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29 jul 2016

NO ESTAMOS SOLOS, LA SOLEDAD TIENE UNA RAZÓN DE SER


NO ESTOY SOLO, TENGO LA PRESENCIA Y COMPAÑÍA DE  DIOS

En el mundo tendrán aflicción,; pero confíen, YO he vencido, al mundo, Juan 16:33.

Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios desde su santa morada. El Señor prepara hogar para los solitarios; libera a los afligidos y les hace estar en familia, pero los rebeldes habitarán en tierra seca, Salmos 68:5-6.

¿Se olvida una madre del bebé que amamanta? ¿No tiene compasión del hijo que dio a luz? Aún si eso pasara, YO no te olvidaré, dice el Señor Todopoderoso, Isaías 49:15.

En realidad, nunca estamos solos porque el Omnipresente Dios, siempre está cerca, pero si experimentamos soledad estando en Dios, siempre habrá un propósito. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza el futuro se hace incierto para muchas personas, la vida se va haciendo más difícil y complicada, aún la gente de fe percibe momentos de soledad y abandono. En el original la palabra soledad es  sentirse devastado, asolado, en aislamiento y confinamiento por falta de contacto con otras personas; y así es, en momentos de soledad nos sentimos abandonados, carecemos de entusiasmo e interés por todo lo que nos rodea, parece que el apoyo, la ayuda y la lealtad de quienes amamos se ha ido, pero la palabra de Dios dice: El desamparado tiene esperanza, Job 5:16.

La realidad es que vivimos tiempos de aflicción, tribulación, divisiones, separaciones, hogares rotos, familias destruidas, jóvenes sueltos por el mundo y niños sin el asidero de amor de los padres, con carencia de seguridad, compañía y protección; son tiempos de crisis social que hacen experimentar a muchos la soledad y abandono; la gente se encierra en sí misma, se aleja de los otros, especialmente de su propia familia y guarda silencio ante su frustración y su dolor; se encierran en sus carencias y necesidades, “no queriendo molestar a nadie ni ser carga para nadie,” Pero aunque mi padre y mi madre me abandonen, Tú Señor, te harás cargo de mí, Salmos 27:10

Hemos sido creados para vivie juntos, pero nos empeñamos en aislarnos de todo, llegamos al templo buscando compañía y consuelo en nuestro Creador, porque en el fondo del corazón sabemos que Él no nos abandona, Él nos ve y nos oye, lo cual es una gran verdad, pero  como personas necesitamos de la compañía y compañerismo que nos provea el calor y apoyo humano, por eso no podemos seguir huyendo de la gente, debemos sanar nuestras relaciones personales, especialmente con la familia, que después de Dios es lo más importante para no sentirnos solos, y después los amigos sinceros, Algunas amistades se rompen fácilmente, pero hay amigos más fieles que un hermano, Proverbios 18:24.

Es tan fuerte la carga emocional y espiritual que hay en el mundo, que a veces lloramos sin saber por qué, la soledad consume nuestra alma ansiando una mano amiga, un abrazo y una voz de aliento, corremos constantemente a orar y a buscar el rostro del Señor para encontrar alivio y recuperar la calma porque el afecto humano se ha reducido; son tiempos crueles de continua guerra contra los espíritus opresores que intentan robarnos la compañía, el gozo y la paz que Jesús nos ha dado, y el Señor  siempre nos consuela, pero debemos buscar el diálogo con los semejantes: YO te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el señor tu Dios te acompañará donde quiera que vayas, Josué 1:9..

En momentos de soledad recordamos a muchas personas que han marcado nuestra vida, especialmente familiares y amigos para ver a quien llamar y con quien desahogar nuestra tristeza y carencia de compañía. En las noches nos acostamos y no podemos conciliar el sueño, pensamos y pensamos y así mismo lloramos y no sabemos con claridad qué es lo que nos aflige; pasan los días y nadie nos pregunta cómo estamos, hasta en el día del cumpleaños nos olvidan y nos olvidamos de otros, ¡estamos solos!  Alli la voz de Jesús cobra fuerza: Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y ese gozo se desborde en ustedes, Juan 15:11.

Si observamos Juan 6:60-67, no solo nosotros hemos pasado por momentos de soledad y abandono, nuestro Salvador también experimentó este sentimiento propio de la naturaleza humana estando en el Huerto del Getsemaní, se sintió solo tambien cuando colgaba del madero y clamó al Padre, tambien se sintió solo cuando sus discípulos murmuraron mientras Él les hablaba de comer su carne y beber su sangre, porque ellos no entendían lo que les trataba de decir, somos mal entendidos y nos abandonan o nos aislamos.

