Pero la
hora viene, y es ahora mismo, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad, conforme al Espíritu Santo de Dios. Porque el
Padre quiere que así lo hagan los que lo aman. Juan 4:23.
Que la
palabra de Cristo habite en abundancia en nosotros, con toda sabiduría
enseñándonos y amonestándonos unos a otros con salmos, himnos y cantos
espirituales, cantando a Dios con acciones de gracias en nuestro corazón, Y
todo lo que hagamos de palabra o de hecho, hagámoslo en el nombre del SEÑOR
Jesús, dando gracias por medio de Él, a Dios el Padre. Colosenses 3:16-17.
El Espíritu es el que da la vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que YO les he hablado son Espíritu y son vida. Juan 6:63.
Dios ha estado sacudiendo las naciones de la tierra y el mundo, como nunca antes, con el fin de mover al arrepentimiento a cientos de vidas, para provocar el mayor avivamiento y cosecha de todos los tiempo, porque viene el día terrible del SEÑOR y cercano está; todo es cumplimiento profético, respuesta divina, recompensa y liberación a favor del pueblo y los discípulos de Cristo con palabra viva y derramamiento espiritual tal como lo anunció Joel y se vio en los Hechos donde el Espíritu se manifestó en el Aposento Alto; porque aunque grande y temible será el día del SEÑOR, su misericordia y oportunidad de vida, están dadas en un nuevo mover y derramamiento del Espíritu Santo, para santidad, consagración y proclamación del Evangelio con poder y sin miedo, como lo hizo Pedro en el primer sermón evangelístico de la iglesia naciente, Hechos 1:1-12. Conviértanse a Mí, con ayuno, lloro y lamento; rasguen su corazón y no sus vestidos, y vuélvanse a Mí, que SOY misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, porque Me duelo del castigo. Joel 2:12-13.
Joel profetizo el derramamiento del Espíritu y Pedro lleno del Espíritu habló de Jesucristo con denuedo, es decir, guiado por el Espíritu, con la valentía y osadía de un fiel servidor de Dios, a pesar del peligro, redundando en la salvación de muchos. En una ocasión más de tres mil se añadieron al pueblo de Dios, Hechos 2:41-47, luego se añadieron más de cinco mil, Hechos 4:4; eso es derramamiento del Espíritu para avivamiento y vida; porque no son luces de fiesta, ni mucho ruido, avivamiento no es buena música ni y el micrófono moviendo las emociones, el verdadero avivamiento resulta de ser llenos del Espíritu de Dios, a causa de la entrega y consagración a Él, con el compromiso serio de hijos que permanecen en su presencia, orando y adorando; santos con acciones de vida y de fe, que profundizan en la Escritura, memorizan, vivencian y guardan silencios, con ayunos, abnegación, servicio y generosidad hacia los necesitados, compartiendo la vida y enseñanzas de Cristo para lograr lo de Joel 2:28-32 y Hechos 2:17-39.
En años pasados hubo despertar espiritual y se vieron grandes avivamientos, debido al arduo trabajo y sacrificio de misioneros y siervos de Dios que pusieron su vida en peligro de muerte, para ganar poblaciones y ciudades para Cristo, pero actualmente esto se ha visto reducido a su menor expresión; sin embargo, la hermosa gloria de Dios derramada sobre miles de personas provocará con el fluir del Espíritu de Dios, el mayor despertar y avivamiento para los últimos tiempos; y la tarea para el pueblo de Dios, es proclamar las Buenas Nuevas de salvación, algo que no es solo para unos pocos, sino para todo hijo de Dios, pero sin obras, la fe de muchos se pone en decadencia, provocando que el mundo sea plagado de maldad. Lo que vemos es solo el comienzo del sacudimiento mundial, donde las personas, las familias, las instituciones, la naturaleza y el mundo espirirual se verán interrumpidos en su "curso normal" porque Dios elimina la falsa seguridad en los recursos terrenales, obligando a la raza humana a volverse a su Salvador. Porque la tristeza que es según Dios trae arrepentimiento para salvación; pero la tristeza del mundo produce muerte. 2 Corintios 7:9-10.
