LA SALVACIÓN EN CRISTO ES COMPLETA Y
PERFECTA
¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de obras
muertas para que sirvamos al Dios vivo? Así que por eso, Jesucristo es mediador
del nuevo pacto, para que con su muerte hubiera remisión de las transgresiones
que habían bajo el primer pacto, los que somos llamados, recibamos la promesa de
la herencia eterna, Hebreos 9:-14-15.
Hace algunos meses publiqué los aspectos importantes
que encierra la profundidad y grandeza de la salvación que nuestro Señor
Jesucristo no ofreció al sufrir, padecer y morir en la cruz del Calvario y
dejar la tumba vacía, hoy vuelvo a recordar porque he tenido un sentir fuerte en mi corazón de volver a publicar este mensaje no solamente importante sino trascendental
para toda la raza humana.
¿Para quién es la salvación? La
salvación está a disposición de todos los seres humanos sobre la faz de la
tierra, que reconozcan la necesidad de
Dios mediante la confesión de fe que Jesús es su Señor, el Hijo de Dios, el
Salvador y al único a quien debemos confesarle nuestros pecados y entregarle el
pleno control de la vida, aquí, ahora y por la eternidad.
La salvación solo puede ser efectuada por Dios con la intervención
sobrenatural del Cristo Redentor del Calvario. Él ha sido el único interesado
en la crisis y el fin de la humanidad, por eso envió la única solución: el inocente y puro Cordero de Dios a cambio de la
vida de todos nosotros los pecadores.
La obediencia y
voluntad del Hijo al Padre nos otorgó salvación, Porque así como
por la desobediencia de Adán, todos los seres humanos fueron constituidos pecadores,
así también por la obediencia del Hijo del Hombre, Cristo, todos los que se
acogen a Él, son constituidos justos en Él, Romanos 5:19.
La salvación
que efectuó Jesús fue tan sublime, que abarcó la integralidad del ser humano
como persona creada a imagen y semejanza de su Señor y Creador. Es por ello que
la Biblia incluye términos que ayudan a
entender la profundidad, grandeza, magnificencia y anchura del amor de Dios al
salvarnos en Cristo:
La gracia, salvadora de Dios al darnos a Cristo
como regalo y favor inmerecido despojándose de su trono de gloria de Hijo de
Dios para llegar a ser el Hijo del Hombre, se entregó y sacrificó su vida por
todos nosotros, Porque la gracia de Dios se ha
manifestado para salvación a todos los seres humanos, Tito 2:11.
La Propiciación, Cristo el Cordero de Dios, la víctima favorable y aceptable cubrió con su sangre nuestros pecados, se sacrificó vivo sobre el propiciatorio del áspero madero de la cruz, al ser el único propicio e indicado, santo y limpio para aplacar la ira del Padre y pasar por alto la maldición que traíamos desde el Edén, Cristo a quien el Padre puso como propiciación con su sangre para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, Romanos 3:25. Cristo es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo, 1 Juan 2:2-4, 4:10.
La Propiciación, Cristo el Cordero de Dios, la víctima favorable y aceptable cubrió con su sangre nuestros pecados, se sacrificó vivo sobre el propiciatorio del áspero madero de la cruz, al ser el único propicio e indicado, santo y limpio para aplacar la ira del Padre y pasar por alto la maldición que traíamos desde el Edén, Cristo a quien el Padre puso como propiciación con su sangre para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, Romanos 3:25. Cristo es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo, 1 Juan 2:2-4, 4:10.
Imputación o Sustitución, el Hijo del Hombre tomó nuestro lugar en la cruz, se hizo responsable
de todo el peso de nuestros pecados y desobediencias, a Él se le atribuyó, se
le culpó y se le condenó a ser inmolado, traspasado
y crucificado cuando estábamos perdidos como ovejas sin pastor, Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para
que nosotros que estábamos muertos en el pecado, vivamos a la justicia de Dios…Porque
nosotros éramos como ovejas descarriadas, pero ahora hemos vuelto al Pastor y Obispo
de nuestras almas,1 Pedro 2:24-25, se hizo pecado por nosotros, una vez y para
siempre, Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos… Hebreos
9:26-28.
