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11 feb 2022

AGUAS VIVAS PARA VIDA, SACIA TU SED

AGUAS VIVAS PARA VIDA Y 

PARA SACIAR TU SED

Jesús contestó: Si supieras lo que Dios da, y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a Él, y Él te daría el agua viva. Juan 4:10.

La tierra tembló ante la presencia de YHWH; ante la presencia del Dios de Israel que convirtió la roca en estanque de aguas, y la peña firme en fuente de aguas. Salmos 114:8. Y todos bebieron la misma agua, porque bebían de la Roca espiritual que los seguía, y esa Roca era Cristo. 1 Corintios 10:4. 

Mi pueblo ha cometido doble pecado: me abandonaron a Mí, fuente de agua viva, y se hicieron sus propias cisternas, pozo rotos que no conservan el agua. Jeremías 2:13.

Este estudio y enseñanza salió como siempre del corazón del Padre para concientizar y responsabilizar a su pueblo de actuar con la sabiduría, pureza y prudencia de Dios, frente a la sequía y la hambruna del mundo, porque la sequía no solo es del suelo de la tierra, sino también financiera, económica y geopolítica, pero lo más crítico, es que también hay hambre y sequía espiritual y emocional, por eso a muchos les urge entrar a las aguas vivas que solo Dios provee. Jesús le dijo: El que se ha purificado en las aguas del estanque, solo necesita lavarse los pies, porque está todo limpio; y ustedes ya están limpios, aunque no todos. Juan 13:10

Miles de personas hoy desmayan, agonizan y mueren con sed de amor, justicia y misericordia, porque no hay libertad, paz ni vida moral que agrade a Dios y que solo se obtiene en Jesucristo, Fuente de agua Viva, que restaura vidas, liberta la mente y sana el corazón y el cuerpo; sin Cristo hay sequía, sed, hambre, enfermedad y raquitismo total, pero las aguas divinas pueden refrescar, sanar y disolver todo lo que es nocivo; necesitamos sabiduría del cielo para usar bien los recursos disponibles del Padre y tomar con seriedad el lugar que nos corresponde en el Cuerpo de Cristo. Solo a YHWH tu Dios adorarás y servirás, y Él bendecirá tu pan y tus aguas; YO quitaré toda enfermedad de en medio de ti. Éxodo 23:25...Y Junto a aguas de reposo me pastoreará para confortar mi alma...Salmos 23:2-3.

Si analizamos las propiedades del agua, veremos la grandeza, poder, fuerza y sabiduría del Creador al enseñarnos la necesidad del agua viva en las Escrituras, donde Cristo es esa Agua Viva que calma toda clase de sed, su Espíritu Santo es el río de Dios que purifica y el evangelio como agua abundante vivifica y da descanso al humano, también aprendemos que hay fuerza en las aguas recias de la naturaleza que responden a la ira de Dios a causa de la maldad humana. Si el oxígeno y el hidrógeno que contiene el agua, son vitales y preciados para vivir, ¡cuánto más preciado y totalmente necesario lo es Dios para la vida del hombre! El justo habitará en las alturas; en la Peña inexpugnable estará su refugio; se le dará su pan y tendrá segura su agua. Isaías 33:16.

Y asi como el agua se encuentra en toda la tierra, la omnipresencia de Dios no solo está en la tierra, sino en todo el universo, y lo más hermoso: en el corazón del cristiano, y como el agua en estado líquido, sólido y gaseoso, la revelación del único Dios es a través del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la verdadera agua pura que oxigena todo nuestro ser, y Dios como agua de la corriente, se mueve incansable en medio de su pueblo hablando, limpiando y dando Aliento. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, ese me servirá. Salmos 101:6. 

