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11 jul 2015

ANALOGÍA DE VIDA-ÁRBOLES PLANTADOS JUNTO A LAS AGUAS


ANALOGÍA DE VIDA

ÁRBOL PLANTADO JUNTO A LAS AGUAS.

Bendito todo aquel que confía en YHWH, y cuya confianza está en el SEÑOR. Será como un árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echa raíces, y no verá cuando llegue el calor, sino que sus hojas estarán verdes; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Jeremías 17:7-8.

Dichoso todo aquel que no anda en el consejo de los malos, ni anda por camino de pecadores, y tampoco se ha sentado en la silla para escarnecer a su prójimo; sino que en la ley de YHWH está su delicia, y en ella medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, da fruto a su tiempo, sus hojas no caen, y todo lo que hace prospera. Salmos 1:1-3.

El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aún en la vez fructificarán: estarán vigorosos y verdes. Salmos 92:12-14.

Hace algunos años leí un texto que presentaba las diferencias entre el río Genesaret y el mar Muerto, hoy quiero aprovechar para recrearlo como un vivo ejemplo de vida limpia y fructífera con mis lectores del blog.

La vida según la conocemos, no sería posible sin agua ni vegetación. La geografía nos muestra que hay en tierra santa dos lagos alimentados por el río Jordán. Están situados a unos kilómetros de distancia, uno del otro, pero ambos poseen características asombrosas y radicalmente diversas y opuestas.

Uno es el Lago Genesaret, conocido también como mar de Galilea o lago de Tiberiades, el otro es el llamado mar Muerto. El primero es azul con agua clara y dulce, lleno de vida y contrastes de calma. En sus orillas se reflejan delicadamente las flores amarillas de sus hermosas praderas de alrededor. Es un lago donde abunda la pesca y constituye un medio de comunicación a sus cercanas ciudades; por temporadas cerca del río se observa una hermosa vegetación que le da el aspecto de un verdadero paraíso, este lago de Genesaret provee vida al paisaje que lo circunda, y sirve como sistema de riego a la agricultura local, recordamos que en las riveras del Tiberiades, nuestro Salvador Jesucristo ejerció gran parte de su ministerio. Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Juan 6:1.

El mar Muerto por su parte es una laguna salobre y densa donde no hay vida; sus aguas se quedan estancadas porque no cuenta con una desembocadura, por eso sus aguas quedan represadas. Así que no hay seres vivos en el, solo unas pocas bacterias y micro-organismos; por ser tan salobre y lleno de minerales, lo denso de sus aguas impide nadar o hundirse solo flotar, se le considera la depresión baja de toda la tierra, todo cual también impide la evaporación de sus aguas. Números 20:1-11.

La única vegetación que se percibe a las riveras del Mar Muerto son pequeños arbustos espinosos a la manera de plantas de desierto con alguna maleza que se toma solo como hierba para hacer fuego. Esta pobreza de flora y fauna le da una característica de aridez al mar Muerto, además de encontrarse sepultadas en la profundidad de sus oscuras aguas, las ciudades de Sodoma y Gomorra, historia bien conocida por todos y narrada en el libro del Génesis, capítulos 13, 18 y 19Haré que quede desolada; no será podada, ni labrada, y le crecerán zarzas y espinos. También mandaré a las nubes que no derramen lluvia sobre ella. Isaías 5:6.

Entonces, ¿Qué es lo que hace tan diferentes a los dos lagos alimentados por el mismo río Jordán? Es sencillo: El Lago Genesaret o de Galilea transmite generosamente las aguas que recibe. Su caudal corre con libertad por las praderas, y una vez llegan allí, sus aguas sirven inmediatamente para calmar la sequía de los campos, saciando la sed de sus lugareños y animales, lo cual hace de sus corrientes, una fuente ALTRUISTA de abundante fruto. Respondió Jesús: Todo aquel que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que YO le doy, no tendrá sed jamás, porque el agua que Yo doy, se convierte en él en una fuente de agua que brota eternamente. Juan 4:13-14.

Por su parte el agua oscura y densa del mar Muerto se estanca, se adormece y paraliza, concentrando su salinidad y abundancia de minerales que impiden que sea apta para el consumo humano, es agua egoísta e inútil opuestas totalmente a las aguas del Genesaret. ¿Acaso puede una fuente echar agua dulce y amarga al mismo tiempo por la misma abertura puede? Santiago 3:11.

En la Biblia el agua se asocia tanto con la vida física como con la vida espiritual y ambas son de connotación importante en las Escrituras porque ambas proceden de Dios fuente de agua viva que fluye para sanar, limpiar, salvar, restaurar y prosperar, es bueno tener este cuadro cuando leemos en Ezequiel 47 cómo fluyen las aguas vivas desde el trono de Dios que hacen crecer frondosos árboles llenos de fruto a lado y lado del río árboles a los que nunca les faltará su cosecha, porque nunca se marchitan, nunca se les  caen las hojas, sino que crecen, madurarán y siguen produciendo. También de las aguas de este río brota sanidad y todo aquel que entre en el agua de ese río tendrá vida, habrá mucha pesca y llegarán los pescadores porque habrá multitud de peces.

