LECCIÓN #15. OFRENDA QUE HUMILLA EL CUERPO, PURIFICA
EL ALMA Y ELEVA EL ESPÍRITU
El ayuno que YO escogí, es que desaten las ligaduras de impiedad, que
suelten las cargas de opresión, y dejen libres a los quebrantados, y que rompan
todo yugo? Isaías 58:6-9.
Aunque ya se haya hablado mucho acerca del ayuno, es importante recordarlo en un estudio de discipulado
porque algunos creyentes olvidan este precepto de ofrenda a Dios y que forma parte de
un corazón que ama a Cristo y depende del Creador para obedecer y complacer el corazón del Abba Padre en algo que se abandona y se deja de lado para buscar intimidad con el Señor. El ayuno nos hace crecer espiritualmente, nos fortalece la fe y nos provee un tiempo para humillarnos ante
la majestad de Dios buscando morir a nosotros mismos, santificarnos, obtener liberación de ataduras para ser sanos desde adentro. 1 Samuel 7:6,
2 Samuel 12:16- 22, Ester 4:16, Joel 2:12-15.
Aunque el ayuno de por sí no alcanza la justicia de Dios como bien lo dijo
Cristo, los creyentes nos beneficiamos al ayunar.
Literalmente el
ayuno es privarse total o parcialmente de alimentos, bebidas, actitudes y hábitos, abandonando formas de vida cotidiana durante un periodo de tiempo con el
propósito de estrechar nuestra relación con Dios; ayunar es un firme
propósito de sujeción y dependencia al señorío de Dios para humillar el cuerpo, purificar el
alma y elevar el espíritu en busca del oportuno socorro, en el poder y dirección de
Dios, para seguir sus instrucciones, y llenarnos de su presencia en un tiempo especial apartado solo para Él.
En el AT el ayuno era una exigencia mosaica
para el día de expiación con abstinencia de alimentos por
orden divina, con el propósito de afligir el alma, buscar quietud y reposo
para limpieza de pecado y consagración a Dios. Levítico 16:29-31, 23:27–32.
Las Escrituras nos narran diferentes situaciones y ocasiones
cuando Israel tuvo que ayunar en momentos de crisis nacional, 2 Crónicas 20:3 y de crisis
personal, 2 Samuel 12:16-17. El ayuno se
incluyó en la fiesta de Purim para la liberación de Israel cuando Ester arriesgó
su vida presentándose ante el rey para salvar al pueblo judío del primer
holocausto, Ester 4:1–3,15-17.
En el AT el ayuno tenía dos propósitos: El primero, era
humillarse ante Dios pidiéndo ayuda y perdón por los pecados y evitar el
juicio de la ira de Dios cuando su paciencia llegaba al límite y anunciaba el castigo, así se evitaba la
muerte. No importa cuán grande pueda ser el pecado, Dios siempre ha perdonado
cuando encuentra un corazón arrepentido y un alma humillada, y aunque en Cristo ya hemos
sido perdonados y salvados necesitamos ayunar hasta que el Esposo vuelva.
El ayuno del AT se acompañaba rasgando los vestidos,
rapándose la cabeza, postrados en tierra y echándose ceniza y polvo sobre el
cuerpo. Dios les perdonaba el pecado y concedía en muchos casos la vida, pero
las consecuencias quedaban como sucede hoy, Jueces 20, lo cual se ha vuelto religiosidad y apariencia, por eso Jesús advirtió: Pero tú cuando ayunes, arréglate bien, péinate y lava
tu rostro Mateo 6:16.
El segundo propósito del ayuno era una forma de duelo y luto como una muestra de
tristeza y dolor por la muerte de un familiar, pariente o amigo. Cuando los de Jabes
de Galaad se enteraron lo que habían hecho los filisteos con Saúl, ayunaron
siete días. Todos los hombres valientes se levantaron y caminaron toda aquella
noche, bajaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro; allí los
incineraron y tomaron sus huesos para llevarlos de Bet-sán de Jabes
sepultándolos debajo de un árbol, 1 Samuel 31:11-13. David también ayunó en señal de duelo al
enterarse de la muerte del rey Saúl y su hijo Jonatán, “Entonces David, tirando
de sus vestidos, los rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.
Lloraron, se lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por su hijo
Jonatán, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a
filo de espada.” 2 Samuel 1:11-12. (BPT).
