El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30.
A pesar de ser un hombre libre, me he hecho esclavo de todos, para ganar al mayor número posible para Cristo. 1 Corintios 9:19.
Esta enseñanza exhortativa, ha surgido desde lo profundo del corazón de Dios que la ha puesto muy fuerte en mi alma, porque mi deseo ardiente es como el del SEÑOR, hasta el dolor y las lágrimas y con amor entrañable, para que muchos sean rescatados de la condenación, no queriendo que los humanos vayan al infierno con satanás; nuestro anhelo continuo debe ser que el mayor número posible de personas a nuestro alrededor, conozcan al SEÑOR y hagan a Jesucristo su Salvador; Jesucristo nos inspira un sentido y propósito para cumplir la Gran Comisión. Jesús dijo: Síganme. En lugar de pescar peces, YO les voy a enseñar a ganar seguidores para Mí. Mateo 4:19.
Si la gente entendiera la importancia de buscar el rostro de Cristo para ser partícipes con Él de la salvación de muchos y de lo hermoso que es tener a Dios como nuestro Padre celestial y a Jesucristo como nuestro Rey Salvador, comprenderían lo extraordinario de su sacrificio redentor y el poder que hay en su resurrección, este mundo cambiaría y todos podríamos disfrutar una vida normal de alegrías y sueños realizados, con problemas y molestias, claro, pero todo con solución y consuelo en Él Omnipotente Dios. Porque así dice el SEÑOR: Búsquenme, vuelvan a Mí y vivirán, Amos 5:4.
Hay celo en el corazón de Dios, en el mío y en el de muchos hijos de Dios, para que miles cambien de vida y escapen del tormento eterno. ¡si tan solo creyeran! Se gozarían con libertad en la belleza de la santidad de Dios, su permanente presencia llena de amor, su gracia y su grandeza reflejada en la creación con esa diversidad de diseños, formas y colores de la naturaleza y la perfección de nuestro cuerpo, lo cual son verdaderos milagros que solo el Dios vivo puede lograr. Porque Él quiere que todos los seres humanos sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:4.
Aunque nadie se acerque a una persona para compartir de Jesucristo, ningún ser humano tiene excusa delante del Eterno por no conocerlo, por no amarlo, por no reconocerlo, ni aceptar que el Creador es el Dios vivo que salva en Cristo Jesús, real y verdadero, ni por no querer atender a sus instrucciones dadas en la Biblia; cada versículo muestra cómo Dios se ha revelado a la humanidad y el deseo que debe arder en cada persona en particular para buscar a Dios, creerle, amarlo, seguirlo y honrarlo por lo que Dios es, porque tu nivel de reverencia determina tu conocimiento de Dios y de la verdad que Él sustenta en sí mismo, en lo extraordinario de su favor obrando a cada instante por cada uno. Para que anden como es digno del SEÑOR, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:10.
El tema misionero y evangelístico, es nuestra tarea aquí y ahora mediante el cual se debe enfatizar y se revelar la suprema importancia de mantenernos en la presencia de Dios, atender su voz de Dios y conocer las Escrituras que contiene su Ley de principios, testimonios, mandamientos y preceptos, cuatro sinónimos que tienen que ver con la palabra de Dios. La ley no nos salva, pero nos muestra el pecado y nos señala culpables, al ponernos frente al amor y la santidad de Dios, para llevarnos al arrepentimiento, pero cuando nacemos de nuevo en Jesucristo, podemos cumplir su ley en Él y por Él, para ser libres y tener sus promesas, Isaías 53. Jesús les dijo: Síganme, y YO los haré pescadores de hombres. Marcos 1:17.
La ley de Dios no son solo los Diez Mandamientos, es toda la Escritura desde Génesis hasta Apocalipsis, son instrucciones, mandatos, consejos, advertencias y testimonios de vida que convierten el alma humana cuando nos miramos en ella como en un espejo; el testimonio de YHVH es fiel y confiable porque nos hace sabios; sus mandamientos son rectos, porque son principios que nos conducen con alegría por el buen camino; el precepto, es decir, las órdenes de YHVH, son puras, porque sus enseñanzas y diseños no están contaminados, son divinos, totalmente claros y sencillos, para alumbrar aún los ojos de un niño; toda la Escritura con sus historias de vida nos ayudan a reflexionar para ser virtuosos y alcanzar madurez aprendiendo y recordando diariamente de ella. Sepan ustedes que cualquiera que hace volver a un pecador de su mal camino, lo salva de la muerte y hace que muchos pecadores sean perdonados. Santiago 5:20.
