Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda celeste; brillarán por siempre como las estrellas. Daniel 12:3
El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30.
A pesar de ser un hombre libre, me he hecho esclavo de todos, para ganar para Cristo al mayor número posible. 1 Corintios 9:19.
Esta enseñanza exhortativa, ha surgido desde lo profundo del corazón de Dios y la ha puesto muy fuerte en mi alma, porque mi deseo ardiente es como el del SEÑOR, hasta el dolor y las lágrimas, que muchos sean rescatados de la condenación, no queriendo que los humanos vayan al infierno con satanás; nuestro anhelo continuo debe ser que el mayor número posible de personas a nuestro alrededor, conozcan al SEÑOR y hagan a Jesucristo su Salvador; Si la gente entendiera la importancia de la salvación y lo hermoso que es tener a Dios como SEÑOR y Rey de nuestra vida, comprenderían lo extraordinario del sacrificio redentor y el poder que hay en su resurrección, este mundo cambiaría y todos podríamos disfrutar una vida normal, con alegrías y sueños realizados, con problemas y molestias, claro, pero todo con solución y consuelo en Él Omnipotente Dios. Porque así dice el SEÑOR: Búsquenme, vuelvan a Mí y vivirán, Amos 5:4.
Hay celo en el corazón de Dios, en el mío y en el de muchos hijos de Dios, para que miles cambien de vida y escapen del tormento eterno. ¡si tan solo creyeran! Se gozarían con libertad en la belleza de la santidad de Dios, su amor mostrado en la cruz, y su grandeza reflejada en la creación, la diversidad de diseños, las formas y colores de la naturaleza y la perfección de nuestro cuerpo, que son verdaderos milagros que solo el Dios vivo puede lograr. Porque Él quiere que todos los seres humanos sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:4.
Aunque nadie se acerque a las personas, ninguna persona tiene excusa delante del Eterno por no conocerlo, aceptar que el Creador es Dios vivo, real y verdadero, ni por no querer atender a sus instrucciones escritas en la Biblia; cada versículo muestra cómo Dios se ha revelado a la humanidad y el deseo que debe arder en cada persona en particular para buscarlo, creerle, amarlo, seguirlo y honrarlo por lo que Él es, por la verdad que sustenta y lo extraordinario que obra a cada instante. Para que anden como es digno del SEÑOR, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:10.
El tema misionero y evangelístico, es nuestra tarea aquí y ahora mediante el cual se debe enfatizar y se revelar la suprema importancia de mantenernos en la presencia de Dios, atender su voz de Dios y conocer las Escrituras que contiene su Ley de principios, testimonios, mandamientos y preceptos, cuatro sinónimos que tienen que ver con la palabra de Dios. La ley no nos salva, pero nos muestra el pecado y nos señala culpables, al ponernos frente al amor y la santidad de Dios, para llevarnos al arrepentimiento, pero cuando nacemos de nuevo en Jesucristo, podemos cumplir su ley en Él y por Él, para ser libres y tener sus promesas, Isaías 53. Jesús les dijo: Síganme, y YO los haré pescadores de hombres. Marcos 1:17.
La ley de Dios no son solo los Diez Mandamientos, es toda la Escritura desde Génesis hasta Apocalipsis, son instrucciones, mandatos, consejos, advertencias y testimonios de vida que convierten el alma humana cuando nos miramos en ella como en un espejo; el testimonio de YHWH es fiel y confiable porque nos hace sabios; sus mandamientos son rectos, porque son principios que nos conducen con alegría por el buen camino; el precepto de YHWH es puro, porque sus enseñanzas y diseños perfectos no están contaminados, son divinos, totalmente claros y sencillos, para alumbrar aún los ojos de un niño; toda la Escritura con sus fundamentos nos ayudan a ser virtuosos y maduros aprendiendo diariamente de ella. Sepan ustedes que cualquiera que hace volver a un pecador de su mal camino, lo salva de la muerte y hace que muchos pecadores sean perdonados. Santiago 5:20.
Pero nos hemos vuelto tan mecánicos y rutinarios debido a la falta de amor, enfriamiento espiritual y falta de profundidad en las Escrituras, que cuando las personas hacen una oración de fe, creemos que ya son cristianos salvos y que son de Jesús, pero NO es así, los templos locales pueden contener multitudes, pero según los expertos el 70% y 80% de quienes dicen recibir a Cristo en su corazón, en algún momento se alejan, no solo de las congregaciones, sino que también le dan la espalda a Dios. Jesús les contestó: El que está recién bañado no necesita lavarse sino solamente los pies, pues está todo limpio; y ustedes están limpios, aunque NO todos. Juan 13:10.
Algunos pueda que se queden en la Iglesia, quizá para acallar la conciencia, complacer a alguien de su familia o congraciarse con los ministros, pero necesitamos atender, tratar, enseñar y consolidar a cada nuevo creyente con un proceso reparador y transformador, porque la clase de evangelismo que se ha estado llevando a cabo en los últimos años se ha ido tergiversando y debilitando; somos terapeutas del corazón para sanidad de las vidas que deben afirmarse en Cristo y su palabra. A unos, sálvenlos sacándolos del fuego, y tengan compasión de otros, aunque deben cuidarse de ellos y aborrecer hasta la ropa que llevan porque está contamina de su mala vida Judas 1:23.