Daniel ofreció ayuno pidiendo perdón por su pueblo y buscando respuesta del cielo para la restauración de Jerusalén, Daniel 9. Cuando
hubo devastación de la tierra hebrea por causa de las langostas, el profeta
proclamó ayuno, convocó asamblea, congregó a los ancianos y a todos los
moradores de la tierra en la casa de YHWH pidiendo ayuda y liberación de la plaga. Durante el
ayuno hubo reflexión y exhortación al pueblo para que se volvieran a Dios de todo corazón y se les ordenó
tocar instrumentos. Joel 1:13-14.
También los hombres de Nínive que creyeron a Dios por el mensaje de Jonás se
arrepintieron, proclamaron ayuno desde el mayor hasta el más pequeño, se
vistieron con ropas ásperas e incluyeron a sus animales en el ayuno para hallar misericordia del Creador y evitar la destrucción. Cuando el rey de Nínive
oyó que iban a ser destruidos, se levantó de su silla, se despojó de su vestido
real, se cubrió con ropas ásperas y se sentó sobre ceniza como una forma de
mostrar arrepentimiento y solicitud de piedad a Dios para que no los destruyera
por su maldad, Jonás 3:5-10.
El ayuno es un asunto entre el que ayuna y Dios, pues el ayuno es acercamiento a Dios y no al público. El señor
Jesús no abolió el ayuno sino que dio instrucciones acerca de cómo se debe
ayunar para ser aceptados por Dios, Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu
rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público,
Mateo 6:16-28.
El ayuno es para personas convertidas y nacidas de
nuevo y tiene muchos propósitos: se ayuna para a) destruir ligaduras
de opresión, romper ataduras satánicas de actas y decretos de maldición contra nosotros debido a la iniquidad y el pecado consentido deseando ser libres de todo yugo
maligno y opresor, Isaías 58:6; b) El ayuno es un arma espiritual de guerra y fuente de liberación contra las maquinaciones y ataques de las
tinieblas; va acompañado de la palabra del Señor y la
oración de guerra para que ganemos batallas espirituales a favor personal, de la iglesia, la
nación y la tierra, 2 Corintios 10:4; c) También ayunamos para alegrarnos,
agradecer, recibir revelación, buscar fuerzas en la debilidad, tomar decisiones y acompañar la batalla espiritual en un acto liberador que derribe toda fuerza del enemigo que se haya levantado contra nosotros, Ester 4:16-17.
En cierta ocasión los discípulos de Jesús
estaban tratando de sacar el demonio de una persona y no pudieron, cuando Jesús
llegó les dijo “este género no sale sino con oración y ayuno”, Marcos
9:29, Él se refería al ayuno contra la incredulidad que muchas veces con solo oración no se obran milagros con un fe raquitica. Cristo dejó claro
que para echar fuera demonios hay que tener fe firme, estar limpios de pecado y depender de Dios; especialmente la liberación de espíritus malugnos requiere estar en ayuno, santidad, oración de clamor, ruego y humillación de la carne apartando ese tiempo para Dios.
Por lo tanto el ayuno es una ofrenda de confianza en Dios sometiéndonos a su
gobierno, elevando nuestro espíritu en adoración.
El concepto de ayuno del AT es para hoy el mismo, pero ya no es un sacrificio, sino una ofrenda, porque Jesucristo ya realizó todo el sacrificio
por nuestros pecados y salvación eterna. El ayuno es para
edificación y crecimiento espiritual de todos los redimidos;, en la obtención de sabiduría
y autoridad espiritual, meditando en la Palabra. Cuando
ayunamos nos centramos con energía, alegría y atención en Dios para entender su
voluntad, encontrar nuevas fuerzas y respuestas, asi como presentar necesidades que sólo un milagro las puede solucionar. El ayuno
es para la persona de fe una forma de unirse a Dios en espíritu, alma y cuerpo crucificando el yo y llenarnos del Santo Espíritu.
El ayuno no es una opción, es un mandato que el
Señor Jesús estableció cuando dijo: “Vendrán días cuando el esposo les será
quitado, entonces ayunarán.” Mateo 9: 14-15. Ayunar no es para buscar nuestros propios gustos, el ayuno que Dios quiere
de nosotros no es una obra externa sino interna, algo que nazca de un corazón
verdaderamente necesitado de Dios, obediente a los mandamientos, temeroso de Él
y que ama las almas.
