La obra evangelizadora de Cristo debe ser parte activa del Cuerpo de Cristo, la Congregación del Padre y de los templos vivos de su Espiritu como embajadores del Reino de Dios en la tierra; es a través del discipulado que se multiplica el pueblo y corre la palabra como río, para hacer discípulos y seguidores de Cristo que es el mandato más grande de Dios para salvar vidas, formar obreros y enviar servidores del Reino a las naciones. El más hermoso desafío es caminar y seguir Con Pasos Firmes en Dios rumbo a nuestra Jerusalén celestial, tras las pisadas del máximo Maestro; todos los hijos de Dios hemos sido llamados a esta tarea. “Pues para esto fuimos llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas, 1 Pedro 2:21.
ENSEÑAR PARA MULTIPLICAR
Es el Discipulado con el Evangelio de las Buenas Nuevas de Jesús.
Jesús desde su infancia, sabía que debíamos formar parte activa de los negocios del cielo en la tierra. “Cuando María y José vieron al niño Jesús, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces Jesús les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” Lucas 2: 48-49.
Así que el SEÑOR Jesucristo es el fundamento de este proceso recíproco de dar y recibir para ensanchar el Reino de Dios haciendo discípulos de Cristo. Jesús lo practicó y lo vivió, llamando, invitando y equipando a sus seguidores; “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca, con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca, y a su padre, lo siguieron.” Mateo 4:18-22.
En Lucas 6:12-16, 9:1-6 y Mateo 10:1-15 se narra cuando Jesús escoge sus doce discípulos; luego en Lucas 10: 1-12 envió a 70 de dos en dos y así fue aumentando el número de ellos. Les enseñó dándoles instrucciones ejemplares mostrando en sí mismo los fundamentos y principios eternos contenidos en la Biblia y enseñó obediencia al Padre. El mismo SEÑOR nos ha dado poder para la extensión de su reino, Lucas9:1-1-6.
Ser discípulo de Cristo, es ser pescadores de hombres, así como lo fue el SEÑOR y sus seguidores, que, como Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, dejaron de inmediato sus redes y con resolución de corazón empezaron a caminar junto al divino Maestro. Cuando Felipe fue hallado por Jesús en Galilea le dijo “sígueme”; luego Felipe encontró a Natanael y le habló de Jesús de Nazaret, Juan 1:43-51.
También Juan el Bautista hacía discípulos con el evangelio del arrepentimiento. Andrés y sus amigos que oyeron hablar de Jesús, creyeron cuando Juan dijo que Cristo era el Cordero de Dios, así poco después estaban contándoles a otros acerca de las maravillas del SEÑOR. Pronto el movimiento evangelístico en Cristo comenzó y fue cobrando fuerza hasta hoy..
Discípulo
en hebreo es Talmid o Talmidin en plural, en griego maghthv; las palabras
discípulo y disciplina tienen el mismo significado, poniendo en orden todo lo
necesario para llevar a cabo un aprendizaje; en hebreo enseñar, instruir y
discipular vienen del verbo Lejanet
y Lelamet,
el sustantivo Limud y Lemidah, que en griego es verbo
Padein y sustantivo paideia, entendidos como
enseñar haciendo seguimiento y tomando la lección con disciplina y orden.
Bíblicamente, aprender y obedecer los mandatos e instrucciones de Dios, para
ser edificados y corregidos,
Y todos los días, en el templo, y por las casas, los discípulos no cesaban de
enseñar y predicar a Jesucristo. Hechos 5:47.
Un discípulo sigue las enseñanzas y doctrina de su maestro, ese alumno, es un aprendiz, alumno y pupilo, cuyo trabajo es aprender, estudiar, y guardar las enseñanzas y los dichos de su maestro para ponerlos en práctica dentro de un proceso cíclico y vivencial para luego compartirlo con otros haciéndose un elemento multiplicador con lo que ha recibido, no calla, sino que enseña y avanza. Un verdadero discípulo después de haber creído en Cristo, toma la Biblia como Manual de instructivo para basarse en su vida práctica, Hechos 1:8.
