LA BATALLA
QUE ENFRENTAN
LOS SOLDADOS DEL REINO
Es una continua batalla Espiritual
Pero Cristo ya ganó.
Porque no tenemos lucha
contra sangre ni carne, sino contra principados, contra potestades, contra
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12.
Y
tomen el yelmo de salvación, y la espada del espíritu, que es la palabra de
Dios; oren en todo tiempo con oración y súplica en el Espíritu, y velen en ello
con toda perseverancia y súplica por todos los santos, Efesios 6:17-18.
Sométanse, pues a Dios,
resistan al diablo y huirá de ustedes, Santiago 4:7.
Pablo le habla a Timoteo en
términos militares para decirle que debe ser un buen soldado de Cristo, “porque
ninguno que milita, se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a
Aquél que lo tomó por soldado,” 2
Timoteo 2: 1-4. En el libro de Efesios
Pablo enseña que libramos una guerra a muerte contra
un reino muy bien organizado, poblado de seres espirituales rebeldes y
malvados, cuyo centro de operaciones se encuentra en lugares celestes que son
los aires. Efesios 6:12.
La guerra espiritual es el conflicto eterno entre dos reinos: el Reino de la luz y el de las tinieblas, esa guerra ya Jesucristo la ganó; a nosotros como pueblo del Altísimo, nos corresponde estar firmes en una continua batalla de la fe y lucha espiritual que involucra a
todos los creyentes, y que empezó cuando Adán cedió su señorío real de autoridad y dominio a Satanás quien desde entonces
reclama ser amo del mundo, debido a que la desobediencia pecaminosa del hombre le facilitó todo lo que ello conlleva, convirtiendo al adversario en el príncipe
de este mundo, Lucas 4:5-6.
Esto es la lucha de los siglos, una eterna batalla de fe para mantener a raya los poderes del infierno; Dios y el adversario en dos filas diferentes en batalla por el bien y el mal, dos reinos enfrentados, cada uno con su ejército, una lucha que toma
lugar en el mundo invisible de lo espiritual, imposible al ojo humamo, pero real y palpable en los eventos y acciones del mundo; es una batalla sin cuartel entre dos ejércitos muy bien estructurados y
organizados, en el Reino de justicia de Dios y el imperio tirano de Satanás. En el Edén Dios
decretó la enemistad eterna entre la simiente de la serpiente y la Simiente de la
mujer Génesis 3:15. A causa de esto la lucha se convirtió en ley de vida y supervivencia para la raza
humana, 2 Corintios 10:3-4.
Nuestra lucha es en el poder del Espiritu Santo y la palabra de Dios andando en santidad para que tenga poder y acción bajo la dirección del Padre, con la victoria de Cristo a favor de su pueblo porque el enemigo no acepta su derrota y debemos estar orando,
ayunando, y adorando en la comunión con Dios, pues somos de su Reino y estamos sentados en lugares celestiales junto con Cristo, para enfrentar las artimañas del cruel y no darle tregua a sus fuerzas malignas.
Tenemos que luchar para defender y conquistar vidas y naciones con el evangelio como Dios lo ha ordenado, porque somos pueblo de reyes y sacerdotes; el enemigo es territorial, nosotros estamos puestos para conquistar lo que le pertenece al Creador desde antes de la fundación del mundo: territorios, finanzas, familias, relaciones y todo lo
bueno que viene del Creador, Romanos 13:12-14.
La inexpugnable
victoria que obtuvo el Cordero de Dios en la cruz, ha dejado al diablo herido de odio no solo con Dios, sino contra la humanidad, por eso supura venganza y división con gran engaño y múltiples artimañas. Satanás anda a la expectativa de perturbar y torcer la
obra acabada por el Salvador, 1 Pedro 5:8. Los dardos de fuego del maligno hacen blanco entre los miembros del cuerpo de Cristo con la mentira y la tentación que ofrece el mundo con toda clase de mal a manera de deleites, queriendo ampliar su radio de acción y ubicación para destruir y matar desde el segundo cielo y las profundidas de la tierra; es por eso que debemos permanecer alertas, en pie de lucha y ligados al corazón del SEÑOR, para enfrentar la vida con fe y pureza, vistiendo toda la armadura de Dios, Zacarias 4:6.
