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14 oct 2015

ELIMINA LO URGENTE Y ATIENDE LO IMPORTANTE,

ELIMINA LO URGENTE Y ATIENDE LO IMPORTANTE

No se preocupen por nada; en cambio, OREN por todo. Díganle a Dios qué necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho, Filipenses 4:6.

Jesús les dijo: vengan, vámonos nosotros solos a descansar un poco de tiempo en un lugar tranquilo. Porque iban y venían en medio de tanta gente, y ellos ni siquiera tenían tiempo para comer, Marcos 6:31.

El acelere del mundo y los afanes de la vida nos han hecho perder la perspectiva de saber vivir según lo planeado por Dios, todo se ha vuelto urgente en la vida diaria, no tomamos tiempo para lo que verdaderamente amerita toda nuestra atención y afecto, Ninguno busque solamente su propio bien, sino también el bien de los otros, Filipenses 2:4.

Lo urgente es nocivo, produce estrés y enfermedades que consumen la salud humana, hemos acelerado el ritmo de la vida; el afán de lo urgente atormenta constantemente quitándonos la tranquilidad y la compañía de quienes amamos, hay trastornos de toda clase en nuestras salud. El afán de lo urgente es una pobre costumbre que nos impide vivir plenamente, roba no solo el tiempo sino también la vida y el amor. El afán nos mantiene ansiosos y desesperados, ni vivimos el hoy ni planificamos el futuro. Que todas sus cosas sean hechas con amor, 1 Corintios 16:14.

1. El afán de lo urgente trae funestas consecuencias físicas, emocionales y espirituales, produce dolores de cabeza, migrañas, gastritis, eleva la presión, acelera los latidos del corazón, los músculos se tensionan, hay insomnio y cansancio mental, limitamos la reflexión y el análisis real de las cosas y en la cerrera del afán suceden accidentes.

2. Hay consecuencias emocionales, andamos malhumorados, tensos, deprimidos, tristes, con temores y ansiedad, nos volvemos nerviosos, todo nos hace saltar, hemos perdido el buen hábito de reír, se han roto las relaciones interpersonales, todo eso y mucho más ha trastornado la vida de los seres humanos sobre la tierra.

3. Las consecuencias sociales y espirituales no se dejan esperar, vivimos en continuos malos entendidos, indiferencia y desamor descuidando a quienes más amamos; si nos vemos, nos gritamos, tratamos con aspereza, insultos y malas actitudes que han llevado al traste los matrimonio dañando a los niños y los jóvenes. Nos hemos alejado de Dios, hemos roto nuestra intimidad con Él y las cosas empeoran cada vez más, Todo lo que hagan, sea de palabra, o de hecho, háganlo todo como para el Señor, dando gracias a Dios el Padre, Colosenses 3:17.

El que vive afanado por hacer todo en el menor tiempo posible, puede caer en la manipulación, dominado por el estrés, la ira, la autocompasión, la crítica y la queja haciendo el diálogo y el compañerismo imposibles. El afanado sufre rechazo debido a sus altibajos emocionales, su comportamiento se vuelve obsesivo, y esto multiplica sus dolores y la ansiedad se le hace una pesadez insostenible, ¿Qué provecho obtiene el que trabaja con todo lo que se afana? Eclesiastés 3:8.

4. El afán debilita la fe y mengua la confianza en Dios, olvidamos sus promesas dudamos de todo, hay incertidumbre por las circunstancias, aparecen muchos interrogantes y reclamos acerca del amor y el poder de Dios; pareciera que Dios está lejano; la personas se vuelven apáticas, indiferentes, se enfrían, son tibias y distantes. El ya, el inmediato, el ahora mismo, el ipso facto e impostergable se vuelve apremiante, impidiendo tomar un respiro para hablar con Dios, orar y la devoción; nos tornamos silenciosos, escurridizos y hablamos con monosílabos: ya no compartimos con la familia ni con nadie, siempre estamos en carreras, y lo que más amamos queda pendiente, para un después que muchas veces no llega, Olvidamos que en este mundo todo tiene su tiempo, y hay un momento para todo lo que ocurre debajo del sol, Eclesiastés 3:1.

