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4 jul 2019

ADORAR EN TIEMPOS FINALES

                                     
                               
ADOREMOS  A DIOS EN TIEMPOS FINALES
Señor Todopoderoso, solo Tú eres Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros, Isaías 25:1.
Alaben el glorioso nombre del Eterno, adoren a YHWH en la hermosura de su santidad…Salmos 26:2..
Canten al Eterno Dios una canción; canten al SEÑOR, habitantes de toda la tierra: canten a YHWH, bendigan su nombre; anuncien día tras día su salvación. Hablen ante todos los pueblos de su gloria y de sus maravillas, porque el Creador es Grande y muy digno ce alabanza; ¡más terrible que todos los dioses!…Hay esplendor y majestad ante su presencia; poder y belleza en su templo santo…Salmos 96:1-4-6..
Son tiempos cruciales para la humanidad y la tierra, pero debemos seguir agradando a Dios con fe y adorando confiados en su poder, su justicia, y su fidelidad, porque aunque parezca que el mal gana y avanza, nuestro Creador decide el final de toda obra perversa, pero cada uno debe analizar su vida para reflexionar si glorifica o no a Dios con su manera de vivir y comportarse. A todos nos gusta el reconocimiento y los premios, que alaben nuestras destrezas, capacidades y talentos, pero Jesucristo, Dios en forma de hombre, glorificó al Padre, no se engrandeció a sí mismo. El Hijo de Dios hizo la voluntad del que lo envió y cumplió su tarea y su propósito mientras estuvo en la tierra; Jesucristo sabía cómo glorificar al Padre, y la naturaleza nos enseña continuamente que debemos dar gloria al Creador del universo sin importar las circunstancias. La gloria del Padre somos cada uno de nosotros estando llenos de su presencia y su amor con fe obediente a sus mandatos, YO te he glorificado aquí en la tierra Padre, pues he terminado la obra que Tú me confiaste, Juan 17:4.
El Únigénito del Padre nos dejó ejemplo de lo que es gloria, adoración, honra y reconocimiento a nuestro Dios, pero muchos ni saben, y los que saben se han olvidado de adorar a su Creador; el Rey del universo es extraordinario, santo y digno de todo honor. Perdón si me vuelvo reiterativa al escribir este texto pero por el Espíritu de Dios, tengo la certeza de su importancia y urgencia en estos tiempos que vivimos, momentos en que la tierra y sus habitantes estámos siendo probados y disciplinados a causa del pecado, y glorificar a Dios es un mandato divino que no lo estamos cumpliendo como debiéramos. Nuestro SEÑOR busca gente santa, íntegra y recta que clame, ore e interceda en humilde adoracion, con espontaneidad, sencillez de espíritu y pureza de corazón; Dios es merecedor de toda nuestra entrega para ser glorificado y dado a conocer en su grandeza y majestad. Si hemos nacido de nuevo, debemos ser Intercesores adoradores todo el tiempo a pesar de toda tiniebla y maldad, El Eterno es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad El Eterno es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad Juan 4:24.
Hay muchas maneras de glorificar a nuestro Rey Eterno, pero solo tomaré algunas en este momento porque es tiempo de salir del letargo, la inercia y la pesadez espiritual en que muchos están sumidos, sin darse cuenta que le fallan a su SEÑOR con su actitud fría e indifetente, así como cada uno de nosotros está en peligro, las naciones, por eso la tierra gime esperando la manifestación de los hijos de Dios, Romanos 8:19-27.
1. Glorificamos adorando y alabandoQue todos los que están en la tierra, se acuerden del Eterno y regresen a Él. Que todas las familias de la tierra se postren ante Él y lo adoren, Salmos 22:27. Adorar debe ser una de nuestras prioridades, adorar es hacer guerra contra loa demonios, ellos huyen ante un adorar entregado y hunillado ante el SEÑOR, recordemos 2 de Crónicas 20 y la situación de Saúl; todos debemos saber cuán importante, poderoso y liberador es adorar a nuestro Creador, ningún hijo de Dios puede quedarse un solo dia sin hacerlo. Cuando adoramos ministramos al corazón de Dios, entonces El se agrada y se levanta como el León de la tribu de Juda para defendernos; los ángeles se unen a una adoracion sincera y profunda que sale de un corazón que ama al SEÑOR, y Él se goza con nuestra adoración porque le mostramos que Él grandioso e importante para nuestra vida; somos llamados a llenar su trono del olor fragante de nuestras alabanzas con agradecimiento y nuestras oraciones sinceras y específicas, no mecánicas, es asi que hallamos socorro en el momento oportuno. La adoración debe ser nuestra forma de vida, porque hemos sido gratuitamente salvados, sin hacer nada y sin merecerlo; somos sanados, liberados y guardados a cada instante, por eso Él merece nuestra adoración, tenemos mucho que agradecer a nuestro Padre celestial.
