Toda persona
está sujeta a dos nacimientos: el nacimiento físico y el nacimiento espiritual.
Jesús hablando con Nicodemo lo aclara perfectamente. “De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de arriba, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3:3.
La
palabra hebrea es Yivvaled ish milma mahalá, signfica nacer de arriba
para volver a Dios, obedecer sus mandamientos y seguir sus caminos; renacer,
convertirse en seguidor de Cristo abandonando el pasado pagano para acercarse a
Dios, lo cual hicieron los judíos en tiempos de Jesús; en el griego gennao, es análogo al crecimiento
del feto en el vientre de la madre antes de llegar al mundo, es decir engendramiento
por el padre en una madre, y nacido
a través de ella, algo muy distinto a nacer de nuevo o nacer de arriba, fue lo
que creyó Nicodemo que Jesús decía, un nacimiento físico, por eso le preguntó,
“¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo?” Juan 3:4. Cristo le aclaró, “De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar
en el reino de Dios”, versículo 5.
La mención de agua es Mikve, es decir pasar de lo carnal a lo espiritual, bautizado por las aguas vivas del Espíritu en el bautismo por inmersión después de recibir a Cristo, directamente relacionado con el bautismo en el Espíritu, adquiriendo una nueva naturaleza desde arriba sellados por el Espíritu de Dios que nos hace su morada, así se efectúa nuestro nuevo nacimiento en Cristo para empezar nuestra vida nueva por el Espíritu.
De
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino
de Dios; de
cierto, de cierto te digo, que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios Juan 3:3-5.
La diferencia entre nacimiento físico y espiritual, es confirmado por la declaración de Jesús, “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: ‘Les es necesario nacer de arriba’. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; pero, ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” Juan 3:6-8. Nacer de nuevo es revivir espiritualmente resucitando para Dios, algo que debe hacerse mientras estemos vivos sobre esta tierra, después de muertos no hay esperanza.
Por
estas afirmaciones de Jesús Nicodemo exclamó, “¿Cómo puede hacerse esto?” Jesús le replicó, “¿Eres tú maestro de Israel, y
no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo
que hemos visto testificamos; pero no reciben nuestro testimonio. Si les he dicho
cosas terrenales, y no creen, ¿Cómo creerán si les dijera las celestiales?”
Juan 3:10-12. Aunque Cristo nació de una virgen como ser humano, El tuvo
que renacer espiritualmente para ser revestido de lo Alto, con el poder del Espíritu
Santo que descendió sobre Él en forma de paloma, así es nuestra conversión
completa al ser bautizados por las aguas vivas del Espíritu y revivir nuestro
espíritu que estaba muerto esclavo del pecado desde el Edén.
Cuando
Jesús dijo, “no
reciben nuestro testimonio”, se refería a los fariseos, a los
incrédulos en general. Nicodemo y los fariseos eran “maestros de Israel”, pero
no entendían el proceso de renacer espiritualmente mientras tenemos vida.
Cristo estaba afirmando que el reino de Dios venía a la tierra con Él y las
personas tenemos la oportunidad de ser salvos mientras tenemos vida terrenal
porque si morimos sin Cristo y sin su Espíritu, no hay otra oportunidad.
Nacer de nuevo es el
mayor milagro de la vida, porque es la obra directa de Dios en nuestro ser integral,
es imposible por esfuerzo propio, por obras o por medios humanos, tampoco
depende del intelectualismo ni la práctica de una religión es por el poder
sobrenatural de Cristo en nosotros dándonos su Espíritu para recuperarnos como
propiedad del Padre, que mora en los creyentes seguidores fieles de Cristo. 1
Pedro 1:3.
El nacimiento natural o físico es a través de una madre para formar parte de una familia, de una sociedad, de una nación y de una cultura, pero tras la caída del hombre en el Edén el ser humano murió espiritualmente al desobedecer a Dios y pecar, es decir, quedo alejado de su Creador, por eso toda persona requiere del nuevo nacimiento, que implica renacer de arriba y desde adentro, para reflejar a Cristo afuera y evidenciar su regeneración en su conducta y comportamiento, resucitados por el Espíritu y reconciliados con el Padre en Cristo, formando parte de la familia de Dios, así avanzamos en un proceso de crecimiento y madurez integral mientras peregrinamos en este mundo. Mateo 24:13.
La razón del advenimiento del Salvador al mundo, pues es imposible humanamente vencer las tinieblas, abandonar el pecado, vivir con pureza y vencer las pasiones que batallan en el cuerpo, por la simple fuerza de voluntad personal; es única y exclusivamente factible entronando a Cristo en el corazón, haciéndolo SEÑOR y Dios de nuestra vida. Tito 3:5. Toda la Biblia habla del reino de Dios, porque el mensaje del reino es la salvación en Jesucristo, cuando nacemos de nuevo en Él. Jesús inauguró el único orden y estilo de vida donde el hombre es rescatado mediante salvación eterna, un ser humano con identidad de hijo de Dios aceptado, amado y protegido por el Padre celestial; redimido por el Hijo de Dios y perteneciente al cielo por la obra de la cruz. Este hecho nos convierte en herederos del reino celestial, cuando Cristo vuelva por segunda vez, como Rey y SEÑOR, Fiel y Verdadero Cordero de Dios glorificado para gobernar las naciones junto con su pueblo.
