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31 oct 2025

GPS FAMILIAS-PARTE DOS


FAMILIA GPS, GENERACIÓN PODEROSA Y SANTA- PARTE DOS. 

Dichoso el hombre que teme a Dios, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita.  Bienes y riqueza hay en su casa, y su justicia permanece para siempre. Salmos 112;1-2.

 

Guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las obras que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. Deuteronomio 4:9.

 

¿Quién ha realizado esta obra? ¿Quién ha llamado a cada generación desde el principio de los tiempos? YO, YHVV, el primero y YO mismo con las generaciones postreras. Isaías 41:4.

 

Seguimos con la enseñanza de Generaciones Poderosas y Santas para Dios, diciendo que los padres no deben enseñar a sus hijos con el No, no,  a niños y jóvenes hay que explicarles toda razón de ser de las acciones, dando el pro y los contras, por qué conviene que ellos sepan y no se debiten al hacer algo; es como cuando el niño se lleva todo a la boca. Con cada generación nueva no se puede perder el tiempo, debemos ser intencionales y claros al enseñarles cada día el curso de la vida, porque debemos trascender en lo que es bueno, para hacer que ellos echen raíces en cuanto a los principios eternos y los valores morales y espírituales; los niños y jóvenes poco a poco recordarán lo que hacemos y decimos a manera de una costumbre sana, y les quedará gravado lo que somos con ellos; como dice la frase que me gusta recordar para graficar el poder de las acciones frente a la abundancia de palabras: tus acciones hablan tan fuerte, que no puedo escuchar lo que dices. Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino con obras y en verdad. 1 Juan 3:18.

 

Padres y abuelos debemos estar preguntándonos: ¿qué le estamos enseñando a nuestra nueva generación? ¿Cuál es nuestra herencia moral y espiritual para ellos? ¿En verdad mostramos el fruto del Espíritu o son las obras de la carne lo que predomina? Tenemos que conservar el balance entre lo que decimos ser y lo que hablamos, aún en los momentos de silencio; los niños entienden cada accionar de los adultos, pero si alimentamos el vínculo estrecho del amor con acciones de afecto y calidez en las palabras, nuestros pequeños aprenderán que aunque los reprendamos y disciplinemos, lo hacemos porque los amamos y cuidamos; nuestra relación paternal y maternal debe ser fuerte, firme y estrecha con ellos, para que aprendan el respeto a los padres y abuelos; nuestra misión como adultos responsables es la de ser sembradores y cultivadores del amor de Dios en sus corazones, lo cual va unido a la enseñanza, la educación, la corrección, disciplina y buen ejemplo. Amados, hay tiempo para todo: tiempo para rasgar, tiempo para coser, tiempo para callar y tiempo para hablar. Eclesiastés 3:7.

 

Lo Digo desde la experiencia, que ser verdaderos hijos de Dios, requiere pasión por nuestro SEÑOR Jesucristo, y eso deben verlo en nosotros los hijos y los nietos, siendo agradables delante de Dios, viviendo lo que es santo, bueno, verdadero, justo, puro y amable, llevando a la práctica todo aquello que es virtuoso y merece alabanza; de esa manera seremos padres correctos y acertados que aman, acompañando cada día y comprenden a los menores, entonces ellos nos verán y aprenderán a amar a Dios por encima de todo y a pesar de todo, porque ser espirituales, pero aterrizados, nos permite reflejar el carácter del SEÑOR, siempre enamorados y locos por Dios y su reino de paz. En todo esto seremos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó; nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, SEÑOR Nuestro…Romanos 8:37-39.

 

Nuestro Padre celestial nos conoce profundamente y no para de trabajar por nosotros sus hijos, entonces ¿qué de nosotros, padres y abuelos? Nuestra labor es estar alerta y atentos de cada paso que dan los niños y los jóvenes, porque si los conocemos muy bien, sabemos quiénes son y a dónde van; hoy en día, en este mundo de maldad, no podemos dejarlos solos ni un momento porque satanás aprovechará cualquier puerta abierta para meterse; por lo tanto, nuestra meta y propósito como custodios y tutores de hijos y nietos es que ellos conozcan a Cristo a través de nosotros, para que amen la palabra, conserven los actos espiriruales y se apasionen por Dios que da vida y la salvación, conduciéndonos a su reino; y es en este tiempo cuando más importante es desempeñar correctamente nuestro rol de padres y de abuelos. Grabando en la mente y el corazón todo lo que Dios nos ha enseñado; para luego repetirles a los hijos todas las enseñanzas de Dios, hablando de ellas, en la casa, en el camino, al acostarnos y al levantarnos. Deuteronomio 6:6-7.

