CARACTERÍSTICAS DE LA FE VERDADERA
Hermanos
míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿podrá
la fe salvarlo?...Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está
muerta…Pero alguno dirá: tú tiene fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus
obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y tiemblan… Santiago 2:14 y
17-19.
La fe obedece a
principios divinos, por lo tanto tiene características propias es importantes
para que sea fe genuina. Entonces, ¿cuáles son las obras que Dios desea de cada
uno de nosotros?
Todos de una u otra
manera tenemos fe, es el caso de quienes creemos a la historia, a los
personajes importantes de muchos años atrás, como los próceres de la independencia,
los conquistadores y sus hechos, eso sería una fe netamente intelectual; otros
poseen una fe momentánea o provisional cuando están en problemas y
acuden por ayuda a Dios, pero cuando reciben la respuesta, se olvidan de Él,
esas son algunas clases de fe que la gente dice tener pero que no son fe verdadera.
Pero la fe bíblica,
la fe que Dios enseña y pide a sus hijos es aquella que genera confianza y
convicción permanente, porque nace de la relación personal de los creyentes con
su Salvador, no es esa fe de religiosa del ritual, esa es una fe muerte. Es esa
fe por la cual viene la salvación que produce cambio en nuestro ser integral
porque no es una fe teórica sino una fe que va acompañada de hechos y acciones
que permiten la manifestación de Dios en la vida de las personas, De cierto, de
cierto les digo: El que en Mí cree, las obras que YO
hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque YO voy al Padre, Juan
14:12.
1. La fe que viene de Dios es activa. Vemos claramente
que lo que Dios anhela de cada uno de sus hijos, es que hagamos cosas mayores,
las cuales serán hechas por Cristo habitando en el cristiano, eso significa que
la verdadera es activa, no se queda estancada, así es que la salvación no
depende de las obras sino de la fe, y que al creer en la obra salvadora de Cristo
realizada en la cruz nos acercamos a Dios arrepentidos, confesamos los pecados
y recibimos al Salvador en nuestro corazón, eso es una fe activa que obra y
actúa de acuerdo a los parámetros divinos, Juan 6:37. Con ese paso estamos creyendo y aceptando el
sacrificio de Cristo.
Y viene una fe activa
como resultado de la salvación del creyente que es una fe que da frutos, porque
somos pueblo de Dios que da esperanza al que está afligido, empezamos a ser
instrumentos de gloria y poder en las manos del Señor del universo y vamos
llevando su presencia y su gloria por donde andamos.
2. Fe verdadera está basada en obediencia y sumisión. La sumisión no es
dejar que alguien nos pisotee, sumisión desde el concepto de Dios es la
reducción y capitulación de mi ego, en una actitud de obediencia y acatamiento
en amor y respeto a los preceptos de alguien superior, en este caso, a Dios, y como
se conceptúa en el derecho, ese acatamiento obediente impide problemas de
litigio, porque cuando obedecemos a los principios de Dios, nos estamos
librando de muchos problemas.
Porque la fe
verdadera es obediente a la Palabra de Dios y la vida de aquel que dice tener
fe en Dios, dedica sus actividades para agradarlo a Él y servirlo a la manera
del Mayor Diseñador de las leyes. ¿Pero quieres saber, hombre vano, que
la fe sin obras es muerta? ¿Acaso nuestro padre Abraham no fue justificado por
las obras, cuando ofreció a Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actúo
juntamente con las obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Así se
cumplió la escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por
justicia, y fue llamado amigo de Dios. Santiago 2:20-23.
Vemos con asombro que
Abraham fue llamado amigo de Dios, ¡Qué maravilloso! Abraham recibió la promesa
de Dios de ser padre a los 75 años y esperó 25 años para ver el cumplimiento de
la promesa, cuando él tenía 100 años y su esposa Sara 90 años, fue todo un
milagro, algo sobrenatural donde el Creador mostró su soberanía y grandeza.
Pero ahí no termina,
porque cuando su hijo Isaac tenía 12 años, Dios le pide que se lo sacrifique en
un altar de leña; sin embargo, Abraham no cuestionó a Dios y no negó sacrificar
al hijo de la promesa, este héroe de la fe, obedeció con desprendimiento
sometiéndose a Dios, ustedes ven, pues, que el hombre es
justificado por las obras unidas juntamente a la fe, Santiago 2:24. Ante los ojos de
Dios todo lo que hacemos debe estar acompañado de fe. Así que la fe se
perfecciona en las obras, entonces obedecer es parte integral de la fe en Dios
y su palabra.
La fe viene del
griego pistis o pisteo, que significa
esperanza, confianza y fidelidad, y obediencia viene de peiton que significa sujeción,
fijarse o sustentarse en algo, de donde podríamos decir que fe en Dios es
unirse para ligarse a Él, por eso la obediencia es el opuesto a anarquía, al
obedecer a Dios, andamos de acuerdo a lo que Él dice y espera de nosotros. Así
que la fe es obediente y anda en la verdad de Dios, prestando atención a sus
instrucciones. Y la fe viene por el oír la palabra de
Dios, Romanos 10:17.