El propósito de todo este sacudimiento espiritual y propagación del Evangelio es juzgar el pecado y la rebelión contra Dios, pero también purificar y refinar al pueblo para completar el remanente y alistarnos para la aparición del SEÑOR Jesús; necesitamos urgentemente ser llenos del Espíritu Santo, para renovar la unción, ser santificados, puros, sin mancha y sin arruga, con poder y autoridad espiritual y moral, en la preparación de la última gran cosecha antes del arrebatamiento, y ser hallados fieles testigos y genuinos discípulos de Jesucristo donde quiera que vayamos; en la medida que respondamos adecuadamente a Dios con este sacudimiento, estaremos preparados para tomar acción activa en el gran avivamiento de los tiempos finales con la revelación gloriosa de la soberanía de Cristo. Hechos 1:8. Porque hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. Salmos 40:8.
Si la salvación es por gracia, el aviamiento es recompensa divina al trabajo responsable de siervos con vidas espirituales sólidas, maduros comprometidos y entregados totalmente al SEÑOR, deseosos de ver a sus familias salvas, con maravillas, sanidades, y liberación; este será un avivamiento sobrenatural y único, con provisión de recursos, visión profética, oración, clamor y poderosa adoración, para ver la cosecha; será un trabajo unido del Espíritu Santo, y los santos rendidos al Todopoderoso; se necesita que todo el pueblo de Dios trabaje por el reino con esfuerzo, pagando el precio, y que muchos abandonen su acostumbrado facilismo, automático del menor esfuerzo, porque el Espíritu se moverá con poder entre el pueblo para alcanzar a los que ahora están tibios y perdidos. Porque el fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30.
Porque si tienes una espiritualidad fría, tibia y apática, te has apartado de Dios y apostatas de tu fe, por eso es urgente regresar al origen, al diseño y los fundamentos bíblicos de una vida espiritual a la manera de Dios, no por un corto tiempo, sino para la eternidad, con decisión, rendición, entrega y consagración a Jesucristo por el resto de la vida, pues ser avivados no es de la noche a la mañana, sino haciendo lo que se debe hacer y abandonando lo que no se debe hacer, permitiendo que Dios nos trate, y el Espíritu Santo nos forme y madure renaciendo en Él. Juan 3:30. Después que los discípulos oraron, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin temor. Hechos 4:31.
El despertar y avivamiento espiritual no es solo por el Espíritu, también depende del pueblo de Dios y cuerpo de Cristo viviendo en comunión, humillación y sometimiento diario a Dios; los santos unidos y ungidos haciendo que el enemigo huya; la vida en este mundo es como una competencia deportiva donde no se alcanza el premio, si no se entrena con empeño y disciplina; debemos decir NO a ciertos placeres, no porque sean malos, sino porque son obstáculos que no favorecen si ansiamos una vida superior, pues no todo conviene, 1 Corintios 10:23-33:
Hay que pagar el precio
espiritual de la santidad que implica buenos hábitos, resolución de conducta,
determinación de carácter y fe obediente en acción mientras los necios y los tontos descansan;
el avivamiento no es algo automático, ni mágico, es esfuerzo, premio y recompensa a
nuestro morir diariamente para hacer lo que Cristo haría en nuestro lugar. Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu que
los esclavice de nuevo al miedo, sino el Espíritu que nos adopta como hijos y
nos ayuda a clamar: ¡Abba Padre! Romano 8:14-15.
