EL TESTIMONIO HABLA POR SÍ MISMO
Jesús
les dijo: Síganme, y YO los haré pescadores de hombres, Mateo 4:19.
Que su vida sea como
una luz que brilla delante de los hombres, para que viendo sus buenas acciones,
glorifiquen a su Padre que está en los cielos, Mateo 5:16
Honren
a Cristo como Señor en sus corazones. Estén siempre preparados para responder a
todo el que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen, 1 Pedro 3:15.
El testimonio
tiene poder y gran valor en la vida del cristiano, con él se abren o se cierran
puertas, se atrae o se aleja a la gente, con el testimonio mostramos a Cristo y
la clase de vida que se vive en el reino de Dios; el testimonio hace diferencia
entre los hijos de Dios y el mundo sin Cristo, nuestro estilo de vida y
comportamiento son lo que impacta a primera vista, Dios nos ha exhibido…como
a sentenciados a muerte; porque hemos venido a ser un espectáculo para el
mundo, tanto para los ángeles como para los hombres, 1 Corintios 4:9.
Muchos
no pueden ni dan testimonio, pero dicen ser creyentes, quizá no lo logran
porque tienen miedo, les da vergüenza, o simplemente porque no llevan una vida
que pueda reflejar a Cristo en sí mismos, La realidad es que es Dios quien nos
hace testimonios vivos santos, en una trabajo mancomunado de voluntades, Él nos
da su amor, su perdón y su salvación, nosotros nos disponemos de corazón y nos
comprometemos con Cristo para que nuestra vida pueda ser cambiada, Ustedes
no me escogieron a Mí, sino que YO los he escogido a ustedes y les he encargado
que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará
todo lo que le pidan en mi nombre, Juan 15:16.
Así
como el pez va a la carnada, la muerte y queda atrapado en el anzuelo, nuestro
testimonio limpio y resplandeciente es el que atrae a la gente y nosotros testificamos
de las promesas de Dios a ellos, es una buena estrategia para pescar y al mismo
teimpo evitar la condenación y la crítica; Cristo nos atrojo con su delicado
amor, y el Espíritu Santo nos capacita para ser como Jesús en pro de ser buenos
testimonios, Juan ha dado testimonio de la palabra
de Dios, y de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto, Apocalipsis 1:2.
Es con
el testimonio que hablamos, declaramos y mostramos qué clase de personas somos,
él es el que confirma la palabra que predicamos, el testimonio es la evidencia
de o que somos como hijos de Dios y ciudadanos del su reino. El testimonio nos
hace testigos de Cristo, la biblia lo llama embajadores, representantes del
reino de Dios aquí en la tierra. El testimonio confirma el lugar al cual
pertenecemos, nos identifica con el Dios de quien somos, a quien nos parecemos
y representamos, dándonos una tarea para hacer, Pero ustedes son linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para
posesión suya; a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de la
tinieblas a su luz admirable, 1 Pedro 1:29.
El
buen testimonio es el que nos avala si practicamos la verdad o la mentira; si
en verdad pertenecemos y estamos en la familia de Dios, y si en verdad nos
identificamos con Cristo; es la clase de testimonio que damos, el que nos hace
acreedores de un premio o de un castigo; así como un testigo falso que da un
falso testimonio es penalizado y castigado por mentiroso, faltando a la verdad,
de igual modo, nuestro testimonio, nos merecedores de un juicio o de premios
ante el Tribunal de Cristo; de igual modo como en las leyes humanas, el falso
testigo es culpable de una pena o condena, aquellos que no cumplieron su
palabra, que se acomodaron al mundo, que permitieron que las ganas le pudieran
al miedo y vivieron en su pasiones; aquellos que por engañar y faltar a la
verdad no dijeron lo que Dios les mando decir, ni hicieron lo que Dios les
mandó decir, sino lo que les pareció, los falsos testigos de Cristo en esta
tierra, que han intentado manipular, por intereses perdónales y fines
lucrativos, siendo malos testimonios, serán culpables de juicio, Entonces
el rey dirá a los de la izquierda: Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles…Mateo 25:41. Juicio a las
naciones, leamos todo el texto Mateo 25: 31-46. ¡Oh Señor ten
misericordia, son palabras muy fuertes y peor aún, será una sentencia real!
Para poder
ser testimonio o testigos de algo o de alguien necesitamos conocer a fondo el
asunto y a la persona¸ somos testigos de Cristo, porque lo conocemos a través
de la historia bíblica y de nuestro caminar con Él; hemos visto sus maravillas
y el milagro más grande transformando nuestras vidas; por lo tanto testificamos
de Cristo con nuestro estilo de vida, hemos conocido al Padre a través de Jesús;
nuestro testimonio es nuestra carta de presentación, nuestra vida cristiana es
una declaración pública, y nuestro interés es mostrar a Cristo, Así
brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas
acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos, Mateo 5:16.