Es urgente volver a la senda antigua en la predicación y enseñanza de las Buenas Nuevas, con testimonio y a la manera del Divino Maestro quien enseñaba con urgencia la salvación ante de sanar o liberar, un mensaje de poder y unción, un evangelio sencillo pero de fondo, no de forma. Marcos 10:17-31 y Juan 4. No todo el que dice SEÑOR, SEÑOR, entrará en el Reino de los cielos, Mateo 7:21-23.
Hay dos grandes ejemplos de evangelismo que el Maestro nos dejó:
1. El joven Rico, Marcos 10:17-31. Jesús habló al joven confrontándolo con los Diez Mandamiento, y le corrigió el concepto de lo bueno, el joven aseguró haber cumplido la ley, pero Jesús fue más allá, confrontó su corazón y su piedad al mandarle vender todo lo que tenía y darlo a los pobres para que luego siguiera al SEÑOR y fuera salvo, pero el joven le dio la espalda a Jesús y se fue triste pues era muy rico, así el joven mostró el incumplimiento del Décimo mandamiento, no era cómo el joven creía, amó más las riquezas, porque en el fondo de corazón era avaro y codicioso y amaba más lo material que lo eterno. Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido. Mateo 18:11.
El joven rico tenía religión no fe para ser salvo, de palabra era fiel a la ley, pero en la práctica no obedecía los Diez Mandamientos verdaderamente ni de corazón como él lo aseguró, solo presumía las obras de su legalismo, el joven se jactaba de ser bueno creyendo que cumplía los preceptos de Dios. Jesús no le habló de la gracia y tampoco lo invitó a su casa, el SEÑOR preparó su corazón para que reconociera que NO somos buenos, sino que andamos al margen de la Ley divina y por lo tanto necesitamos ser salvos en Cristo. Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación. Romanos 10:1.
No hay cosa más valiosa, importante y maravillosa que estar seguros de nuestra salvación. Aquí hay un principio de confrontación consigo mismo y la palabra para hacer ver a las personas la necesidad urgente de que sean rescatados de la ira venidera, algo que el enemigo ha torcido con engaños y alteraciones en el mensaje mostrando solo lo bonito del evangelio. Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios, tu buen Espíritu me guíe a tierra firme, Salmos 143:10.
Creer que somos buenos y sin pecado es como cuando alguien paga su infracción de tránsito y cree que al pagarla es inocente y no ha fallado a la norma, cuando en realidad es un infractor craso. Jesús le mostró al joven que era un infractor de la ley porque al amar más los bienes materiales en su corazón había injusticia, codicia, impiedad y avaricia, su corazón lo alejó del SEÑOR, y el comprobó la verdad de su interior y su falta de espiritualidad genuina; su riqueza era más importante que su prójimo y el mismo SEÑOR, a quien se negó a seguir. En ese caso el SEÑOR, simplemente lo dejo alejarse, no trató de convencerlo. Porque donde esté su tesoro, allí también estará su corazón. Mateo 6:21.
Entregar el mensaje de las Buenas Nuevas nos debe confrontar con nuestra condición pecadora y nuestra necesidad apremiante de Dios, aunque muchos se ofendan, evadan y huyan, debemos hablar de Cristo a tiempo y a destiempo porque no sabemos si esa persona que tengamos en frente, pueda morir en minutos, y cada alma humana costó la sangre y la vida de Cristo, cada alma es valiosa porque es eterna, y cada uno irá a parar en las bendiciones del cielo o en las miserias del infierno. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios estará sobre él. Juan 3:36.
La palabra de Dios nos confronta la vieja naturaleza rebelde, egoísta, mezquina y mal intencionada, porque en esta naturaleza todos carecemos de lo puro, lo santo y lo correcto y lo verdadero, pero al vernos en su ley y en su presencia se ilumina nuestro entendimiento y nos viene el dolor del arrepentimiento; la ley de Dios nos cierra la boca para no justificarnos con falsa piedad. Todo lo que contradice la palabra es pecado y el que efectúa las contradicciones, está corrompido y viciado, por lo tanto, es un pecador que requiere verse en el espejo de la santidad de Cristo, reconocer su pecado y anhelar salvación. ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? De ninguna manera. Pero yo reconocí el pecado por la ley; pues tampoco conocería la codicia, si la ley no dijera: NO codiciarás. Romanos 7:7.
La ley de Dios no impide que seamos felices, es todo lo contrario, para vivir en gozo y paz advertidos de las consecuencias de vivir en pecado y actuar mal lo cual hace perder las almas, por eso Cristo vino a este mundo a morir en la cruz, así el mostraba la importancia de las almas para el Padre y que los hombres pudiéramos ser salvos, por eso debemos hacer todo lo posible para ganarlos para Dios. El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30.