El texto de la Gran Cena en Lucas 14:15-24, nos narra la oportunidad que nos ofrece el Rey para estar mañana con Él en su mesa, pero cuando los “creyentes” evaden y ponen excusas a los repetidos llamados de Dios, Él se busca otros invitados que SÍ estén dispuestos, disponibles y hambrientos de Él y de su reno. Si hablamos de avivamiento, nuestra ocupación personal debe estar centrada en Dios, no en las tantas agendas humanas del mundo, atentos al SEÑOR en todo lo que somos, poseemos y hacemos, porque avivamiento es ese tipo de recompensa celestial y especial frente a nuestra seriedad, madurez y compromiso de fe obediente con respecto a nuestro Creador y salvador en el Espíritu Santo que nos ayuda en la debilidad, Romanos 8:26. SEÑOR, he sabido de tu fama; tus obras, SEÑOR, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo. Habacuc 3:2.
Mantengamos la mente y los cinco sentidos abiertos al Espíritu Santo, dispuestos a caminar absolutamente con Jesucristo, enamorados y apasionados de Abba Padre para responder a su llamado y decir: ¡Presente, aquí estoy Padre, hágase en mí, conforme a tu voluntad! Es hora de saciar la sed espiritual en la fuente de agua viva, comamos el pan de la palabra, escondámonos en la columna de fuego, y vivamos en la casa del Padre celestial, asumiendo el precio que valdrá la pena, cuando nos veamos sentados cara a cara en la mesa del Rey disfrutando en la intimidad de su cena en sus Bodas, pues en estos días el SEÑOR está derramando de su Espíritu, como lo dice Joel. Avivemos la fe llenándonos del Espíritu Santo, llenémonos de su poder y no paremos de compartir la salvación, Pues permanecemos en Jesús que nos ha dado de su Espiritu. 1 Juan 4:13, y hemos sido sellados con Él como garantía de nuestra herencia por la redención...Efesios 1:13-14.
El mayor avivamiento de la historia se suscitó con Miriam cuando dijo SÍ al ángel mensajero de parte de Dios, que la premiaba para llevar en su vientre al Salvador Jesús, nuestro Mesías, ella dijo: Hágase en mí, conforme a tu voluntad, Lucas 1:38, y lo único que el reino de Dios necesita para sacudir al mundo es nuestro SÍ al SEÑOR para que el Espíritu incube en nuestras entrañas, la revolución espiritual que el cielo anhela para este tiempo, y que se haga en cada uno de nosotros la voluntad del Eterno, pues somos hijos y discípulos, pero también esclavos por amor, y el esclavo renuncia a su propia vida y derechos personales, porque nuestro cuerpo y tiempo le pertenecen al SEÑOR Jesús que nos compró a precio de sangre, sacrificio, muerte y resurrección. Antes bien, con toda confianza como siempre, ahora también será magnificado Cristo en nuestro cuerpo, tanto si vivimos, como si morimos, porque para mí el vivir es Cristo y el morir, es ganancia. Filipenses 1:20-21.
El futuro eterno de muchos está en juego, pero la vida de los santos arde en
el fuego del Espíritu para dar fruto en las manos del Padre. Si en este tiempo
Dios encuentra esta clase de personas en la tierra, el cielo ya tiene lo
suficiente para llevar a cabo el gran avivamiento profetizado para el fin de
los tiempos. Crea en mí,
oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me
alejes de tu presencia, ni quites de mí tu Santo Espíritu. Devuélveme el gozo
de tu salvación; y espíritu de obediencia me sostenga. Salmos 51:10-12.
En este gran avivamiento vivimos la palabra de Dios que tiene
impacto y poder sobre las vidas, la atmósfera y el entorno; en este tiempo
difícil y complicado a Dios le place recordar a su pueblo, la importancia de su
palabra y las disciplinas espirituales que nos conectan con la obra
sobrenatural del Espíritu Santo, Porque todavía tengo la palabra en mi
boca, y Tú ya la sabes SEÑOR, Salmos 139:4; aprendamos
a memorizar palabra usándola constantemente en este mover de Dios; la palabra
bíblica confesada hará que el Espíritu se mueva ejecutando la justicia y los juicios
contenidos en la Biblia, conmoviendo los cielos para que hayan respuestas. Mientras
Pedro aun hablaba estas palabras, El Espíritu Santo cayó sobre todos los que
escuchaban el mensaje…Y todos se quedaron asombrados…Hechos 10:44-46.