La batalla espiritual no es para tener miedo, ni ponerse nerviosos perdiendo la paz; aunque nos enfrentemos cada día con una personalidad siniestra, cruel y astuta
que se opone a Dios y a su divino propósito somos valientes soldados del Dios vivo; los espíritus malos a la cabeza
del diablo, sin importar cuál sea su rango o su nombre, deben obedecer y
retroceder ante el nombre de Jesucristo y la santidad del pueblo santo del Altísimo. 2 Timoteo 2:3-4.
La buena noticia es que todo hijo de Dios tiene autoridad para resistir y pisotear la cabeza del enemigo en el nombre de Cristo y por su sangre derramada en el calvario que nos limpia y es señal de redención en nuestra frente para protegernos y cubrirnos del ataque de las tinieblas: ¡Atamos al hombre fuerte en el poderoso nombre de Jesucristo de Nazareth, hollamos, arrancamos, derribamos, destruimos y arruinamos todo poder maligno, ordenándole al mentiroso que
calle, salga, y nunca más vuelva!. He aquí les doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda
fuerza del enemigo, y nada los dañará. Lucas 10:19 y Jeremías 1:10.
La batalla espiritual es una pelea frontal y una lucha abierta contra las fuerzas del mal hasta que Cristo regrese; la palabra de fe nos da la
certeza y la confianza de victoria, porque mayor es el que está en los cristianos que el que
está en el mundo, En Dios haremos proezas, y
Él hollará a nuestros adversarios, Salmos 60:12. Por eso para estar en batalla hay que tener carácter y vivir en la dimensión del Espíritu; los soldados no abundan, se forman en Cristo, son gente llamada por Dios porque Él conoce
todo el potencial de su pueblo y las armas que puso en nuestras manos. Desde los días de
Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los
valientes lo arrebatan. Mateo 11:12
Hay
una violencia que no daña al hombre, una violencia que bendice, una violencia
que hace bien, una violencia que es necesaria: es la valentia, pie de fuerza y gallardía de un soldado contra las fuerzas del usurpador; soldados que militan en el Reino de Cristo y se mueven con el Capitan al frentevy el Varón de guerra dirigiendo con el fuego del Espíritu; es Dios quien nos capacita y nos da el poder para vencer en Cristo. Tenemos espíritu de valentia y de dominio propio, no somos cobardes, 2 Timoteo 1:7. Es necesario que el ejército del Alto y Sublime esté firme y arraigado en la fe de Jesucristo con las armas de Dios y alimentados bíblicamente para saber batallar a la manera del Varón de guerra y su Manual, y NO ser atrincherados ni destruidos por falta de conocimiento, Oseas 4:6; el Eterno nos entrena cada día al permitirnos pruebas, pérdidas y diversidad de problemas, donde debemos luchar contra las tinieblas y el mundo. Romanos 13:12-14.
Una de las
áreas en las cuales un cristiano es derrotado, es la falta de conocimiento
en lo espiritual. Hay dos errores cuando se habla de batalla espiritual: culpar al pecado, al conflicto, a la gente y al problema, porque todo tiene un origen espiritual y en muchos casos los
demonios deben ser identificados con discernimiento, sabiduría y palabra de ciencia de parte de Dios para poder ser expulsados. La clave para el éxito en esta lucha espiritual es movernos bíblicamente. Jesús llamó a sus discípulos, y les dio autoridad
para expulsar a los espíritus inmundos, y para curar toda clase de enfermedades
y dolencias. Mateo 10: 1.