 

Si ganamos ganamos a los niños para Cristo, habremos salvado vidas, y si gananos jóvenes para Cristo, habremos salvado sus almas, desde temprana edad, especialmente se requiere en estos momentos de locura y oscuridad que vive el mundo; nuestros niños y jóvenes deben estar fuertes y firmes para capotear y vencer el mundo, avanzando en el reino de Dios, y su alma gozaará de la plenitud de la deidad, no habrán vacíos en su interior, y se sentirán completos en Dios, amando la oración y la alabanza, siendo agradecidos por todo, porque en Cristo tenemos liberación y perdón de pecados. Colosenses 1:14-19; Y con Dios experimentamos todo su poder, pues Cristo es cabeza de todos los seres espirituales que tienen poder y autoridad. Colosenses 2:10.

 

Aprendí en la universidad, que los adultos debemos bajarnos al nivel de los niños, es decir, que si hablamos con ellos, nos inclinamos para quedar mirándonos cara a cara y encontrarnos con la mirad de ellos para tener un diálogo de confianza y comprensión en nuestra conversación; les hacemos preguntas y ellos tienen la oportunidad de responder con sinceridad y libertad, y así nosotros sabemos lo que hay en su corazón y lo que les puede estar sucediendo en un momento determinado del día; esos son momentos para practicar la pedagogía de la presencia y mostrarles carácter firme, personalidad clara y la autoridad delegada de Dios, pero también para expresar amor y comprensión, para que ellos abran su corazón; pues somos los padres y abuelos los primeros en ministrar al corazón de los niños, enseñándoles de todo un poco; es decir, charlando, cantando, bailando, tocando algún instrumento, narrando y leyendo historias, o dibujando y hasta escribiendo pues con la crianza se desarrollan los dones y talentos en familia. Y Dios dijo a Moisés: Ojalá siempre tengan tal corazón y no cambien de opinión, para que me adoren y guarden todos mis mandamientos, así a ellos y a sus hijos les irá bien siempre. Deuteronomio 5:29.

 

Educar niños y trabajar con jóvenes bíblicamente es edificar vidas enteras y ganar almas para Cristo, padres y abuelos somos libros abiertos y escritores de muchas páginas en el libro de la vida de nuestras nuevas generaciones, grabemos riqueza espiritual y personal en su interior para que mañana tengan un tesoro insugne de legado en su alma, con todas las experiencias que ellos y nosotros compartimos, es decir, que todo lo que vivimos con hijos y nietos, cree en ellos una verdadera obra de arte esculpida en su espíritu con el cincel del amor y la entrega, esto es dejar huella, legado y herencia para siempre, impactando con sabiduría de lo alto la existencia de nuestras nuevas generaciones para que sean verdaderos gestores de cambio y columnas de progreso, honrando a Dios en la sociedad. Que el SEÑOR nos ayude a amar como Dios nos ama, para mantener la fortaleza y la paciencia en Cristo.  2 Tesalonicenses 3:5.

 

Nuestra responsabilidad de padres y abuelos es alta y poderosa delante de Dios, pues  debemos ser el primer refugio y el mejor ejemplo para niños y jóvenes, conservando el ardiente deseo de eliminar la brecha generacional que hoy separa y divide a la sociedad actual; el mundo les ha inculcado que los adultos somos malos, y que por lo tanto, ellos deben rebelarse, lo cual es totalmente contrario a la verdad de Dios y de lo hermoso que es contar con una familia de padres, hijos y abuelos que se aman, se ayudan, se complementan, se ayudan y se sostienen con la luz de Dios y su amor en medio del mundo oscuro, la división y confusión que imperan de esta sociedad sin rumbo. Porque la corona de los ancianos son los nietos, y el orgullo de los padres son sus hijos. Proverbios 17:6.

 

Multiplicar generaciones poderosas y santas es nuestra tarea y trabajo en equipo con Dios, padres y abuelos, por eso tenemos que educar en la verdad, la justicia, el orden y la libertad que emanan de Dios, mediante la instrucción de su palabra, para corregir sobre la base del amor y la autoridad a la manera de Dios y no según los hombres; hemos de ser adultos con el poder de ser como niños para comprenderlos a ellos y estar a su nivel en el momento de educar, formar y enseñar. Porque les aseguro que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Mateo 18:3.