Lo urgente ha eliminado lo importante: Dios y la familia; a ellos debemos expresarle nuestro afecto, dedicarles nuestro tiempo, compartir y sacar espacio para permanecer juntos. Es importante un descanso al lado de quienes amamos, Pues quien no se preocupa por los suyos, y sobre todo de su propia familia, ha negado la fe y es peor que los que no creen, 1 Timoteo 5:8.. No se trata de ser solo proveedores de bienes y dinero, eso es secundario, lo más importante es el AMOR y el tiempo de calidad unidos, Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el AMOR, 1 Corintios 13:13.

En la agitada y repleta agenda comprometida diariamente, está el ladrón de la vida cristiana; nos hemos olvidado de consultar a Dios, hemos relegado el lugar secreto y la amistad con el Consolador y Ayudador; no tenemos tiempo para entregarle nuestras cargas, por eso nos preocupamos; es decir, nos ocupamos por anticipado. Debemos parar, es tiempo de hacer un alto en el camino y no seguirle el juego a la corriente del mundo; a cambio debemos aprender a dar, a compartir, y a valorar a la familia, que es lo más importante que tenemos después de Dios, Marcos 6:31-34.

¡Qué bueno que los esposos salgan y compartan juntos! ¡Qué bueno que toda la familia salga al campo, se detengan a observar las maravillas de la naturaleza que Dios ha creado, para oír a los pájaros cantar, ver las flores y sus colores, los árboles y animales con sus formas y estilos de vida; observar la gente que pasa a nuestro lado, para ver en qué puedo ayudar, quizá alguien necesite consuelo, Por eso, anímense y fortalézcanse unos a otros, consuélense tal como lo hacen ahora, 1 Tesalonicenses 5:11.

Lo importante nos permite aprovechar sabiamente el tiempo, compartir nos hace más humanos, atentos y amables; aprendemos a conocernos mejor, tenemos oportunidad de expresar nuestros sentimientos, gustos, opiniones y maneras de ver la vida, todo lo cual permite que las relaciones humanas mejoren y sean más afectivas, podremos minimizar el estilo robótico de comunicarnos que la sociedad ha tomado, Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos, Efesios 5:16.

Pasar tiempo con los seres queridos, es lo más importante; Dios nos hizo personas sociables y gregarias; unos con otros perdemos la timidez, dejamos el mutismo, olvidamos los monosílabos, reímos juntos aún por cosas insignificantes, empezamos a vivir los pequeños detalles que enriquecen la vida; mejor aún, nos podemos mirar a los ojos para decir cuánto nos amamos, mirarnos cara a cara y abrazarnos es algo que no tiene precio, ¡cuántas personas en el mundo están hambrientas de un abrazo! Oh Señor, cuán importantes somos unos para los otros! Perdonamos Señor porque hemos desperdiciado tanto tiempo y hemos dejado de demostrar tu amor! Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo, Gálatas 6:2.

La tranquilidad y la serenidad compartida son alivio importantes. En la mañana nos levantamos temprano, hablamos con el Rey del universo, le decimos cuánto lo amamos y necesitamos, lo adoramos: vemos salir el sol, sentimos su calor, o en su defecto, escuchamos la música de la lluvia; entonces de nuestro corazón sale alegría y agradecimiento, por una oportunidad más de vida en el regalo de un nuevo día, en su grandeza y majestad ¡nos permite disfrutar tantas cosas!, El Señor, Dios de Israel dice: regresen a Mí, y descansen;  en tranquilidad y reposo estará su fuerza, pero ustedes no han querido, Isaías 30:15.

Es importante tener vivo el espíritu, sentir libre alma y sano el cuerpo, que nuestro razonamiento goce con las perfecciones del Creador, con sus misericordias nuevas cada mañana y su fidelidad cada noche; con la bondad de habernos dado aliento, habernos hecho únicos e irrepetibles, con el privilegio de poder compartir y dar de lo que nos ha dado en instantes especiales con quienes amamos y apreciamos, Todos los días se reunían en el templo, y en las casas, compartían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón, Hechos 2:46.

Es importante que valoremos todo lo que Dios ha hecho, será bueno parar un momento en el trabajo, salir y respirar profundo el aire, que se llenen y renueven los pulmones, que despejemos por un momento la mente. ¡Eso es estar vivos!

