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2 sept 2015

CONSTRUYAMOS FAMILIAS SÓLIDAS Y SANAS



CONSTRUYAMOS FAMILIAS SÓLIDAS Y SANAS

Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Deuteronomio 6:6-8.

Recuerdo mucho mi niñez, fui criada en un hogar muy pobre, con muchas carencias y hasta con crueldad por parte de mi padre que era militar. Pero en medio de todo eso, el amor de mi madre, su abnegación, su entrega, su sacrificio y su temor a Dios, fueron fuertes bases y sólidos fundamentos para criar a sus hijos Cree en Jesucristo y serás salvo tú y tu casa, Hechos 16:31.

Aunque mi madre no fue a la escuela, y escasamente sabía leer y sumar, ella siempre mostró ser una mujer aguerrida, fuerte, valiente, luchadora y trabajadora hasta el cansancio; sus enseñanzas a cerca de Dios son el mayor legado que ha dejado a sus hijos. Mi madre solía hablar con Dios todo el tiempo, siempre con muchas lágrimas en sus ojos, pero me decía: mija, ame mucho a Papá Lindo, téngale temor y no haga nada malo delante de Él, porque todo se paga y a Dios no le gusta la gente mala, esas palabras resuenan en mis recuerdos hasta rl día de hoy. Hijo mio, obedece el mandamiento de tu padre, y no abandones las enseñánzas de tu madre, Proverbios 6:20.

Creo que podría escribir un libro con la historia de mi familia y mi vida, porque en medio de todo esto, mis padres siempre fueron ejemplo de honradez, de sinceridad, de trabajo fuerte y reverencia a Dios, aunque mi padre era violento cuando tomaba trago, era un hombre temeroso de Dios y solía decirnos: podemos ser pobres pero siempre honrados y trabajadores; nos castigaron fuerte cuando hacíamos daños en casa, yo por ser la mayor de diez hermanos, fui la más damnificada, porque se me exigía ser ejemplo y debía ayudar a cuidar a los demás hermanos, eso siempre me lo recalcaron mis padres, creo que por eso soy una mujer muy seria, responsable y ordenada, Ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo.. en pañabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza, 1 Timoteo 4:12.                                                                                                                                                                    En ese contexto en que fuimos criados, hoy en dia todos los hermanos gozamos de salud, tenemos nuestras familias, hijos y nietos y cuando nos reunimos es algo especial que agradezco siempre a Dios, mi madre en medio de todos nos mira feliz y sonríe satisfecha ante su labor cumplida, así salimos todas las hijas y la mayoría de los hijos, aunque toda regla tiene su excepción. Puedo asegurar que mis padres pudieron criar a sus hijos como gente buena porque tenían a Dios en sus corazones, y su presencia les ayudó a levantar hijos que hoy son gente no perfecta, pero madura, firme, y responsable y también nosotros hemos levantado hijos que temen a Dios y trabajan para bendecir a la sociedad en cada una de sus profesiones y labores. Es por eso que los padres de hoy necesitan a Dios para poder criar hijos de los cuales mañana se sientan honrados y felices. Porque el amor del SEÑOR es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos...Salmos 103:17-18.

Hoy miro con dolor y muchas veces con lágrimas que los hijos de este tiempo andan sin horizonte, sin afecto, sin saber si son amados y por eso muchos creen que a nadie les importa, algunos viven solo con mamá, otros con papá, otros con los abuelos o los tíos, pero muy pocos gozan de la presencia de sus dos padres, es algo lamentable y crónico en nuestra resquebrajada sociedad actual. Trabajo con un grupo de niños cada viernes, y ahí puedo darme cuenta que a nuestros niños les falta amor de familia, les falta la compañía y el diálogo paterno y materno. Muchos parecen ausentes, otros muy callados, otros muy enojados, otros muy inquietos y rebeldes, etc, etc. Son los reflejos de la clase de familias que se han venido formando desde hace más o menos 25 años para acá. Y ustedes padres no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del SEÑOR, Efesios 6:4 y Colosenses 3:21.                                                                               
Los padres de hoy deben dejar de pensar tanto en sí mismos para pensar más objetivamente en sus hijos, en su responsabilidad paterna y materna y volverse a Dios para vivir espiritualmente juntos, orar en su Altar Familiar y pedir sabiduría para dirigir su familia. Padres sin Dios no logran mucho con sus hijos, recordemos las palabras de Jesús, separados de Mí nada pueden hacer, Juan 15:5. Criar hijos no es cuestión de costura, carpintería o dinero, se necesita amor, acompañamiento, diálogo en sabiduría de lo alto y dirección bíblica para poder salir adelante. Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino, Salmos 119:105.

Si las familias están dispersas, disfuncionales, rotas, resquebrajadas y corrompidas en su constitución formativa, no solo el futuro de la sociedad está en peligro, sino el destino de nuestros niños y jóvenes está en peligro; las familias de hoy adolecen de ser un verdadero hogar; un alto porcentaje son personas viviendo juntas, soportándose por ciertas circunstancias,  destrozando vidas con el quebrantamiento de los mandatos de Dios, Pero para evitar las fornicaciones, cada uno debe tener su propia esposa, y cada una tenga su propios marido, 1 Corintios 7:2. Pero como se creen libres y que nadie debe sobrepasar el espacio del otro, entonces cada uno busca lo suyo de manera egoísta y hace lo que le parece, asi comienza a destruirse la familia y el futuro de los hijos se ve amenazado..

Todo esfuerzo que podamos hacer por mantener la clase de familia que Dios creó, será un paso importante para fortalecer y defender la familia, esto es absolutamente imperativo YA, Mejor son dos que uno, porque sacan más provecho de lo que hacen. Si uno de ellos tropieza, el otro puede levantarlo. Pero pobre del solo que cae y no tiene otro quien lo ayude a levantarse. Y también si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío. Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es tan fácil derrotarlas, Eclesiastés 4:9-12. Esta es una fotografía bíblica de la familia que Dios anhela hoy.

Hogar donde hay sanidad es porque hay unidad y allí el Reino de Dios es realidad. Cuidemos la institución familiar.

Tener éxito en la familia no es sinónimo de prosperidad económica, poder, independencia o cualquier de las opiniones que maneja el mundo. El éxito familiar verdadero consiste en  mantener el vínculo del matrimonio con responsabilidad, ocuparse juntos de los hijos y hacer la voluntad de Dios como esposos y con los hijos saludables ibtegralmente, cueste lo que cueste. El padre del hijo bueno y sabio tiene razón para estar feliz y orgulloso,  Proverbios 23:24.
           

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