Mediante la oración, la adoración, intercesión, el clamor, ayuno y proclamación del evangelio, Dios se hace visible y se manifiesta el poder de su Espíritu que ama la palabra que Él inspiró, por lo cual responderá a la voz de Dios de su palabra en nuestros labios, y operará en los corazones, las familias, las naciones y la tierra; la palabra confesada por los santos en Cristo desata la gloria y el poder del Omnipotente, porque son declaraciones que ha emitido la boca de nuestro Padre celestial, para nuestra liberación, provecho y edificación. Porque así será la palabra que sale de mi boca; no volverá a Mí vacía, sino que hará lo que YO quiera, y será prosperada en aquello para lo cual la envío. Isaías 55:11.
¿Queremos un avivamiento? Agrademos al Espíritu de Dios en este tiempo, permitamos que Él se engrandezca sobre nosotros, porque nuestra vida es espiritual y vivimos por fe activa en el poder del Espíritu que nos fue dado; Él es nuestro guía a cada paso, Él nos aconseja, nos da sabiduría y nos hace parte de la obra redentora ganando almas y teniendo un estilo de vida santo, recto e íntegro como lo ordena la Escritura. Dios quiere que Nos comportemos como es digno del Evangelio de Cristo...Que estemos firmes en un mismo Espíritu, combatiendo unánimes por la fe del Evangelio, sin dejarnos intimidar por los que se oponen, lo cual para ellos, es indicio de perdición, pero para nosotros de salvación; y esto procede de Dios. Filipenses 1:27-28.
Al Espíritu Santo le alegra que vivamos en su luz sujetos bajo sus alas, lo cual implica rendir y entregar nuestro ser al gobierno de Dios y la dirección del Espíritu, trabajando juntos y edificando sin ningún temor aunque el mundo esté en ruinas y la tierra en decadencia, este tiempo es para valientes firmes en la fe de Cristo. Les digo la verdad: es mejor para ustedes que YO me vaya. Porque si no me voy, el Consolador no vendría a estar con ustedes; pero si me voy, YO se los enviaré. Juan 16:7.
¿Cuál es tu excusa para no ser parte de este avivamiento? ¡Proclamemos palabras de vida y poder!
1. PROCLAMEMOS PALABRAS DE ADORACIÓN Y ALABANZA. Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre. Hebreos 13:15. Adorar a Dios es nuestra respuesta a la salvación, reconociendo la realeza, grandeza, poder y soberanía de Dios aceptando que dependemos de Él al 100%, y la Escritura nos enseña a adorar a Dios con todo nuestro ser, en espíritu y verdad, es decir desde nuestras entrañas, con toda sinceridad y amor; esa clase de adoración se da cuando nuestro ser integral, espíritu, alma y cuerpo han sido transformados en Cristo, viviendo las verdades reveladas del Padre en su palabra y confirmadas a nuestro ser por el Espíritu Santo que nos habita.
Es tiempo de volver a Dios y sus principios eternos, somos
altar y templo santo, por lo tanto, el fuego de la adoración y la alabanza
deben arder continuamente en nosotros, viviendo por el Espíritu; adoremos ya y más
que antes, porque al alabar y adorar, el
Espíritu Santo responde bajando la gloria divina con liberación, cosecha y
avivamiento, el Espíritu de Dios es vida en el creyente, por eso tenemos que
estrechar nuestra amistad con el Espíritu Santo, cantando y hablando las
palabras que Él mismo inspiró, Él desempeña el papel y la función más
importante para nuestro cuidado espiritual, y el Espíritu nos recuerda todo lo
que ha salido de la boca de Dios. Pero el Consolador, el Espíritu Santo
que el Padre enviará en mi nombre, Él les enseñará todas las cosas, y les
recordará todo lo que les he enseñado. Juan 14:26.