Podemos
ser testimonio vivo del amor de Dios en Cristo, poder testificar del poder que hay
en su palabra, podemos testificar de la realidad de su presencia, por los
milagros, por las oraciones contestadas, por el perdón y la salvación, por sus
continuos cuidados y su abundante amor; nuestro testimonio es un asunto de
verdad vivida con nuestras propias vidas, con la abundancia de Dios en nuestros
corazones, porque nos ha llamado a mostrar y compartir nuestra fe.Todo lo que
hacemos de manera persona, pública o privada, Dios nos ha dado responsabilidad
y tarea en su reino, Ustedes son la sal de la tierra, pero
si la sal pierde su sabor, para nada sirve…Ustedes son la luz del mundo que se
exhibe desde un candelero… Mateo, 5:13-15.
Nuestro
testimonio debe real real y visible en una vida apartada para Dios y consagrada
a su verdad; no hemos sido llamados a debatir, ni a discutir para forzar a
nadie a llegar a los pies de Cristo, somos sencillamente testigos del Evangelio
que Cristo enseñó y testificó con su divina vida, por lo tanto no juzgamos ni
abogamos por nadie, esa es tarea de Dios, no nuestra, NO
juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que juzgan, serán
ustedes juzgados, y con la medida conque miden, serán medidos, Mateo 7:1-2.
Nuestro
testimonio de hijos de Dios y discípulos de Cristo debe siempre reflejar el
carácter de Él, su sencillez, mansedumbre, su misericordia y su amor, ternura
en nuestro comportamiento, no pisando con el intelecto ni las habilidades,
porque todo lo que somos y tenemos procede de Dios, Porque por gracia somos
salvos por medio de la fe; y esto no es de nosotros, sino un regalo de Dios; no
son nuestras obras, para que nos gloriemos en ellas. Sino que somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que andemos en ellas, Efesios 2:8-9.
Nuestro
testimonio muchas veces es de sufrimiento, de prueba y procesos que Dios
prepara para perfeccionarnos en Él, para que podamos contar sus maravillas,
para que aprendamos a ser como niños, y testificar con sencillez, espontaneidad
y experiencia nuestra vida en Cristo; todo el poder de nuestra narración y
testimonio se basa en Jesús, y de igual manera como Él nos reveló al Padre,
nuestro testimonio debe revelar al Hijo en su amor sufrido, sacrificado y
confirmado en la cruz, gocemos por cuanto somos participantes
de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria
nos gocemos con gran alegría, Si somos vituperados por el nombre de Cristo,
dichosos somos, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre nosotros…1
Pedro 4:13-14.
Nuestro
testimonio debe basarse en la realidad del amor y la verdad, porque él nos amó
primero y nosotros hemos puesto toda nuestra fe y confianza en Dios; aunque no
lo vemos con los ojos naturales, lo vemos actuar con los ojos del Espíritu,
salvando, sanando, liberando y cambiando vidas continuamente; nunca estamos
solos, Él camina y vive con nosotros, esto nos hace tener la mente de Cristo,
por lo tanto prestamos mucha atención en dar fruto; nuestros frutos son
testimonio de lo que somos en Él, nos identifican y conocen por nuestro
fruto,
Mateo
7:15-20.
Ese fruto determina la clase de personas que somos en lo que hacemos.
Gran
parte de nuestro testimonio está basado en la clase y calidad de obras que
hacemos, nuestra manera de hablar, nuestro carácter y actitudes también nos
identifican y determinan nuestro testimonio, Hermanos míos, ¿de qué aprovechará
si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? Santiago 2:14-17. De qué nos sirve
decir que somos hijos de Dios, que somos cristianos, que somos creyentes y
seguidores de Cristo, si no tenemos misericordia, si no practicamos el amor
samaritano, que ayuda, alimenta, viste, sacia el hambre y la sed, abriga al que
tiene frío, sana, consuela y lleva salvación al que está perdido? ¡Lo
que haces habla tan fuerte, que no puedo escuchar lo que dices! Esa es
la realidad.
El
testimonio es integral, involucra toda las áreas de nuestra vida, cómo vivimos,
cómo tratamos a los demás, qué vocabulario usamos al hablar, cómo nos vestimos,
cómo nos presentamos, cómo somos, no solo en el templo, sino en la casa, en el
vecindario, en el trabajo, en la escuela y en todas partes; la rectitud y la
integridad nos evita usar máscaras y fachadas que son falsedad y apariencia.
Para ser buenos testimonios del reino de Dios y testigos de Cristo, debemos
preguntarnos continuamente, ¿cómo actuaría y qué haría Jesús en mi lugar? Lleven
mi yugo sobre ustedes, y aprendan de Mí, que SOY manso y humilde de corazón; y
hallara´n descanso para sus almas, Mateo 11:29.