 

La realidad detrás de todo esto, es que la humanidad y las generaciones con el paso de los años han ido cambiando, pero no para bien, sino para mal, pero debemos saber que cada uno de nosotros posee un tesoro interno que Dios ha puesto en nuestro ser, el cual debemos descubrir; todos, aunque pensemos y actuaemos diferente según las circunstancias, tenemos que expresarnos educada y amablemente guardando el respeto, no solo por ser humanos que razonan, sino porque la ciencia y la tecnología no deben influenciar hasta el punto de convertirnos en entes mecánicos; el mundo y su sistema no son los que nos manejan ni nos cambian para mal, es Dios y su palabra lo que debe estructurar nuestro carácter y permear el alma con su verdad por los siglos, así que debemos dejar de pecar deliberadamente para no repetir errores, del pasado y la historia; los hijos de Dios, somos adultos de valor y de ejemplo, para que también nuestras nuevas generaciones cambien para bien, impactadas por la correcta enseñanza el ejemplo y la guía sabia de padres y abuelos. Porque nosotros no ocultaremos la ley de Dios a nuestros hijos. Con las generaciones futuras alabaremos al SEÑOR y hablaremos de su poder y sus maravillas. Salmos 78:4.

 

No podemos quedarnos con la crítica, mentira y murmuración del mundo, estamos llamados a la santidad y el contentamiento en alabanza a Dios por su lluvia de bendiciones, con gratitud en el corazón, porque los niños que siguen naciendo sobre el planeta exigen conocimiento, sabiduría y discernimiento a la manera de Dios para saber distinguir entre lo bueno y lo malo, y que no sean materialistas, ansiosos, ni demandantes con padres complacientes de caprichos, con familias sanas y balanceadas, donde todos juntos seamos realistas, maduros y coherentes con la fe que profesamos en Cristo, poniendo límites que permitan vivir en unidad y en paz; por eso padres e hijos debemos eliminar la inmediatez y las cosas innecesarias lanzadas por los medios; asi que, tengamos lo necesario en su momento, según los recursos y posibilidades dados por Dios. El que escatima la vara odia a su hijo, pero el que lo ama lo disciplina con diligencia. Proverbios 13:24; Y los hijos deben obedecer a sus padres, porque esto es justo delante del SEÑOR, Efesios 6:1.

 

Transformemos el desequilibrio en estabilidad con familia sólidas, no siendo padres complacientes que cubren todo con dinero, para que los hijos no sean demandantes ni instantáneos a la hora de pedir algo, por eso se requiere la oración ferviente de los padres y sus hijos, para tener el consejo y la dirección de Dios en el hogar; unidos planteemos la diferencia entre lo importante y lo urgente, con relación a lo que en verdad se necesita, y así ser lógicos y objetivos; los hijos deben entender que las cosas se obtienen poco a poco, con trabajo y con esfuerzo, pues Dios da unos recursos para cada momento. Porque YO se los planes que tengo para ustedes, declara el SEÑOR: planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro de esperanza Jeremías 29:11.

 

Tanto padres como hijos y abuelos, debemos saber que nuestra primera opción de ayuda, socorro y consejo es de Dios, orando y yendo a la palabra, para que mañana nuestras nuevas generaciones no sean ateos, y que nadie venga a dañarles la mente con ideologías diabólicas de género y revolución; padres y abuelos, nuestra oportunidad para educar y edificar generaciones poderosas y santas es ahora y mientras criamos y compartimos juntos, asi trascenderenos dejándo el legado del ADN de Dios en Cristo y su palabra habiendo sido creados a su imagen y semejanza, así que luchemos hasta el final como padres y abuelos de honor y valentía que saben dejar huella en nuevas vidas; practiquemos el arte de la evangelización con niños y jóvenes, hoy más que nunca. Cuando sus hijos tenían banquete, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, levantándose temprano, hacia ofrendas a Dios conforme al número de todos sus hijos, porque Job decía: quizá mis hijos hayan pecado o maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre. Job 1:5.

 

Sin fe es imposible agradar a Dios, así tampoco podemos edificar vidas de fe en nuestros hijos y nietos, ellos tienen que ver la practica fiel de nuestra fe obediente a Dios, así como nos gusta la comida, a Dios le gusta ver nuestra obediencia a sus mandamientos con firmeza y dependencia en Él y su palabra, creyéndo y aceptando sus instrucciones, dejando atrás las falacias de este mundo, de tal manera que si hacemos todo lo mejor posible con nuestros niños y jóvenes, no habremos perdido el tiempo, Dios nos dejará ver el fruto de nuestro esfuerzo como lo hizo con Abraham padre de la fe. Porque YO lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR cumpla en su siervo, todo lo que el SEÑOR ha dicho a ceca de él. Génesis 18:19.