Toda la Biblia habla
en términos de guerra, es por eso que el lenguaje militar se encuentra desde
Génesis hasta Apocalipsis. En Éxodo 17:8-16 el pueblo de Israel salia a pelear contra su
enemigo Amalec. Cuando la vara de Moisés que era la vara de la autoridad dada por Dios fue usada en su mano, se manifestó el poder divino. La primera vez se
convirtió en culebra, Éxodo 4:3; luego con las manos levantadas de Moisés el
pueblo prevaleció contra el enemigo. Hoy la vara de Moisés en el cristiano está
representada por la autoridad que nos da el nombre de Cristo, y el poder de la palabra biblica confesada en oración y proféticamente; las manos levantadas de Moisés están representadas en la adoración, la alabanza y la fe, con unción y guía del Espíritu Santo como nos enseña, 2 Crónicas 20 y 1 Samuel 10:12, es un trabajo organizado, ordenado y de equipo.
Las armas de
nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas, 2 Corintios 10:4. Se trata del poder de Dios obrando en la fe de sus hijos; nosotros nos enfrentamos espiritualmente, nos entrenamos con la vida diaria, aprendemos con las luchas y el dolor, viviendo y confesando la Palabra de Dios para lanzar al
enemigo fuera mediante las promesas de bendición que son armas infalibles y efectivas en Dios contra el enemigo, 2 Samuel 10:19 e Isaías 55:11.
Nuestra batalla espiritual se pelea en diferentes escenarios y momentos como lo enseña Éxodo 17:9-10, el Monte Horeb era el
centro de la batalla, estaban Moisés y Josué con la
vara de Dios en la mano, enfrentando al
enemigo. El monte simboliza la oración y la adoración, y el centro de batalla
es la lucha espiritual. La batalla más fuerte de Jesús fue en el monte de
Getsemaní, allí selló la victoria de su guerra ganada en el Calvario y la tumba vacía. Juan 16:33.
Muchas veces
Dios nos manda a derribar cabezas de gigantes, pero en otras nos manda a ponernos de
rodillas; la iglesia necesita gente que esté en el lugar indicado, ya sea el
campo de batalla o en la cumbre del monte, para ganar haciendo la voluntad del Padre y siguiendo el ejemplo de Jesús: “Padre si quieres pasa de mí
esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Mateo 26:39. Jesús estaba triste, le fallaban las fuerzas, Él peleaba la guerra de los siglos con gran angustia, pero la oración del Getsemaní le dio el poder y fuerza en la voluntad del Padre, lo necesario para vencer en el Calvario y dejar el sepulcro vacío. Zacarías 4:6.
El NT nos
enseña que la protección en la lucha está en la armadura de Dios. Efesios 6:11, y la palabra de
Dios que es como espada de doble filo, nos guarda y defiende y ataca y destruye al adversario, Efesios 6:17, también es como fuego y como martillo que rompe la roca, Jeremías 23:29. Los ataques de Satanás son violentos dardos que el fuego santo de Dios consume y deja hecho cenizas. La
fe es el escudo, y a los cristianos se nos dijo que pelearamos la buena batalla de la fe. 1 Timoteo 6:12. Así como el diablo no tiene piedad de nada ni de nadie, también como cristianos debemos ir con todo el poder de Dios y las armas de guerra espirituales para atacar al diablo y deshacer sus artimañas. Por eso debemos ir contra la manipulacion del mundo, la enfermedad, el engaño y contra todo ataque maligno. Todo lo bueno que sucede en
la tierra y a nuestro favor, es porque muchos soldados de Dios lo provocan en su batalla espiritual y cotidiana. Apocalipsis 12:11-13.
Es apremiante hoy pelear y provocar el
mover del poder de Dios contra las fuerzas del mal a través de nuestra acción bélica espiritual, con vidas santas y consagradas que se mantienen de pie en la cumbre del monte y la fe en acción, esto asegurará nuestra victoria, porque la fe sin obras es muerta. A medida que el final de los tiempos se aproxima, se hace URGENTE que los creyentes entiendamos la importancia de la batalla, la lucha, la contienda y lid espiritual que enfrentamos y que se agudiza cada día. El Apóstol Pablo lo advirtió: Debes saber también que en los
últimos días, antes que llegue el fin del mundo, la gente enfrentará
muchas dificultades. 2 Timoteo 3:1.
