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5 oct 2019

HONRAR ES RESPETO A LOS PADRES-5o.MANDAMIENTO-HONRAR A LOS PADRES


EL PRINCIPIO DE RESPETO ESTÁ CONTENIDO EN LA ORDEN DIVINA DE-HONRAR A LOS PADRES-QUINTO MANDAMIENTO.

Honra a tu padre y a tu madre.

Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da, Deuteronomio 5:16 y Éxodo 20:12.

Cada uno de ustedes debe reverenciar a su madre y a su padre…Levítico 19:3. El que maldiga a su padre o a su madre, su lámpara se le apagará en la más densa oscuridad, Proverbios 20:20 y Levítico 20:9. (morirá antes de tiempo el hijo que no respeta a sus padres).

Hijos, ustedes deben obedecer a sus padres en unión con el SEÑOR, pues eso es lo justo delante de Dios. Efesios 6:1. 

La Biblia, nueestro Gran Manual de relaciones interpersonales, principios y ejemplos de vida que el Creador nos ha dejado para aprender a vivir con sabiduría y prudencia, tratándonos cordialmente en convivencia pacífica y armónica; razón por la cual los primeros cuatro Mandamientos, empezando por el Gran Mandamiento, nos ordena amarlo a Él; a partir del quinto mandamiento, Dios nos enseña a relacionarnos como seres humanos ecúanimes que razonan y actúan inteligentemente para conservar el respeto y la unidad en amor, no solo con la gente, sino tambien con Dios. El SEÑOR Todopoderoso dice a sus sacerdotes: los hijos honran a los padres, y los criados respetan a sus amos. Y si YO SOY el Padre de ustes ¿por qué ustedes no me honran? ¿Si YO SOY su amo, ¿por qué no me respetan? Malaquias 2:6.

Aunque cada uno viene de una familia,  natural diferente, con unas costumbres y una cultura que determina en gran parte el comportamiento y los hábitos, el respeto debe mantenerse como el primer principio que debemos ejecutar sin importar de donde venimos, por lo tanto, tenemos que considerarnos unos a otros, como personas que se dignifican entre sí con amabilidad, educación y justicia a pesar de todas nuestras diferencias. El que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor, pero el que se apiada del necesitado lo honra, Proverbios 14:31.

El respeto como fundamento social se aprende en familia, la institución divina que el Creador fundó para guardar el orden social; familia y respeto son la base y columna en la conservación de la humanidad, razón por la cual el hombre es por naturaleza un ser sociable, gregario y de relaciones. Es en la familia donde aprendemos los principios y valores básicos para convivir juntos adecuadamente; los padres son los primeros educadores de los niños y los jóvenes. Hijo mío, obedece el mandato de tu padre, y atiende las enseñanzas de tu madre. Proverbios 6:20.

La familia es y será el primer centro educativo en la formación y desarrollo de las nuevas generaciones a través de la historia, Mejor son dos que uno, porque sacan más provecho de lo que hacen. Si uno de ellos tropieza, el otro puede levantarlo. Pero pobre del solo que cuando cae, no tiene quien lo ayude a levantarse. Así también, si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío. Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es tan fácil derrotarlos, Eclesiastés 4:9-12.

Hablar del quinto mandamiento es hacer referencia a la familia y que después de Dios es lo más valioso que tenemos en la vida. Honrar a los padres es respetar y valorar su autoridad, es hablar bien de ellos, es respaldarlos, ayudarlos, y sostenerlos cuando sea el momento porque eso es amor; los hijos están en la obligación de honrar a sus progenitores dándoles el lugar de dignidad que ellos merecen, reconociendo que Dios nos los dio para obedecerlos, admirarlos y estimarlos como corresponde en el seno del hogar, Cada uno de ustedes debe respetar a su madre y a su padre, Levítico 19:3a.

Del cumplimiento que demos a este valioso mandamiento dependerá la forma en que nos tratamos unos a otros y el amor que le tengamos a Dios, lo cual nos permite alcanzar la promesa de longevidad, ser bendecidos y prosperados; es tan valioso e importante este Quinto Mandamiento, que es el único que conlleva la promesa de tener larga vida, lo cual nos debería animar, exhortar y fortalecer para ponerlo en práctica todo el tiempo; atender a este mandato nos permite sujetarnos no solo a los padres, sino a Dios y toda autoridad fuera del hogar, respetando las autoridades que tengamos en frente, sea en la escuela, la universidad, el trabajo y todo lugar. Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que existen, por Él han sido constituidas, Romanos 13:1.