Las palabras que más le agradan al Espíritu Santo, son
las que usamos para adorar y exaltar a Dios, a Él le agradan nuestras
expresiones de alabanza, emitidas con amor a Dios, esto hace que el Espíritu
Santo se manifieste, mucho más si adoramos con la palabra de Dios que engrandece
y honra al Padre y al Hijo; las palabras de adoración y alabanza desatan el
corazón y rompen cadenas de opresión; la adoración y la alabanza limpian los
aires creando una atmósfera de unción, alegría y santidad donde Dios se manifiesta
con libertad, si todos estamos unidos en un mismo espíritu, apartados de los
afanes del mundo, y concentrados en la presencia de Dios. Canten
alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Sirvan al SEÑOR con alegría;
vengan ante su presencia con regocijo…Salmos 100.
Con adoración y alabanza Dios se hace tangible y el
Espíritu hace su obra entre el pueblo, pues no son solo cantos, es el
derramamiento total de nuestro ser a Dios, haciendo que su presencia llene el
lugar. Y cuando entonaron a una sola voz el coro, dando gracias al SEÑOR, porque
era bueno en su amor y su bondad que son para siempre, una nube de gloria
cubrió el templo, y los sacerdotes no pudieron ministrar porque la presencia
del SEÑOR llenaba toda la casa. 2 Crónicas 5:14.
2.CONFESEMOS PALABRAS DE ARREPENTIMIENTO. Ten piedad de mi, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la
multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y
límpiame de mi pecado…Salmos 51. El Espíritu Santo
responde al dolor del arrepentimiento según Dios, porque al confesar nuestro
pecado con el firme propósito de abandonar el pecado y apartarnos para Dios, el
Espíritu opera en el corazón, cambia nuestra manera de pensar y limpia nuestro
ser integral; la confesión sincera mueve las fibras del corazón de Dios, porque
es la declaración de un corazón contrito y humillado que busca reconciliación
con su Hacedor y Salvador.
Confesar el pecado arrepentidos es buscar el perdón y la amistad
con Dios, en su gracia, misericordia y favor, abiertos a la obra transformadora
del Espíritu Santo. Cuando nos arrepentimos hay gran tristeza por nuestro
propio pecado, pero tomamos la firme decisión de cambiar; arrepentirse es
rechazar todo lo que no viene de Dios y reconocemos la necesidad de Cristo para
ser salvos. El Espíritu es quien nos da convicción de pecado y si nos
arrepentimos a Él le agrada y acude para ayudarnos. Me alegro, no
porque se hayan entristecido, sino porque su tristeza los llevó al
arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como lo quiere Dios…La tristeza
que proviene de Dios, produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de
lo cual hay que alegrarse, pero la tristeza que es según el mundo, produce
muerte. 2 Corintios 7:9-10.
3. TENGAMOS PALABRAS DE AGRADECIMIENTO. Entren por las puertas con acción de gracias; vengan a los atrios de Dios
con himnos de alabanza; denle gracias y alaben su nombre. Salmos 100:4. Ser agradecidos nos conecta con el Espíritu Santo, debemos ser agradecidos
por todo y en todo tiempo, ser agradecidos es para hoy, porque del mañana no sabemos;
la gratitud abre las puertas al mover del Espíritu Santo, porque eso lo alegra
profundamente, pues estamos haciendo la voluntad de Dios y actuamos como
Cristo. Bendice alma mía al SEÑOR y no olvides ninguno de sus
beneficios…Salmos 103.