El nuevo nacimiento requiere tanto creer en Dios como creerle a Dios. La persona que nace de nuevo experimenta la obra directa de Dios, mediante la fe salvadora en Cristo, y con el poder sobrenatural del Espíritu Santo obrando en nuestro corazón desde el momento que le entregamos todo nuestro ser y la vida al SEÑOR Jesucristo, permitiendo que Él reine en nosotros, nos dirija y nos transforme de Espíritu a espíritu para hacerse visible ese cambio en lo natural. Bendito el Dios y Padre de nuestro SEÑOR Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. 1 Pedro 1:3.
Nacer de nuevo es renovación de carácter y regeneración espiritual, en un proceso vitalicio que endereza el rumbo de nuestra vida, tomando a Cristo en primer lugar, experimentando una transformación sobrenatural de adentro hacia afuera, moviéndonos en un mundo ordinario y natural, pero haciendo la diferencia mientras nos vamos perfeccionando hasta parecernos a Jesucristo, el Hijo del Hombre. Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4:13. Lo que indica que debemos convertirnos en gente madura, sobria, sabia y con el carácter de nuestro SEÑOR, y en ese proceso nos vamos santificando al:
Adquirir vida nueva, Romanos 6:1-4, gozamos de salvación, volviendo a nuestro Creador, Job 22:23 y Juan 3:1-16; empezamos a ser nuevas personas, 2 Corintios 5:17 y Colosenses 3:3-17; somos adoptados en la familia de Dios,, Efesios 2:15-19; caminamos por el Camino nuevo, Hebreos 10:19-25; entramos al nuevo pacto de la gracia, Hebreos 8:13; obtenemos nueva esperanza, 1 Pedro 1:3; vivimos el nuevo mandamiento, Juan 13:34 y 1 Juan 2:8; obtenemos nueva ciudad, tierra y cielo, 2 Pedro 3:13 y Apocalipsis 21:1-18; tenemos un nuevo canto para Dios, Salmos 33:1-12; y adquirimos un nombre nuevo, Apocalipsis 2:17; todo esto para vivir cada dia un nuevo amanecer, Lamentaciones 3:22-24, con la ayuda, el consejo y la dirección del Espiritu Santo en nuestro nuevo presente, Isaías 43:18-19.
Sin el nuevo nacimiento no existe esperanza alguna de ir al cielo; debemos buscar sabiduría y entendimiento a las cosas sobrenaturales de Dios. “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, por gracia sois salvos.” Efesios 2:5. Sin el nuevo nacimiento no hay pertenencia ni identidad con el reino de Dios, Jesús le dijo a Nicodemo que era necesario nacer de nuevo para entrar al reino de Dios, y es el Espíritu de Dios quien nos ayuda a ver, entender y discernir lo santo de lo profano. Tener a Cristo como SEÑOR nos abre los sentidos espirituales para comprender y vivir las Escrituras. 1 Pedro 1:23, por eso los que andan sin Cristo, no entienden la Biblia, sino que la tergiversan, la atacan, la polemizan y la evitan.
Con el nuevo nacimiento el corazón humano deja de estar endurecido e indiferente a Dios, dejando de ser un muerto viviente bajo la manipulación de los sentimientos engañosos del corazón que caracterizan a la raza caída. Efesios 4:17-19; ya no vivamos como los que no conocen a Dios, que son ignorantes y tercos, por eso no pueden disfrutar la vida que Dios ofrece; han perdido la vergüenza, se han entregado a los vicios, y hacen toda clase de indecencias que el cielo condena por ser guiados por sus sentidos y no por Dios.
Recuerdo un detalle muy particular en mí, cuando no había nacido de nuevo: En muchas ocasiones sentía que odiaba a la gente, me caían mal las personas sin ni siquiera conocerlas, no me importaba si alguien sufría o le faltaba algo, pensaba solo en mí, en mis propias carencias; pero cuando Cristo vino a mi encuentro y le abrí de par en par la puerta de mi corazón, todo fue transformado dentro y alrededor de mí; empecé a ver hermosas a todas las personas, eran valiosas y dignas de todo amor y consideración. Es algo que día a día crece dentro de mi corazón, por la obra del Divino Alfarero que nos forma en su perfecta voluntad, buena y agradable con la obra del Espíritu Santo, nuestro Amigo fiel.
El no nacido de nuevo, es natural, emotivo, religioso e incapaz de tener una verdadera amistad con Dios. 1 Corintios 2:14, Juan 15: 4-7. Aunque muchos sean personas morales y éticas en su comportamiento social y crean en un dios, sin Cristo están condenados irremediablemente. Santiago 2:19. Dios envío a Jesús para recuperar las ovejas perdidas y hacernos volver a su redil. Juan 1: 11-13. Jesús dijo en el Sermón del Monte: el reino de Dios es para los pobres en espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpio de corazón, los pacificadores y los que son perseguidos por causa del evangelio, eso son los nacidos de nuevo. Efesios 4: 17-32.
No soy lo que debo ser, tampoco lo que quiero ser, pero por la gracia de Dios, no soy lo que solía ser. --John Newton.
REFUERZO 2 - VOLVER A NACER.
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