EL DOLOR
Y EL SUFRIMIENTO TIENEN RAZÓN DE SER
Cristo estando en la
condición de Hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte der cruz, Filipenses 2:8.
Bendito sea el Señor y
Padre de nuestro Señor Jesucristo. Padre de misericordias y Dios de toda
consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que
nosotros también podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, con
el consuelo que somos consolados por Dios, 2 Corintios 1:3-4.
El Dios de toda gracia que
nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayamos padecido un
poco de tiempo, Él mismo nos perfeccione, afirme, fortalezca y establezca, 1
Pedro 5:10 .
Sufrimos y experimentamos dolor en muchos momentos y
circunstancias de la vida, y no entendemos en la mayoría de los casos y el
dolor que vemos en el mundo hace a muchos que se cuestionen y algunas digan:
¿Cómo podemos creer en un Dios que permite tanto sufrimiento en la tierra? Esto
sucede porque el razonamiento les dice que si Dios es amor y es Todopoderoso,
¿por qué tanto dolor?
La respuesta al dolor la podemos hallar cuando vemos la forma en
que el Hijo de Dios vino al mundo: Cristo siendo Dios se hizo humano: fue niño,
pasó por la juventud y la adultez normal de todo ser humano. Pero creció y se
hizo hombre para cumplir la misión específica de morir y salvar a la humanidad.
Siendo Dios, sufrió, experimentó el dolor más terrible, fue despreciado,
rechazado, avergonzado, herido, quebrantado y traspasado, aunque vivió sin
pecado en su sufrimiento y sus heridas en su cuerpo llevó todo nuestro dolor y
nos comprende Los que temen a YHWH, confíen en Él; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo.Dios se acuerda de nosotros y nos bendice...Salmos 115:11-12.
Las falsas acusaciones y su crucifixión lo llevaron a morir y ser
sepultado como cualquier ser humano; pero el poder del Espíritu Santo lo
resucitó, sigue vivo y victorioso por la eternidad, aunque las cicatrices de su
cuerpo siguen ahí, Juan 20:24-29. El texto bíblico narra la experiencia de Tomás, diciendo a muchos
que no creen en el Cristo vivo: Bienaventurados, dichosos y felices los
que no vieron y creen. Tomás no creyó hasta que vio las cicatrices en las
manos de Jesús, para reconocerlo como Señor y Dios, hoy también hay muchos incrédulos Tomases, no haga usted lo mismo,
podría ser tarde si no cambia de pensamiento.
El dolor y el sufrimiento de Jesús no es algo que deba dudarse ni tomarse a la ligera, la fe en Él hace que entebdamos nuestro sufrimiento y por qué muchas veces lloramos; Jesús llevó todo dolor y sufrimiento al cielo, para
consolarnos en la tierra, Él llevó a la eternidad los recuerdos de su dolor
como memorial perpetuo de lo que fue su humanidad santa y salvadora, ¿cómo no
se ocuparía de lo nuestro?. Y le preguntarán: ¿qué heridas son estas en
tus manos? Y Él responderá: con ellas fui herido en casa de mis amigos,
Zacarías 13:6.
Ahora bien, si el mismo Dios santo sufrió dolor y heridas hasta la
muerte, ¿no hemos de padecer nosotros siendo pecadores? ¿Acaso nuestro pecado
no nos alcanza? En muchos casos el pecado y el abandono a las instrucciones
divinas en nuestra ignorancia de Dios nos traen tanto dolor y sufrimiento,
otras veces sufrimos para ser cambiados, transformados y perfeccionados en
nuestra manera de vivir y desear las cosas. La humanidad sigue viendo a Cristo
como a un personaje histórico milagrero y no como al Dios que nos amó y quiere
lo mejor para nuestra vida, el único Dios que salva a esta raza imperfecta,
vulnerable, débil, limitada y finita.