Debemos estar preparados y en pie de lucha para tiempos finales duros y difíciles. El énfasis debe
estar puesto en las estrategias de la confrontación espiritual según la Biblia, porque nuestra vida
cristiana es la guerra ganada por el Campeón y Coloso del Calvario pero en nosotros continuan batallas diarias. Entre más pronto lo reconozcamos, nos
preparemos y actuemos, más pronto experimentaremos el triunfo de la cruz. Jesús advirtió de la preparación para este enfrentamiento. ¿Qué hace un
rey que sólo tiene diez mil soldados, para defenderse del otro rey que lo va a
atacar con veinte mil? Primero tendrá que ver si puede ganar la batalla con
solo diez mil soldados. Y si ve que no puede ganar, aprovecha que el otro rey
todavía está lejos y manda mensajeros a pedir la paz.” Lucas 14:31
En el mundo militar, “la estrategia y la preparación” son la clave
para sacar adelante operaciones y acciones ofensivas para no estar a la defensiva. Es el
método de un plan con tácticas y técnicas que lleven a la conquista. Cuando nacemos de nuevo, empezamos a recibir entrenamiento en el discípulado para ser buenos soldados del
ejército del Cristo y perseverar en la línea de batalla, estar alertas al ataque y avanzar contra las fuerzas del mal, por eso necesitamos conocer al enemigo, identificar su territorio y sus
maquinaciones, también estar atentos a la voz del Comandante en Jefe y conocer muy bien las estrategias e instrucciones del Varón de guerra, 2 Crónicas 20 y 2 Timoteo 2:3.
Durante una
invasión en el mundo natural, el ejército entra a la zona de combate para
derrotar a sus enemigos y reclamar el territorio, de igual modo, para ser efectivos en la lucha espiritual hay que entrar a batallar en las zonas de combate de la mente, la lengua, los
muros espirituales, los lugares altos y
el territorio estratégico, 2 Corintios 10:3-5.
Gracias
a Dios por Jesucristo y su sacrificio en la cruz nuestra pelea está en una guerra ya
ganada, lo cual nos proporciona paz y tranquilidad en medio de los violentos
ataques del mal y sus secuaces Colosenses 2:14-24.
El enemigo actúa sutilmente para robar, matar
y destruir, por lo tanto el conflicto espiritual no solamente es echar fuera a los
demonios sino que requiere de los dones. Por lo tanto nuestra posicion de soldados en batalla espiritual debe ser entendida como algo más allá de las fuerzas o la
inteligencia humana, porque en estado natural de pecado no se entiende la
espiritualidad y mucho menos se puede enfrentar la lid. Pero el
hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son
necedad, y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. 1
Corintios 2:14
En 1 Reyes 6 narra la historia de
una batalla natural en la cual tropas enemigas de Siria rodearon el pequeño
pueblo de Dotán donde estaba el profeta Eliseo. Cuando Giezi, el siervo de
Eliseo vio el gran ejército enemigo sintió miedo, entonces Eliseo oró para que
Dios abriera los ojos espirituales de Giezi y pudiera ver las huestes de Dios que protegían. Así Giezi pudo confirmar con sus ojos
naturales que las fuerzas espirituales e invisibles del Altísimo son superiores y permanecen alineadas a nuestro favor en esta batalla de la vida de fe. 1 Corintios 16:13.
Esta historia es
similar a las condiciones espirituales de la iglesia. Algunos como Eliseo
ven claramente el reino espiritual, saben que hay un conflicto y que está
ocurriendo, identifican al enemigo, y reconocen las grandeza del poderio de
Dios que nos asegura ganar el combate. Pero hay otros como Giezi, que con un poco
de aliento podrían abrir sus ojos espirituales para no replegarse sino
enfrentar al enemigo sin miedo. Lamentablemente, muchos siguen durmiendo espiritualmente, ellos
no saben que el enemigo los ha rodeado y está posicionado atacándolos y por eso
viven derrotados y no avanzan, no entienden que, el mundo entero está
bajo el control del maligno, 1 Juan 5:19.