Es
nuestro testimonio el mejor anzuelo para que muchos peces caigan en la red de
Dios, nuestra calidad de vida y comportamiento debe atraer a la gente,
despertar en ellos el deseo de acercarse a Cristo, para ello debemos ser
tiernos y dulces como el Espíritu Santo, sencillos, prudentes y sacrificados
como Jesús y dignos de confianza como el Padre, El prudente mira bien
sus pasos, Proverbios 14:15. El prudente oculta y controla el enojo, Proverbios
12:16; el prudente entiende su camino, Proverbios 14:8; el prudente ve el mal y
se escapa, Proverbios 22:3; El prudente calla en tiempo malo, Amós 5:13.
Nuestro
carácter es tratado continuamente por el Señor, para que nuestro temperamento
se perfeccione, y no nos juegue una mala pasada, en ese proceso nuestro testimonio
se perfecciona en Dios, para hacernos diferentes al mundo, para que madurenos en
la fe y aprender a vivir una vida en el Espíritu, dominando la carne y el viejo
hombre; es por eso que tener un buen testimonio es nuestra lucha diaria, porque
la carne, el mundo y las tentaciones nos amenazan en echar el buen testimonio
por la borda, Pues lo que hago no lo entiendo; pues
no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco…Romanos 7:15-19.
Los
que no conocen a Dios, lo que no practican la palabra, los que no se someten a
Cristo, los que no se comprometen con el reino de Dios, y los que tienen
amistad con el mundo, están en peligro, no pueden dar buen testimonio porque
son tibios y mundanos, por lo tanto renunciar a la senda angosta que lleva a la
vida, toman la senda ancha que lleva a la perdición, se resignan al fracaso, no
luchan, son cobardes, buscan la ley del menor esfuerzo, de lo fácil y lo de
menos valor, ellos deben nacer de nuevo y empezar otras vez en su primer amor
en comunión íntima con Cristo, así podrán ser buen testimonio, Dios no
desfallece ni se fatiga con cansancio…Él da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna…Los que esperan en
YHWH tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas; correrán y no se
cansarán, caminarán y no se fatigarán, Isaías 40:28-31.
Nuestro
buen testimonio debe animarnos a ser buenos cristianos, verdaderos hijos de
Dios, fieles soldados de Cristo, y sumisos sujetos al Espíritu Santo; debemos
mantenernos unidos a Dios, dependiendo de su amor, su sabiduría y su gracia;
nuestra carne debe permanecer crucificada para que la pecaminosidad no salte;
debemos permanecer como atalayas, vigilantes y atentos, velando y orando,
debemos afirmar el corazón en la palabra de Dios y arraigar nuestro mente a la
de Cristo, debemos romper con el viejo hombre y ser verdaderamente libres en
Cristo, Estemos firmes, en la libertad con que Cristo nos hizo
libres, y no estemos otra vez sujetos al yugo de la esclavitud, Gálatas 5:1.
Nuestros
pensamientos en Cristo son claros, nuestro sentir se perfecciona en el poder
del Espíritu de Dios que nos nutre con su fruto y transforma nuestra vida a
cada momento, pues hemos venido a ser la morada de Dios, ya no nos pertenecemos
a nosotros mismos, ni somos errantes del mundo, tenemos una meta que cumplir,
un rumbo que debemos marcar; necesitamos romper con los esquemas y paradigmas
mentales, romper con viejas actitudes y hechos que riñen con el buen testimonio
y la vida de fe, No nos amoldemos a este mundo, sino transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para que comprobemos que
la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, Romanos 12:2.
Sometimiento
y dependencia a Dios es la solución para tener un buen testimonio, compromiso
con la obra redentora, voluntad rendida a la de Cristo y una férrea
determinación para ser verdaderamente santos, vestidos del nuevo hombre según
Dios, no estamos donde debemos estar, pero ya no estamos donde solíamos estar,
Cristo nuestra Roca, nuestro asidero, nuestro refugio, nuestra fuerza y nuestro
poder para vencer, Somos más que vencedores en Él.
Concluimos
diciendo que tener vidas cristianas de testimonio requiere estar comprometidos
con libertad y de corazón con el Padre, tener cercanía e intimidad con Cristo, mostrar pasión y amor por la obra salvadora en compañía del Espíritu Santo, reflejar el carácter de Cristo, evidenciado en nuestra comportamiento y actitud hacia la vida y las personas,
en coherencia con la fe que profesamos a partir de la palabra, siendo honestos con nosotros mismos habiendo
nacido de nuevo, Y ahora, pueblo del Señor, ¿qué
requiere de ti el Señor tu Dios, que le temas a tu Dios, que andes en todos sus
caminos, que lo ames y le sirvas al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y con
toda tu alma, Deuteronomio 10:12.
OREMOS: Por favor Abba Padre, ayúdanos a
cambiar, porque humanamente no podemos, necesitamos más de tu dirección y tu
presencia para ser tus verdaderos testigos y tener testimonios que glorifiquen
tu nombre, en el nombre de Jesús, te lo pedimos, Amén.
Lic.
MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino
Con amor eterno te he amado; por
tanto, te prolongué mi misericordia, Jeremías 31:3b.
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