No debiéramos preguntarnos por qué sufre la humanidad, sino ¿por
qué tiene que seguir sufriendo Dios viendo tanta maldad en el ser humano? Él fue
despreciado y desechado entre los hombres, Cristo fue varón de dolores,
experimentado en quebranto; nosotros le escondimos el rostro, fue menospreciado
y no lo estimamos, Isaías 53:3. Él fue angustiado por nuestra causa, y sigue
sufriendo viendo la deshumanización de la gente, la insensibilidad de los
corazones, la dureza de las actitudes y la violencia de acciones, No
entristezcan al Espíritu Santo de Dios, porque con Él fuimos sellados para el
día de la redención, Efesios 4:30.
La tristeza es una expresión del dolor y el sufrimiento motivo de algo, si alguien sufre por cosas
que se salen de sus manos, y no son causa de pecado, hay un propósito de Dios
en ello si le hemos entregado nuestra vida, pero debemos saber que Dios tiene
el control en ello, y dirá la última palabra cuando su propósito se haya
cumplido en nosotros, YO te voy a enamorar; te llevaré al
desierto y allí te hablaré al corazón, Oseas 2:14. Él siempre quiere
perfeccionar su amor en nosotros.
El corazón endurecido del
ser humano y el pecado que hace cosas horribles, hieren profundamente el corazón de Dios
y se entristece, así como un padre sufre con un hijo descarriado como la historia del hijo
pródigo en la biblia. Porque solo una persona con sentimientos, con corazón y
que razona, experimentará tristeza y dolor. La humanidad entera anda desorientada, han
perdido el rumbo, en lugar de alegría tienen dolor, en vez de salud, enfermedad
y muchos inocentes sufren en medio de las lágrimas y la angustia, Hechos
28:27.
Cada ser humano es importante para Dios, en especial cada
cristiano es hijo amado del Padre y miembros del Cuerpo de Cristo que es la
Cabeza, por eso si alguno sufre, todo el cuerpo se duele, la Cabeza sufre y se
pone triste; cuando sufrimos, Cristo sufre porque nuestras dolencias lo tocan.
Es por eso que cuando Saulo de Tarso perseguía a la Iglesia primitiva, Jesús le
dijo: ¿Saulo, Saulo, por qué me persigues? Hechos 9:4.
Perseguir la Iglesia y hacerle daño a alguno de sus miembros, hace doler el
corazón de Dios, Él nos ha dado libertad para decidir hacer el bien, pero el
hombre ha decidido lo contrario.
Cristo como Hombre se
identificó con la humanidad, Él entiende todo nuestro dolor, ningún otro ser
humano puede entender ni conocer la profundidad del sufrimiento en cada quien, como
Jesús, esa es la razón por la cual las escrituras están llenas de textos y
promesas consoladoras que nos animan y fortalecen en momentos de dolor,
tristeza y aflicción, Mateo
11:28.
Pero al mismo tiempo Él nos promete estar con nosotros en esos momentos, Isaías 43:2.
Nosotros somos seres de
carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir
para vencer al diablo, que tenía poder sobre la muerte; con su muerte, Jesús
dio libertad a los que temían morir. Porque Jesús no vino a ayudar a los
ángeles, sino a todos los descendientes de Abraham. Para poder ayudarnos Jesús
tenía que hacerse Hombre. Por eso Él es el Gran Sumo Sacerdote, que intercede
por nosotros y en quien podemos confiar, pues está lleno de amor para honrar al
Padre. En Cristo el Padre perdona nuestros pecados. Y así como el mismo Jesús
sufrió, y fue tentado, Él puede ayudarnos a todos, Hebreos 2:14-18.
El ser
humano también sufre a causa del enemigo de las almas y archienemigo del Dios
vivo, el merodea continuamente para insensibilizar a las
personas con
el pecado, que al igual que la lepra elimina del cuerpo la sensibilidad al amor y la misericordia y experimentar
dolor. Cuando alguien padece una enfermedad, los doctores no intentan
eliminar el dolor, sino identificar ¿por qué hay dolor? No sea que le estés
dando tu vigor a otros y tus años al cruel, Proverbios 5:9.