Como el agua absorbe el exceso de calor y refresca la temperatura en las estaciones, asi, la presencia de Dios nos refresca con fe y esperanza en el calor de la prueba y las dificultades de la vida y como el agua dulce sacia nuestra sed con su palabra, dando sabor y fortaleza en momentos de debilidad, pero si fallamos y hacemos lo que nos place, las aguas se hacen amargas; es por eso que el Padre en su amor desea que seamos uno en Él como las gotas de agua que se cohesionan formando un todo, y si nos apegamos a Cristo, todo a nuestro alrededor se impregna de su gloriosa presencia salvadora. Con gozo sacarás agua de los manantiales de la salvación. Isaías 12:3 

El agua se filtra y se desplaza en la tierra alimentando las raices, asi nosotros como árboles en el huerto de Dios, tenemos que nutrirnos de la Fuente para enraízarnos al reino alimentados con el Pan Vivo; y como en los vasos sanguíneos se disuelven sustancias extrañas con el poder del agua, asi su pueblo pueda desechar lo malo del mundo, purificándose en el manantial del Espiritu, para dar y transmitir dulzura y paz, pero si le damos la espalda a la Fuente, toda bendición se estancará, el carácter se amargará y los malos tiempos se desbordarán como aguas derramadas en la tierra. Mi pueblo ha cometido doble pecado: me abandonaron a Mí, fuente de agua viva, y se hicieron sus propias cisternas, pozo rotos que no conservan el agua. Jeremías 2:13.

El agua está compuesta por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, asi Dios es UNO, manifestado en el Padre que oxigena la vida y como el Hijo que redime y su Espíritu que fluye purificando y dando Aliento de vida con los nutrientes y minerales del cielo que brotan de su palabra para ayudarnos a conservar la santidad, decantando en nuestra naturaleza carnal, toda impureza maligna, así como el agua se filtra en la tierra quitando las partículas nocivas para las plantas; el agua es tan poderosa y maravillosa que por eso se estudia y se investiga en la biología, la química y la física, asi nosotros aprendemos del agua viva en el libro sagrado. Y como lo hace el agua natural, Cristo nos lava de pecado con su sangre, habiéndo dado su vida por ti y por mi, Él es la Fuente de vida que nos permite alcanzar los manantiales del cielo; Dios es vital, precioso e imperativamente necesario como el agua y el oxigeno para seguir en esta tierra. No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrazador ni el sol, porque El que tiene compasión de ellos los guiará; y a manantiales de aguas los conducirá. Isaías 49:10.

Con Jesucristo, el agua viva en su Santo Espíritu, y como manantial de aguas vivientes, fluye en el poder del evangelio, llenando nuestro espíritu y satisfaciendo toda sed espiritual y emocional de justicia, paz, y libertad para que tengamos vida abundante en la tierra y eterna después que partimos; y todo esto se efectúa dentro del proceso relacional con Cristo, viviendo por fe en las corrientes de Dios, y nos vamos santificando mientras nos adentramos en la profundidad de su presencia, alcanzando la estatura de Cristo y agradando el corazón del Creador. Juan 6:63 y Efesios 5:26.

Solo Dios lo llena todo, lo sana todo, lo limpia todo y mitiga toda sed del corazón, nos sacia el hambre y satura nuestro espíritu; Jesucristo es nuestro refrigerio en el desierto del mundo y en el fragor del dolor, su Espíritu regula y equilibra nuestras emociones, con la dulzura del fruto, revitalizando nuestro ser interior, y dando sabor celestial a nuestra existencia, pero sin Dios la vida se estanca, se amarga y se descompone espiritualmente a causa del pecado, y hiede ante Dios como pozo podrido, exhalando un olor nauceabundo, aunque el mundo engañe diciendo lo contrario. Bendito todo aquel que confía en YHWH, y cuya confianza está en el SEÑOR. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, sus hojas estarán verdes; en el año de sequía no se angustiará ni dejará de dar fruto. Jeremías 17:8.

Como el agua con oxígeno e hidrogeno, la predicación del evangelio de Cristo y el poder del Espíritu Santo, nos proporciona energía en la esperanza, firmeza en la fe, vigor y fuerza para luchar y levantarnos de las caídas, porque el enemigo viene como río para anegarnos, pero el Espíritu de YHWH levanta bandera de protección, nos defiende y vence al adversario, Isaías 59:19-20, así enfrentamos el mal y las tinieblas para continuar en la batalla; Jesucristo Redentor es nuestra fuente de vida y así como se cohesionan las partículas del agua en gotas que nunca se disuelven, Dios y su palabra permanecen para siempre, para guiarnos, guardarnos y mantenernos adheridos al Padre, desde el momento que aceptamos a Cristo como SEÑOR y Dios. Dichoso el hombre que no anda en consejo de malos, que no está en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de YHWH está su delicia, y en su ley medita de día y de noche; será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo y sus hojas no caen, y todo lo que hace prosperará. Salmos 1:1-3.