Ser agradecidos no es una simple respuestas a las cosas
buenas que Dios permite en nuestra vida, adorar y alabar son una postura
constante de reconocimiento a la omnipresencia de Dios en el Espíritu Santo,
sean las circunstancias que sean; la gratitud tiene poder transformador en nuestra
perspectiva frente a los eventos y acontecimientos, pero ser agradecidos nos enfoca en lo bueno,
santo y divino, más que en las adversidades. Expresar gratitud, es reconocimiento
al poder, bondad y fidelidad de Dios, creando un ambiente de fe y esperanza, lo
cual es propicio al Espíritu Santo a nuestro favor, el cual opera poderosamente
cambiando el estado de las cosas; la Biblia nos narra excelentes ejemplos de
corazones agradecidos con Dios, en el caso de los diez leprosos donde uno se
devolvió para agradecer al SEÑOR por sanarlo, Lucas 17:11-19. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que Él quiere de nosotros
los creyentes en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18.
La gratitud nos proporciona bendiciones adicionales, Lucas 17:19. Es tiempo de cultivar y mantener un corazón agradecido ante los eventos
del presente, para estar conectados con el Espíritu de Dios, que nos abrirá
puertas y nos mostrará el camino hacia mayores propósitos en Dios. Ofrezcan al
SEÑOR sacrificios de gratitud, es decir, canten y proclamen de Él por sus
grandiosas obras. Salmos 107:22.
4. DECLAREMOS PALABRA DE FE. Doblo mis
rodillas ante el SEÑOR Jesucristo, para que Él les de conforme a las riquezas
de su gloria, el ser fortalecido en lo íntimo de su ser con el poder del
Espíritu Santo, por la fe en Cristo Jesús que habita en sus corazones, para que
sigan arraigados y cimentados en amor. Efesios 3:16-17.
La fe del pueblo de Dios no solo se muestra en hechos limpios y puros de una vida recta, es necesario declararlas para que la gloria de Dios se manifieste y la presencia del Espíritu santo actúe a nuestro favor en cada momento y circunstancia. La gente agradecida son personas de fe, con autoridad, libertad y poder para derribar montes y obstáculos, porque en todo reconoce la obra de Dios. No se inquieten por nada; mejor oren en toda ocasión con ruegos y acciones de gracias presentando a Dios sus peticiones; y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7.
La fe conlleva agradecimiento, por eso el SEÑOR Jesús en muchas ocasiones enfatizó el poder de las palabras de fe para los milagros; la Escritura tiene multitud de palabras de fe y agradecimiento que debemos recordar para desatar el mover del Espíritu Santo; es por la fe que se mueven los montes y ocurren grandes milagros cuando imaginamos que no hay salida; cuando el Espíritu Santo escudriña el corazón, y ve fe y gratitud a Dios, aunque no entendamos lo que sucede, Él transforma situaciones imposibles e insostenibles en hechos sobrenaturales reales de bendición, porque si hablamos con fe, alineamos la mente a la voluntad y el poder de Dios, que se goza en hacer maravillas y prodigios que lo engrandecen; tener fe es declarar las palabras de Dios sobre nuestras vidas, como la mujer del flujo de sangre que se habló a sí misma y recibió su sanidad, Marcos 5:54-34. Cualquiera que diga a ese monte: quítate y arrójate en el mar, y no dude en su corazón, sino que crea en lo que dice, sucederá lo que dice. Marcos 11:23.
5. LEVANTEMOS PALABRAS DE ORACIÓN E INTERCESIÓN. Cuando Job oró por sus amigos, el SEÑOR le restauró su bienestar y le
aumentó al doble todas las cosas que había perdido. Y lo fueron a visitar todos
sus hermanos y amigos, y todos sus antiguos conocidos, y todos juntos
celebraron un gran banquete en su casa…Job 42:10-12.
Cuando oramos e intercedemos por otros, con la convicción en Dios de lo que Él
ha dicho, se libera poder del Espíritu para traer respuesta y victoria.