Conociendo Jesús sus corazones dijo: hay algunos de ustedes que no creen, Juan 6:64; les pareció una palabra dura, pero Jesús sabía desde el principio quienes no le creían y lo iban a dejar y a entregar; Él les acababa de decir que el Espíritu es el que da vida y que la carne para nada aprovechalas palabras que Él habló son espíritu y son vida, pero a la gente de entonces, como a muchos de ahora, les gana la incredulidad y la superficialidad, raíz en muchos casos de la soledad y sentido de abandono, por eso desde ese momento muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con Él, entonces a los que quedaron les dijo:¿Quieren acaso irse ustedes también? Juan 6:67, muchos abandonaron al Señor y hoy otros lo siguen haciendo.

Jesús entiende cuando nos sentimos solos y abandonados, Él no recriminó a quienes le dieron la espalda, tampoco se enojó ni reclamó nada, Sus palabras reflejan todo el dolor de la perdida de los que eran sus cercanos; a nosotros la soledad y el abandono, nos hace sentir incertidumbre y ansiedad de no saber lo que pasará mañana, pero en realidad es la falta de fe la que nos deprime: No se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana trae su propio afán, bástele a cada día su propio problema, Mateo 6:34.   

No tener verdadera confianza en Dios, es incredulidad y duda quizá por desconocimiento y olvido  de su palabra, lo cual está unido a una pobre comunión con Dios y desconocimiento del carácter divino, nosotros somos los que le damos la espalda a Dios, esto hace que el ser humano se sienta solo y abandonado, la vida se torna sin propósito y llega la frustración a pesar de tenerlo todo; nos sentirnos solos a pesar de estar acompañados y rodeados de personas, imaginamos que estamos a punto de morir cuando estamos bien; nos volvemos depresivos sin saber por qué, algo nos falta, y no nos sentimos satisfacción.

El vacío espiritual, el despiste, los afanes y la mucha actividad, han hecho que sin darnos cuenta, nos debilitemos, enfriemos y hasta olvidemos la amistad íntima con el Amado y la familia, entonces nos afligimos sintiéndonos miserables y dejados de lado; la vieja naturaleza por momentos nos ahoga saliendo a la superficie y nos domina; sin embargo, también debemos tener en cuenta los cambios hormonales en los que dominan las emociones y agrandamos las circunstancias; en vez de acercarnos al que Todo lo llena y es Todo suficiente, o dar y recibir amor de los cercanos, en vez de acercarnos, nos alejamos de Dios y de la familia, luego reclamamos y nos apagamos espiritualmente y emocionalmente entristeciendo no solo al Dador de todo, sino a nosotros mismos y a quienes nos aman bien. 1 Tesalonicenses 5:19.

En las Escrituras encontramos varios ejemplos de personas que pasaron por soledad y abandono debido a varias razones.

1. Soledad a causa del pecado. David cuando escribió: Me he consumido a fuerza de gemir. Todas las noches inundo de llanto mi lecho. Riego mi cama con lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir, se han envejecido a causa de todos mis angustiadores, Salmos 6:6-7. Es una experiencia de soledad y abandono después de haber pecado, porque sabía que Dios lo estaba disciplinando y sus enemigos lo estaban asediando, por lo tanto estaba viviendo un tiempo de disciplina y arrepentimiento alejado de su entorno, le dolía haberle fallado a Dios, por eso se sentía solo y sin amigos.

Moisés huyó de faraón al matar a un egipcio queriendo defender a un hebreo y vagó solo por el desierto de la soledad para ser formado,  y David huyó de cueva en cueva escapando de la espada de Saúl, de sus enemigos y hasta sus propios hijos. Hoy muchos pueden estar experimentando soledad y abandono, porque su incredulidad y rebeldia con su Creador y Salvador les mantiene un vacío en su corazón que tiene forma divina, y solo el Dios de amor puede llenar, pero si lo llamas y lo buscas, Él acudirá pronto a saciar tu alma, si le permites a Cristo sentarse en el trono de tu alma, nunca más te sentirás solo y podrás dejar de ser esclavo del pecado para seguirlo a Él y servirle con alegría. Porque el gozo del SEÑOR es nuestra fortaleza, Nehemías 8:10.

2. Soledad por un propósito superior. En algunos casos, también se puede sufrir soledad y lejanía de todos, a causa del llamado del Señor como le sucedió a Abraham, Ezequiel, Daniel, Juan Bautista y Jesús para completar su misión redentora; para Pablo fueron razón de soledad y desierto su llamado al ministerio y la persecución de los enemigos de las Buenas Nuevas, Hechos 9:23-25 y Gálatas 1:15-17

Dios mete a sus siervos en la soledad del desierto y en un sentido de abandono aparente, en muchos casos, para romper apegos a situaciones que nos impiden avanzar en sus propósitos, alejarnos de personas que no ayudan, y experimentamos dolor y ausencia de sus seres amados, y porque es parte del proceso, el ser literalmente enviados al desierto por tiempos prolongados para formar carácter y tomar experiencia ganando autoridad para una misión especial: 1) Abraham anduvo todo el territorio que hoy es Arabia y Siria, a lo largo de la travesía, Dios le iba mostrando el sendero y le iba enseñando para llegar al destino que el siervo ni sabía. 2) Moisés pasó 40 años solo en el desierto aprendiendo cómo guiar a su pueblo rebelde; 3) Juan Bautista pasó la mayor parte de su vida solo en el desierto para predicar el arrepentimiento para preparar la aparición del Hijo de Dios a su ministerio, 4) Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto por 40 días y fue tentado por el diablo para fortalecerse y cumplir su misión salvadora.

