Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar buenos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que, por su fruto los conocerán. Mateo 7:16-20 y Lucas 6.44.
Amémonos unos a otros con amor fraternal; respetemos y mostremos deferencia hacia los demás. Romanos 12:10.
Generación a generación narrará tus obras SEÑOR, y anunciarán tus maravillas. Salmos145:4. Y lo que has oído de mi entre muchos testigos, esto encarga a los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también a otros. 2 Timoteo 2:2.
Dios compara al ser humano con los árboles porque así como ellos estan plantados firmes en la tierra, y junto a las corrientes de agua, así el ser humano, en especial los hijos de Dios, debemos estar firmes y plantados en el reino de Dios, dependiendo de nuestro Creador, viviendo del aliento del Espíritu Santo que nos llena de su fruto, nos sella como propiedad de Dios y nos unge continuamente con el aceite fresco de su presencia, para que como los árboles, arraigados, aferrados y anraizados en la Fuente creadora, podamos crecer, desarrollarnos, dar abundante y buen fruto que exalte a Dios. ¡Que los árboles del campo canten de gozo ante el SEÑOR, porque Él ha venido a juzgar la tierra! ¡Alaben al SEÑOR porque Él es bueno, y su gran amor perdura para siempre. 1 Crónicas 16:33-34.
Somos árboles de Dios, para que muchos lo conozcan a Él por nuestro fruto, y que generación tras generación, con nuestros vástagos y retoños fijos en Árbol de la vida, lleguemos a ser medicina, alivio y consuelo para los que sufren, como dice Isaías 61, que con lo bueno que produzcamos podamos alimentar y ayudar a otros; y si en verdad nuestra vida está enraizada en Dios y cimentada en Jesucristo, produzcamos ramas y hojas, multiplicando el reino de Dios en la tierra con abundante follaje que cobije y revele a Cristo, mediante nuestro ardúo trabajo en su Cuerpo, la iglesía; que con nuestras buenas acciones, y carácter refrescante, seamos bendición continua que afecte gloriosamente a muchos, dando la misma abundancia conque Dios nos sacia en el torrente de sus delicias. Los árboles del SEÑOR están saciados, los cedros del Líbano que Él planto: En ellos hacen nido las aves y en los pinos viven las cigüeñas…Salmos 104: 16.
La primer hoja del árbol de nuestra vida, representa a la persona de
Cristo, Él es nuestra prioridad y gran amor, todas las demás hojas del árbol representan
a cada persona que está con nosotros en el ahora, o han pasado a lo largo de nuestra existencia; en el árbol de nuestra vida están las personas
que nos regalan gratos momentos al haberse cruzado en nuestro camino, cada una de ellas es un plus que aporta riqueza, sabor de vida y variedad de conocimientos y experiencias, dentro de la diversidad de cada personalidad y carácter en particular, cada uno, formando parte de nuestro crecimiento y madurez integral. Bendito el
hombre que confía en el SEÑOR, y pone su confianza en Él. Será como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas y extiende sus ramas para echar raíces; no
verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde, y en el año de
sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Jeremías 17:7-8.
Algunas personas caminan a nuestro lado viendo juntos muchos días pasar y pasar, pero a otros apenas los vemos entre un paso y otro; a muchos de ellos los llamamos familia o amigos, pero hay hermanos de hermanos y amigos de amigos, donde el justo debe ser luz para quien tiene a su lado, porque el justo sabe guiar a su prójimo, pero los impíos hacen perder el camino. Hay algunos que dicen ser amigos, pero no lo son, pero también hay amigos que son mejor que un hermano. Proverbios 18:24.
Después de Dios, las primeras hojas en el árbol de nuestra vida son los padres que nos engendraron, educaron y enseñaron a vivir; físicamente la madre viene a ser la raíz del árbol, familiar, ella nos enraíza al hogar y nos alimenta con la sabia de su amor y dedicación; nuestro padre es la tercera hoja de nuestro árbol, él nos cuida, trabaja por nosotros, se esfuerza y nos sostiene por un tiempo, dando forma al carácter de los hijos con su ejemplo, haciendo de todos el árbol familiar con nombre y apellido propio. Una sola persona puede ser vencida, y dos pueden vencer; pero mucho mejor serán tres, ya que no es fácil derrotarlas. Eclesiastés 4:12.