Si hay
dolor se podrá identificar lo que lo produce y por qué se produce. Cuando
sentimos tristeza, cuando experimentamos dolor y pasamos por sufrimiento, algo
está pasando,
o estamos fallando, estamos siendo corregidos y disciplinados o estamos siendo
perfeccionados; de alguna manera Dios nos está mostrando su amor, aunque algunos
no crean, se rían y sean sarcásticos, así es. Dios nos rodea de amor aún en
medio del dolor,
Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que
duele, pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y
rectitud, Hebreos 12:11.
Al instante que los
primeros humanos pecaron en el Edén desobedeciendo al Creador, la tierra fue
maldita produciendo cardos y espinos; se llenó de animales venenosos y
ponzoñosos, la mujer empezó a tener dolores para dar a luz los hijos y el
hombre tuvo que trabajar con sacrificio para ganar su sustento.
Siempre lo he dicho: Lo bueno del dolor es que nos saca del error, porque hay un propósito protector
con el dolor.
Una persona sana puede caminar apoyada en sus dos piernas y cualquier afección
la siente, pero una persona con lepra no, un leproso puede aún llevar sus
piernas heridas, destrozadas y sangrantes pero no siente dolor, se mueve sobre
sus heridas y no descansa. Cuando nos torcemos un tobillo, los nervios se
encogen, el dolor es muy fuerte por un momento, pero el cerebro ayuda a que se
quite el peso sobre el tobillo y lo protege de una lesión más grave o de una
fractura que se pueda lamentar. El dolor nos protege, gracias a Dios por haber
hecho nuestro cuerpo tan perfecto.
Por otra
parte, el dolor tiene un propósito para restaurar y unir, el
dolor hace
que prestemos atención y acudamos al médico, al mismo tiempo agrupa y
nos une en
apoyo, nos aproxima para soportarlo mejor juntos. Es por eso que cuando una
infección ataca el cuerpo y se experimenta dolor, los glóbulos blancos, o
leucocitos se multiplican y todo el funcionamiento de nuestro cuerpo viene en
ayuda del miembro que sufre, De manera que si un miembro padece,
todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los
miembros se gozan con él,1 Corintios 12:26.
Cuando nos machacamos con el martillo mientras clavamos una
puntilla, el golpe amorata e hincha el dedo, de inmediato agarramos el dedo
afectado con la otra mano, lo colocamos en la boca y los succionamos mientras
hacemos una pequeña danza de lamento y dolor. Ese es el efecto automático,
vemos que todo el cuerpo se une a favor del miembro afectado, unidos por el
cerebro, pporque ahora en Cristo
Jesús, nosotros que en otro tiempo estábamos lejos, hemos venido a ser cercanos
por la sangre de Cristo, Efesios 2:13.
Cuando el dolor individual surge muchas veces el colectivo lo pasa
desapercibido, pero cuando ese dolor afecta a una familia, una comunidad, una
ciudad y un país, ése dolor y sufrimiento hace que todas las personas se unan,
se refugien unas con otras; lo enseña la palabra de Dios, 1
Corintios 12:26.
Muchas cosas buenas sacamos del dolor y el sufrimiento, aún los dardos
del maligno nos hacen aferrarnos y amar más a Dios. Pero nunca podemos decir
que es Dios quien nos produce, por el contrario, Él nos otorga refrigerio en su
infinito amor y misericordia, en la disciplina, somos nosotros mismos los que
propiciamos dolor, Job fue corregido debido a su auto suficiencia porque no
conocía íntimamente a Dios, pero Él amaba y temía a Dios, después de todo su
dolor pudo decir: De oídas
te había oído, pero ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco y me arrepiento
en polvo y ceniza; Job 42:5-6. En su dolor pudo ver y oír a Dios que le hacía ver su error.
Los seres humanos somos los que ocasionamos el dolor y el
sufrimiento que hoy padece la sociedad; el pecado, la incredulidad y el estilo
de vida, los lleva a cometer actos demenciales contra otros, Dios es
todopoderoso y gobierna el universo, pero dio libertad al ser humano para
escoger lo bueno o lo malo, si no pecamos Dios nos protege y defiende, Porque
todo aquel que ha nacido de nuevo en Cristo, no practica el pecado, porque ha
sido engendrado por Dios, Él lo guarda, por lo tanto el maligno no lo toca, 1
Juan 5:18.