Cuando adoramos y alabamos al Todopoderoso Dios, todo cambia y se alegra alrededor. Con nuestra adoración, El SEÑOR rompe cadenas, enfermedades desaparecen, muchos son salvos y los enemigos corren despavorios; cuando adoramos nuestra relación con Dios se fortalece y hay nuevas expectativas de vida porque somos felices en medio del desierto y del panorama oscuro del mundo. Alabar y dar gracias a nuestro Rey es un privilegio para redemidos apasionados que reconocen que Él tiene todo poder, dominio y gobierno de nuestra vida, del mundo y de lo que sucede en las naciones, Pero a media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de toos se soltaron…Hechos 16:25-31.
Alabamos cuando estamos reunidos, pero adoramos estando a solas y desde nuestras entrañas; la adoración es más que la alabanza; porque cuando adoramos, hay cántico nuevo, hay lenguas angelicales, hay himnos espontáneos, hay oración cantada, hay gran gozo, vivimos la presencia de nuestro Salvador y sucedeb milagros; en la adoración hay rendición y entrega del adorador en todo lo que somos para Él; cuando obedecemos, complacemos y agradamos el corazón del Padre, eso también es adoración. Todo lo bueno que hacemos, hablamos y expresamos incondicionalmente en amor de Cristo, es una continua adoración, No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumentos para hacer lo malo. Al contrario, entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, entréguenle su cuerpo a Dios como instrumentos para hacer lo que es justo delante de Él, Romanos 6:13. Adorar es un arma de guerra letal contra las tinieblas.
2. Glorificamos a Dios amando al prójimoAsí, pues, acéptense los unos a los otros, como también Cristo los aceptó a ustedes, para gloria del Padre, Romanos 15:7. Debemos tener presente que la esencia de las Buenas Nuevas es el amor; la biblia está llena de historias y pasajes cargados del amor y la misericordia de nuestro Abba Padre; Él nos seduce con sus cuerdas de amor y sus lazos de ternura, Oseas 11:4. Nacer de nuevo despierta nuestro nervio adorador como parte de ser nuevas criaturas, ya no vivimos en ira sino en gozo porque somos hijos de Aquel que es fuente de amor y de gozo. Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros; como YO los he amado, que también ustedes se amen unos a otros. En esto conocerán todos, que ustedes son mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros, Juan 13:34-35.
Nuestro despertar y nuestro acostar debe ser en adoración, nuestra prioridad por encima de todo, y nuestra segunda prioridad y obligación es amar a nuestros semejantes como Dios nos ha amado en Cristo Jesús; en Él somos una familia, miembros del mismo cuerpo y formamos la congregación de YHWH. Ser adoradores es el privilegio de creer, amar a Dios y vivir por fe, con el amor incondicional que tanto nos cuesta en determinadas ocasiones. Amar de corazón y sin hipocresías demostrará que en realidad somos adoradores muertos al pecado y vivos para Dios, Por eso, todos nosotros, ya sin el velo que nos cubría la cara, somos como un espejo que refleja la gloria del SEÑOR, y vamos transformándonos en su misma imagen, porque cada vez tenemos más de su gloria, y esto por la acción del Eterno en su Santo Espíritu, 2 Corintios 3:18. Amar sinceramente nos lleva a adorar y glorificar a Dios.
3. Glorificamos al Dios pareciéndonos al HijoHasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de personas maduras, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, Efesios 4:13. El Padre ordena en su palabra que crezcamos en madurez y conocimiento de Él; esto es, aprender a pensar, sentir con sanas intenciones, actuar y hablar con franqueza y verdad como lo haría Jesús, eso es adoracion. En la medida que nuestro carácter se regenera y perfecciona en el Espíritu, atraemos la gloria del Padre, asi adoramos en su presencia, dando y recibiendo, Porque para este propósito hemos sido llamados, pues también Jesucristo sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas, 1 Pedro 2:21.
Hemos sido injertados en la Vid Verdadera, para dar fruto a su tiempo, eso es adorar siendo luz del mundo y la sal de la tierra como lo hizo Cristo en su ministerio terrenal obedeciendo y dando honor al Padre. Nuestro testimonio de vida obediente y razón de existir, debe ser una continua adoracion dependiendo de Papá, para que cada día nos parezcamos a Jesús. En esto es glorificado el Padre, en que llevemos mucho fruto, y seamos así discípulos de Cristo, Juan 15:8. Parecernos a Cristo implica santidad en continua transformación de carácter y estilo de vida, lo cual es para gloria del Padre.