Los hermanos representan hojas que van dando forma al árbol de nuestra vida, con ellos aprendemos hábitos y costumbres, compartimos y disfrutamos espacios de vida, que hay en el árbol; luego viene la hoja del esposo, la esposa y los hijos que llegan a ensanchar el follaje de nuestro árbol, donde todos juntos y en amor, florecemos y damos más fruto; pero con el paso de los años, el árbol de nuestra vida pierde algunas hojas, son las hojas que caen a tierra y no vuelven al árbol haciéndonos sufrir, ellos son los abuelos y los padres. Sin embargo, las hojas de nuestro árbol van aumentando porque conocemos mucha más familia, a quienes aprendemos a amar y respetar, tales como los tíos, los primos, los sobrinos, los cuñados y demás familia extendida. Todo este proceso Dios lo permite para hacernos crecer, madurar y progresar entre relaciones, idas y venidas. El hierro se afila con el hierro, y el hombre se pule en el trato con su prójimo. Proverbios 27:17.
El árbol de nuestra vida sigue su normal desarrollo y va creciendo, en ese trayecto de tiempo logramos mas hojas, son los nuevos amigos, compañeros y conocidos, personas que no sabíamos que iban a formar parte de nuestro árbol; algunos llegan a ser amigos del alma, porque son especiales, sinceros y verdaderos, ellos saben cuando estamos bien o mal y conocen lo que nos hace feliz o nos produce tristeza y desilusión, porque han llegado a ser como hermanos; hay otros árboles que crecen junto a nosotros ayudando y sirviendo, son los vecinos y hermanos espirituales, que muchas veces nos pueden tender una mano, para darnos alivio mutuo. Proverbios 13:12 y 15:4. La iglesia es el plantio de YHVH, y cada miembro del cuerpo de Cristo está puesto para ser parte del orden divino, llevando la paz de Dios y el gozo del Espiritu, asi es que merecemos ser llamados árboles de justicia que dan la gloria a su Hacedor. Isaías 61:3-11.
En un momento inesperado, durante el crecimiento del árbol, alguno de los amigos del alma se instala en nuestro corazón, y viene a ser nuestro enamorado o enamorada, él o ella viene a ser muy especial para nosotros, porque enciende nuestro corazón, pone brillo a nuestros ojos, su voz es como música a nuestros oídos, su presencia es agilidad para nuestros pies y el impulso que nos ayuda a trabajar y vivir, por eso el escritor bíblico dijo: Ponme como un sello sobre tu corazón, y como una marca sobre tu brazo; porque fuerte como la muerte es el amor. Cantares 8:6-7. ¡Oigo una voz! ¡Es mi amado! He aquí, él viene, saltando por los montes, brincando por los collados. Mi amado es semejante a una gacela o a un cervatillo. Cantares 2:8.
También están aquellos que son hojas que se secan pronto, son amigos solo por un tiempo o una temporada, tal vez solo por unas vacaciones o un tiempo de descanso, quiźa estén unos días o unas horas, pero son amigos que nos traen sabiduría al compatir, porque Dios pone gente linda para que seamos más sabios cada día, Proverbios 12:20; y eso sin contar con los amigos distantes, ellos están en las puntas y extremos de las ramas de nuestro árbol de vida, son aquellos muy oportunos que cuando el viento sopla, aparecen como nuevas hojas que nos hacen frondosos al ayudarnos y animarnos a seguir cuidando el árbol de nuestra existencia cuando parece debilitarse. Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. 1 Juan 4:7.
Hay un detalle que nos hace muy felices, son aquellas hojas de nuestro árbol, que aún caídas y a punto de desparecer, permanecen a nuestro lado alimentando, fortaleciendo y exhalando el aroma de su amor con sus abrazos, sus consejos, experiencias y alegría, ellos son nuestros abuelos. Todas las personas hojas que pasan por el árbol de nuestra vida, son únicas, especiales e irrepetibles, siempre dejan algo de ellas mismas en nuestra impronta, pero también se llevan un poco de nosotros, obvio, unos más que otros. Todos somos como hojas de un árbol frondoso; unas se marchitan, y otras brotan. Es lo que pasa con nosotros en esta vida: unos nacen y otros mueren…Pero aún queda una décima parte…como cuando se corta un roble o una encina donde solo queda el tronco, en ese tronco vuelve a brotar la vida y retoños, porque Él es vida sagrada. Isaías 6:13.