El verdadero discípulos: 1) Es
fiel y tiene al SEÑOR en primer lugar; 2) tiene voluntad para
darse en sacrificio vivo y santo para someter su carne y crucificar el
yo, 3) Mantiene hambre y sed espiritual por la presencia
del SEÑOR, para crecer y deleitarse en orando y adoración, 4) tiene
actitud educable, adaptable, enseñable y por lo tanto, acepta la amonestación y
la corrección, 5) es disciplinado y ordenado en su vida
personal, vive la palabra, predica no solo con la palabra, sino con el
testimonio; tiene pasión por las almas perdidas, 6) está
dispuesto a que Dios lo moldee, no se reserva nada para sí mismo, sino que
entrega todas las áreas de su vida al SEÑOR para que Él lo trate y perfeccione,
y 7) permite que Dios derribe los montes de orgullo, soberbia,
rebeldía y autosuficiencia; en pocas palabras, los discípulos de Cristo son
diferentes al común del mundo y llevan vidas genuinas y auténticas que revelan
a Cristo y la cultura del Reino. Mantengámonos firmes, sin dudar, en la
esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la palabra que nos ha
dado. Hebreos 10:23
Ser discípulo de Cristo cuesta, implica pagar el precio de morir a sí mismo, Jesús lo declaró en Lucas 9:23-24, ser seguidor de Jesucristo es un llamado a la lealtad, obediencia, sujeción, compromiso, responsabilidad y sentido de pertenencia. Jesús ordenó a sus discípulos renunciar a sus planes personales , abandonar el pecado, y amarlo por ebncima de todo, aún por encima de su propia familia y su vida. Lucas 14:25-33.
¿A quién discipular? Primeramente, a los recién convertidos, hijos de Dios, nacidos de nuevo, la orden de Cristo es clara: “Vayan por todo el mundo y hagan discípulos a todas las naciones”; “Prediquen el evangelio a toda criatura”. Enseñar las Escrituras nos permite conocer a Dios, oír su voz y vivir bajo sus parámetros morales. El discipulado multiplica y extiende el reino de Dios; por lo tanto, hay que discipular a los salvos que valoran la Palabra de Dios, a todo aquel que está dispuesto y demande recibir las enseñanzas de Dios, Hechos 2:42. Discipular forman servidores y ministros con estilo de vida santo y de testimonio que muestren a Cristo, bendigan a su prójimo y honren a Dios. Juan 13:35.y 1 Corintios 12:25.
Discipular toma tiempo, es un proceso paso a paso a través del estudio
juicioso de las Escrituras con la ayuda del Espíritu Santo para crecer integralmente
y madura para la vida.
¿Dónde y cómo discipular? Se puede discipular mediante convocación en el templo, reuniones de oración, grupos de amistad, el testimonio, participación e impartición de la Palabra, dentro de un ambiente fraternal y sinérgico de equipo entre el hombre y Dios ganando almas para el cielo y transformando vidas para la honra de Dios. “Servíos por amor los unos a los otros.” Gálatas 5:13b.
La obra del discipulado se evidencia desde la Iglesia Original del primer siglo, se reunían en el templo y en las casas, Hechos 5:42. Los primeros seguidores de Cristo empezaron a formar la Iglesia, trabajando y congregando multitudes en el nombre del Maestro. “Y se congregaron allí todo un año con la Iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” Hechos 11:26. El mandato de la gran comisión que Jesucristo encomendó a sus seguidores es discipulado personal que demanda fidelidad y compromiso para enseñar los fundamentos de la fe cristiana.
La Biblia es el Manual de Disciplina a todo aquel que ha recibido y creído en Cristo, que desea madurar y avanzar en la fe. El conocimiento de las Escrituras provee madurez, desarrollo, progreso, orden personal y social, en el conocimiento y estudio responsable de la Palabra, sobre la base de los principios y mandatos eternos que permanecerán inalterables a través de los siglos, redundo en moralidad y diferencia con el mundo, amando a Dios y al prójimo como a nosotros mismos. Efesios 5: 1-2.
Razones por las cuales debemos discipular. La primera razón de discipular es obedecer la gran comisión de Mateo 28:19-20 y Marcos 16: 15-16. Jesús fue testimonio vivo de ese mandato obedeciendo y honrando al Padre; de igual manera, todos los cristianos genuinos debemos imitar a Cristo, Por tanto, así dijo YHWH: Si te conviertes, YO te responderé, y delante de Mí estarás; y si separas lo precioso de lo vil, será como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos, Jeremías 15:19, y esto fue establecido desde el AT, en Deuteronomio 11:18-19.