En Isaías 58:6-12 Dios declara ¿Cuál es
el ayuno que a Él pide de nosotros. Léalo cuidadosamente y medite en ello. Ese
es el ayuno verdadero escogido por Dios. NO para los apetitos elementales de la
vida, sino para apartarnos y consangrarnos para Él y por bien de todos. Esto significa que el ayuno
es mucho más que un simple dejar de comer o posponer la comida y los hábitos. Es reemplazar
el alimento material por el alimento espiritual a favor de muchos. Jesús
aprobó el ayuno pero hizo serias advertencias sobre su práctica errada. Dios no
aprueba la exageración ni la hipocresía en el ayuno; eso es propio de gente
religiosa y poco espiritual. El Señor anhela que se ayune para Él
y delante de Él, no aparentando falsa piedad, Mateo 6.16–18; 9.14–17.
Existen muchas maneras de ayunar privándose temporalmente de deleites,
deseos y gustos, con el fin de satisfacer el corazón de Dios y negarnos a nosotros mismos, 1 Corintios 7:1-5. Se
puede ayunar un desayuno, la tan preciada taza de café, un programa de
televisión o un pasatiempo favorito apartando ese tiempo para la oración, el estudio
de la Palabra y la comunión con Dios, con el propósito de ayudar al prójimo en sus necesidades, un ayuno
bilateral íntimo de los esposos para apartar tiempo en la oración para la edificación de la familia y sustento del hogar
Nuestro ayuno es aceptable ante Dios cuando va unido a
las buenas relaciones con quienes nos rodean, teniendo compasión unos por
otros, compartiendo el pan con el hambriento, dando ropa al desnudo y
utilizando nuestra boca para bendecir, así el ayuno resultará cosa agradable
delante de Dios.
El ayuno en nuestras fuerzas y por largos períodos de tiempo sin comer
es nocivo para la salud. La intención del ayuno no es castigar el cuerpo ni
enfermarse, sino enfocarse en Dios por una necesidad específica, matando el yo y avivando nuestro espíritu. El ayuno tampoco debe ser considerado como una forma de
dieta para perder peso, sino para ganar una relación más profunda con el Señor.
Aunque muchos puedan ayunar, no todos están en condiciones de abstenerse de
alimento como sucede con los ancianos y los niños, las embarazadas, los enfermos o por recomendaciones de un experto, pero todos pueden abstenerse
temporalmente de algo para apartar tiempo y oír a Cristo hablar.
Ayunar nos permite quitar los ojos de las cosas de este mundo para
enfocarnos en las celestiales. El ayuno no es para manipular a Dios y que Él
haga lo que deseamos, es más bien para nuestra purificación y edificación, no para parecer más espirituales que otros, se trata de alcanzar una humilde
espiritualidad para
permitir que Dios forme nuestro carácter, nos prepare, fortalezca nuestra fe, seamos libres, obtengamos vida abundante y Dios sea glorificado.
Cristo enseñó la necesidad de ayunar para cierta clase de
liberación en caso de posesión demoniaca, Mateo 9:29 y Mateo 17:20. Pablo
después de creer en Jesucristo y mientras esperaba en Dios para recibir sus
instrucciones ayunó durante tres días como una manifestación de arrepentimiento
por haber perseguido y matado a muchos fieles de la Iglesia primitiva, Hechos 9:9. Es necesario ayunar cuando haya una necesidad grave
que requiera la intervención divina en un milagro, para que haya un gran despertar
espiritual y se conviertan las almas, también cuando hay peligro de muerte en una
familia o una nación, también para liberación de brujería o cuando algo nos
esté robando nuestro avance integral y espiritual, etc.
Así como el ayuno es privación de alimentos, nuestra
alma puede y debe privarse de cosas que no agradan a Dios, por eso Dios
manifestó la clase de ayuno que le gusta a Él en Isaías 58:5-7, podemos
decir lo que implica el ayuno que bendice y edifica, según este texto:
Ayuna la envidia y el juzgar a otros y descubre a Cristo que vive en
ellos.
Ayuna palabras despectivas e hirientes, llénate de frases sanadoras y liberadoras.
Ayuna la queja y el descontento, expresa tu gratitud a Dios, a la vida.
Ayuna la ira y el enojo, llénate de paciencia, amor y sabiduría.
Ayuna el pesimismo de ti, satúrate de esperanza y fe en la palabra de Dios.
Ayuna las preocupaciones, párate firme confiando en Dios y abandonate en sus brazos.
Ayuna la arrogancia, la soberbia y autosuficiencia para someterte a Dios y depender de Él..