El Agua en la historia de la humanidad, especialmente en la historia hebrea y los pueblos del oriente, tiene gran significado e importancia; y está representada en el alefato hebreo donde cada letra tiene un valor, un significado y una importancia notoria con relación a Dios, la Torah, el Tanaj, el evangelio o palabra de Dios que es la Escritura Bíblica desde Génesis hasta Apocalipsis, donde Jesucristo es el Primero y el último, el Alef y el Tav, el Alfa y el Omega, el Principio y el fin de todo lo dicho y establecido por el Padre a través de los siglos por sus siervos los profetas; de tal manera que quien rechaza la Escritura, rechaza a Jesucristo y viceversa, y quien le aumente o le quite al escrito bíblico es anatema, una cisterna seca y sin agua. Deuteronomio 4:2, Gálatas 1:6-9, Apocalipsis 22:18.

El agua ha estado presente por la eternidad, básicamente simboliza la vida que es sagrada, el agua representa el gozo y la seguridad de existir en Dios y para Dios como lo enseña Ezequiel 47. El agua representa limpieza y purificación como lo hace el Salvador con su sangre, la cual cayó en grandes gotas de sudor de sangre sobre la tierra, Lucas 22:44 y de su costado traspasado, Juan 19:34 indicando perdón y vida para los creyentes; El agua bíblicamente hace referencia a Dios como origen de la vida santa, en Jesucristo Fuente de agua Viva que quita el pecado y nos salva, conservándonos limpios y fructíferos para Dios en el río del Espíritu Santo, como árboles plantados junto a las aguas, Jeremías 17:7-14, Salmos 1:3 y 92:12-15; así como el humano obtiene vida y recupera las fuerzas en un oasis del desierto, la vida espiritual a la manera de Dios es un continuo renovar, descanso y sanidad integral en Cristo, Oh SEÑOR, esperanza de tu pueblo; todos los que te abandonan serán avergonzados; los que se apartan de Ti serán escritos en el polvo, porque abandonaron al SEÑOR, fuente de aguas vivas. Jeremías 17:13.

Jesucristo es la fuente exclusiva de vida integral, completa y plena para quien se acoge a Dios, quien como una fuente viva se mueve con poder y gloria, corriendo libre y alegre por nuestras fibras más íntimas e internas para que seamos afluentes de su río por la eternidad, Juan 7:37. El agua del Espíritu es vida abundante que brota de la Roca y de la Peña que es Cristo mismo gobernando y bendiciendo al cristiano, como lo hizo la nube con los israelitas en el desierto rumbo a la tierra prometida, no se apartó de ellos ni los abandonó hasta llegar a la meta. Éxodo 17:1-7.

La Peña de Horeb es Cristo, figura del Espíritu que habriamos de recibir, y aunque el significa de Horeb es desolado y silencioso, representa la vida misma de Dios para su pueblo en el desolado desierto del mundo, agua viva que fortalece, nos limpia y preseva en este desierto de maldad; Horeb fue precisamente el monte que Dios escogió para engrandecer su nombre al revelarse a los antepasados, a través del torrente abundante de agua que brotó de la peña, por eso se le llama el Monte de Dios, Éxodo 17:6-7; la Fuente de Cades en el desierto de Zim traduce santidad, geográficamente era la puerta de acceso a la tierra prometida, como lo es la santidad para entrar al cielo ante el trono de Dios, por eso sin santidad nadie verá al SEÑOR, todo el que esté sucio de pecado NO entrará a la Ciudad celestial, nuestra Sión eterna. Isaías 35:8 y Hebreos 12:4.

En Cades el pueblo recibió la plenitud de las aguas que les conservó la vida en obediencia y victoria, Éxodo 20:1-13; y Beerseba, por su parte, traduce lugar de los siete pozos, representando la perfección de la santidad moral que es espiritual; en Beerseba Dios le dio agua a Agar y salvó a su hijo Ismael de morir en el desierto, allí Moisés reunió al pueblo para darles de beber cuando se quejaron, Números 21:14-18; estos lugares con la particularidad del agua son tipología de la presencia y frescura de Dios a través de Jesucristo en la vida de su pueblo, porque así como el agua calma la sed física, su Espíritu sacie toda sed del corazón humano, nos revive, limpia y santifica de dentro hacia fuera mientras vamos camino a casa. En el camino, beberás agua del arroyo, y el agua te dará nuevas fuerzas. Salmos 110:7. Números 20:1-13.