 

Padres y abuelos, tenemos que conquistar el corazón de nuestros niños y jóvenes en este tiempo, aunque el mundo haga creer a todos, que las nuevas generaciones tienen otro chip, ellos necesitan conocer la verdad genuina que no cambia jamás, y esa verdad es Dios y su palabra, por lo tanto, tenemos que ser amigos íntimos de Jesús y conocedores de las Escrituras para poder conducir a Dios, esas nuevas generaciones poderosas y santas, mostrando a Cristo y dando el fruto del Espíritu, todos juntos unidos en familia creciendo en dones y talentos para marcar un hito en la historia de la humanidad, así estemos en el final de los tiempos, en Dios haremos proezas y tendremos su respaldo, apoyo y respuesta. ¿Por qué ha acontecido esto en días de tus padres? Para que lo cuenten a sus hijos, y sus hijos a las otras generaciones. Joel 1:2-3.

 

Los padres tienen que vivir conectados a Cristo, llenos del Espíritu, consagrados y dando testimonio de su fe en el Altar familiar diario, para que ellos aprendan a oír la voz de Dios, con un propósito claro para su vida y discerniendo en todo lo que oyen iluminados por la luz de la Palabra, trascendiendo en espíritu y con el vínculo del amor, de tal manera, que nuestra dulzura con disciplina y corrección se arraiguen en el corazón de ellos. Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones las enseñanzas de tu madre. Proverbios 1:8.

 

El padre es cabeza de su familia, porque él es quien engendra el gen, y la mujer al concebir, edifica y construye su casa, de tal manera, que ambos representan a Dios frente a sus hijos y ambos tienen autoridad delegada, por eso ambos tienen la misma responsabilidad, con deberes, roles y derechos propios, cada uno cumpliendo su parte para construir su casa sobre la Roca, para un buen futuro de los hijos y la familia en general; de entre nuestros hijos Dios puede sacar profetas, maestros, evangelistas, pastores y servidores del reino de Dios en la tierra, lo cual es un privilegio y una gran bendición. He aquí, que los hijos que nos nacen, son herencia y ricas bendiciones del SEÑOR, recompensa y fruto del vientre. Salmos 127:3.

 

Si hay padres que creen que han fallado y tienen hijos difíciles, no pierdan la fe ni la esperanza, sigan orando, trabajando con ellos y dando amor, entréguenlos a Dios, porque Él puede hacerse cargo para mostrar el cambio para su gloria, a Él nada le queda difícil ni imposible, Dios cumple lo que ha dicho en su palabra; ah, y recuerden que edificar una casa y formar un  hogar con vidas de fe, es un trabajo de equipo entre Dios y nosotros; aunque el enemigo muchas veces quiera debilitarnos, entretenernos para hacer que perdamos la fe mostrando a los padres hijos rebeldes y difíciles; confesemos la verdad de Dios sobre nuestros hijos y nietos, cubriéndolos en oración y rodeándolos de amor y confianza. Y que le cuentes a tus hijos y nietos, la forma en que YO, derroté a los egipcios, y cómo he mostrado mis señales entre ellos, para que todos sepan que YO SOY el SEÑOR. Éxodo 10:2.


Los creyentes NO somos reproductores de generaciones débiles ni de cristal como dice el mundo, sino que a los hijos que se les dió todo s8n exigirles nada, nos dejándolor pasar por el sufrimiento, ni permitiendo que sean humillados, es debido a padres con el corazón enfermo que no saber criar hijos sanos, y tampoco saber tener comunión con Dios, para interceder y orar por sí mismos y sus generaciones, por eso los padres deben ser sanados emocionalmente para poder andar en el Espíritu y ser llenos de su fruto, convirtíendose en tierra fértil con sus hijos y, caminando rumbo a la santidad. Y nosotos no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que permanecen en la fe para preservación de vida y salvación del alma. Hebreos 10:39.

 

Por último, seamos empáticos, pongámonos de lado de los hijos nunca en contra, pues ellos son nuestra primera obra misionera, y nuestra Jerusalén en la Gran Comisión, Dios nos ha dado lo mejor en ellos, creamos en la clase de hijos benditos que Dios ha provisto, por lo tanto, saquemos lo mejor de ellos, tomando a Dios en serio y en el centro del hogar, tomemos el control y el gobierno de la casa, porque si padres y abuelos hacemos nuestra parte, Dios hará la suya; y al final cuando crezcan, veremos lo que hemos sembrado con el legado de fe y consagración a Jesucristo, habiendo aprendido a ser humildes, mansos y santos andando en la verdad, y que los hijos sean lo que somos nosotros, logrando tener en estos últimos tiempos, esa generación poderosa y santa, para,el SEÑOR. Hermanos queridos, sigamos firmes y contantes, trabajando más y más en la obra del SEÑOR, porque no es en vano que hemos trabajado sino en unión con el SEÑOR. 1 Corintios 15:58.