Pero entonces ¿por qué tanta hambre, escases, pobreza y miseria? La Biblia nos da la respuesta que sale de la boca de Dios: Mi pueblo ha cometido dos males: Me han olvidado a Mí, la Fuente de agua viva; se han cavado cisternas rotas que no pueden contener el agua. Jeremías 2:13. Alejarse de Dios, desdeñar su palabra y hacer lo que nos da la gana es la causa de tanta tragedia humana y tanta maldad e injusticia sobre la tierra.

Aquí está la comparación de vida, pues pasa lo mismo en las personas. Hay quienes son como fuentes de bien y servicio que ayudan dándose a los demás de manera generosa, viven y hacen vivir, son alegres y hacen alegrar a otros con su amor y sus hechos íntegros, con palabras cargadas de amabilidad y coherencia a la fe que profesan, esa clase de gente construye futuro, produce y multiplica el bien con su existencia. Alguien dijo una frase que traigo a colación, y es que quien no vive para servir, tampoco sirve para vivir. Todos los sedientos, vengan a las aguas; y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren vino y leche, sin dinero y sin costo alguno. Isaías 55:1.

Las personas que son como el mar Muerto cargan egoísmo y envidia en su alma, quizá reciben abundantes aguas, pero todo se lo guardan y retienen para sí, no dan nada, son aguas estancadas, porque el pecado las estanca, solo acumulan, se fabrican una vida amarga, solitaria e inútil con una densa pesadez, como lo expresa: Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza, Proverbios 11:24. Por su parte hay otros que dan generosamente sin esperar retribución ni recompensa, ésta clase de gente es la más feliz del planeta, corriendo libremente el curso de sus vidas y dando fruto abundante.

Esta analogía entre dos fuentes de agua es una clara diferencia entre lo que Dios quiere de nosotros y lo que nosotros hacemos con nuestra existencia, una gran diferencia entre altruismo y egoísmo, amor y desamor, solidaridad e insolidaridad, vida y muerte, dadivosidad y mezquindad, actividad e inutilidad, dulzura y amargura, avance y estancamiento, dar y retener, etc., En todo os he enseñado que, trabajando, se debe ayudar a los necesitados, pues Jesús mismo dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” Hechos 20:35. Darle al pobre es como prestarle a Dios. ¡Y Dios siempre paga sus deudas! Proverbios 19:17.

Es el deseo del corazón de Dios y el mío que, con esta reflexión, tu vida y la mía sean un río generoso que extienda su caudal como una gran corriente a lo largo y ancho del mundo para unir en amor con la verdad, impactar con justicia y contagiar con alegría para avivar el alma y el espíritu de otros alrededor, y que adoptemos juntos una forma de prodigalidad y liberalidad como la de del mar de Galilea, recibiendo y dando de lo mucho que nuestro Proveedor eterno nos prodiga cada día. El Rey les dirá: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo los hicieron. Mateo 25:20.

Que nuestra alma sea ese río que fluye aguas de pureza y frescura, regando las vidas para hacerlas fértiles y llenas de bondad, esperanza y paz. Que todo lo bueno que posemos contribuya grandemente a reducir el sufrimiento, la miseria y el hambre, no solo física, sino espiritual. Que nuestras actitudes, palabras y comportamiento reduzcan las divisiones, la violencia y la guerra empezando por nuestro hogar. Porque no me escogieron ustedes a Mí, sino que YO los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que pidan en i nombre. Juan 15:16.

Que nuestro amable comportamiento y desprendida generosidad aumente las probabilidades de bienestar y convivencia pacífica, aún a costa de reducir nuestras propias comodidades, que vivamos para servir, que nos preocupemos más por el prójimo sin egoísmos ni esperando una recompensa humana porque es el Eterno Dios de amor quien paga a cada uno conforme a sus obras, Cristo nos enseñó con su vida la verdadera solidaridad sacrificial haciendo el bien a todos sufriendo y muriendo en la cruz, pero nos dio la victoria en su resurrección. Dios dice en su Palabra: A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos, atesorando para sí buen fundamento para lo porvenir, que echen mano de la vida eterna. 1 Timoteo 6:16-19.

¿Te pareces al lago Genesaret o al mar Muerto? ¿Proyectas vida o muerte? ¿Vives en la claridad o en la oscuridad? ¿Te gusta dar o sólo recibir y retener? ¿Estás avanzando o estás estancado? ¿Eres dulce o amargado? ¿Eres árido o fructífero? ¿Eres altruista o egoísta? ¿Cuál es el río que alimenta tu existencia? ¿Si no es Dios quien guía tu vida, entonces quién?

Reflexiona estás preguntas y respóndete con honestidad, para empezar un cambio de vida radical, acepta a Cristo como tu Señor y Salvador. Él hará que fluyan de tu interior ríos de agua viva para vida eterna.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.




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