Agua en hebreo es Mayim, se nombra en plural y aparece más de 660 veces en el AT; el agua, elemento natural que fluye de la tierra, cubre el 70% de la superficie, por eso se le llame el planeta azul, es el color que se produce cuando los rayos del sol atraviesan los átomos del agua, y cuando nacemos de nuevo, Cristo da color a nuestra vida. El significado del agua desde la cultura hebrea, es muy mportante, grande y profundo; la letra Mem, מ treceava del alefato, y con valor 40, representa el agua, simbolizando la vida constante que fluye de Dios como un río que transforma y cambia todo a su paso mientras va limpiando, en un eterno fluir de su gloriosa presencia. SEÑOR, hacia Ti extiendo mis manos, me haces falta, como el agua a la tierra seca. Y como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo...Salmos 42:1-2 y 143:6.

El agua tambien representa en la Biblia la acción liberadora de Dios, mediante su poder y autoridad para vencer las tinieblas que ahogan el alma con miedos, duda e inseguridad que paralizan y estancan al ser humano en su vieja naturaleza, porque Leviatán ataca con inundaciones de aguas de muerte y angustía, pero con nuestra victoria en Cristo, caminamos sobre las aguas. El agua tiene simbolismos y representaciones que tienen que ver con la vida humana y el Creador: a) el agua es la fuente de vida en el vientre de una madre mientras su mano poderosa nos forma y desarrolla; b) el agua representa la salvación del nuevo nacimiento en Jesucristo, Juan 7:37-39; c) el agua representa al Espíritu Santo y la palabra de Dios que vivifican nuestro ser humano preparándonos para la vida eterna, Isaías 44:3, produciendo paz celestial y esperanza, Zacarías 14:6-9. Y sucederá, que por donde pase este río, todo ser viviente que en Él se mueve, vivirá. Habrá vida y se purificará todo a su paso, porque por donde pase el río, todo vivirá. Ezequiel 47:9.

d) el agua también tiene diversas simbologías y usos que apuntan a la santidad que es fuente y fuerza de una vida íntegra en el Espíritu, apartados para el Padre, haciéndonos más que vencedores en Cristo, todo lo cual era sombra en los ritos del tabernáculo en el AT, con relación al servicio sacerdotal y el comportamiento del pueblo delante de YHWH hasta hoy, Éxodo 30:17-21, Número 8:6-7 y 19:11-13; asi como el agua física calma la sed física, el agua espiritual llena el vacío espiritual del hombre y que muchos no entienden, pero que se sacia cuando Cristo llega a nuestro corazon y se entrona, quitando las manchas y llenando el vacío cósmico del alma, Génesis 24:1-19 y Juan 4:14

Dios también usa el agua como elemento de juicio en su ira divina contra la iniquidad humana, Génesis 7, Jeremías 47:2-5, el agua es un elemento de reprensión por el pecado, como lo expresa David en Salmos 42:6-7; estar en aguas de aflicción muchas veces es disciplina del Padre en un llamada de atención para que cambiemos de mentalidad y dirección, a causa de la desobediencia y la terquedad por negarnos a hacer su voluntad, Jonás 1:3-15. Cristo fue a las profundidades de la tierra a proclamar su victoria a los espíritus que estaban encarcelados. Ellos fueron desobedientes en tiempos antiguos, en los días de Noé, cuando Dios esperaba con paciencia, mientras se construía el arca en la que algunas personas, es decir ocho, fueron salvas por medio del agua. 1 Pedro 3:20. Vemos agua como reprensión pero también como salvación según responda el corazón humano a su Creador.