 

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.




21 oct 2025

GPS FAMILIAS-PARTE UNO


FAMILIA GPS, GENERACIÓN PODEROSA Y SANTA- PARTE UNO.

Grávate en la mente y en el corazón todas las palabras que YO te he dicho hoy; enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, cuando te cuestes y cuando te levantes. Deuteronomio :6-7.

 

No ocultemos la ley y fidelidad de Dios a nuestros hijos; contemos a cada generación venidera la potencia y las maravillas hechas por el SEÑOR, para que todos alabemos lo que Él ha hecho. Salmos 78:4. 


Pues me acuerdo de la fe sincera que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y que estoy seguro que también habita en ti. 2 Timoteo 1:5.

 

Esta es una enseñanza emanada del corazón de Dios con base en su palabra, y expuesta por una sierva del SEÑOR en la congregación, algo muy oportuno para estos tiempos oscuros, confusos y peligrosos donde se atenta contra la familia y el diseño perfecto de Dios, por l9 cual debemos proteger la familia y desarrollo correcto de estas nuevas generaciones, sobre la base de los principios de Dios para salvar vidas y almas. El tema se llama GPS de familias que multiplican una generación poderosa y santa para Dios en cada hogar, con padres y abuelos cristianos y sabios que aman a Dios y educan bien a hijos y nietos para que lleguen a ser instrumentos en las manos de Dios, viviendo a la manera del Creador y Salvador y que no imiten ni amen el mundo, porque si se conquista el mundo, pero se pierde la familia, habremos fracasado en la vida, pero Dios tiene el control y la última palabra con cada uno de sus hijos, como ya se ha escrito varias veces en este Blog.Todos tus hijos serán enseñados por el SEÑOR, y Él multiplicará su paz sobre tus hijos. Isaías 54:13.

 

Siempre lo he sostenido y lo afirmaré hasta el final: la familia es lo más importante después de Dios, la familia es el centro y núcleo de los vínculos afectivos más fuertes que sustenta la sociedad, y manifiesta el reino de Dios en la tierra, porque es en la familia donde los padres construimos no solo la casa, sino la vida de nuestros hijos sobre la Roca que es Cristo y su palabra. Y aunque ustedes hayan creído que el enemigo les arrebataría sus hijos, serán esos niños que todavía no tienen uso de razón, los que entrarán a la tierra prometida; YO les daré propiedad a ellos. Deuteronomio 1:39.

 

Si hay familias sanas integralmente, se podrá edificar la Iglesia del SEÑOR como GPS de generaciones poderosas y santas, promoviendo el orden, la justicia, la verdad y libertad de las naciones que progresan y honran al Creador, con el fruto de padres y abuelos responsables que han educado, edificado y conducido a las nuevas generaciones en la palabra de Dios y caminando de la mano de Dios. Porque Dios estableció testimonio en Jacob y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que lo notificaran a sus hijos; para que la generación venidera lo sepa y los hijos que nacerán; y los que se levanten, lo sigan contando a sus hijos, para que pongan en Dios su esperanza, y no ignoren ni se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus mandamientos. Salmos 78:5-7.

 

Somos los padres y los abuelos los responsables de la clase de personas que serán nuestras nuevas generaciones en el futuro próximo, porque la fe genuina es coherente con lo que enseñamos a los niños y los jóvenes, conscientes de que ellos son el regalo más grande e importante que Dios ha depositado en nuestras manos; de tal manera que padres y abuelos, estamos llamados a dejar la huella de un legado y una herencia moral y espiritual a la familia, dándoles a conocer a Dios, en Cristo con nuestra vida como ejemplo y testimonio a seguir y al servicio del SEÑOR. No vivimos una religión llena de sermones, porque lo que Cristo nos enseñó y mostró, fue santidad y obediencia al Padre; nosotros de igual manera, mostremos y reflejemos a Cristo siendo padres y abuelos conforme al corazon de Dios y con el carácter de Cristo. Hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, como corresponde a la plena madurez en Cristo. Efesios 4:13

 

Los hijos y los jóvenes repiten lo que han visto hacer en los padres, lo que ellos son, creen y muestran, es el legado que los adultos vamos dejando en su carácter, y no les podrás exigir o pedir que hagan algo que no vieron en casa; el legado del cristiano es intangible y eterno, se diferencia de la herencia material que dejamos a hijos y nietos, porque es un legado moral de principios y valores espirituales por la fe en Jesucristo y su palabra, algo que nadie podrá quitarles ni romper, pues queda plantado en su alma para caminar con Cristo. Dale buena educación e instrucciones a tu hijo, conforme a la palabra de Dios, para que cuando llegue a viejo, se mantenga firme en ello. Proverbios 22:6.