Expiación, Cristo fue el perfecto chivo expiatorio que cargó toda nuestra
pesada carga pecaminosa, con su sangre la removió y la quitó totalmente y nos purificó delante del Padre. El Azazel que apartó lejos de sus ojos toda acta de decretos que había contra nosotros, por eso permaneció tres días sepultado, dejando enterrada y olvidada para siempre nuestra culpa, como aquel macho cabrío que llevaba todas las
iniquidades del pueblo, a una tierra inhabitada y desértica, Levítico
16. Cristo
debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y
fiel, Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados de
todos, Hebreos 2:17.
Remisión, Cristo con su sacrificio nos perdonó toda la maldición de la carga
por el pecado y cumplió en sí mismo toda la ley que nosotros no podíamos cumplir,
pagó y condonó la deuda por la caída, la cual no estábamos en capacidad de
saldar y depositó a nuestro favor ganancia de vida en la cuenta celestial, Deuteronomio 15:1-2, Cristo nos redimió
de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque escrito está)
maldito es todo el que es colgado del madero, Gálatas 3:13; Porque esta es
mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de
pecados, Mateo 26:28;
Justificación, porque Cristo siendo Dios santo nos declaró justos e inocentes una vez
y para siempre cuando éramos reos condenados a muerte, haciendo que el Padre
nos vea limpios y aceptos a través del Hijo, hasta hoy Él es el Tabernáculo
vivo en medio del pueblo de Dios que rasgó el velo que nos impedía entrar a su
presencia, su resurrección hace posible que Él sea Emmanuel, Dios con nosotros,
Y que de todo aquello que por la ley de Moisés, no
pudo ser justificado, en Cristo es justificado todo aquel que cree, Hechos 13:39; Cristo fue
entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación,
Romanos 4:24.
Redención, Cristo con el
precio de su gran amor mostrado en el calvario al hacerse maldición colgado de
la cruz nos compró por segunda vez, nos rescató y nos hizo libres de la
esclavitud del pecado, de la ley, de la muerte y de toda acta decretos que el
enemigo tenía contra nosotros, Cristo como Gran Sumo Sacerdote nos introduce directamente al lugar santísimos ante la presencia del Padre en grato olor fragante, intercediendo por nosotros todo el tiempo, Cristo
se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar
para Sí un pueblo propio, hacedor de buenas obras, Tito 2:14. Y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez y para siempre al
Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención, Hebreos 9:12.
Reconciliación, Cristo nuestra Pascua nos
perdonó y nos reconcilió con el Padre y consigo mismos, construyendo con la cruz el puente que nos acerca
a Él y nos lleva a su reino; así eliminó el abismo que nos separaba; medió,
arregló y restauró la relación rota recuperando la amistad, la paz y
la
comunión con el Padre en una intimidad eterna, con los que habían caído y perdido
la gracia de su inocencia y haciendo de dos pueblos uno en Él, su Iglesia, Porque el Hijo del Hombre vino a
buscar y salvar lo que se había perdido, Lucas 19:10, Por cuanto agradó al Padre que
en Cristo habitase toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar consigo
mismo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en el
cielo, haciendo la paz, mediante la sangre de su cruz, Colosenses
1:18-20.
Regeneración, restauración
y renovación, Con la resurrección de Cristo recibimos nueva vida; Él
nos hace nuevas criaturas cuando lo recibimos en nuestro corazón y lo
reconocemos como Señor y Salvador, nos vuelve al estado original de pureza por
el Espíritu Santo que nos hace su habitación, así hace morir el viejo hombre
carnal y resucita al espiritual. Por fe hay cambio instantáneo de muerte a vida en
una resurrección espiritual real y eterna, Y Jesús les
dijo: de cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se
siente en el trono de su gloria, ustedes que me han seguido, también se
sentarán sobre doce tronos, Mateo 19:28, Cristo nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de
la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo Tito
3:5.