El anhelo de Dios es que vivamos como ramas de la Vid verdadera, aferrados a Jesús, para dar su fruto a su tiempo, pues Él nos cultiva y nos provee de su sabia celestial para crecer en Él, con Él y para Él, aunque muchas veces tenga que podarnos; es con esas podas que el divino Labrador quita la hojasca seca, para que broten renuevos de humildad y mansedumbre bajo su amparo y dirección, para que no seamos echados al fuego como maleza inútil; y del mismo modo como todo árbol natural necesita agua, luz y aire, así nosotros necesitamos de la fuente que nos da la vida, nos sacia y nos renueva. YO SOY la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en Mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto, Juan15:1-2.
Dios es quien provee todo para hacernos árboles de justicia y tierra fértil con su palabra, para que respiremos vida en su presencia y produzcamos el fruto de su amor, en sencillez, humildad, santidad y misericordia bajo el rocío del Espíritu para que no vayamos a encumbrarnos peligrosamente y suframos las consecuencias como le sucedió a Nabucodonosor, él fue un árbol derribado, se le cortaron las ramas, se le quitó el follaje, de dispersó su fruto, y fue dejado solo el tronco; ninguno de los que estaban bajo su sombra, o vivian en sus ramas lo acompañó cuando fue podado, quedó solo en el campo como bestía con las bestias, según lo narra la Biblia. Un vigilante de la noche clamaba fuertemente y decía así: Derriben el árbol, corten sus ramas, quítenle el follaje, y dispersen su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y que huyan las aves de sus ramas...Daniel 4:14-16..
Somos llamados a ser de carácter noble en el servicio humilde a Dios y la gente para no ser arrancados, destruidos y desarraigados del plantio de Dios, como tanta gente y pueblos xe los que se borró su nombre en la historia. Era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas...Pero se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó el ramaje que había echado...Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron envidia de él; pero así dijo YHVH el SEÑOR: Por haberse encumbrado en altura, y haberse levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura, por tanto, YO lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto lo tratará según su maldad, porque YO lo he desechado. Ezequiel 31:4-14.
No te independices de Dios, porque te harás semejante al asirio, pues todos los humanos somos como árboles plantados por el SEÑOR, Él nos formó y nos dio vida para estar firmes en fe sobre la tierra, ligados a su corazón y su presencia, seguros en Cristo por su palabra, de allí absorbemos la sabía espiritual con sus nutrientes para echar raíces de vida eterna; porque toda persona en el plantío de Dios tiene raices de verdad y ramas de fortaleza plantados sobre la Roca eterna; así ningún viento de prueba o torrente de engaño nos arrancará de la Vid. Porque el que duda es semejante a una ola del mar, que el viento la lleva de un lado para otro…Santiago 1:6-16.
Nuestra raíz y conexión es con el Dador de la sabia, es por Él que podemos dejar un legado a los brotes y renuevos, permaneciendo en Árbol para superar desafíos y enraizados en el plantío del YHVH; esta unión no hace fuertes y firmes árboles fructiferos con flores de esperanza activa; cuando llegue el vereno y el duro sol de desierto, el agua del Espíritu calmará toda nuestra sed, con la lluvia fresca de la palabra sobre nuestra existencia; mientras el Espíritu Santo nos anima, consuela y acompaña, porque Él y la palabra son agua viva que hidrata nuestra alma y fortalece nuestro ser integral. El aire de Dios nos proveerá oxígeno para vivir, y de Él vendrá todo lo que nos da fuerza espiritual para vencer lo material. No te dejes vencer por el mal, vence con el bien el mal. Romanos 12:21
Nuestro Sol de justicia nos irradia el calor de su salvación para así vencer los ataques del enemigo y del mundo, porque así como los árboles necesitan luz, calor del sol y aire para hacer la fotosíntesis, nosotros necesitamos imperativamente a Dios para traer vida nueva en un mundo carente de luz divina y calor de amor; la calidez de la fraternidad y la fuerza del amor familiar deben unirnos como comunidad, todos juntos canalizamos las fuerzas y la energía para formarnos, crecer y madurar con identidad y sentido de pertenencia en medio del individualismo y la división del mundo. Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, YO les enviré lluvia a su tiempo, la tierra y los árboles del campo darán su fruto. Levítico 26:3-4.