El respeto involucra, interés, atención, acatamiento y sometimiento a las personas que han sido puestas por Dios como los padres que no escogimos pero amamos porque nos cuidan, nos aman, nos educan, nos corrigen
 y nos guian, con el propósito de que seamos personas de calidad, con el fin de guardar la armonía y el orden en casa, las instituciones, los ancianos, los adultos, los niños, y las personas con mayor conocimiento y experiencia que nosotros, a los cuales todos los menores les deben deferencia y consideración, Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor, YO YHWH, Levítico 19:32. 

El respeto empieza reverenciando a Dios y valorando a los padres con un sentido de valor y un sentimiento noble de estima sobre la base del afecto, la humildad y la sujeción a toda autoridad, lo cual no es denigrarse, es distinguirse al dar el lugar de honor y consideración que a ellos les corresponde y merecen, porque también un día tú y yo seremos viejos. Honrar a los padres nos hace personas de bien, seres educados que acatan las leyes, guardan las normas razonablemente y saben vivir bajo parámetros de ayuda y colaboración 
unos y otros; el respeto sustenta la autoridad y valida el lugar de mando y protección que Dios ha dado a los padres, y que todo hijo debe guardar en su corazón para vivir en familia y comunidad, solo que algunos lo violan y lo pasan por alto por no conocer ni temer a Dios, Sométanse unos a otros en el temor de Dios, Efesios 5:21.

El respeto es uno de los principios más loables y poderosos porque dignifica a todas las personas, reconociendo el lugar de dignidad y valía que a todos nos corresponde; saber respetar es básica educación de buenos modales con urbanidad y civismo; respatarnos unos a otros es fundamento vital para una sociedad pacífica con orden y libertad, en buenas, sanas y pacíficas relaciones de gente civilizada que promueve paz y justicia evitando el choque y el conflicto, otorgando la oportunidad del diálogo y el acuerdo de personas razonables, civilizadas y pensantes que procuran el bien para todos. Procuren, en cuanto les sea posible, estar en paz con todo el mundo, Romanos 12:18.

La única excepción para no someternos a una autoridad es cuando se nos obliga a hacer algo indebido, en contra de lo que Dios nos enseña en du palabra, que vaya en contra de nuestros principios, o que perjudique la integridad propia o la de alguien más. La intención de este mandamiento es que aprendamos a ser humanidad que respeta y reconoce toda sana autoridad, considerando la edad y aceptando el rango de mando y dirección que empieza en casa para luego reflejarlo afuera y evitar caer en el pecado de insolencia, ingratitud y rebelión en el que cayó satanás al levantarse contra Dios. El rebelde solo busca su propio mal; y un mensajero cruel será enviado contra el. Proverbios 17:11. 

El Padre nos ama tanto que nos dio los mandamientos, porque Él desea evitarnos dolores si aprendemos obediencia, respeto, dependencia, humildad, sometimiento y sujeción a la autoridad para que NO caigamos en la grave iniquidad de la desobediencia y rebelde propia del maligno; Abba Padre anhela que nos parezcamos a su Hijo Jesúcristo y no al adversario. Pedro y los demás apóstoles contestaron: Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres, Hechos 5:29.

Practicar el principio de Respeto contenido en este mandamiento es celebrar la maternidad, valorar la paternidad y proteger a los hijos en las condiciones que Dios establece para una familia sana y funcional; honrar a los padres, marcará la clase de comportamiento social que se requiere para ser gente buena, amable y considerada para con todos enpezando por nosotros mismos; el respeto nos permite la aceptación, la acogida y el reconocimiento mutuo para poder vivir juntos y ayudarnos mutuamente, Respeten a todos como cada uno se lo merece. Amen a los hermanos, reverencien a Dios y respeten las autoridades de gobierno, 1 Pedro 2:17Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor, YO YHWH, Levítico 19:32.

Honrar es respetar, considerar, ser cortés, ser pacientes, prestar interés a los demás y expresar afecto, lo cual nos beneficia a todos profundamente, no solo de manera personal, sino colectiva y socialmente porque podremos movernos con naturalidad y seguridad entre gente con sentido común, amistad, confianza y fraternidad. Para que este mandamiento se haga una realidad hoy, es preciso recuperar el buen ejemplo, el buen juicio, la disciplina y la vida moral digna de los padres frente a sus hijos. Asi como los hijos vean que los padres viven, se tratan y se relacionan, de igual manera lo harán ellos, de allí dependerá la obediencia y respeto que los hijos prodiguen a sus padres, Casadas estén sujetas a su esposo, como conviene en el SEÑOR, Maridos, amen a su mujer y no sean ásperos con ellas; hijos obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada a Dios. Padres, no exasperen a sus hijos para que no se desalienten, Colosenses 3:18-21 y Efesios 5:21-25.