La segunda razón del discipulado es conocer al Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre, Juan 14:9. Lucas 10:16, Juan 5:30-47. Y conoceréis la verdad, y la verdad, os hará libres”. Juan 8:32. Y dijo Jesús: YO y el Padre, UNO somos, Juan 10:30, y también la Escritura dice: Por esto, los judíos aún más procuraban matar al SEÑOR, porque decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios, Juan 5:18. Cristo es el Camino, la Verdad y la vida, el único que nos conduce al Padre.
La tercera razón de discipular es ser pescadores de hombres para el reino de los cielos, el corazón de Dios está inclinado no solo a cambiar vidas, sino a salvar almas, porque Él es el único que da vida a los muertos. Los que hemos conocido a Cristo tenemos pasión por aquellos que andan sin Dios y sin ley, cautivos del pecado y a merced del enemigo. “Yo buscaré a la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; pero a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia”. Ezequiel 34:16. ¡Qué amor el de Dios! Ganar almas es de sabios, Proverbios 11:30.
La cuarta razón es preparar y equipar con la
palabra a cada cristiano, para la obra del ministerio evangelístico, Efesios 4:11-16. Realizar tareas
propias de embajadores del reino de Dios dando testimonio de vida santa, tal
como enseñó Jesús a sus discípulos, y llevándolos a pensar en el por qué, el
cómo, a dónde y con quién se hace la obra evangelizadora salvadora de
Jesucristo. Hechos 6:7.
La quinta es presentar defensa de nuestra fe, 1 Pedro 3:13-18. Cuando una persona conoce y entiende que hay un Dios que lo ama, que dio su vida en la cruz, y que lo cuida todos los días hasta el fin, experimenta seguridad, pertenencia, identidad y valor, recobrando sentido y relevancia su razón de ser y vivir en la tierra. Juan 10:10b. Nunca dejará de ser discípulo, se afirma en la familia de Dios y en la sociedad, para armonizar en una relación diaria con su Creador como miembro integral activo del cuerpo de Cristo.
Beneficios y bendiciones de discipular. Discipular nos hace obedientes a Dios, nos dota de pasión por las almas y nos entrena en un compromiso de amor con los nuevos cristianos, para llevar medicina, aliento, esperanza, vida y liberación a la humanidad. Lucas 5: 31-32.
Como embajadores del reino nos entrena para ser agentes de paz, ser sal y luz de la tierra y modelos de vida portando la presencia de Dios, disfrutamos la llenura del Espíritu Santo, recibimos revelación en la Palabra y desde el cielo a la tierra. “Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así que, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios.” 2 Corintios 5:20. (DHH).
Con el discipulado se consolida la Iglesia, se instaura el Reino de Dios en las vidas, se fomenta la comunión entre los hermanos, se obtiene cobertura y se impulsa el crecimiento personal y comunitario para impactar sobrenaturalmente al mundo. Hechos 2: 40-47.
Con el discipulado los hermanos mayores sirven a los menores, Mateo 23:11, con la forma de vida en Cristo, consagrados al llamado. El discípulo de Cristo participa de los planes de Dios de manera personal y directa. Jesús hizo uso de las parábolas para enseñar a las multitudes, pero formó a sus alumnos cercanos a través de una pedagogía personal, clara, y práctica contestando y haciendo preguntas, corrigiendo y dando ejemplos que ilustraban cada mensaje. Marcos 4:33-34. El discipulado prepara y forma obreros firmes, comprometidos, e incondicionales al servicio del Reino, que amen la santidad y la fidelidad a Dios sin volverse atrás, Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:62. Y sin santidad nadie verá al SEÑOR, Hebreos 12:14.
Los discípulos se hacen, no nacen. Dios llama e instruye a sus colaboradores para ser mensajeros portadores de su presencia donde quiera que se encuentren. Mateo 7:17-20 “Por sus frutos los conoceréis”. También, Mateo 12: 33 y Juan 15:5 muestran que el discipulado es la manera más eficaz de predicar el evangelio cara a cara, a tiempo y a destiempo.
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