Una antigua historia hebrea cuenta que: Un anciano estaba plantando un árbol. Un joven pasó y le pregunto: ¿Qué plantas viejo? Un algarrobo, respondió el anciano. Tonto, dijo el joven. ¿Acaso no sabes que un algarrobo tarda setenta años para dar frutos? Exactamente, dijo el hombre. Al igual que antes otros plantaron para mí, ahora yo planto para las generaciones futuras. 1 Pedro 1:4-25. No lo encubriremos a los hijos; contaremos a la generación venidera las alabanzas de YHVH, su poder y las maravillas que hizo. Salmos 78:4.
Obtengamos el alimento, la sabía bienhechora y la protección espiritual en la Fuente, en el plantío del Gran Jardinero y Labrador, para que no seamos arrancados, doblados, sacudidos, ni tirados por tierra a causa del orgullo y el desenfreno materialista; seamos firmes, humildes y fuertes en el reino de Dios, viviendo entre la comunidad de los hermanos, donde todos nos demos una mano amiga y cálida, para alejarnos un poco del mundo y del ciberespacio; miremos a Cristo, pensemos en las nuevas generaciones y trabajemos para que broten, hojas nuevas en el árbol de nuestra vida, es decir, hijos, nietos, biznietos y tataranietos; dejemos cimientos firmes y adecuados según nos enseña el salmista: Dichosos sin andar en consejo de malos y no siendo escarnecedores; encontremos delicia en la palabra de Dios y meditemos en ella todo el tiempo; así seremos eso árboles de Dios plantados junto a las corrientes de aguas, que dan fruto a su tiempo, ninguna de nuestras hojas cae, y todo lo que hacemos prospera. Salmos 1:1-3.
Y tú, amigo que me lees y me conoces, eres una hoja del árbol de mi vida, aunque no nos vemos, nos palpamos espiritualmente en la distancia, te deseo todas las mejores bendiciones que puedan brotar del trono del Padre celestial. YHVH te bendiga y te guare; Él haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia: YHVH alce su rostro sobre ti y ponga en ti paz. Números 6:24-26. Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 1:12.
Todas las personas representan hojas en el árbol de nuestra vida, ellas llegan a formar parte de nuestro círculo, esto es una prueba innegable del señorío de Cristo, de la grandeza y soberanía de nuestro Dios que gobierna no solo su creación, sino cada una de las vidas, porque Él no hace nada por casualidad; nuestra responsabilidad es reconocer a Dios y tenerlo por encima de todo y en la cúspide del árbol donde brotan todas las hojas y el ramaje; tenemos la obligación de obedecer el mandato de amor, el mayor principio de vida y salvación; demos todo lo mejor de nosotros mismos, mientras esas hermosas hojas permanecen en nuestro árbol de vida. Sobrellevemos unos, las cargas de otros, y cumplamos así la ley de Cristo. Gálatas 6:12.
A todos los que han llegado al árbol de mi vida, durante todos estos años y los que restan, aquellos que me han dejado un poco de su riqueza espiritual y su grandeza personal, les deseo muchas bendiciones y muchos más buenos amigos. A padres, hermanos, esposo, hijos y demás familia, presentes y ausentes, mi más fuerte abrazo y gratitud. Y si Jesucristo no es aún tu mejor amigo, es hora de que te reconcilies y te vuelvan en amistas con Él, para que seas bellamente levantado y bendecido, como lo dice Job 22:21-24.
No estamos solos, somos como árboles en el campo de la vida, Deuteronomio 20:19, porque nuestros días son como los días de un árbol, Isaías 65:22; si permanecemos fieles, obedientes en fe y dependientes del SEÑOR, seremos verdaderamente árboles de justicia plantados en la casa de Dios, bebiendo de las aguas vivas del Espíritu Santo. Jeremías 17:8. Amén.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y
verdadero, y servidora de su reino eterno.
Gracias cariño
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