Muchos están sufriendo a causa de su pecado, otros a causa de la
maldad de otros, de una u otra forma el pecado, nos alcanza; para eso hay que
orar y confiésalo para que Dios aparte su irá y nuestro el dolor. Dios nos ha
dado libertad, no el libertinaje que está trayendo muerte a la humanidad, unos
sufren porque toman malas decisiones y actúan mal, otros sufren debido a las
malas acciones de otros, pero en medio de todo los actos humanos errados, pecaminosos
y torcidos de gente, Dios acude para consolar, sanar, ayudar, purificar,
construir carácter y nuevas oportunidades de vida; especialmente cuando
sufrimos por causa del evangelio hay regocijo porque hay esperanza, Romanos
5:3-5.
El especialista en dolores
de columna y espalda, Dr. Brown, dice que si no hay una reacción al dolor, algo
malo está ocurriendo; así como la salud corporal, la salud mental, emocional y
espiritual de una persona o una comunidad se determina por la reacción ante el
dolor. De igual manera si la iglesia reacciona ante los pobres, los niños
abandonados, los enfermos del alma, quebrantados del corazón y los hogares
destruidos, entonces hay sensibilidad, y todos se unen frente al dolor para
mitigar el sufrimiento del hermano y el prójimo, pero si no es así, algo
está mal no solo en el mundo, sino en el cuerpo de Cristo.
El común denominador de la
sociedad es la insensibilidad y la indiferencia, se muestran ausentes; por eso miles
están sufrientes y enfermos. ¿Por qué? Porque han abandonado a Dios y han
echado tras las espaldas sus instrucciones; los gobernantes y la sociedad
parece que no sienten dolor, están caminando sobre las heridas abiertas y
sangrantes de los más débiles, esa es la razón de tantos niños violados, del secuestro
y trata de personas, extremistas violentos, cónyuges abandonados y naciones
llenas de codicia, afán de poder, fama y riqueza, etc, etc.
Hoy la sociedad está peor
que los esclavos del cigarrillo que se queman los dedos y no sienten dolor al
fumarse hasta la última colilla; pero si aún hay algo sano, rápidamente quitará
los dedos del calor para no quemarse, Pero te provocaron a ira,
y se rebelaron contra Ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, mataron…e
hicieron grandes abominaciones, Nehemías 9:26.
Cuando el pecado sube
hasta Dios, Él primero envía muchos mensajes para que la gente se arrepienta,
se transforme y se vuelva a Él, pero si esto no pasa, vienen sus juicios de
muchas formas sobre las gentes, sobre la tierra y sobre el universo
produciéndose dolor, no solo en el corazón de Dios, sino en el nuestro. Porque
Dios no dará por inocente al culpable de tanto dolor, sufrimiento y angustia contra
sus criaturas, Números 14:18.
No podemos seguir tratando
de eliminar el dolor y el sufrimiento actual con sedantes, analgésicos, drogas,
alcohol ni a cualquier precio, es necesario hacer un alto en el camino y
rendirse al salvador para mitigar el dolor. A pesar de todo, muchas cosas
buenas se pueden sacar del sufrimiento, estaríamos muy equivocados si pensamos y
creemos que Dios causa tanto dolor y sufrimiento.
¡Basta ya de
adormecimiento, insensibilidad y corazones duros! El pecado y la rebeldía
contra Dios es una especia de narcótico espiritual que está acabando con la
raza humana, YA ES tiempo de volverse a Cristo, valorar lo que Él hizo al venir
al mundo y morir en la cruz, empezar a amarlo y dejar de pecar para evitar el
dolor sobre la tierra.
Por favor se lo suplico,
deje de seguir formando parte de la sociedad enferma, sea libre y feliz
caminando con Dios, sea parte de la solución no de la locura que vive el mundo.
Dios te llene de su presencia. Así sea, amén.
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