Mantener las lamparas encendidas significa permanecer llenos del Espiritu Santo ardiendo en pureza para el SEÑOR; el aceite del que se habla en el AT para dar la luz que no debía apagarse en el Arca del testimonio, se extrae de la oliva para hacer arder la menorá o candelabro de siete brazos en el tabernaculo de reunión, este era el primer aceite que brotaba muy puro de las olivas, debido a la alta presión sobre ellas, y que para nosotros simboliza poner a Dios como prioridad en nuestra vida a pesar de las presiones que nos rodean en este mundo, donde la gente ha dejado de lado al Dios altísimo y han usurpado su preeminencia poniendo muchas otras cosas en su corazon; tales cosas como el dinero, la fama, el poder y todo aquello que Dios provee, como la familia, el empleo y los ministerios; el Eterno es celoso y quiere ser el único dueño del altar de nuestro corazon; todo lo que somos y tenemos es Dios quien nos lo ha dado para que perseveremos en Él; por lo tanto, ninguna otra cosa puede ocupar su lugar hasta que Él nos recoja, y a Él debemos dar lo mejor de nuestro tiempo, nuestra vida y todo lo que ocupa nuestra mente y corazón. Cristo es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Colosenses 1:7.
Nuestra paciencia y espera por Jesucristo es muy importante para Dios, y así como las aceitunas se deben recolectar en el momento preciso que contienen su maxima cantidad de aceite a finales del Otoño, Dios hará su arrebatamiento en el momento preciso, y así como el tiempo influye en la composición del aceite para su olor y su sabor al caer las aceitunas al suelo, del mismo modo el Altísimo nos prueba en el tiempo de espera prepárándonos para el SEÑOR. El reino de los cielos es semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco eran insensatas. Las insensatas tomando sus lámparas, no tomaron consigo el aceite; pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
A la media noche se oyó un clamor: ¡aquí viene el esposo; salgan a recibirlo! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dennos de su aceite; porque nuestras lámparas se están apagando. Pero las prudentes respondieron diciendo: para que no nos falte a nosotras y a ustedes, mejor vayan a los que venden, y compren para ustedes mismas.
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban
preparadas entraron con Él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron
las otras vírgenes diciendo: ¡SEÑOR, ¡SEÑOR, ábrenos! Pero Él respondió: de
cierto, de cierto, que no las conozco. Velen, pues, porque ustedes nos aben el
día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. Mateo 25:1-13.
El mundo va a la carrera, pero Dios lleva todo paso a paso, y mientras Él nos llama a su presencia y viene por los suyos en los aires, Él nos pule con paciencia para estar atentos y no dejar pasar el tiempo inútil e infructuosamente, sin pasar por alto su dirección, su llamado a movernos de lugar, y tomar decisiones precisas, en el cumplimiento de promesas que tambien nosotros hemos hecho a alguien y que tal vez cuando lo queramos hacer, nos sea demasiado tarde. Pues he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra, y densas tinieblas las naciones; pero el SEÑOR, cual el sol, se levantará sobre ti, y en ti será vista su gloria. Isaías 60:2.
La Menorá o candelabro de siete lámparas en tabernaculo siempre debía estar encendida, lo cual es una representación de la presencia del Salvador Jesucristo como la luz del mundo, esa Luz verdadera que alumbra a todo ser humano y disipa toda tiniebla; y aunque muchos aún no lo han reconocido ni recibido como SEÑOR, Dios y Redentor, hay otros que sí lo han hecho su SEÑOR, creen en su nombre, y deben arder con su luz para alumbrar a otros mostrando el Camino al Padre, Juan 1:9-12; Cristo, la Luz, nos ha enseñado que así como la luz no se esconde sino que se expone para que alumbre a todos, tambien nosotros debemos mostrar su luz ardiendo como lámparas y luminares en este mundo oscuro. Lucas 11:33-36. Cuídate de no olvidarte del SEÑOR tu Dios, para cumplir sus mandamientos,
sus decretos y sus estatutos. Deuteronomio 8:11.