El respeto se enseña, se cultiva y se gana, no se impone ni se exige, por eso los padres, los adultos y los mayores debemos enseñar con el buen ejemplo, mostrar y vivir respeto para poder exigirlo a los niños y los jóvenes; este quinto mandamiento es la base para establecer balance, seguridad, equidad, confianza y organización a la manera de Dios, y es desde la familia que se debe proyectar el respeto que permee la sociedad; respetar es un principio divino que debemos rescatar en este tiempo y en todas las épocas, para salvaguardar la vida en paz y bienestar, Padres, NO provoquen la ira en sus hijos, sino criénlos en la disciplina y la instrucción del SEÑOR, Efesios 6:4. NO sigan a la multitud para hacer el mal, ni testifiquen en un pleito inclinándose a favor de la multitud para que NO perviertan el derecho; tampoco sean parciales contra los pobres de su pleito, Éxodo 23:2-3.

El fundamento de este mandamiento es aprender carácter humilde y manso de estar bajo la cobertura de una autoridad para evitar desórdenes y truhanerias desde el hogar, padres que enseñen desde lo práctico y real para que los hijos aprendan desde niños lo que es ayuda y servicio solidario en beneficio de todos y en pro de niños, ancianos, enfermos y embarazadas, con un sentido de calidad humana y un trato benigno de cuidado y bondad como Jesús lo hacía, Porque Jesús enseñaba con la autoridad que lo revestía y no como los escribas y fariseos, Mateo 7:29.

Podemos ver que el ejemplo del sometimiento a la autoridad que Jesús nos enseñó y mostró, fue desde su posición de Hijo, cuando niño se sometió a José y María, Lucas 2:40 y 52; en su ministerio se sujeto a la voluntad del Padre honrándolo y reverenciándolo mostrando al Padre en su vida, sujetándose a sus padres y sirviendo a la gente; somos seres civilizados, y el que no respeta, simplemente es un bárbaro incivilizado y mal educado. La subordinación siempre existirá porque siempre habrá alguien que ordene, mande y dirija por encima de nosotros, Juan 12:49.

El respeto debe cubrir todas las áreas de la vida y las esferas de la sociedad, es uno de los valores mínimos de la educación y la vida en sociedad, pero lamentablemente nos damos cuenta lo mucho que escasea el respeto debido a la falta de formación integral, tanto espiritual como natural, pero sin respeto pulula la altanería y la grosería. El que se mofa del pobre afrenta a su Hacedor, el que no muestra consideración por el dolor ajeno, no quedará sin castigo. Proverbios 17:5. 

El irrespeto desde el hogar se ha vuelto un peligro infundiendo miedo de ser agredidos; nuestras nuevas generaciones se muestran agresivas e irrespetuosas en gran porcentaje, no valoran ni escuchan al adulto, son burlones y adolescen de amabilidad, son sin consideración y se muestran como rebeldes sin causa ante cualquier persona o circunstancia, no se les puede corregir ni decir nada porque se levantan con mala actitud, sin medir las consecuencias, pues no se respetan ni a sí mismos y tampoco temen a Dios, En aquellos días no había una verdadera autoridad sobre el pueblo, y cada uno hacía lo que mejor le parecía, Jueces 2:25. Parafraseado.

El irrespeto anda rampante y se pasea por todos los rincones empezando por las cabezas de las autoridades de gobierno que sobornan, hacen fraude, se corrompen y cometen toda clase de desmanes multiplicando la injusticia y rebajando el valor de la autoridad a un simple e inútil adorno, lo cual podemos ver tipificado en la parábola del juez injusto que no respetaba a nadie ni temía a Dios, Lucas 18:1-8. ¡Qué tristeza!

La agresividad es falta de respeto del que pasa por encima de las normas, usa palabras soeces, comete ademanes con el cuerpo, hace gestos, usa los gritos y el mal trato, es un terrible espectáculo de falta de respeto y pan diario de nuestro tiempo; quien no conoce a Dios, no lo respeta, e irrespeta a todos, Ninguna palabra corrompida salda de su boca, sino la que sea buena para edificación y gracia de todo el que oye, Efesios 4:29.

La gente irrespetuosa blasfema contra Dios y denigra contra sus semejantes, atropella a quien sea con tal de salirse con la suya para imponer sus ideas. La falta de respeto comete injusticia, roba al pobre, da falso testimonio, grita y desobedece a los padres, ofende a la gente, y dice vulgaridades sin importar quien esté en frente; el irrespeto hace obscenidades delante de todos, mira con desdén, se enoja con facilidad e insulta a quien se le atraviese, violenta las leyes, hace lo que da la gana y todas estas cosas empañan la buena vida en sociedad, son acciones de una total falta de respeto. Pero debes saber esto: que en los últimos tiempos vendrán tiempos difíciles.  Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos e irreverentes, 2 Timoteo 3:1-2.

