El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; pero el que lo ama, desde temprano lo corrige. Proverbios 13:24.
Corrige a tu hijo mientras hay esperanza, pero no te excedas en la disciplina ni te hagas cómplice de su muerte. Proverbios 19:18.
Corrige a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma. Proverbios 29:17.
Criar hijos en estos tiempos tan confusos, locos y difíciles, requiere sí o sí la ayuda de Dios y el conocimiento de la palabra; nuestra comunión con Dios y la oración nos ayudará a adquir sabiduría para dar ejemplo, enseñar y corregir a tiempo a los hijos, enderezarlos y hacer de ellos personas virtuosas, personas de bien, temerosos de Dios y respetuosos de las leyes, las normas, las reglas y los mayores. Somos los padres, papá y mamá, los primeros que marcamos el corazón de los niños y jóvenes, marcando pautas de comportamiento y buena urbanidad, porque como padres, somos los primeros maestros y figuras que formamos y orientamos la conducta de ellos con nuestra propia forma de vida. Escucha, hijo mío, recibe mis palabras, y los días de tu vida aumentarán. Proverbios 4:10 y Éxodo 20:12.
Las grandes fallas y problemas que atraviesa la humanidad, tienen su origen en la familia, por falta de la presencia paternal para corregir oportunamente a los hijos, pero hay pobreza de conciencia, autoridad y responsabilidad de personas que pretenden ser padres a edades muy tempranas, queriendo huir de su hogar por múltiples razones. Los jóvenes padres modernos, adolescen del conocimiento de Dios, y de sentido de compromiso sobre la base de principios morales, valores éticos, y maduez personal; las familias y la sociedad en general requieren con urgencia padres maduros, concientes y temerosos de Dios, pues solo Él es el único que transforma vidas, llena corazones y endereza los pasos torcidos de jóvenes y adúltos. ¿Pues qué hijo hay a quien su padre no disciplina? Porque si están sin disciplina, de la cual todo hijo es partícipe, entonces son ilegítimos y no hijos verdaderos. Es cuando somos niños, que nuestros padres nos corrigen, para que los respetemos. Hebreos 12:7-9.
La carrera desbocada que lleva el mundo nos obliga a tomar grandes retos como familia, especialmente para ser padres a la manera de Dios, al comprometernos a ser padres, necesitamos estar presentes, comunicarnos, y hablar claramente con los hijos acerca de Dios, el mundo, la ciencia y la tecnología, y muchos más aspectos importantes para aprender a vivir, y saber aprovechar de manera adecuada, el tiempo y los recurso,; como padres requerimos aprender a controlar y poner límites a los hijos para que no sean ellos quienes nos controlen, ni manipulen, y ellos no sean víctimas del mundo. El niño Jesús vino y descendió a Nazaret con José y Myriam, asi continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. Lucas 2:51.
Los padres debemos acudir continuamente a Dios en oracion, y si es necesario, a un profesional que nos aconseje a planificar normas y tiempo en familia, para poner limites, responsabilidades y ocupación a todos en casa, y así poder tener tiempo para disfrutar juntos como familia; la familia debe construirse con sentido de confianza y libertad para qie las nuevas generaciones aprendan a regular su vida y comportamiento, y esto se requiere con urgencia, porque las diferencias entre niños, jóvenes y adultos se van ampliando con la tecnología, que muchas veces hace perder el norte y la dirección de los más jóvenes, provocando pataleta, rebeldía y enfrentamientos entre padres e hijos, mucho peor si no hay reverencia ni conocimiento de Dios en la familia, por eso Jesús dijo: No piensen que vine a traer paz al mundo; he venido a provocar guerra. He venido a poner al hombre contra su padre, a la hija contra la madre y a la nuera contra la suegra; porque los enemigos del hombre, son los mismos de su casa…Mateo 10:34-39.
Nuestros principios y moral frente a la globalización y el avance chocan y nos obligan a buscar y rediseñar formas de encuentro y entendimiento entre padres e hijos para convivir armónicamente, y es hermoso si somos felices en familia sin ofensas, ni distanciamientos, sino unidos estrechamente para conservar los lazos familiares en comprendion y unión entre padres e hijos, esto repercutirá en la formación de un pacífico y sólido tejido social; juntos podemos tener el crecimiento y la igualdad de beneficios en pro del bien común, familiar y social en general con más justicia y mayor bienestar para todos. Estas palabras que YO les mando hoy, estarán en su corazón; diligentemente las enseñarán a sus hijos, y hablarán de ellas en casa, cuando vayan por el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten. Las atarás como una señal en tu mano, y serán como una insignia entre sus ojos. Deuteronomio 6:6-9.