Para poder dejar ese legado y esa herencia, lo primero que debemos cultivar entre ellos y nosotros, es el vínculo perfecto del amor, dentro de una relación y conexión de afecto y respeto mutuo, porque Dios es amor, por eso el Gran Mandamiento nos ordena amar a Dios, como lo recalcó Jesús: Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es e principal mandamiento, y de él se desprenden los demás. Lucas 10:27

 

En el vínculo y conexión del amor hay comunión, comunicación, conocimiento y comprensión que involucra todo nuestro ser, tanto en lo que somos, hacemos, como en lo que sentimos y pensamos unos de otros, lo cual debe marcar la diferencia entre padres cristianos y padres del mundo; nuestros niños deben aprender a escuchar la voz de Dios a través de los padres, abuelos y la familia en general, así no atenderán la voz de los extraños que los desvía de la verdad; por lo tanto, padres y abuelos deben estar de acuerdo en la casa, a cerca de lo que deben hacer con sus niños y jóvenes pero sin rivalizar ni competir, sino estar de acuerdo, porque para el niño y el joven, el bueno será aquel que complace sus caprichos, y el malo el que se los niega. Que ustedes los padres no hagan enojar a los hijos; porque es mejor educarlos con disciplina e instrucción, que es lo que ordena el SEÑOR. Efesios 6:4.

 

El vínculo del amor es la base de todo lo mejor que podemos dar a los pequeños, y que nos conecta física, espiritual, emocional y sicológicamente con ellos, produciendo intimidad, seguridad y confianza, lo cual implica un estado profundo de vida santa e intencional, de tal manera, que en muchos momentos, los padres puedan corregir a sus hijos con tan solo una mirada, porque al mismo tiempo, los padres que intimidan con sus hijos, saben qué le sucede a cada uno de ellos; pues fue exactamente la intimidad y la comunicación con Dios lo primero que perdieron Adán y Eva en el Huerto del Edén, y al oír la voz de Dios se escondieron; a partir de ese momento se le complicó la vida al ser humano, y todo se hizo difícil y pesado, no solo en la relación con Dios, sino en la comunicación entre padres e hijos. Génesis 3:8.

 

Algunos padres no golpean a los hijos con las manos, pero los hieren profundamebte con puños emocionales que les causan dolor, cuando debieran dar tiempo de calidad para el diálogo, la comunicación y la comprensión, cultivando el vínculo del amor, ellos crecen muy rápido, la vida pasa pronto, y los polluelos vuelan pronto del nido; y Dios no nos dio familia solo para ser proveedores de lo material y lo físico, sino para cultivar amor sincero, afecto y calor de hogar, sacando tiempo para estar juntos, padres e hijos, en familia, practicando la empatía y el acompañamiento con cada hijo, tanto en los procesos de desarrollo, como en los eventos de la vida diaria, y los hijos aman y quieren la presencia de sus padres, porque con ellos se sientes seguros, eso significa trabajar con la pedagogía de la presencia que construye vidas fructíferas, firmes y útiles para Dios, para sí mismos y para la sociedad; con esta pedagogía tendremos hijos sanos, seguros, determinados y honestos. Disciplinar y corregir a los hijos producirá gente sabia, pero el hijo consentido avergüenza a su familia. Proverbios 29:15.

 

Para llegar a ser los padres y abuelos que Dios espera de nosotros, tenemos que sanar primero las heridas de nuestro corazón y del alma, evitando así desahogar nuestro dolor y rabia con los hijos, pues al corregir los hijos, siempre debemos estar lúcidos y sibrios para disciplinar con cordura y a la manera de Dios, no en nuestras emociones enfermas; tengamos en cuenta que niños y jóvenes son espirituales y emocionales como los adultos, así van poseer y repetir lo que hacemos con ellos; por siempre tendrán en su mente y en su corazón lo que fueron sus padres con ellos cuando eran pequeños y estaban en la temprana juventud, época cuando todo ser humano es inexperto y necesitado de ayuda, comprensión y dirección. Padres no sean exasperantes ni exigentes con sus hijos, para que ellos no se desanimen. Colosenses 3:2.