El reino de las
tinieblas lo componen el diablo, principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, huestes
espirituales de maldad con su hombre fuerte, que está en todos los humanos malvados y poseídos por satanás, debido a su pecado y rebelión contra Dios y rechazo a su Palabra y su Salvador. Éstos malvados, unidos al mundo y la
carne, son las fuerzas malignas que se empeñan en hacer lo malo y sembrar muerte. Para
enfrentarlos y vencerlos se requieren armas de guerra, estrategias, técnicas y tácticas de batalla dadas por Dios, con cristianos valientes llenos del Espiritu, sometidos al
señorío de Cristo, y blandiendo la espada del Espíritu. Josué 1:9 y 10:25.
Debemos Someternos a Dios, Resistir al diablo y huirá de nosotros. Santiago 4:7; consideremos seriamente el tema del conflicto espiritual, sus demonios o ángeles caídos que son invasores, tiranos y usurpadores indeseables y peligrosos. Esos ladrones y asesinos ilegalmente entran si se abren puertan, a hurtadillas se apoderan de nuestro espacio y nos roban la vida y la libertad que Cristo conquistó; el diablo no tiene derecho legal sobre un hijo de Dios que ha sido lavado y comprado por la
sangre preciosa de Jesucristo y cuya vida es íntegra. Ningún demonio puede quedarse cuando un hijo de
Dios determina seriamente andar con pureza de corazón, el enemigo se tendrá que ir y desalojar cuando un hijo de Dios se preocupa por
mantener su salvacion, liberación y comunión con el SEÑOR. Mateo 12: 43-44.
El Reino de Dios
existe individualmente dentro de cada hombre, mujer e infante que haya hecho
a Jesús el Rey de su vida, y aunque Jesucristo despojó a Satanás
de todo derecho, triunfando sobre él en
la cruz, mientras que Cristo regresa por Segunda vez, tendremos que luchar contra ese enemigo que no se da por vencido y sigue tratando
de llevarse a muchos al infierno, son esas almas las que deben arrebatarse de
las garras del maligno a través de la batalla espiritual y la predicación del
Evangelio para que se conviertan y conozcan al Salvador. 1 Timoteo 6:12.
La actual posición de Satanás en las vidas de los cristianos está
definida: está bajo nuestros pies. Efesios 1:20-23, ese
poder y esa autoridad son visibles, Filipenses 2:9-1. Satanás no tiene injerencia sobre
la vida de los santos. Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron su vida hasta la muerte, Apocalipsis 12:11.
Satanás se disfraza como ángel de luz engañando, mintiendo y poniendo trampas, 2 Corintios 11:14; él es el acusador contra los redimidos, nos desanima, nos atemoriza, nos intimida, manipula y hace caer en pecado para alejar a
la gente de Dios, Marcos
4:15. Lo hace tanto con el incrédulo como con los creyentes
activos. Siembra dudas, discordias, hipocresía, religiosidad, idolatría, apatía, frialdad, tibieza, sueño, desviaciones doctrinales, rebeldía, legalismo, falsas doctrinas y
divisiones, entre otras; satanás ataca los puntos débiles de cada persona
atormentando con acusaciones y culpa de pecados pasados, ese enemigo aprovecha la ignorancia de
la gente haciéndoles creer que él no existe. La realidad es que hay un un conflicto eterno y una lucha espiritual no sólo en el mundo sino contra ti, contra mi y contra la iglesia. Para estar firmes debemos
tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Conocer quiénes somos en Dios.
1 Juan 4:4
- Conocer a Jesucristo y su obra redentora, 1 Juan 5:18
- Saber que Dios nos ha dado autoridad para echar fuera al adversario, Colosenses
- Saber quién es el enemigo, cómo opera y cuál es su posición. Mateo
4:4-1.
- Ser
conscientes que hay una
lucha espiritual constante. Efesios
6:11-12.
- Saber cómo vencer al enemigo y conocer nuestras
armas. Efesios 6 y Santiago 4:7
- Conocer nuestra posición e identidad en Cristo Efesios 2:4-6.
- Conocer bien la Palabra de Dios y tener claras sus promesas. Juan 8:32.
- Ser
responsables de una vida de sujeción y obediencia a Dios, Santiago 4:7.