Así como los
Israelitas celebraron la pascua con sangre en los dinteles de las puertas para
liberarlos del ángel de la muerte, Cristo con su sangre en el Calvario nos
libertó de la muerte eterna dándonos un nuevo comienzo y estilo de comportamiento
preparándonos en vida para ir a la tierra prometida de la Jerusalén celestial, Éxodo 12, Límpiense, de
la vieja levadura, para que sean nueva masa, sin levadura como son; porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros, 1 Corintios 5:7.
Adopción,
Dios en su infinita soberanía nos injerto en la vid Cristo, cuando éramos
olivo silvestre, advenedizos ajenos al gobierno divino; fuimos incorporados como hijos en su familia para hacernos coherederos con el Hijo de sus sus
abundantes
promesas y ricas bendiciones. Gálatas 4:5-6, Con
su infinito amor, Dios nos escogió para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Efesios 1:5.
Somos propiedad de Dios, tenemos identidad y
pertenencia porque estamos sellados por el
Espíritu Santo con poder y autoridad¸ Ahora somos linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, y pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciemos
las virtudes de Aquél que nos llamó de las tinieblas a la Luz Admirable, 1
Pedro 2:9.
Santificación, Es un proceso continuo en la vida del cristiano, limpiándonos cada día de pecado y llevando a Cristo entronado en nuestro corazón mientras
peregrinamos por esta tierra, guiados por el Espíritu Santo, en qjien nos refugiamos cada día para alcanzar la estatura de Cristo. Estamos apartados para el Padre como
su morada santa para vivir en pureza e
integridad hasta que Cristo regrese por segunda vez o cuando quiera llamarnos a su
presencia, 1 Corintios 6:19-20. Nosotros
debemos dar siempre gracias a Dios…hermanos amados por Jesucristo, que el Padre
nos haya escogido desde el principio para salvación mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad, 2 Tesalonicenses 2: 13. Elegidos según la
presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser
rociados con la sangre de Jesucristo, para que la gracia y la paz nos sean
multiplicadas,1 Pedro 1:2.
Glorificación Es el último paso que vivimos en la
salvación y se celebrará en los cielos con las Bodas del Cordero donde recibiremos
coronas como premio, seremos semejantes a la estatura de Cristo, y preservados en
Él para vida eterna, con la garantía y seguridad de quien lo prometió y lo
cumplió. Y
si me fuere, os prepararé lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde YO estoy, vosotros
también estéis, Juan 14:3. Seremos resucitados con Cristo, tendremos
vida eterna con Él en los cielos, ¡qué grande promesa!
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que
juntamente con Él seamos glorificados, Romanos 8:17. ¡Ay Señor cuánto deleite en tu palabra y en
tus promesas! Pero tenemos que pagar el precio en la tierra al seguirte y
servirte. Así igual te amaré por la eternidad y caminaré contigo para siempre,
Amén.
Lo que Cristo logró es verdaderamente
extraordinario y no tiene comparación. El tratamiento de nuestros pecados en la
cruz es una obra cuyo diseño inteligente es perfecto, divino y no humano. No
fue un hombre simplemente el que murió en la cruz, sino Dios mismo en forma de
hombre, el eterno Emmanuel. No fue un ser creado quien murió en la cruz, sino
el eterno, único, perfecto y santo gran Yo Soy, Alfa y Omega, Principio y fin
de todo, quien vendrá en las nubes por su novia para celebrar las bodas del Cordero
y regresará por Segunda vez junto con sus redimidos para juzgar al mundo, 1 Pedro 1:8-20. ¡Gloria a tu
poderoso nombre Señor Jesucristo!
Excelente exposicion de las doctrinas de la salvacion. Dios le bendiga.
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