Y el Señor le dijo: Sal fuera y quédate de pie ante Mí, sobre la montaña…pasó el Señor, y un viento fuerte y poderoso desgajó la montaña y partió las rocas ante el Señor; pero el Señor NO estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el Señot TAMPOCO ESTABA allí. Y tras el terremoto hubo un fuego; pero el Señor NO estaba en el fuego. Pero después del fuego se oyó un suave sonido apacible y delicado, Al escucharlo, Elías se cubrió la cara con su capa, y salió y se quedó a la entrada de la cueva. En esto llegó e él la voz del Señor que le decía: ¿Qué haces Elia? 1 Reyes 19:11-13. Este bello texto bíblico recrea el acelere de la vida, los afanes que nosotros mismos formamos y terminamos metidos en la cueva del aislamiento, no solo de Dios sino de toda la gente; el Señor pasa en medio de nuestras tormentas, pero estamos tan abstraídos que ni lo vemos ni los oímos; pero si nos tranquilizamos, nos ponemos atentos y escuchamos, podremos oír su suave y tierna voz que nos llama.

Recuperemos la calma y el sosiego son tiempos en que debemos hablar más con Dios y permanecer unidos en familia, lo más importante que tenemos después de  Dios, es la familia. Los cónyuges son uno solo, sus hijos son compañía, todo lo que has logrado para ellos y por ellos, amerita que estén unidos, eso no se paga con todas las riquezas del mundo ni los tesoros de la tierra. ¡La familia es muy importante! ¡Dios es imprescindible! No hagan riquezas en la tierra donde la polilla destruye, donde los ladrones roban y  minan. Es mejor que se hagan tesoros en el cielo…Mateo 6:19-20.

Es importante que estés seguro de caminar con Cristo, de ser un verdadero hijo de Dios, y que reconozcas que te Él amó, te ama y te amará; Él nos diseñó para ser buenos seres humanos, valiosos miembros en su cuerpo, la Iglesia. Él nos llena con su Espíritu para que vivamos su fruto: Gozo que es alegría, paz que es tranquilidad, paciencia que es serenidad, benignidad que es amabilidad, mansedumbre que es humildad, fe que es confianza en Dios y templanza que es dominio propio ante nuestros semejantes, Gálatas 5:22. Él tiene los mejores planes y propósitos para ti y para mí, entonces, ¡Por qué nos afanamos con lo urgente? Jeremías 29:11.

Importante es que no se nos vaya la vida en un soplo, y que cuando nos demos cuenta ya no podamos volver atrás, que quizá los más amado ya no esté o hayan partido como el agua entre los dedos, a causa de tus urgencias, Uno solo puede ser vencido, pero dos podrán resistir. Y además, la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente, Eclesiastés 4:12..

Llorarás, añorarás, pero será demasiado tarde; muchas citas hubo en tu agenda, terminaste muchos proyectos, pero al final, estás solo, ¡Te olvidaste de Vivir!  No supiste definir tus verdaderas prioridades, se te olvidó tener a Dios en cuenta; peor aún para muchos: no han definido su eternidad, al final, no saben si estarás con Dios o no lo estarán, Acuérdate de tu Creador ahora que hay tiempo, porque aún no han llegado los momentos difíciles, porque vendrán años en que digas: No encuentro placer ni contentamiento para vivir, Eclesiastés 12:1.

Dios no prohíbe la prudencia, el trabajo o la planificación para un buen futuro, Él quiere que seamos sabios y tomemos las medidas necesarias para responder correcta y oportunamente a todos nuestros compromisos, deberes y obligaciones. Lo que Dios no quiere para sus hijos, es el afán por el mañana, ni el amor al dinero, porque sabe que todo eso trae mucho dolor y problemas, eliminemos todos los afanes desmedidos que nos matan el amor y desvían de la salvación, Mateo 6:25-30.

Encontraremos goce y placer al vivir, eliminando la tiranía de lo urgente y hacer una cosa a la vez. Tomar tiempo para dar gracias, tranquilizarnos y sonreír; relajarnos y poder dar a todos un poquito de nosotros mismos, cultivar los detalles que dejen huella pero se han perdido; dejemos bellos recuerdos de amor, con Cristo en el centro de nuestra existencia; consideremos lo que es verdaderamente importante, y hagamos todo a su debido tiempo, 1 Timoteo 6:8-10., contentos con lo que tenemos, porque raíz de todos los males, es el amor al dinero.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.




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