También con el agua se representa el dolor del castigo que debe limpiar la culpa, Salmos 69:1-2, en arrepentimiento para quitar el pecado, Hechos 8:36 y 16:22, Hebreos 10:22; el agua de las cisternas rotas, pozos estancados y aguas agitadas del mar, representan el pecado y la actitud de personas y pueblos malvados en un lugar específico, Génesis 49:4, Isaías 57:13, Proverbios 5:15-18. Los malos son como un mar agitado, que no puede calmarse y que arroja entre sus olas lodo y suciedad. Isaías 55:20. Hombres malvados como violentas olas del mar, que arrojan como espuma sus acciones vergonzosas. Como estrellas que han perdido su rumbo, y están condenados a pasar la eternidad en la más negra oscuridad. Judas 1:13 y Proverbios 25:26.

El agua se menciona en plural como las aguas de arriba que representan la autoridad, el gobierno y las bendiciones del cielo en lluvias tempranas y tardías de lo alto, y las aguas de abajo que representan la autoridad que Dios ha dado al hombre para que actúe con inteligencia buena y pueda vencer las aguas malvada y diabólica del enemigo, por eso Dios separó las aguas arriba y abajo, Génesis 1:6-7, 7:10 y Salmos 148:4. 

El agua se representa en la forma abierta y cerrada de la letra Mem, hebrea: abierta es símbolo del vientre fértil de la mujer, cerrada simboliza la infinita gloria de Dios en el eterno fluir de su poder moviendose sobre su creación y la naturaleza; nos recuerda que Cristo abrió la fuente de la misericordia salvadora de la cruz, en la revelación del velo del templo, roto de arriba hacia abajo, trayendo justicia divina con el raudal de su sangre y el derramamiento de su Espíritu en el Pentecostés del Aposento Alto, para que se cumpliera Joel 3:28-32; y así como el agua empapa los surcos de la tierra filtrándose en ella, para mojarla y dejarla totalmente fresca y fértil, el Espíritu Santo habitando en el interior del creyente, nos unge con la plenitud de la gloriosa presencia de Dios, proveyendo fertilidad para el reino y haciéndonos fructíferos hasta la vejez, por eso con Dios no hay excusas. Salmos 92:12-15. El que beba del agua que YO le doy, no tendrá sed jamás, porque el agua que YO doy, se convierte en él una fuente de agua que brota para vida eterna. Juan 4:14, y El que Cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:38.

Como a los israelitas en el desierto arenoso, Dios nos da hoy sus aguas vivas para mantenernos firmes en el desierto de la prueba y vivos en medio de las arenas movedizas de los conflictos del desierto del mundo; esto nos obliga a cavar profundo en el pozo de la intimidad y la amistad con Cristo y el servicio, cuidando la fuente de la salvación; las aguas celestiales fluyen, pero si pecamos, las aguas se volverán en contra desde las profundidades de la tierra, pero si hay arrepentimiento y cambio de dirección, Cristo nos protege y nos guarda para que las aguas no nos ahoguen ni seamos destruidos en el torrente. Envío ayuda desde lo alto, me sacó de las muchas aguas. Me libró de poderoso enemigo, y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. Salmos 18:16-17 y Salmos 124:1-5.

Así como el agua es trasparente y no se ve, así el agua de la Roca y Fuente viva estuvo siguiendo a los israelitas en el desierto donde todos bebieron cuando agua pura fluyó de la roca, hoy esa misma Roca nos sigue a cada paso, y fluye como arroyos subterráneos que no vemos en la superficie pero que corre a nuestro lado como riego de Dios, lo que debemos hacer es hablarle a la Roca con alabanza, oración y adoración, en alegría de corazón y fe obediente, para que podamos ver manar las aguas vivas de la unción de su gloria sobre el pueblo santo; esto es un maravilloso cuadro de la vida abundante, cuando navegamos en el río que fluye del trono de Dios que nos sigue, aunque no la vemos, Ezequiel 47. Y todos bebieron la misma agua espiritual. Porque bebían agua de la Roca que los seguía, y esa Roca era Cristo. 1 Corintios 10: 1-4. En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. Proverbios 27:19.