Pero en esos tiempos de soledad, cada uno de ellos tuvo encuentros impresionantes con el Dios vivo, mientras Él obraba cambios, los purificafa, preparaba y formaba su carácter para una misión futura a un ministerio público. 

3. Soledad a causa de la persecución. También se puede sufrir soledad y abandono a causa de la persecución; este aspecto, hasta el día de hoy obliga a muchos a huir y esconderse para salvar la vida, pero el Señor siempre ha cumplido y seguirá cumpliendo su palabra: El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes, Deuteronomio 31:8.

Elías, después de haber ajusticiado a 450 profetas de Baal, sintió miedo y estuvo solo en la cueva escapando de Jezabel, pero el Señor fue a su encuentro, lo animo, lo alimentó, lo fortaleció, le dio descanso y lo instruyó en lo que debía hacer, Dios siempre está presente, su amor permanece inquebrantable acompañando y cumpliendo sus promesas. Habrá una razón para rendirte, pero nuestro Padre tiene mil motivos para levantarnos, así que no temamos estar solos ni nos sintamos abandonados, Él está a nuestra lado cada vez que respiramos, la soledad siempre tiene una razón de ser. Si estamos en soledad, exáminemonos, observemos y preguntémonos por qué nos sentimos solos, quizá orando obtengamos respuesta.

Nuestra confianza en Dios nunca debe debilitarse, debemos conocerlo a Él a través de su palabra y tener siempre en el corazón sus poderosas promesas que por la eternidad son SÍ, y Amén. Dios nunca falla ni se ausenta, los que nos alejamos y somos infieles somos nosotros los seres humanos que nos zafamos de su gobierno queriendo hacer lo que nos place, creemos escondernos de su presencia e imaginamos que huimos de su tierna mirada protectora.

A continuación una bella historia de amor paterno para curar la soledad y el abandono de un hijo:

A finales de los años 80´s, Liesert, la hija del célebre genio, donó a la Universidad hebrea 1400 cartas escritas por su padre Albert Einstein, con la orden de no publicar su contenido sino dos décadas después de su muerte. La siguiente es una de ellas:

A Lieserl Einstein: Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad, chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Aun así te pido que la custodies todo el tiempo que sea necesario, sean años o décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación:

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es la fuerza que incluye y gobierna a todas las demás fuerzas, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y que aún no haya sido identificado por nosotros. Esa fuerza universal es el AMOR. Cuando los científicos  buscaban un teoría unificada del universo, olvidaron la más poderosa e invisible fuerza.

El AMOR ES LUZ, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe.
El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras.
El AMOR es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo.
El AMOR revela y desvela. Por amor vivimos y por amor se muere.
EL AMOR ES DIOS, y DIOS ES AMOR. Esta es la mayor fuerza que lo explica todo, y da sentido a la vida, con letras mayúsculas.

Esta es la variable que el mundo ha olvidado durante demasiado tiempo, tal vez porque amar le da miedo a muchos, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo. Para hacer visible el amor, he hecho una sencilla sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E=mc2 aceptamos que la energía para sanar al mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor, es la fuerza más poderosa que existe y mueve al mundo, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, ES URGENTE que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos a encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo, y tomamos conciencia que somos habitantes de esta tierra, entonces, el amor será la respuesta a los mejores cambios.

Quizá aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo, el individualismo, la avaricia y la sed de poder que asolan el planeta tierra. Sin embargo, cada persona lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada. Cuando aprendamos a dar y recibir la energía universal del amor, querida Lieserl, comprobaremos que el amor, lo vence todo, lo trasciende todo, y todo lo puede, porque el amor es la esencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que ha albergado mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti, toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te amo y que gracias a ti he llegado a la última respuesta. Tu padre, Albert Einstein

ASI QUE CON EL AMOR DE DIOS NUNCA SOLOS ESTAMOS, EL AMOR LLENA TODOS LOS RINCONES DEL CORAZÓN HUMANO QUE ESTÉ DISPUESTOS A SER REFLEJO DEL AMOR DEL PADRE EN CRISTO JESÚS.







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