Mantener las lámparas encendidas y llenas de aceite significa preparnos y permanecer listos para el arrebatamiento que hará el SEÑOR Jesucristo con sus ángeles; Él llevara un pueblo santo y creyente que sabe que su SEÑOR habla con verdad, firmeza y cumplimiento, pués Él mismo dijo que venía en breve, y ese debe ser el anhelo constante de nuestro corazón, que el SEÑOR venga y nos libere de este mundo tan oscuro, lleno de frialdad y maldad, pero que nosotros hemos tenido el privilegio de llegar al final del tiempo, viendo el cumplimiento profético, Apocalípsis 22:20; Por lo tanto, quetidos hermanos, ya que estamos esperando que esto suceda, aseguremonos de que nuestra vida esté libre de pecado, y mantengámonos en paz con Dios. 2 Pedro 3:14.
Y mientras esperamos que el SEÑOR Jesus nos saque de este perverso mundo, debemos vivir irreprensiblemente, sin manchas y en paz con todos, no viviendo de cualquier manera; esta preparacion requiere paciencia para saber esperar el tiempo perfecto de Dios, algo así como cuando plantamos y esperamos la cosecha, pero con paciencia estamos firmes y seguros que lo mejor vendrá aunque no sabemos el dia ni la hora que brotará el fruto, Mateo 22:42 y 44; el cumplimiento del tiempo profético es de plena soberania de Dios y será Él quien nos de la recompensa, así que seamos firmes y edifiquémonos sobre la Roca mientras esperamos aquel momento. Por lo tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobríos. 1 Tesalonicenses 5:6.
Debemos vivir con la certeza de que en cualquier momento el SEÑOR nos recogerá en las nubes como lo prometió; y prepararnos significa velar, es decir, discernir, vigilar en oración y estar atentos, despiertos a los acontecimientos, pero guardando santidad, con la seguridad en el corazón de lo que Dios ha dicho en su palabra; nos preparamos y mantenemos alumbrando la lámpara de nuestra vida, si nos llenamos del Espiritu Santo, en plena comunión con el SEÑOR Jesucristo, y que cuando llegue la hora, podamos ser hallados dignos de Él, andando como si el SEÑOR llegara hoy, viviendo con temor y temblor ante su presencia, no siendo parte del desamor y la frialdad espiritual, sino también amándonos unos a otros. No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros; muchos más sabiendo que aquel dia se acerca. Hebreos 10:25.
Congregarnos es parte de esa preparación, esforzados y procurando no quitar la mirada del Novio que viene por su esposa, Él es la Luz del mundo, para que todo nuestro ser no camine en oscuridad y que a nuestras vasijas no les falte el aceite de la uncion de su presencia por el Espiritu Santo con el cual nos selló como su propiedad; así que preparémonos, levantémonos, unjámonos de aceite santo y resplandezcamos; seamos testimonio de vida poniendo a Jesús en el trono de nuestro corazón y que Él sea el primero en todo lo que somos y hacemos, caminando a cada paso en el tiempo de Dios, para que brille su luz en nosotros, y así muchos más sean salvos antes del arrebatamiento, porque las tinieblas de maldad de este mundo avanzan vertiginosamente, pero nuestra vida como lámpara encendida llena del Espiritu, va marcando la diferencia al permanecer Con Pasos Firmes en Dios, prevalenciendo sobre las tinieblas hasta el final. Porque el que persevere hasta el fin, ese será salvo. Mateo 24:13.
Seamos fieles, oremos siempre por todos y por todo, arreglemos nuestra vida y que La Luz de Cristo alumbre nuestra alma con el amor de Dios y el aceite del Espiritu; hagamos brillar la luz de Cristo en nosotros estando limpios y puros, libres de toda contaminación, y como vírgenes sabias, estemos listos todo el tiempo para el Esposo; somos luminares en el.mundo, lámparas vivas por donde quiera que vamos; dejémonos ver como evangelio viviente, porque también el evangelio es luz y el aceite sana heridas, lo cual representa nuestra fe y testimonio de vida con pureza y dedicacion a Dios con buenas obras como resultado de nuestra fe obediente y poder en la palabra. Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera en mi camino. Salmos 119:105.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.