Desde la familia se debe fomentar la verdad, la honestidad, el respeto, estos principios minimos marcarán mejores tiempos, especialmente con aquellos que no piensan igual que nosotros; los padres son los primeros educadores que inclinan el corazón de sus hijos hacia el bien común con la práctica de buenas costumbres y la capacidad de compartir lo que tenemos con los que carecen de todo; la educación y formación sana se fundamentan en la Biblia y en el conocimiento reverente a Dios que nos enseña a amar, tener misericordia, ser tiernos, amables, considerados y respetuosos con todos, así se puede vivir confortable, razonable y pacíficamente. Los hijos de Job hacían banquetes y compartían, pero Job se levantaba temprano, los buscaba y los santificaba, haciendo ofrendas a Dios, según el número de sus hijos. Job lo hacía para evitar que el pecado y la maldición los alcanzara y pudieran hallar gracia ante el SEÑOR. Job 1:5.
Los padres entrañan el amor, conciben la verdad, promocionan y divulgan la responsabilidad, el compromiso y el respeto en todo tiempo, respecto a lo bueno que puedan llegar a ser sus hijos; ser buenos padres, temerosos de Dios y de buen testimonio, es la base para formar generaciones fructíferas, fértiles, sociables y solidarias con don de gentes. La vida en familia es como un gran bosque lleno de árboles, sostenidos y enraizados firmemente en Dios y el amor paternal que educa y corrige, haciendo sentir protegidos a los hijos, que entenderán que son disciplinados porque sus padres los aman y quieren lo mejor para ellos; además, nuestra fe en Dios y nuestras creencias del bien, la verdad y la justicia, fortalecerán el carácter, estabilidad, los sueños, aspiraciones y propósitos de vida en cada uno de los miembros del hogar, todos ligados y unidos al tronco poderoso de Dios que fluye su sabia en el auxilio, consejo y ayudad del Espíritu Santo, que nos posee y nos hace sabios e inquebrantables, inspirados para,saber vivir, dentro del cálido follaje hogareño donde todos se cobijan, se acogen, se soportan y se sostienen amorosamente con acciones de gracias, cantos y oraciones al SEÑOR. Porque yo los he escogido para que manden a sus hijos, después de ustedes, que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio…Génesis 18:19.
Quiero compartir una historia que creo conveniente traerla a colación para los padres que en la actualidad han perdido el control de sus hijos por no ser la clase de padres que Dios exige en su palabra.
Una mujer de 55 años visitaba a su hijo en la cárcel. Él estaba allí por homicidio culposo, ya que había atropellado a un niño por conducir a alta velocidad en las calles y en sentido contrario, el cual trataba de escapar de una patrulla que lo perseguía por haberse pasado la luz roja del pare. Corrige a tu hijo y te dará descanso, drá alegría a tu alma. Proverbios 29:17.
El muchacho entró al penal con sus huesos completamente destrozados y en silla de ruedas, ya que el papá de la víctima se le fue encima y lo molió a golpes, mientras el policía que estaba atrás, se hizo el de la vista gorda y no lo detuvo, hasta que casi lo matan.
El hijo le decía a la madre: ¿Sabes mamá? yo no soy un asesino premeditado, tampoco soy un maldito desalmado, estoy aquí porque me ustedes me permitieron romper reglas y no cumplir normas, y siempre me dejaron vivir sin límites. Cuenten a sus hijos todo esto, que ellos se lo digan a sus hijos y los sepan las próximas generaciones. Joel 1:3.
Ay hijo, dijo la madre, es que desde pequeño te ponías tan difícil, y cada vez que yo te daba una orden o una instrucción, me desafiabas y hacías unos berrinches tan terribles, que yo no podía soportar, por eso siempre te deje hacer y deshacer, con tal de evitarme conflictos y que estuvieras callado y complacido para que tu papá no me gritara diciendo: ¡calle a ese niño! Hijos, obedezcan a sus padres en el SEÑOR porque esto es justo… Efesios 6:1-4..
Desde que tenías tres o cuatro años, cuando yo te decía:
1 Cómete tus verduras para que crezcas sano y fuerte, me decías: yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa, ¡déjame en paz! Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre. Proverbios 1:8
2. Ordena tu cuarto, entonces respondías: no voy a ordenar nada, así estoy contento, es mi cuarto y qué? Si quieres hazlo tú. El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre. Proverbios 10:1.
3. Yo te decía que No destruyeras las cosas, que las cuídalmras, pero tú respondías No me importa, yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas, haré berrinche hasta que me las compres. Los padres pecaron y ya no existen, pero nosotros cargamos con la iniquidad. Lamentaciones 5;7.
4. En esta casa se hace lo que yo digo: No mamá, no lo haré. Yo no te quiero, y si me hablas así, me iré de la casa. Y así siguió la lista de interminables rebeldías y respuestas a lo largo de la vida de este hijo rebelde y sin control, con unos padres que no ejercieron autoridad ni disciplina. Han andado tras la terquedad de sus corazones…tal como sus padres les enseñaron. Jeremías 9:14.