Nos hemos vuelto tan mecánicos y rutinarios a causa de la falta de refl3xión bíblica y escasez de amor, que han provocado enfriamiento espiritual y desconexión con Dios en la profundidad de las Escrituras; cuando las personas hacen la oración de fe, creemos que ya son cristianos salvos y que son de Jesús, pero estamos lejos de la realidad, y aunque los templos locales contengan multitudes, según los expertos el 70% y 80% de quienes dicen recibir a Cristo en su corazón, en algún momento se alejan, no solo de las congregaciones, sino que también le dan la espalda a Dios. Jesús les contestó: El que está recién bañado no necesita lavarse sino solamente los pies, pues está todo limpio; y ustedes están limpios, aunque NO todos. Juan 13:10.
Algunos pueda que se queden en la Iglesia, quizá para acallar la conciencia, complacer a algún familiar o congraciarse con ministros y gente de la iglesia, pero necesitamos atender, tratar, enseñar y consolidar a cada nuevo creyente dentro de un proceso reparador y transformador para ver su cambio; la clase de evangelismo que se ha estado llevando a cabo en los últimos años se ha ido desviando, tergiversando y debilitando; y dentro de nuestra misión, está el ser terapeutas del corazón para sanar corazones y ayudar vidas que deben afirmarse en Cristo y su palabra. A unos, sálvenlos sacándolos del fuego, y tengan compasión de otros, aunque deben cuidarse de ellos y aborrecer hasta la ropa que llevan porque está contamina de su mala vida Judas 1:23.
Es urgente volver a la senda antigua de la obediencia a la verdad haciendo las primeras obras de santidad, evangelismo y predicar enseñando las Buenas Nuevas, con el testimonio a la manera del Divino Maestro, quien enseñaba con mensajes de poder para salvación antes de sanar o liberar, eran mensajes sencillos pero profundos en el fondo, no en la forma. Leamos, Gálatas 3. Marcos 10:17-31 y Juan 4. No todo el que dice SEÑOR, SEÑOR, entrará en el Reino de los cielos, Mateo 7:21-23.
Hay dos grandes ejemplos de evangelismo que el Maestro nos dejó:
1. El joven Rico, Marcos 10:17-31. Jesús habló al joven confrontándolo con los Diez Mandamiento, y le corrigió el concepto de lo bueno, el joven aseguró haber cumplido la ley, pero Jesús fue más allá, confrontó su corazón y su piedad al mandarle vender todo lo que tenía y darlo a los pobres para que luego siguiera al SEÑOR y fuera salvo, pero el joven le dio la espalda a Jesús y se fue triste pues era muy rico, así el joven mostró su incumplimiento en el Décimo mandamiento, que no era cómo el joven creía, pues amó más las riquezas, antes que seguir a Jesús, porque en el fondo de su corazón había avaricia y codicia, el joven amaba más lo material que lo espiritual y eterno. Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido. Mateo 18:11.
El joven rico tenía religión no fe para ser salvo, de palabra era fiel a la ley, pero en la práctica no obedecía verdaderamente ni hacía las cosas de corazón como él lo aseguró, sino que presumía de las obras con su legalismo, y el joven se jactaba de ser bueno imaginando que cumplía los preceptos de Dios. Jesús no le habló de la gracia ni tampoco lo invitó a su casa, el SEÑOR preparó su corazón para que reconociera que NO somos buenos, sino que andamos al margen de la Ley divina y por lo tanto necesitamos ser salvos en Cristo. Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación. Romanos 10:1.
