para hacer la obra del Ministerio con la eficacia, eficiencia y excelencia que vienen de arriba.

Los tesoros escondidos de Dios no se logran chapoteando como niños en la superficie o en la orilla del río, sino profundizando en las aguas del Espíritu, por la comunión y amistad insondables, lo cual hará que se produzca la mayor pesca imaginada, de los grandes peces que se encuentran en la profundad. Así como para lavarnos el cuerpo demanda abundancia de agua, más que para lavarnos solo los pies, nuestra comunión con Dios, debe abundar en profundidad para que venga la pesca milagrosa.  Así las aguas vivas que salen del trono de Dios, saltarán para vida eterna, trayendo supervivencia y multiplicación en las red de cada pescador.

Si la iglesia se lava de todo pecado, de toda tibieza espiritual, de toda apatía, y de toda indiferencia con los que se pierden, así el río de Dios hará que broten árboles en el desierto, y manaderos de agua en las soledades, Isaías 35:1-2 y 43:19. Los servidores, seguidores, soldados y discípulos de Cristo, seremos verdaderamente árboles plantados junto a las corrientes de las aguas, dando fruto a su tiempo, sin que disminuyan las fuerzas, y todo lo que hagamos en la obra de Dios y en nuestras propias vidas, reverdecerá y será prosperado, Salmos 1:3.

Si queremos ver las nuevas generaciones en la presencia de Dios, tenemos que esforzarnos en nadar continuamente en el río que fluye del trono de Dios. El resultado será que muchos creerán, confiarán, vendrán, se transformarán y se salvarán; porque todo aquel que cree en Cristo, de su interior correrán ríos de agua viva, Juan 7:38-39. Podremos vivir lo que dijo el profeta inspirado por el Espíritu Santo: En aquel tiempo habrá un manantial abierto para esta casa (Colombia) y para sus habitantes, por haberse purificado del pecado y de la inmundicia, Zacarías 13:1.  Dios hará cosa nueva en esta nación, los hombres dejarán de hacer mal, y no se dañarán unos a otros, porque esta tierra, será llena del conocimiento de Dios, como las aguas cubren la mar, Isaías 11:9. Para justicia estarán los gobernantes y los servidores del reino del Altísimo, presidirán en justicia y juicio, Isaías 32:1.

Llegó el momento de nadar y flotar en las aguas del río celestial, dejar el acomodo y el conformismo de la orilla y bogar mar adentro para echar las redes con el poder de la fe, Lucas 5:1-8.

Este es un mensaje que salió del corazón de Dios, el día de hoy, cuándo mi hija me comentó, que no entendía lo que era la fe, El Espíritu Santo comenzó a enviarme su palabra, y aquí está. La comparto para todos aquellos que adoran a Dios, se apasionan por Cristo y anhelan ser pescadores de almas con las redes del Rey.

¿Y qué de ti? ¿Irás a pescar? ¿Por dónde empezarás? ¿Estás con el agua a los tobillos, a las rodillas, al lomo, o estas nadando y flotando en el río?

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