El hijo interrumpió a la madre con un fuerte grito. ¡Basta ya mamá! Sólo dime, ¿cómo es que siendo yo un niño tan pequeño, y siendo tú y papá, adultos, obedecieron más a un niño y no me ayudaron a corregirme? Examínenlo todo, y retengan solo lo bueno. 1 Tesalonicenses 5:21.
Hoy a mis 23 años, estoy destrozado, infeliz y sin futuro, mi vida ha acabado, y de nada sirvió que estudiara y hayamos tenido dinero. Le quité la vida a una criatura y pasó, les arruiné el resto de la vida a ti y mi padre. ¡La vida en la cárcel es una miseria!
Padres, reflexionen: Si su hijo estuviera a punto de caer en un precipicio y lo sostuvieras de la mano, ¿Lo apretarías con todas tus fuerzas para no dejarlo caer? ¿O lo sujetarías suavecito para que no le duela?
Lo mismo sucede con la disciplina y la corrección de los hijos, hay que criarlos con fuerza, poder, autoridad y firmeza de Dios, enseñándoles que guarden los mandamientos y principios eternos de Él, practicano con ellos valores y reglas que establezcan orden y organización, como padres debemos hacer presión para que se cumplan las órdenes, las leyes y las normas de casa, así ellos aprenderán a ser responsables, buenos administradores y ciudadanos honorables. Así que apretemos fuerte a los hijos con el lazo del amor, la corrección y la vara de la disciplina para salvarlos del precipicio y la locura del mundo. Todos tus hijos serán enseñados por el SEÑOR, para que sea grande el beneficio de ellos. Isaías 54:13.
Padres por amor de Dios, que no haya más hijos en soledad ni abandono, que no haya hijos viviendo como bien les parezca, ni en el libertinaje y anarquía, que no sea la TV la que los guie ni los medios sus maestros, que no hayan hijos huérfanos con padres vivos pero ausentes. Que seas tú padre y madre, que te comprometas a ser su guía, su educador de cabecera y su héroe, con tu buen ejemplo y calidad de vida. Los padres tenemos la gran responsabilidad de reflejar el amor de Dios y ejercer la autoridad que Él ha puesto en nuestra mano desde el primer momento que nos dio el privilegio de ser padres. Un día daremos cuenta a Dios y la vida nos pasará factura. No desprecien a los pequeñitos…Mateo 18:10.
Nadie allá afuera debe dañar a tus hijos, adviérteles de los males del mundo, cultiva su inteligencia, cordura, buenos modales y reverencia en temor al SEÑOR y no les permitan la rebeldía. Si ustedes que son los padres, no soportan sus berrinches, ¿Qué te hace pensar que los demás lo harán? Si el justo anda en integridad, sus hijos serán dichosos después de él. Proverbios 20:7.
Una reprensión a tiempo, una corrección acertada, unas nalgadas justas, una disciplina bien impuesta, sin violencia, ni maltrato y sin herir a los hijos, es justo y necesario, porque mostrar el amor que corrige, dejará huella en el corazón de los hijos, lo cual los hará sentir seguros y bajo autoridad y control, con la garantía y claridad de que aprenderán a escoger lo bueno sobre malo. En el temor del SEÑOR hay confianza segura, y los hijos tendrán refugio. Proverbios 14:26.
A largo plazo sabrán que cuando los corregiste, hiciste lo mejor para ellos, porque los amabas, aun anteponiendo tu afecto, tu propia libertad y tu tiempo. Ser padres implica sacrificios, y dar siempre lo mejor de sí mismos a los hijos, NO DEJÁNDOLOS AL CUIDADO DE TERCEROS. Se un verdadero padre para evítar dolor en infelicidad, ni castigos de la ley, que tu pedagogía de la presencia sea permanente en casa, así evitarás muerte y suicidio. Los padres no debemos hacer enojar a los hijos sin justa causa. Ustedes padres, no provoquen la ira de sus hijos, sino críenlos en disciplina y amonestación del SEÑOR. Efesios 6:4.
OREMOS: Padre celestial, tu que eres el mejor Padre, hoy te pedimos perdón por nuestra negligencia e irresponsabilidad en la tarea que nos diste al ser padres, ten compasión de nuestra familia y ayúdanos a ser padres comprometidos y dedicados, que demostremos nuestro amor a los hijos, con el buen ejemplo, el cuidado y la disciplina, dándoles tiempo de calidad, y corrección a tiempo; buscando tu presencia cada día en oración y lectura de tu palabra, y que estemos siempre unidos en amor familiar y vida espiritual, siempre. En el nombre de Jesús, Amén.
Lic.
MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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