 

Por ningún motivo se debe ver a los hijos como si fueran una carga económica o emocional, ellos son herencia de Dios para la familia y la sociedad, de nosotros los adultos depende que ellos sean gente poderosa y santa para Dios y bendición para los padres; los hijos nos fortalecen, nos dan sentido y ánimo para vivir, de igual manera somos para ellos; mutuamente somos usados por Dios para que aprendamos a convivir y mantenernos juntos, y que los padres no se divorcien; si llega una prueba o dificultad un hogar donde los padres se mantienen firmes, Dios enviará provisión y bendición de muchas maneras; vaya que sí lo sé y testifico esta gran verdad, porque Dios es fiel, y como padres debemos permanecer en el hogar; por eso ambos padres dejan su casa paterna para que ser uno en su hogar. Con las primeras palabras de los niños más pequeños, y con los cantos de los hijos mayores, Dios ha construido en nuestro hogar, una fortaleza contra los enemigos. Así hacen callar a los que pregonan odio y venganza. Salmos 8:2.

 

Dios nos ha hecho padres inteligentes para aprender a conocer y ver el interior de los hijos con tan solo una mirada, y así saber lo que le sucede a nuestros hijos, con cada silencio, cada gesto, ademán y palabra de nuestros hijos, ya hay un mensaje para los padres, razón por la cual debemos estar presentes y atentos a escucharlos, evitando que corran a los extraños, de tal manera que tenemos que estar siempre llenos del aceite del Espíritu Santo dando fruto, porque todo lo mejor se desprende del amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, humildad, mansedumbre, piedad y templanza o dominio propio hacia los hijos, y todo eso lo necesitamos los padres y abuelos a diario para criar a niños y educar jóvenes. Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Proverbios 6:20.

 

Si los padres están llenos del Espíritu, se verá el fruto para no gritar ni golpear violentamente a los hijos, para responder con suavidad y afecto como legado recordado de amor y comprensión, y cuando ya no estemos, ellos nos recuerden bien, y sean repetidores de lo bueno y correcto que les dimos y marcó su corazón, aprendiendo lo mejor de sus padres y abuelos; ser padres y abuelos es hermoso, algo incomparable que nos hace ver a Dios en la vida de los infantes y la unión familiar, tener hijos no solo es un regalo, es un privilwgio y mandato de amor para poblar la tierra, Genesis 1:28, lo cual muchos cristianos a causa del miedo no lo hacen, pero los musulmanes sí, hasta el punto de tener 30 hijos para sembrar el extremismo salvaje, violento y diábolico, y ¿qué de nosotros? Dios es nuestro mejor Padre y nunca como padres nos deja solos ni abandonados. Porque como es de tierno y compasivo un padre con sus hijos, así el SEÑOR es tierno y compasivo con los que le temen. Salmos 13:13.

 

Tenemos un antes para dejar nuestro legado a los hijos recordando lo bueno que aprendimos de nuestros padres y abuelos para repetirlo sin olvidar lo bueno y lo no tan bueno, pero siendo hijos de Dios y ciudadanos de su reino, nuestro legado es eterno, por eso debemos cultivar nuestra amistad con Cristo para estar conectados con Dios, de corazón, espíritu, mente y cuerpo aportando sabiduría a los hijos para que sus emociones y sentimiento sean a la manera de Dios, y reflexionando en su palabra, juntos como familia en el altar familiar; con la ayuda de Dios criaremos hijos inteligentes, temerosos de Dios, pacientes y prudentes, y que todos terminemos pareciéndonos al SEÑOR Jesucristo, pues en nuestra relación íntima con Dios somos confrontados, cambiados y transformados rumbo a la perfección. Porque cada uno recogerá el fruto de lo que dice y hace, Proverbios 13:2; y todos debemos estar sujetos unos a otros, Efesios 5:21; Para lograr ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, Mateo 5:48.

 

Del proceder y comportamiento de los padres y adultos de la familia, depende el acercamiento de los niños y los jóvenes a Dios, ya sea por ser acogidos o rechazados, porque los pequeños deben experimentar confianza y no miedo; por eso, escuchemos más y hablemos menos, lo que realmente es necesario, pues los hijos requieren ser escuchados todo el tiempo conectados con sus padres; asi que los padres no seamos cantaletosos; es en el ambiente comunicacional de la familia pues todos aprenden a identificar los procesos psicológicos, emocionales y biológicos unos de otros, acompañándonos y comprendiéndonos hasta el final, pues hasta la muerte somos padres; y el SEÑOR Jesús destaca la importancia de recibir a los niños con amor. El que recibe a un niño en mi nombre, me recibe a Mí, y a Aquel que me envío. Marcos 9:37.

 

Los padres que son hijos de Dios deben caracterizarse por ser verdaderos progenitores que desbordan cariño, atención y responsabilidad en el desarrollo integral de niños y jóvenes, conociéndolos, identificando sus gustos y disgustos a centrándose en la importancia de la relación y el vínculo afectivo, mediante constante comunicación al calor del hogar. Así, el hijo prudente escucha la instrucción de su padre; porque los padres crían a sus hijos en la disciplina y amonestación del SEÑOR. Efesios 6:4.