Somos privilegiados cuando alguien paga nuestra deuda, pero si nos acercamos a alguien para decirle que Jesús pagó su deuda al morir por él o ella, quizá lo vea loco y ofensivo diciendo que hay pecadores peores que él; debemos acercarnos con la unción del Espíritu, solo Él puede convencer a una persona para que se vea así mismo en el espejo de la palabra, vea la realidad de su vida y entienda por qué Cristo pagó su pecado y ganó su rescate. Cristo murió por nuestros pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos al Padre, el Hijo fue muerto en la carne, pero fue vivificado en el Espíritu. 1 Pedro 3:18.
Necesitamos saber usar la palabra de Dios, no podemos ir a todos con el mismo versículo, porque cada uno tiene una necesidad específica que solo el Espíritu Santo conoce, es por eso que se hace necesario conocer y escudriñar diariamente la palabra juiciosamente y suplir la necesidad de otros, porque quizá la palabra que estudiemos ese día será para bendición de otro. Este pueblo viene a Mí con palabras y me honra de labios para afuera, pero su corazón está lejos de Mí, su temor de Mí, no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado, Isaías 29:13.
Una persona puede repetir una plegaria, pero seguro que no ha nacido de nuevo, de seguro que no es alguien regenerado, necesita conocer a Dios en su palabra, pues el fruto del Espíritu crece en el terreno de la obediencia a las instrucciones divinas y la amistad con Dios, De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, y ser justificados por la fe, pero venida la fe, ya no estamos bajo el ayo, porque todos podemos ser salvos por la fe en Cristo Jesús, Gálatas 3:24-26.
2. La mujer samaritana, Miremos la hermosura de Jesús al compartir de sí mismo y la salvación con la mujer samaritana en Juan 4: Se encuentra con la mujer samaritana en un mundo natural y le habla de cosas naturales, la pone frente a su propia manera de vivir, no la condena ni la avergüenza, le habla de lo espiritual desde lo natural, la introduce al séptimo mandamiento y se le revela como el Mesías Salvador; ella no había visto su pecado, quizá lo veía normal, o simple, "mala suerte" por eso había tenido ya cinco maridos, Juan 4:10-19.
Jesús nos enseña a presentar el evangelio salvador en el poder del Espíritu, revelando la palabra al corazón de las personas, fue con la ley de Dios que ella misma descubrió su pecado; Cristo el agua viva y su palabra son como una cortina que se corre en una habitación oscura llena de polvo, que al dejar pasar sus rayos por la ventana muestra la realidad del recinto, ese es el trabajo de la Ley divina al ser expuesta, brillará en el corazón del pecador y nos veremos así mismos…Recibirán poder, cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu Santo, así serán mis testigos. Hechos 1:8. Y LA LEY ES ESPIRITUAL; pero yo soy carnal vendido al pecado. Romanos 7:13-14.
La mujer logró ser justificada y perdonada por el SEÑOR, porque reconoció al Maestro, fue salva y se fue feliz; el SEÑOR no la condenó ni le enrostró su pecado, mostró amor y misericordia al hablarle, por eso ella reconoció su propio pecado, sintió dolor y se arrepintió y alcanzó salvación; podremos correr a refugiarnos en Jesucristo confesando las fallas y culpas en vez de darle la espalda a Dios; Jesús hizo un pequeño discipulado con la mujer samaritana hasta llevarla a la adoración, Escudriñen las Escrituras, porque ustedes saben que ellas tienen la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí, Juan 5:39.
No podemos salir a ganar almas en nuestra sabiduría humano, sino en el poder del Espíritu Santo, Él es quien conoce el interior de cada persona, y solo Él convence de pecado, justicia y juicio y le muestra a las personas su necesidad de salvador y Él es quien nos revela al Padre y al Hijo, debemos dar a todos las Buenas Nuevas del Evangelio de salvación con cuatro verdades básicas: La realidad del pecado que esclaviza, la pena del pecado que trae muerte y nos aleja de Dios, pero la Buena Noticia es que Cristo ya pagó nuestra deuda, y debemos recibirlo con corazón sincero como SEÑOR y único y suficiente salvador. Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro SEÑOR Jesucristo…Romanos 5:1-12.
Dios anhela que todos se salven, la realidad es que MUCHOS SERÁN SALVOS, PERO NO TODOS, la dureza del corazón incrédulo y la terrible rebeldía de los muchos contra su Amoroso Creador los llevará a la perdición eterna…Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará Mi Siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos, Isaías 53:11; Y alguien le dijo: ¿Son pocos los que se salvan? Y Él les dijo: Esfuércense a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán, Lucas 13:23-24, Mateo 7:13-14; Marcos 16:16, Romanos 5:19; 1 Pedro 1:8-9, Hebreos 9:27-28.
Muchos se obstinan en sus razonamientos imaginando que serán salvos por sus "buenas obras," pero se llevarán una sorpresa. ¡Ay santo!
Mg. MEHC, hija del Dios
vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.
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