No hay cosa más valiosa, importante y maravillosa que estar seguros de nuestra salvación. Aquí hay un principio de verdad que confronta consigo mismo y la palabra para hacer ver a las personas la necesidad urgente de ser rescatados de la ira venidera, algo que el enemigo ha torcido con engaños y alteraciones en el mensaje de muchos expositores que solo hablan lo bonito del evangelio. Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios, tu buen Espíritu me guíe a tierra firme, Salmos 143:10.
Creer que somos buenos y sin pecado es como pagar su infracción de tránsito creyendo que al pagar es inocente y no ha fallado a la norma, cuando en realidad es un infractor craso. Jesús le mostró al joven que era un infractor de la ley, porque al amar más que a Cristo los bienes materiales atesorando riquezas en su corazón, tenía injusticia, codicia, impiedad y avaricia, lo cual lo alejó del SEÑOR, comprobándose así la verdad de su interior en cuanto a la falta de amor y espiritualidad genuina; la riqueza era más importante que su prójimo y el mismo SEÑOR, a quien se negó a seguir. En ese caso el SEÑOR, simplemente lo miró alejarse y no trató de convencerlo. Porque donde esté su tesoro, allí también estará su corazón. Mateo 6:21.
Entregar el mensaje de las Buenas Nuevas nos debe confrontar con nuestra condición pecadora y nuestra necesidad apremiante de Dios, aunque muchos se ofendan, evadan y huyan, debemos hablar de Cristo a tiempo y a destiempo porque no sabemos si esa persona que tengamos en frente, pueda morir en minutos, y cada alma humana costó la sangre y la vida de Cristo, cada alma es valiosa porque es eterna, y cada uno irá a parar en las bendiciones del cielo o en las miserias del infierno. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios estará sobre él. Juan 3:36.
La palabra de Dios nos confronta con la vieja naturaleza pecadora, desobediente, rebelde, egoísta, mezquina y mal intencionada, pues en esa naturaleza todos carecemos de lo puro, lo santo, lo correcto y lo verdadero, pero al vernos en el espejo de su ley y su presencia se ilumina nuestro entendimiento y nos viene el dolor del arrepentimiento; la ley de Dios nos cierra la boca para no justificarnos con falsa piedad. Todo lo que contradice la palabra es pecado y el que efectúa las contradicciones, está corrompido y viciado, por lo tanto, es un pecador que requiere verse confrontado con la santidad de Cristo y el espejo de su verdad para arrepentirse y anhelar salvación. ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? De ninguna manera. Pero yo reconocí el pecado por la ley; pues tampoco conocería la codicia, si la ley no dijera: NO codiciarás. Romanos 7:7.
La ley de Dios no impide que seamos felices, todo lo contrario, para vivir en el gozo y paz de Dios, hemos sido advertidos de las consecuencias de vivir en pecado y actuar mal que hace perder las almas, por eso Cristo vino a este mundo a morir en la cruz, así Él mostró la importancia de las almas para el Padre para que los hombres podamos ser salvos, por eso debemos hacer todo lo posible para ganar a muchos para Dios. El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30.
Somos privilegiados cuando alguien paga nuestra deuda, pero si nos acercamos a alguien para decirle que Jesús pagó su deuda al morir por él o ella, quizá lo vea loco y ofensivo diciendo que hay pecadores peores que él; en tal caso debemos acercarnos con la unción del Espíritu, porque es Él quien puede convencer a una persona de pecado, justicia y de juicio, y que se vea así misma en la realidad de su vida frente a Cristo qué pagó su pecado y ganó su rescate. Cristo murió por nuestros pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos al Padre, el Hijo fue muerto en la carne, pero fue vivificado en el Espíritu. 1 Pedro 3:18.
Hay saber usar la palabra de Dios, y más que eso, mostrar el amor y la ternura de Dios; no podemos ir a todos con el mismo versículo, porque cada uno tiene una necesidad específica que solo el Espíritu Santo conoce, por eso se hace necesario leer, conocer y escudriñar diariamente la palabra juiciosamente para suplir la necesidad de otros, porque quizá la palabra que estudiemos ese día sea de bendición para alguien. Este pueblo viene a Mí con palabras y me honra de labios para afuera, pero su corazón está lejos de Mí, su temor de Mí, no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado, Isaías 29:13.
