DEPENDENCIA Y FE
Permanezcan
en Mí, y YO estaré en ustedes. Como una rama sola, no puede echar frutos por sí
misma, si ustedes no permanecen en el árbol, tampoco producirán si no dependen de
Mí. Porque YO SOY el Árbol que da Vida, y ustedes son las ramas. Así que el que
permanece en Mí, y YO en él, ése llevará mucho fruto; pues separados de Mí,
nada podrán hacer, Juan 15:4-5.
Somos su pueblo, y ovejas de su prado, Salmos 100:3.
Porque YO SOY EL SEÑOR, tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha; YO SOY quien te dice: No temas, YO te ayudaré. Isaías 41:13.
Esto parece un slogan
publicitario ante los ojos de muchos desconocedores de Dios y su Palabra. Pero
este juego de palabras, lo que realmente dice es que Dios es quien nos hace el
camino, no es la posición de tu creencia ni el poder económico que poseas lo que hace tu camino. Es el mismo
Dios quien te muestra el camino a seguir. El corazón del himbre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR. Proverbios 15:9.
Tu fe en Dios es el
paso vital para que se logre el camino correcto, es el fundamento principal; tu
fe en Dios es lo que te conecta con Él, y para ello debes alinearte con lo que
dice su Palabra. Al estar conectado con Dios por medio de la fe es lo que te llevará
a tomar decisiones sabias. Pero sin Dios, toda la fe que quizá puedas tener no
te llevará a ninguna parte buena; Dios mira el corazón y aún al malo le permite hacer sus deseos en el cumplimiento de su palavra profética. Confía de todo corazón en el SEÑOR, y no en tu propia inteligencia. Reconoce a Dios en todos tus caminos, y Él allanará tus sendas. Proverbios 3:5-6.
Así que el principio fundamental
para encontrar el camino correcto, según la voluntad de Dios, es comenzar a
caminar de la mano con Cristo, puestos lis ojos en El que es el Autorby Consumador de la fe; Él a través de du Espíritu Santo es vital para nuestra jornada diaria. El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios de Dios. Proverbios 19:21.
La historia de
Abraham en la Biblia, es el mejor ejemplo. Cuando Dios llamó a Abraham para que
abandonara su tierra natal, Abraham no tenía idea para dónde se dirigiría. Pero
él creyó a Dios porque estaba seguro que Dios lo amaba y por lo tanto lo guiaría
de manera perfecta. Así que sin dudarlo, hizo sus maletas y emprendió la
marcha. Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que habría de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde Iba. Por esa misma fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa...Hebreos 11:8-9.
Abraham no se movió
por lo que él imaginaba, es decir, no se basó en su propio parecer, solamente le
creyó a Dios, por lo tanto sabía con certeza, que Dios era poderoso para
guiarlo en su camino. Así que cuando hablamos de la fe, se hace referencia a la
confianza férrea en el poderío, el amor, la soberanía y la palabra de Dios, lo cual nos guiará con
firmeza en las pruebas y dificultades que encontremos en el camino de la vida; eso es la verdadera fe. Abraham esperaba la ciudad que tiene fundamento, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios. Hebreos 11:10.
La fe genuina es en
Dios, es la única fe que produce esperanza y seguridad, porque no se basa en lo que pensamos, imaginamos u opinamos, no es nuestra percepción ni punto de vista en lo que conceptuamos, no son tampoco nuestros sentimientos ni formas religiosas, tampoco es la capacidad del conocimiento que tengamos, ni por proferir palabras positivas, queriendo que se cumpla lo que
deseamos. Para que esa fe sea real y efectiva, debe basarse en Cristo y su obra redentora, en tu relación
íntima y personal con Él; porque es Dios, la única y real personal que nos conoce perfectamente y sabe cuál es nuestro mejor camino, por lo tanto, su palabra y sus promesas son las
que nos llevan con confianza y certeza de vida, Con
Pasos Firmes en Dios en Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida. Podrán desfallecer mi cuerpi y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; Cristo es mi herencia eterna. Salmos 73:26.