El Espíritu Santo ama que oremos e intercedamos con base en la palabra de
Dios, porque Él intercede por nosotros con grandes gemidos, Romanos
8:26; la intercesión tiene impacto sobrenatural en el reino
espiritual, porque al orar nos comunicamos directamente con Dios, es el
Espíritu de Dios quien nos impele a interceder y ponernos a favor de otros para
ver maravillas y prodigios; Él mismo clama porque está profundamente interesado
en nuestro bienestar por eso nos ayuda cuando no sabemos qué decir. Porque se que por la oración de ustedes y la suministración del Espíritu de Cristo, todo esto resultará en liberación, conforme a nuestro anhelo y esperanza, de que en nada seremos avergonzados...Filipenses 1:19-21. Porque los ojos
del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos atentos a nuestras oraciones.
Salmos 34:15.
Cuando oramos e intercedemos piadosa y sinceramente, se desarrolla fe con gratitud a Dios, con amor a favor de aquellos por quienes intercedemos; un gran intercesor fue Moisés a quien Dios le respondía inmediatamente sus oraciones, Números 14:12-19. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra YHWH, y contra ti; ruega a Dios que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo…Números 21:7-9.
6. USEMOS PALABRAS DE ALIENTO. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestra ayuda segura en tiempos de angustia…Salmos 46:1-3. Expresar palabras de aliento es vital en todo momento, para consolar y alentar a otros atrayendo la presencia del Espíritu Santo, dar consuelo y una salida; animar a otros es hoy una herramienta necesaria en el cuerpo de Cristo para que muchos permanezcan en el camino. Efesios 4:29.
La palabra de Dios en nuestra boca, da fuerzas, aquieta y
da esperanza a otros y a nosotros mismos, con palabras oportunas que emanan de
Dios y levantan a los que están caídos, desanimados y desesperanzados, fortaleciendo
en la debilidad. Los que esperan en Dios, renovarán sus fuerzas; los que
confían en el SEÑOR volarán como las águilas; correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán. Isaías 40:3.
Si nos animamos y alentamos mutuamente, se crea un
ambiente de amor y de apoyo que agrada al Espíritu Santo, Bernabé era hijo de
consolación y de aliento, que hizo honor a su nombre en la Iglesia naciente del
primer siglo, apoyando a Pablo y a otros discípulos en momentos de necesidad. Hechos 4:36
y 11:23-24; y no hay nada más hermoso cuando estamos atribulados y
acongojados que oír que alguien nos dice un versículo bíblico que nos levanta
el ánimo, me sucedió muchas veces en mis momentos de dolor, en este camino del
SEÑOR; muchas veces estaba llorando con gran dolor, cuando alguien llamaba y me
decía, el SEÑOR tiene una palabra para ti porque conoce tu dolor, y esta es una
que caló fuerte en mi alma y nunca la he olvidado. Mi presencia irá
contigo, y te daré descanso Éxodo 33:14.
Nuestras palabras, acciones y actitudes pueden resultar
en acompañamiento, y afecto para alguien; sigamos el ejemplo de Bernabé, usando
palabras que alienten, edifiquen y acompañen a otros, atrayendo la presencia
del Espíritu Santo, y promoviendo crecimiento espiritual entre el pueblo de
Dios. El SEÑOR mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará
ni te abandonará. No temas ni te desanimes. Deuteronomio 31:8.
7. OTORGUEMOS PALABRAS DE PERDÓN, Jesús en el suplicio de la cruz decía: Padre, perdónalos porque no saben lo
que hacen…Lucas 23:34. Perdonar es un acto de la
voluntad y de poder que libera en la intervención del Espíritu Santo, y si perdonamos,
también somos perdonados por el Padre quitando las cargas del alma; el perdón
genera sanidad, liberación y transformación que proviene del Espíritu Santo; perdonar
es un mandato y un principio de fe, pues perdonar tienen poder restaurador y
reconciliador por el Espíritu que obra en los corazones, poniendo su paz y su
amor. Porque si ustedes
perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo,
también los perdonará a ustedes. Mateo 6:14-15.