- Ser llenos del Espíritu Santo, para ejercer los dones, especialmente el discernimiento. Efesios 5:18
-Resistir a satanás poniéndolo en su lugar, recordaándole su destino final. Apocalipsis 20:10.
-Estar informados de lo que sucede en el mundo
natural, 2 Corintios 2:11
- Esta lucha y esta victoria
está en los salvados hijos de Dios y discipulos de Cristo que se conservan santos, oran, interceden y hacen la guerra, Mateo 26:41.
La batalla espiritual apunta a que los propósitos de
Dios se realicen en las personas, en la Iglesia y el mundo entero. Pongámonos
en la brecha y hagamos vallado porque el tiempo se agota,. 2 Crónicas 32:7-8.
En la práctica, cada cristiano toma su posición siguiendo el ejemplo de Jesús. Marcos 16:17, declarándo: "escrito está”, y confiesa la
Palabra, Mateo 4:4. Así se
calla la voz de las tinieblas, el mundo y la carne, se ata, se anula, se arranca, se derriba y de destruye todo plan del enemigo. Mucho mejor si se nombran específicamente los espíritus
que operan en cada caso, Mateo
16:19, para finalmente echarlos fuera. Se afirma la libertad, la victoria y la bendición sobre la persona, lugares, situación o cosas contra toda influencia
maligna, sean fortalezas, maldiciones o cadenas, confesemos el señorío y gloria de
Cristo, finalmente se cierran puertas y se cancelan posibles retaliaciones
levantando muros de protección en el poderoso nombre del Hijo y Cordero de Dios. Se dan gracias a Dios, se adora y se alaba proclama palabra bíblica de victoria.
No quiero personas que vengan conmigo con privilegio alguno, en la
batalla se necesitan soldados que no teman a nada, Pere Dión.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y
servidora de su reino
REFUERZO 26- LA BATALLA QUE ENFRENTAN LOS SOLDADOS DE CRISTO
1. Cuando nos oponemos al enemigo, nos vemos envueltos en una
2. ¿Cuándo empezó la batalla espiritual para los seres humanos? Génesis 3:15.
3. ¿Cómo se describe la lucha espiritual en Efesios 6:12?
4. ¿Quién es objeto de ataque para Satanás?¿Cuáles son las palabras que usa Jesús para la lucha espiritual? Lucas 10:19.
5. ¿Cuántos reinos hay?
6. ¿Quién es el gran enemigo de Dios? Juan 8:44
7. ¿Contra quién es nuestra lucha? Efesios 6:12
8. ¿Cómo es un espíritu? Lucas 24:39
9. El conflicto espiritual es una batalla social entre el creyente y el mundo. Resuma con sus palabras Juan 15:18-27.
10. La lid espiritual es una batalla personal entre la carne y el espíritu. Descríbalo con sus propias palabras, Gálatas 5:16-26.
12 ¿Qué debemos tener en cuenta para la lucha espiritual? Efesios 6:10-18.
13. ¿Cómo se llama al enemigo en 1 Pedro 5: 8-9? 14. ¿Por qué debemos estar guerreando? Juan 10:10. 15. ¿Quiénes se enfrentan en la lucha final? Apocalipsis 12:7
16. ¿Cómo se le llama al ataque de Satanás? 2 Corintios 2:11
17. ¿Cómo se llama a los demonios en Mateo 13:38? 18. ¿Por qué no se puede ser neutral en esta lid? 19. ¿Dónde se lleva a cabo una guerra espiritual fuerte? Lucas 14:31
20. ¿Cómo se llama a la batalla espiritual en Mateo 11:12?
21. ¿Qué dice el SEÑOR que se debe hacer antes de ir a la batalla? Lucas 14:31
22. La tentación de Jesús fue una lucha espiritual, ¿cuál fue la forma de vencer a su enemigo? Lucas 4:4-14.
23. ¿Cuál es el propósito de la lucha espiritual? Lucas 4:18-19
24. ¿A quién se echa fuera en esta confrontación espiritual? Mateo 10:8
25. La santidad es fundamental para la victoria en la lucha espiritual ¿por qué? Hechos 19:16.
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