Si cumplimos las más sencillas condiciones de la palabra de Dios y los requisitos de sus mandatos y promesas, con seguridad las aguas brotarán libremente, por lo tanto, debemos quitar los estorbos de arena y sedimentos oscuros que opacan las aguas de nuestra vida y llenémonos de sed de Dios, Salmos 42:1-2; nuestra vida más profunda en Cristo no siempre es visible al ojo humano porque nuestra vida está escondida en Él, pero su manantial está disponible para que bebamos y nada nos falte. Pero si el agua corre y se derrama dejándola pasar sin provecho, a causa de la vanidad y la soberbia, pronto se secará la vida en la futilidad e insensatez de un duro corazón pecador, que tarde o temprano será tragado y sepultado en las tormentas de arena del desierto del mundo. Porque de cierto morirán, y serán como aguas derramadas por tierra, que no pueden volverse a recoger… 2 Samuel 14:14 y Salmos 22:15. Espinos y abrojos te producirá, y comerás las plantas del campo. Génesis 3:18.

En la biblia se mencionan las aguas del mar, Job 38:8-11, Isaías 11:9 y Amós 5:8; las aguas de los ríos, Josué 3:8, Apocalipsis 22:1-2; el agua de los estanques, cisternas y pozos, Génesis 26:18-28, 1 Reyes 22:38 y Juan 4:7, el agua de la lluvia y la nieve, Job 6:15-17 y 24:19; el agua de las fuentes en las montañas, Salmos 104:6.9; el agua dulce y agua viva de las corrientes, ríos, quebradas, manantiales y oasis, Génesis 26:19, Éxodo 15:27 y Salmos 104:10, y las aguas amargas y saladas, Éxodo 15:20-26, cada una de ellas tiene un simbolismo y un significado especial en cada caso. Pero nosotros, dependemos de la Fuente de Agua Viva, que fluye en corrientes imparables de amor y bondad divina, a lo cual debemos responder con santa y piadosa manera de vivir; Porque por la misma abertura de una fuente no pueden fluir aguas dulces y amargas al tiempo. Santiago 3:11.

Las aguas en la vida del creyente son vida en el Espíritu, profundizando en la palabra de Dios y Jesucristo reinando en nuestro corazón para mantenernos despiertos, avivados y nadando en el río de Dios, mientras crecemos y maduramos espiritual e integralmente, dentro de las corrientes celestiales, que con el amor y paciencia de Dios, son como suave rocío que riega y fertiliza los surcos de nuestro ser para limpiar la conciencia de obras muertas. Hebreos 9:14, 1 Pedro 3:16-18 para no ser avergonzados, sino retribuídos, y para que todo lo que toquen esas aguas reverdezca en los campos de Dios, dando vida y haciendo todo nuevo, Isaías 35 y Ezequiel 47. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de agua de vida…Apocalipsis 7:16-17.

Las aguas espirituales según el texto bíblico, son para conservar una vida de santidad caminando con Cristo, en la fuente de una vida en el Espíritu, pero si los afluentes del rio se salen de su cauce, se desbordan las aguas, y todo se destruye a su paso, entonces se verán aguas de juicio a causa de la iniquidad del hombre, por lo cual debemos prestar atencion, porque en aguas fueron destruidos los egipcios y los filisteos antiguos, Éxodo 14:26-30. Salmos 106:9-11, Jeremías 47:2-5 y Salmos 107:22-30; esta es palabra del SEÑOR contra los filisteos antes que faraón destruyera a Gaza. YHWH ha dicho: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra; la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra. Jeremías 47:1-2.

Con agua natural nos bautizamos, pero en aguas espirituales nos bautiza y llena el Espíritu de Dios para santificarnos, renovarnos y apartarnos para Dios en un constante morir al pecado y sepultar de la carne; el agua se menciona en más de 1930 textos de la Escritura, porque asi como las aguas existen en grandes cantidades en el cosmos, la tierra, debajo de la tierra, y los mares, así la gloriosa presencia del Eterno lo llena todo; esto nos da a entender que la vida en Dios es perenne como don sempiterno de salvación en Cristo, pero al ser temporales aquí, debemos cuidarnos de la sequia del desánimo y la incredulidad que producen quejas, críticas y reclamos, lo cual es nombrado en la biblia como aguas peligrosas de muerte. Los israelitas a su parecer no tenían la clase de pan y agua que ellos querían, entonces se fastidiaron y se quejaron contra Dios, quedando los de 20 años para arriba, muertos en el desierto, sin gozar de las delicias de la tierra prometida. Números 32:13 y 21:4-5, Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse...2 Samuel 14:14.