4. Glorificamos a Dios sirviendo a la genteCada uno según el don que ha recibido, minístrelo a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea YHWH glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio por los siglos de los siglos, 1 Pedro 4:10-11. Dios da a todos abundantemente, a cada uno ha dotado de capacidades, habilidades, aptitudes, creatividad y una medida de fe , todo para su adoración y honra. Servir a otros con lo que somos y tenemos, es adoración a Dios porque bendice a otros y nos mantiene pensando en las cosas del reino.
Toda habilidad y talento que el Creador nos ha otorgado es para compartirlo, multiplicarlo y bendecurnos unos a otros, también esto es adoración; nada es para inflar el ego, sino para evitar envidias, celos, competencias, ni comparaciones, mucho menos para guardarlo y esconderlo; todo nos ha sido dado para glorificar y adorar a Dios en beneficio de otros y de nosotros mismos reconociendo al Dador, Las iglesias lo escogieron para que viajara con nosotros y ayudara en esta obra de amor, compañero de nuestra peregrinación para llevar donativos, que son administrados por nosotros para gloria de Dios y para demostrar nuestra buena voluntad, 1 Corintios 8:19. Nuestra grandeza de espíritu está en servir para la gloria de Dios.
5. Glorificamos a Dios cuando compartimos las Buenas Nuevas, No se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón. Al contrario, se pone encima de una repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Así ustedes hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos, Mateo 5:15-16. No hemos sido salvos para pasar por incognito como agentes 00 que se esconden y se escabullen por pena o miedo.
El Padre sacrificó al Hijo no solo para salvarnos, sino para irradiar su gloria a través de nosotros que somos exhortados a ser testimonio vivo y santo en la comunicación del Evangelio de la cruz, permitiendo que miles conozcan la verdad, sean libres y adoren a Dios. Los propósitos de Dios para la humanidad no son un secreto, están escritos en su palabra y debemos darlos a conocer con el mensaje salvador, así corramos peligro, Porque todas estas cosas padecemos por amor a otros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobre abunde para gloria de Dios, 2 Corintios 4:215.
Personalmente me gozo mucho compartiendo de Cristo y escribiendo lo que he vivido en Dios; que otros conozcan a Dios y su palabra,  es mi deleite, un privilegio poder hablar de la transformación que Él ha hecho en mi vida y en mi manera de ser, asi lo adoro con gran regocijo, por eso NO debemos callar el evangelio. Necesitamos arrebatar miles de almas y cientos de vidas de manos del maligno, del mundo y la carne, para que también ellos sean adoradores en medio de las tinieblas, eso nos produce mucha alegría al hacerlo porque todos nos estamos preparando para la eternidad. Somos responsables de adorar y glorificar a Dios, ayudando a otros a descubrir su propósito de vida, y que se preparen para subir al cielo como lo hizo el mismo Señor: Ahora está turbada mi alma; ¿y qué dire? ¿Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Juan 12:27-28.
Nuestra vida debe gastarse para la gloria de Dios, algo que requiere prioridades y cambios en nuestros propios planes, renovación de nuestras relaciones, elegir el camino difícil en vez del fácil, morir a nuestra propia manera de ver y pensar la vida, las personas y las cosas: Jesús se sintió en una encrucijada cuando estaba a punto de ser crucificado, pero prefirió obedecer, adorar y glorificar al Padre sacrificando su vida, En seguida Jesús se fue un poco adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente y oró diciendo: Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo, pero que no se haga lo que YO quiero, sino lo que quieres Tú, Mateo 26:39.
El apóstol por su parte dijo: Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mi mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha sido encomendado por el Seños Jesucristo, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia del Padre, Hechos 20:24.
Los tiempos pueden ser turbulentos para la tierra y la humanidad, es la mejor oportunidad de afrontarlos, adorando y glorificando a nuestro Dios. Es el momento de definir para quien vivimos, a quién servimos y a dónde iremos. ¿Cumpliremos el propósito de nuestro Dios para esta vida? ¿Vamos a glorificar al Creador y Dador de todo? ¿Vivirás para tus propias metas y compromisos en medio de la comodidad, o vas a obedecer lo que tu Salvador te ha mandado a hacer? ¡Adoremos, es lo mejor! El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará, Si alguno me sirve, sígame, y donde YO esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará. Juan 15:25-26.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.


Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
Resumamos, Memoricemos y guardemos en el corazón para prácticar:

Juan 1:12, Permanecer como verdaderos hijos de Dios, le da gloria al Padre y al Hijo por medio del Espíritu Santo que nos recuerda nuestra posición de hijos, para ser santos delante de Él.

Juan 3:18 y 36, El que cree en el Hijo es salvo y glorifica al Padre por la fe, pero el que no cree en le Hijo ya es condenado por su incredulidad, pues con su incredulidad niega la gloria del Padre en el Hijo, a quien le fue dada toda potestad, dominio, imperio y poderío para salvar y dar vida.

Juan 12:25, Cuando morimos para el mundo y nos consagramos a la vida en Dios, estamos glorificando al Creador y garantizando nuestra salvación eterna en Cristo.

Juan 12:27-28, Cundo cumplimos el propósito de Dios en nuestra vida, y nos hacemos cargo de la tarea de evangelizar, discipular y compartir del reino de Dios en Cristo, estamos glorificando a nuestro Padre celestial honrando al Hijo.

Juan 13:34-35, Jesucristo nos dejó el mandamiento de amarnos unos a otros, así que si nos amamos, mostramos que somos discípulos de Cristo, por lo tanto, si mostramos que en verdad lo somos, el Padre es glorificado en el Hijo por su nuestra obediencia al mandato del amor que es la esencia del evangelio.

Juan 15:8, Ser discípulos de Cristo no obliga a llevar fruto de vida y santidad; fruto de buenas obras, en lo cual es glorificado el Padre en el Hijo por lo que somos y hacemos.

Juan 17:4, Jesucristo glorificó al Padre cumpliendo su misión redentora, ¿cuánto más nosotros debemos cumplir nuestra misión en la tierra?.

Romanos 6:13, Es imposible glorificar a Dios, si estamos pecando con nuestro cuerpo, pecar con el cuerpo es condenación porque somos templos del Espíritu de Dios, por lo tanto nuestro cuerpo no nos fue dado para ser instrumento de maldad, sino para glorificar a nuestro Creador con buena moral y conducta recta.

Romanos 15:7, Cuando aceptamos a las personas tal como son, sin querer nosotros cambiarlas, sino dejando que Dios obre en ellas, eso es glorificar al Padre, porque si Dios nos aceptó siendo nosotros pecadores, para darnos todo su amor, su perdón, su gracia, su misericordia y su salvación, de igual modo debemos recibir a todos sin acepción, para salvación de sus almas.

2 Corintios 3:18, Cuando aprendemos a permanecer en la presencia de Dios, su gloria se hace visible en nosotros y nuestra vida se transforma para glorificarlo a Él. Una vida que permanece en Cristo honra, exalta y glorifica a Abba Padre porque Él es santo y se complace en llenarnos de su gloria.

2 Corintios 4:15, Cuando somos agradecidos con Dios, sea cual sea la situación, le estamos dando gloria, reconociendo su soberanía y poderío, pues, tener espíritu de gratitud agrada el corazón de nuestro SEÑOR.

2 Corintios 8:19, En Cristo hemos sido hechos administradores de los asuntos del reino celestial, por lo tanto, cuando somos responsables en todo lo que nos ha dado por el  Padre y frente, a lo que nos ha otorgado según los dones y el llamado, debemos ser buenos administradores y mayordomos comprometidos, de esta manera glorificamos al nuestro Creador cumpliendo nuestros deberes, roles y obligaciones.

Filipenses 1:11, Cuando el fruto de la justicia es visible en nosotros, estamos glorificando a Dios con su justicia.

2 Pedro 1:3, Dios nos ha llamado a ser piadosos y a conocerlo más cada día, obedeciendo esto, lo glorificamos a Él, porque al conocerlo le permitimos que se manifieste en nuestras vidas con maravillas, prodigios y milagros.

1 Pedro 4:10-11, Todos hemos sido dotados y equipados con dones, con talentos y con capacidades que hemos recibido por gracia, es decir gratuitamente y sin merecerlo, de igual manera nosotros debemos dar de lo que hemos recibido de parte de Dios para ponerlo al servicio de todos para la gloria de Dios.

1 Juan 3:14, Cuando amamos a nuestros hermanos y al prójimo, glorificamos al Eterno, porque estamos mostrando que hemos dejado de estar muertos al pecado para estar vivos para Dios, pero el que no ama a su prójimo es tomado como si fuera un homicida, que NO tendrá vida eterna, sino condenación, separados eternamente de la gloria de Dios.

 
 

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