Por lo tanto, la obediencia se debe convertir en una afirmación
continua de obras que muestran nuestra fe en
Dios, y Él ama a los que ponen por obra sus verdades, las cuales generan convicción de fe en lo que Dios dice en la biblia, del
mismo modo, esa convicción me lleva a tener determinación
y firmeza para andar y actuar como Dios quiere que lo hagamos, para agradarlo a
Él, con lo cual nos evitamos conflictos o litigios de ley, y la obediencia
genera creencia, esa es la esencia de la fe
verdadera, donde fe y obediencia crean un círculo de crecimiento integral. Y si
le crees a Dios, Él actuará a tu favor, y cuando tú actúes de acuerdo a sus
principios de fe, Él te respaldará, y no sólo eso, te protegerá y guiará. Como dice
su palabra, Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, que
han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo
aman, 1 Corintios 2:9.
Esa es la razón por
que los hijos de Dios, los redimidos de Cristo, los nacidos de nuevo, los discípulos
de Cristo somos los gestores del cambio porque generamos esperanza y confianza
en muchos a nuestro alrededor cuando vivimos la fe genuina de Dios.
3. Fe verdadera genera rectitud. Así
mismo también Rahab la ramera, fue justificada por sus obras, cuando recibió a
los mensajeros y los salvó de la muerte enviándolos por otro camino, Santiago
2:25.
Por sus hechos se observa que esa mujer estaba cansada de su pecaminoso estilo
de vida, y encontró esperanza para su vida apoyando a los siervos de Dios;
tanto agradó a Dios su actuar, que la perdonó, la restauro, le cambió su vida y
la puso a formar parte de la genealogía de Jesucristo, ella creyó a las
promesas de salvar la vida de ella y la de su familia que le dieron los
enviados del Señor. ¡Cuánto más hemos de creerle a Dios!
Cuando creemos,
obedecemos y actuamos en esa fe, Dios endereza nuestro camino, si obedecemos
encontramos cambio para nuestra manera de andar, porque el Dios en quien
creemos, es el Eterno Creador de oportunidades y misericordias, así como Rahab
deseó un nuevo comienzo y Dios se lo dio, tú que me lees, si lo anhelas, lo
recibirás.
4. Fe verdadera conduce a la adoración. Jehová
de los ejércitos, dicho y feliz todo aquel que confía en Ti, Salmos 84:12. Bendeciré a JHV en todo tiempo; su
alabanza estará de continuo en mi boca…los que miran a Él son alumbrados, y sus
rostros no son avergonzados. Este pobre clamó a JHV, y le oyó, y lo libró de
todas sus aflicciones…Salmos 34.
La adoración tiene más que ver con la obediencia que con escuchar o hacer música espiritual, los verdaderos adoradores son aquellos que ponen los principios de Dios en su vida para obedecerlos y vivirlos; porque como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así la fe sin obras es muerta.
La adoración tiene más que ver con la obediencia que con escuchar o hacer música espiritual, los verdaderos adoradores son aquellos que ponen los principios de Dios en su vida para obedecerlos y vivirlos; porque como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así la fe sin obras es muerta.
Aunque las obras no
son las que salvan, así la fe sin obras no completa la salvación. Por lo tanto
queridos creyentes, el tiempo de calentar sillas en una iglesia se acabó, llegó
el tiempo de mostrar en nuestras vidas al Dios que todo lo puede, obedecer su
palabra y actúa en fe, es hora de dejar la retórica y volvernos a la práctica
de lo que Cristo ha entregado a sus discípulos.
No temas ir a los
campos que están listos, porque la obra no es tuya, es de Dios, y mayores cosas
haremos en su nombre porque Jesús está en su trono, dejemos fluir el torrente
de la fe de Dios a través de la sujeción, la obediencia, la convicción y la
determinación. El Señor es mi fortaleza y mi canción, y ha sido salvación para mi, Salmos 118:14.
No es coincidencia que
leas este mensaje, Dios quiere mostrar y llevar su presencia y su gloria a
través de ti, donde tu vayas mostrando a Cristo. Quebrántate ante Él para
cumplir sus propósitos en ti, no se trata de tener una religión, se trata de
abandonarse, entregarse y rendirse a Cristo. Él quiere cambiarte y darte otra
oportunidad para generar rectitud en tu vida. Jehová de los ejércitos,
dicho y feliz todo aquel que confía en Ti, Salmos 84:12.
Comparto esta hermosa enseñanza que escuché y me pareció muy edificante.
¡Gloria y presencia
de Dios para todos. Marquemos la diferencia caminando por fe con Cristo y viviendo sus
principios!
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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