El perdonar deja fluir nuestra relación con Dios y con el
prójimo, de manera sana y abierta; al perdonar no solo se beneficia a quien
perdonamos, sino que también nos liberamos de cargas, odios, amargura y
resentimiento y el Espíritu cierra heridas y cicatriza el dolor causado, mientras
renueva relaciones y salva vidas. Génesis 45:5; El que perdona la
ofensa, cultiva el amor: pero el que insiste en el resentimiento, divide.
Proverbios 17:9.
El más grande ejemplo de perdón en la Biblia después del
SEÑOR Jesús en la cruz, es el de José perdonando a sus hermanos que lo
vendieron como esclavo, los alimento y los salvo de la muerte segura a causa de
la hambruna y los acogió junto a él; por ser perdonador, el SEÑOR puso a José en
alta estima y autoridad en Egipto, después de Faraón, pues perdonar es liberar la
bondad de Dios. Y dijo José: Ustedes pensaron mal contra mí, pero Dios lo
encaminó para bien, para hacer lo que ustedes ven hoy, y para mantener con vida
a mucho pueblo. No tengan miedo, yo los sustentaré a ustedes y a sus hijos. Así
los consoló José y le habló al corazón. Génesis 50:20-21.
Practiquemos estas palabras diariamente y demos
testimonio para el gran avivamiento que glorifica a Dios impactando vidas para
que vengan a Cristo, pase lo que pasa y venga lo que venga; nuestras palabras y
testimonio pueden hacer, a través de nosotros, que somos herramientas en la
proclamación del Evangelio y la revelación de Cristo, ejerciendo autoridad
contra el enemigo y silenciando las voces de los extraños, con lo que Dios ha
hecho en nuestra vida; nuestra manera de hablar tiene poder, ya sea para
liberar el poder del Espíritu o para alejar a otros de Dios. Y ellos
han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no
tuvieron miedo de perder la vida, Apocalipsis 12:11.
Gastemos nuestra vida en Dio, actuemos con sinceridad,
verdad y rectitud como valientes que no tienen miedo, porque nuestra vida
refleja a Cristo y ensancha el reino de Dios con justicia en el mover de sabiduría
del Espíritu Santo en tiempos difíciles, siendo esta una oportunidad para
crecer en Dios, y avanzar en el reino de Dios. Si a algunos de
ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y Él se la dará; pues Dios da a
todos sin limitaciones y sin hacer reproche alguno. Santiago 1:5.
Cuando alabamos, adoramos, confesamos el pecado a Dios, nos
arrepentimos, y somos agradecidos, el Espíritu nos da revelación, nos fortalece
la fe, y al orar, e interceder, somos alentados, por eso debemos acudir
continuamente a Él pidiendo su intervención y ayuda para que vengan días de refrigerio
en tiempos proféticos y finales, donde Dios está interesado en guardar a los
justos, y atraer a Cristo a los que han de ser salvos. Porque somos hijos
de Dios, y Él ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando
¡Abba, Padre! Gálatas 4:6.
El Espíritu Santo ahora está derramando la gracia del
avivamiento con fuego purificador, vida como aguas, y aceite de la unción llenando
la vasija de nuestra vida, preparándonos diligentemente para encontrarnos con
nuestro Salvador; pero no olvidemos, que todo debe ser hecho con amor bajo la
unción del Espíritu Santo y promoviendo la paz que sobrepasa todo
entendimiento; este estilo de vida marcará la distintiva de hijos de Dios en
Cristo que vivimos en el Espíritu, nuestro Aliento de vida. Y ahora
permanecen la fe, la esperanza y el amor; pero el más importante de estos tres,
es el amor. 1 Corintios 13:13. Amén.
Mg. MEHCH, hija del Dios vivo, real y verdadero y
servidora de su reino.
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