Hemos sido diseñados
para la dependencia, a Dios, aunque muchos luchen por ser independientes, libres a su manera y autónomos arrogantes que argumentan creer y confiar en Dios, pero eso solo es su propia debilidad y tiranía, rebelión con Dios, una
garrafal herejía de corazones rebeldes, anárquicos e indomables, algo propio de la carne caída y de satanás que fue expulsado del cielo, y que los intelectuales argumenta, que Dios es sólo una
muleta para aquellos que no pueden hacer algo por sí mismos. Los que viven en su naturaleza pecaminosa, no pueden agradar a Dios. Romanos 8:8
Dependamos
de Dios, no es una debilidad, es una desesperante y urgente necesidad de vida y seguridad en Él; así como el cuerpo necesita del aire para respirar y de los alimentos para vivir,
así debe ser Dios para nosotros en nuestro diario caminar. Él es nuestro Aliento de vida y nuestra fuerza, y nos ha creado
para depender de Él, somos hechura de sus manos no para que hagamos las cosas a nuestras manera y en
nuestras propias fuerzas, Dios no nos creó para dejarnos solos en el ruedo y que cada uno se defienda como pueda, esas son ideas del infierno; Dios quiere que trabajemos y nos esforcemos, nos da herramientas pero no para que miremos como nos arreglemos con lo que necesitamos, Él anhela que lo busquemos y le pidamos en oración para darnos lo mejor. Alzaré mis ojos a las alturas, ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi ayuda viene del SEÑOR que hizo los cielos y la tierra. Él nunca permitirá que yo resbale, nunca se dormirá, porque Él es el que me cuida. Salmos 121:1-3.
El Creador que nos
ama y conoce perfectamente, podría hacer todo Él sólo, pero se goza viéndonos obrar por fe en su poder, su palabra y su gracia y disfruta bendecurnos cuando le pedimos ayuda y dirección, Jesús lo aseguró
cuando dijo: Permanezcan en Mí, y YO estaré en
ustedes. Como una rama sola, no puede echar frutos por sí misma, si ustedes no
permanecen en árbol, tampoco producirán si no dependen de Mí. Porque YO SOY el
Árbol que da Vida, y ustedes son las ramas. Así que el que permanece en Mí, y
YO en él, ése llevará mucho fruto; pues separados de Mí, nada podrán hacer,
Juan 15:4-5.
Dios no nos creó para
ser llaneros solitarios ni islas alejadas de su gobierno ni de la vida en
comunidad, Él nos planeó para vivir juntos, gregarianente para edificar, plantar y crecer en la sinergia
de un trabajo colaborativo con otros y unidos a Dios, como familia, como hermanos, como compatriotas y como congéneres semejantes, porque fuimos creados de la
misma semilla y la misma raíz, Dios. Como Tú oh Padre, estás en Mí y YO en Ti,
que también ellos estén en nosotros, y el mundo crea que Tú me enviaste, Juan
17:21.
Un pueblo unido a
Dios y trabajando juntos, es lo que hará que haya buen testimonio de los hijos de Dios y que el mundo se
transforme. Fuimos hechos para la dependencia y para la unidad, nadie se hace así mismo, siempre Dios ha estado presente donde hay dos, tres o más, alrededor de su amor fraterno, aunque muchos no se hayan dado cuenta, Él siempre nos ha estado ayuda con
otras personas para alcanzar los logros. Nadie podrá hallar su perfecto camino
que lo llene de satisfacción y vida, sin la intervención de Dios y la colaboración de sus
semejantes, porque no nos creamos nosotros mismos ni vivimos solo para nosotros. Vivan armonia los unos con los otros. No sean artogantes, sino haganse solidarios con l9s hum8ldes. No se crean los únicos que daben. Romanos 12:16.
Fe genuina es
dependencia de Dios, consultarlo a Él, creer en Él, hablar con El, y caminar con Él en amistad
íntima, es la única forma de llegar a hacer cosas sobrenaturales, como lo es
Dios, solo en Dios haremos proezas, y Él se encargará de
destruir a nuestro enemigo, el diablo, Salmos 60:12. Creer esto, es Fe.
Podremos alcanzar todo
nuestro propósito de vida, podremos obtener muchos logros más allá de nuestras propias fuerzas y naturaleza humana, aprovechando el conocimiento, pero siempre en las fuerzas y la gracia de Dios que nos provee todo, trabajando
con Él, hombro a hombro, paso a paso, mano a mano y corazón con corazón en
Cristo, habrá abundante fruto. Siempre tengo presente al SEÑOR; con Él a mi derecha, nada me hará caer. Salmos 16:8.
Multitudes seguían a
Jesús, pero solo unos cuantos lo vieron ascender al cielo, escogió a doce para
enseñarles y revelarles las verdades de su reino, solo escogió a tres para ir a
orar en el Getsemaní, esos tres estuvieron con Él en la cruz del calvario pero
solo uno se reclinó en su pecho para oír el latido de su corazón, y solo ese
uno, recibió la revelación final de su palabra. El SEÑOR es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a las aguas tranquilas me conduce. Salmos 23: 1-2. Amén.
OREMOS: Amado Dios ayúdame
para ser yo quien reclino mi cabeza en tu pecho y oiga lo que tu corazón siente
y dice, que yo siga menguando mientras Tú creces en mí, que siga siendo ese
grano de trigo que muere así mismo para que produzca fruto al 100% en tu honor,
y verdaderamente sea tu vasija de honra, en el poderoso nombre de Mi Amado Salvador
Jesucristo te lo pido, Así sea.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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