Ayuna de añorar lo que pudo haber sido y no fue, demuestra aprecio por lo que
tienes.
Ayuna de presiones, rodéate de la oración que no cesa para ver milagros.
Ayuna la amargura, provee perdón, ternura y reconciliación.
Ayuna la autocompasión y el darte demasiada importancia, expresa bondad y
amor por otros.
Ayuna la ansiedad y el descontento, comprométete a servir y
alcanzar almas para Cristo.
Ayuna el desaliento, afirma tu fe y tus fuerzas en Cristo para entrar en su
reposo.
Ayuna de
todo lo que te separe de Dios y te estorbe el crecimiento en el Reino, rodéate
de todo lo que te acerque a Dios y estrecha tu amistad y comunión con Él.
El Ayuno que Dios ha escogido es que acaben con toda
injusticia, que compartan el pan, que den refugio al desplazado y al
extranjero, y que se ayude a todo el que lo requiera. El ayuno nos da poder para las bendiciones del
Reino poseer.
Si Jesucristo siendo Dios murió por mí, entonces ningún sacrificio que
yo haga por Él o para Él puede ser demasiado grande. -C.T.Studd.
REFUERZO 15- OFRENDA QUE HUMILLA EL CUERPO, PURIFICA EL ALMA Y
ELEVA EL ESPÍRITU
1. Con sus
propias palabras describa qué es el ayuno bíblico
2. ¿Qué es el ayuno según los siguientes versículos?
1 Pedro 5:6 y Salmos 35:13.
3. ¿Qué buscamos mediante el ayuno? Esdras 8:21-23.
4. ¿Qué hizo Josafat en tiempo de conflicto? 2
Crónicas 20:2-4; y cuál fue la respuesta divina. 2 Crónicas 20:17-24.
5. Lea Joel
2: 12-19 y resuma el proceso que Dios enseñó al pueblo de Israel con relación
al
Ayuno, y ¿cuál es el resultado?
6. Cuando ayunamos ¿que recibimos de Dios? Efesios
3:20.
7. ¿Cuál fue
la convocatoria que hizo Ester a su pueblo, y por qué lo hizo? Ester 4:15-17
8. ¿Cuál fue la respuesta a esa convocatoria? Ester
5:3.
9. Según Éxodo 34:28 ¿qué fue lo que hizo Moisés?
10. ¿Qué enseña
Jesús con relación al ayuno, y cuál es la recompensa? Mateo 6:16-18.
11 ¿Qué propósito y qué beneficio tiene el ayuno
para el cristiano? Hechos 13:2-3.
12 ¿Cuál es el resultado de ayunar como Dios lo
enseña? Isaías 58:6-12.
13. ¿Para
qué ayunó el profeta en Nehemías 1: 3-4?
13. ¿Cuál era la condición física de Jesús después
de haber ayunado? Mateo 4:2.
15. ¿Qué hizo el sacerdote Esdras por la protección y restauración de Israel?
Esdras
8:21-23.
16. ¿En qué momento convocó Josafat al pueblo
a ayunar? 2 Crónicas 20: 1-4.
17. Una razón por la cual se ayuna es por
arrepentimiento y confesión de pecados. Escriba
Job 2:12.
18. El pueblo de Nínive creyó las palabras del
Profeta Jonás y ¿qué hizo? Jonás 3:5.
19. Jesús ayunó por
cuarenta antes de enfrentarse a quién y a qué? Lucas 4:1-2.
20. ¿Cómo servía a Dios la profetiza Ana? Lucas 2: 36-38.
21. Habiendo fallado los discípulos en su intento de
echar fuera el demonio de un muchacho,
¿qué les dijo Jesús que hicieran? Marcos 9:29.
22. ¿Cómo
entendió la Iglesia de Antioquía que Dios había apartado a Pablo y Bernabé
para la obra con los gentiles? Hechos 13:2.
23. ¿Qué hicieron los profetas y maestros en la iglesia de
Antioquia, antes de apartar a
Bernabé y a Saulo para la obra de
evangelización? Hechos 13:1-3.
24. El ayuno
no es un sacrificio, es una ofrenda que nos prepara para recibir revelación
De Dios. Comente con sus propias palabras
Éxodo 34:28.
25. El Ayuno
es una forma de mostrar tristeza por el pecado o humildad ante Dios. Quienes
hicieron eso en Nehemías 9:1 y Salmos 35:13.
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