Vemos gente de todas las esferas sociales envueltos en escándalos de corrupción y acciones deshonestas e inmorales debido a la falta de respeto; padres irresponsables, laxos, viciados, abusivos y crueles; educadores ineptos, de mal carácter, mala sangre y conductas arbitrarias contra sus alumnos; aún peor, personas que se llaman guías espirituales, llegan a ser abusadores, adúlteros, avaros, mercenarios y mercaderes de la fe y la verdad por afolescen de respeto; niños rebeldes y jóvenes anárquicos, todos ellos no solo son maleducados, sino que han transgredido el Quinto Mandamiento por falta de respeto a Dios, sus pafres, su familia y la sociedad; es por irrespeto que se  forma el caos, se crean problemas y se hace desorden; con irrespeto se han traspasado los límites de lo bueno, lo justo y lo recto, todo eso es una frontal violación a los principios y mandatos de Dios, El SEÑOR todopoderoso dice: los hijos honran a sus padres, y los criados respetan a sus amos. Pues si YO SOY el Padre de ustedes, ¿por qué ustedes no me honran? Si YO SOY su amo, ¿por qué no me respetan? Ustedes me desprecian, y dicen todavía: ¿en qué te hemos irrespetado? Malaquías 1:6.

Como pueblo de Dios debemos rescatar el principio del respeto, aprenderlo, examinarnos, arrepentirnos y volver en obediencia al SEÑOR, pues de lo contrario nadie será justificado, debemos considerar que todos somos dignos de respeto para dar a cada uno su lugar de honor correspondiente según su puesto de autoridad. Para que haya respeto, debemos empezar a respetarnos a nosotros mismos, dignificando nuestro cuerpo, cuidando la manera de expresarnos, tratando educadamente a los demás, ayudando a los ancianos, cuidando de los niños, siendo ejemplo, amando a todos sin excepción y refiriéndonos a Dios con reverencia, amando aún a los enemigos, algo que solo lo podemos lograr con la ayuda del Espíritu Santo, así que, Honra a tu padre y a tu madre; y además, ama a tu prójimo como a ti mismo, Mateo 19:19.

Honrar es alto sentido de consideración con relación al rango, la dignidad y la posición de gobierno que ocupa una persona que nos infunde cierto grado de temor, reverencia, recelo, acatamiento y sumisión en obediencia. Por lo tanto, faltar al respeto a alguna autoridad es carencia de todo lo anterior, sea entre cónyuges, de padres a hijos, de hijos a padres, frente a los superiores en la escuela en el trabajo, o frente a las autoridades competentes, Pero si se porta mal, entonces sí debes tener miedo: porque no en vano la autoridad lleva la espada, ya que está al servicio de Dios para dar su merecido al que hace lo malo, Romanos 13:4.

Los padres no pueden perder de vista los límites del castigo y la disciplina como Dios lo ordena, lo cual debe hacerse sobria, serena, amorosa y respetuosamente sin causar daños físicos ni morales a los hijos que deben corregirse desde temprana edad. Los padres como modelo de autoridad, debemos enseñar a los hijos el amor y el temor a Dios, para que ellos aprendan a ver a su Creador como Padre, para que respeten a los maestros de la escuela, los servidores de la iglesia, y las autoridades civiles. A la luz de la Palabra, el respeto a la autoridad y la obediencia a las leyes es un principio que beneficiará la paz interior, las buenas relaciones, la organización y el orden en todo lugar. Todos deben someterse a las personas que ejercen la autoridad. Porque toda autoridad proviene de Dios, y las que existen han sido puestas por Él, Romanos 12:1.

La autoridad que reciben los padres de parte de Dios, viene acompañada de responsabilidad para educar e instruir a los hijos en todo lo bueno, todo lo honesto, todo lo recto, todo lo puro y todo lo que es de buena conducta; esa autoridad se relaciona con el hecho de ser un modelo que fundamente y estimule el buen comportamiento y el crecimiento personal adecuado con don de gente civilizada, lo cual incluye, permisos y prohibiciones dentro de situaciones que tengan el objetivo de hacerlos crecer rodeados de bienestar emocional, espiritual y mental para vivir en comunidad, todo buen padre corrige a su hijo, Hebreos 12:7. El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de la reprensión, Proverbios 13:1.

El principio de Respeto en el quinto mandamiento pone límites entre la autoridad divina y la autoridad civil dando al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios, no niega la autoridad, sino que la afirma para que sea respetada y acatada. Así mismo, ustedes los más jóvenes, estén sujetos a los mayores; y todos, revístanse de humildad en su trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes, 1 Pedro 5:5. Amén.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.





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