UN ORGANISMO VIVO UNIDO POR COYUNTURAS DE AMOR EN CRISTO.
En
esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si tienen amor los unos
por los otros, Juan 13:35. Que se amen unos a otros, como YO los he amado, Juan
15:12 y 17. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para
que sean uno, así como nosotros, Juan 17:11
Una de las causas de
los grandes conflictos del mundo es tener mucho más de lo suficiente, por una
parte, y el temor de no tener lo que se necesita por otra parte; esto lleva a
la gente a buscar desesperadamente situaciones o cosas que los hagan sentir
satisfechos para llenar sus vacíos y vencer sus frustraciones.
Unos luchan por
amontonar más haciendo injusticia, los otros salen a quitar a la fuerza lo que
a otros les pertenece y han obtenido con esfuerzo y hasta con dolor. Así que
mientras unos tratan de acumular más y más riquezas materiales, los otros
arrebatan haciendo del mundo un lugar desigual e insostenible, y hasta cierto
punto, invivible; los unos se hacen corruptos llevados por la avaricia, los
otros se hacen ladrones llevados por la pereza, la ingratitud y el pensamiento
errado de una vida fácil y sin esfuerzo. Esto separa y crea abismos entre los
seres humanos. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará...Juan 6:27.
A la luz de la
palabra de Dios vemos con claridad en que consiste la verdadera riqueza que
crea vínculos y trae vida; el Señor nos ilustra el cuadro de la viuda pobre y
su hijo que recibieron en casa al profeta de Dios. No somos una organización del mundo, somos un organismo vivo en Cristo, unidos por las coyunturas del fruto del Espíritu Santo que nos sella como propiedad divina, NO somos un sistema del mundo, hacemos la diferencia. Efesios 4:16.
La viuda de 1
Reyes 17:15
fue sensible a la presencia de Dios, ella se colocó en el lugar de necesidad
del profeta, ella se unió al corazón de Dios, a pesar de su enorme necesidad, dio
un paso de fe para alimentar al varón de Dios con las últimas migajas de su
mesa, con ese gesto de amor y entrega halló gracia a los ojos del Eterno
Proveedor, era la oportunidad que Dios esperaba para hacer un milagro y mostrar
la gloria de su majestad.
Fue así como nuestro
amado Dios creador, transformó una situación angustiosa y de agonía en una
ocasión para dar vida en esperanza y contra esperanza, multiplicar abundante
provisión, saciar el hambre de una familia, pagar deudas y bendecir a los
acreedores. Colosenses 3:23-24.
En la palabra de Dios
encontramos grandes ejemplos de vida y fe para que dejemos de herirnos y dañarnos unos a otros, y a cambio nos enriquezcamos en Dios y su palabra, para que aprendamos a ser dadivosos, seamos empáticos y nos
pongamos en el lugar del que necesita y sufre, para que seamos causa de alabanza a
Dios, portadores de su presencia, siendo faros que iluminan en medio
de un mundo oscurecido por el pecado, el egoísmo y el individualismo mezquino, pues ante Dios es
más importante dar que acumular lo que nunca llevaremos después de irnos de
esta tierra, Hechos 20:35.
Nuestro amado
Salvador es el máximo ejemplo de amor, desprendimiento y generosidad, se
hizo pobre para enriquecernos, 2 Corintios 8:9. Nació en un
pesebre, nunca tuvo riquezas materiales, ni siquiera una casa donde vivir aun en
su edad adulta Él nos dejó el máximo legado de amor y entrega. Eso hace a su pueblo,
el más rico sobre la tierra, son innumerables las riquezas que el Eterno Dios
de amor nos ha dado en Cristo. Por eso Él nos llama al amor, a la unidad, a
complementarnos en los dones, los talentos y la fe, siendo así grandes
trabajadores en la extensión de su reino y no acomodarnos a ezte mundo cruel y perverso. Romanos 12:2
Señor, te pedimos que
nos des un corazón generoso como el tuyo, que nos rodees de oportunidades donde
Tú dejes ver tu gloria y seamos causa de alabanza, honra, gloria y
agradecimiento a Ti, en el nombre de Jesús, Amén.
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