Cualquiera puede repetir una plegaria, pero seguro que no ha nacido de nuevo, de seguro que no es alguien regenerado, sino que necesita conocer a Cristo en un encuentro personal Él frente a su palabra, y el fruto del Espíritu crece en el terreno de la obediencia a las instrucciones divinas y la amistad con Dios. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, y ser justificados por la fe, pero venida la fe, ya no estamos bajo el ayo, porque todos podemos ser salvos por la fe en Cristo Jesús, Gálatas 3:24-26.
2. La mujer samaritana, Miremos la hermosura de Jesús al compartir de sí mismo y la salvación con la mujer samaritana en Juan 4: Se encuentra con la mujer samaritana en un mundo natural y le habla de cosas naturales, la pone frente a su propia manera de vivir, no la condena, ni la avergüenza, le habla de lo espiritual desde lo natural, la introduce al séptimo mandamiento y se le revela como el Mesías Salvador; ella no había visto su pecado, quizá lo veía normal, o simple "mala suerte" por eso había tenido ya cinco maridos, Juan 4:10-19.
Jesús nos enseña a presentar el evangelio salvador en el poder del Espíritu, revelando con la palabra el corazón de las personas, fue con la ley de Dios que ella misma descubrió su pecado; Cristo el agua viva y su palabra son como una cortina que se corre en una habitación oscura llena de polvo, y que al dejar pasar los rayos de luz por la ventana, muestra la realidad del recinto, ese es el trabajo de la Ley divina al ser expuesta, brillar en el corazón del pecador para ver nuestro interior así mismos…Recibirán poder, cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu Santo, así serán mis testigos. Hechos 1:8. Porque LA LEY ES ESPIRITUAL; pero yo soy carnal vendido al pecado. Romanos 7:13-14.
La mujer viéndose así mismo, rogó por el agua viva que nos limpia, así logró ser justificada y perdonada por el SEÑOR, pues reconoció al Maestro, tuvo su encuentro personal con el único que perdona pecados, fue salva y se fue feliz; el SEÑOR no la condenó ni le enrostró su pecado, mostró amor y misericordia al hablarle, por eso ella reconoció su propio pecado, sintió dolor y se arrepintió alcanzando salvación; tenemos que correr a refugiarnos en Jesucristo confesando las fallas y culpas en vez de darle la espalda; Jesús hizo un pequeño discipulado con la mujer samaritana hasta llevarla a la adoración, Escudriñen las Escrituras, porque ustedes saben que ellas tienen la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí, Juan 5:39.
No podemos salir a ganar almas en nuestra sabiduría humana, sino en el poder del Espíritu Santo después de haber orado; Él es quien conoce el interior de cada persona, y solo Él convence al pecador, mostrándole a las personas su necesidad del salvador y Él es quien nos revela al Padre y al Hijo, demos a todos lo que el Espíritu nos muestre, las Buenas Nuevas del Evangelio de salvación, son cuatro verdades básicas: La realidad del pecado que esclaviza, la paga por el pecado que es la muerte eterna que nos aleja de Dios, y la Buena Noticia de que Cristo ya pagó nuestra deuda, para recibirlo con un corazón sincero como SEÑOR y Salvador único y suficiente. Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro SEÑOR Jesucristo…Romanos 5:1-12.
Dios anhela que todos se salven, pero la Biblia dice que MUCHOS SERÁN SALVOS, NO TODOS; la dureza del corazón incrédulo y la terrible rebeldía de muchos hace que estén contra su Amoroso Creador y sean conducidos a la perdición eterna…Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará Mi Siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos, Isaías 53:11; Y alguien le dijo: ¿Son pocos los que se salvan? Y Él les dijo: Esfuércense a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán, Lucas 13:23-24, Mateo 7:13-14; Marcos 16:16, Romanos 5:19; 1 Pedro 1:8-9, Hebreos 9:27-28.
Muchos son los que se obstinan en sus razonamientos humanos imaginando que serán salvos por sus "buenas obras," pero se llevarán una sorpresa, ¡Ay santo! Pues somos salvos por gracia y por perseverar en la fe que produce las buenas obras. Santiago 2:17.
Mg. MEHC, hija del Dios
vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.
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