 

Si tenemos hijos, es porque Dios nos ha confiado la misión y responsabilidad de ser padres y abuelos para educarlos en el camino del SEÑOR, y que al final los entreguemos a Él, formados y construidos en la palabra, y que pidamos decir; Padre, he cumplido la tarea y la misión que me diste con los hijos, entonces todo será multiplicado y bendecido, porque la instrucción en la palabra y la devoción, crea personas reverentes a Dios y enseñados por Dios; padres y abuelos debemos estar anhelando a Dios en cada respirar, con la decisión de buscarlo cada día, llenando nuestra mente y corazón con el fluir del Espíritu. ¿quién habitará en tu casa, y quien morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua ni hace mal a su prójimo, y tampoco admite reproche alguno contra su vecino…el que permanece firme y el engaño no lo cambia; el que no da su dinero a usura, ni contra el inocente admite cohecho. El que actúa así, no resbalará. Salmos 15.

 

Todo padre y abuelo está llamado a ser un mentor y maestro de niños y jóvenes, y las buenas costumbres y hábitos empiezan en el hogar, y aunque muchos padres dan premios y cosas a sus hijos por merecerlo, Dios nos da todo por gracia y por amor, y en el espejo de Dios tenemos que vernos para aprender a ser padres, razón por la cual nadie en el hogar debe estigmatizar a los niños ni a los jóvenes, por algún error que cometieron, y los padres no deben decir cosas negativas de sus hijos, al contrario, deben prifetizar bendiciones sobre ellos, de acuerdo a la palabra de Dios, escucharlos, comprenderlos y explicarles cada situación, pues cada hijo es una joya preciosa, un tesoro en particular en las manos de Dios y de los padres. Y aunque el padre y la madre abandonen a los hijos, el SEÑOR, se hará cargo de ellos. Salmos 27:10.

 

Si como padres no valoramos a los hijos en el hogar, entonces ¿quién y dónde? Valorar y cuidar a los hijos, es formarlos con carácter y fe firme, leyéndoles la Escritura, explicando y compartiendo textos donde ellos ouedan hacer preguntas, y mostrando el punto central de cada texto, para conectar su corazón al corazón de Dios, pero primero debemos revisar cómo estámos nosotros los padres con Dios, porque no podemos darles lo qye no tenemos y tampoco perder su proceso de desarrollo y ciclo vital; y aunque los hijos crezcan y maduren, hay que estar enterados de cómo está su mundo interior y qué hacen; si en algún momento sufrimos por ellos, todo tiene un propósito en Dios, lo cual se pregunta en oración. Porque si sufrimos es para nuestra corrección, porque Dios nos trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? Hebreos 12:7.

 

Si los hijos no nos buscan, nosotros los padres los buscaremos, es lo que nos corresponde mientras tengamos vida, pues padres seremos hasta el final de nuestros días; la Biblia nos muestra ejemplos de padres desde Adán padre de la raza humana, Abraham para de naciones, Noé y Moisés padres de todo un pueblo, y Jacob padre de las doce tribus, hasta David, un hombre conforme al corazón de Dios y José, padre terrenal de Jesús, pero el mejor Padre siempre será Dios y a Él debemos imitar, porque Dios es luz y verdad que no cambia, es misericordioso y justo, escuchando siempre a los que se refugian en Él. 1 Juan 1:5, Santiago 1:7, Salmos 50:6, 116:5 y Salmos 18:30.

 

Amemos a los hijos de palabra y con acciones que confirme nuestro amor por ellos, abrazándolos, dándoles besos, hablándoles tierna y cálidamente, cara a cara y personalmente mirándolos a los ojos con actitudes amables; cada mañana en la oración, pidamos a Dios que nos dé una frase que nos conecte con los hijos, y que cada familia tiene su altar familiar, y que cada hogar pueda llegar a ser una iglesia, una congregación pequeña para Dios; pues vienen días peligrosos de persecución y muerte, por eso debemos esforzarnos como los padres valientes y de fe, del final de lis tiempos, gente cristiana poderosa y santa que ha nacido de nuevo, y se mantiene revestida del hombre nuevo, en la nueva naturaleza y el carácter de Cristo. Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo santo. Revístanse con sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Colosenses 3:12; Pues me acuerdo de la fe sincera que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y que estoy seguro que también habita en ti. 2 Timoteo 1:5.

 

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.


Para los grandes problemas, el mejor remedio es la paciencia. Eclesiastés 10:4b.