El agua a la luz de las Escrituras es de dimensiones sagradas como lo es la vida humana, posee ricos significados de importancia sobrenatural que van más alto a la imaginación y realidad humana, son las aguas divinas que dan vida, reaniman en fe y esperanza y producen renuevos de fuerza, para superar todo lo malo que haya entre el cielo y la tierra, entre lo humano y lo divino porque alrededor del agua hay convivencia y fraternidad en Dios como en un oasis del desierto; y así como no existe vida sin agua, tampoco hay salvación sin Cristo, de Él emana toda forma de vida y su gloriosa presencia oxigena cuando estamos al borde de perder el aliento. Porque derramaré aguas sobre la tierra sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré de mi Espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus renuevos. Isaías 44:3.

Hoy el Padre nos trae un desafío espiritual para que así como corre el agua, nos movamos despiertos y activos en los negocios del reino de Dios, en constante protección contra las amenazas del malo, exigiéndonos a hacer un profundo lineamiento con Cristo, y navegando en el río del Espíritu para que gran parte del desierto del mundo se convierta en manaderos de agua que sacien a la manera de Dios. Ezequiel 47 e Isaías 35. 

El pueblo de Dios no solo debe reedificar, las ruinas, también debe cavar pozos de sabiduría, crecimiento y madurez, en una continua frescura de cambio de mentalidad, costumbres y modos de vida en comunión con Cristo y renovar el espíritu, porque hasta hoy no hemos sido agradables a Dios, ni en lo personal, familiar, social ni colectivo; debemos golpear la Roca con obediencia y pureza para que fluyan los torrentes purificadores que nos mantienen firmes en la fe obediente a cada paso por la vida. Éxodo 17:6; De allí vinieron a Beerseba: este es el pozo del cual YHWH dijo a Moisés: reúne al pueblo, y les daré agua. Entonces cantó Israel este cántico: Sube, oh pozo; a Él cantemos; pozo el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, y el Legislador con su báculo…Número 21:16-18.

Si permanecemos en la gloria de la Fuente de Agua Viva, Él oxigenará y limpiará los aires y la atmósfera que nos rodean, porque también está contaminada y viciada; acudamos al manantial para beber y tomemos de su fuente de riquezas y delicias celestiales, clamemos en santidad y purifiquémos la conciencia para hallar respuesta y cambio, Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados, Mateo 5:6; cavemos pozos de justicia, con buena voluntad y servicio, para que fluyan ríos de adoración y alabanza desde nuestro interior, y como la mujer samaritana en el encuentro con Jesús en el pozo de Jacob, nuestro esfuerzo por la predicación, el evangelismo y el discipulado acrecienten el río del evangelio que salva y da vida. Juan 7:37-39.

Entendiendo lo vital e importante del agua, se hace urgente, no solo cuidar las aguas del planeta, sino avivar las aguas del Espíritu para que Cristo sea dado a conocer y se pongan límites a la sequía espiritual que produce cardos y espinas. Llenemos el estanque del corazón con la palabra, quitemos toda distracción que contamina, estanca y descompone las aguas de nuestra existencia. ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Será completamente saciados de la grosura de tu casa, Tú nos abrevarás del torrente de tus delicias. Porque Contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz. Salmos 36:7-9.

Saquemos aguas vivas permaneciendo en la presencia del SEÑOR, consagrados y adheridos a su gloria para sostenernos firmes en las arenas movedizas del mundo, no nos quedemos en debilidades, pretextos ni excusas, y como los patriarcas encontraron esposa junto a un pozo de agua, encontrémonos con el Esposo en la fuente de su Espíritu para vencer la esterilidad y la muerte que hay en el mundo; seamos productivos en la viña del SEÑOR, guardando los instructivos divinos que nos permiten vencer la apatía, el hambre y la sequía espiritual, porque el agua viva que habita en nosotros, está presto  a limpiar la más diminuta macha para saciarnos y mantenernos inmaculados y victoriosos hasta Aquel Día. SEÑOR, dame de beber de esa agua viva, para que yo no tenga sed, ni venga más a sacar de este pozo. Juan 4:15. Recreate en tu Hacedor y Libertador, Salmos 107.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.

En el desierto del Néguev nace río Zim- 2016.





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