Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, abandonando su mala
conducta y me busca, YO lo escucharé desde los cielos, perdonaré su pecado y
restauraré su tierra. 2 Crónicas 7:14.
Por lo tanto, arrepiéntase, y vuélvanse
a Dios, para que sus pecados sean borrados, a fín de que vengan tiempos de
descanso de parte del SEÑOR. Hechos 3:19.
Si confesamos nuestros pecados, Dios
que es fiel y justo nos perdonará y nos limpiará de toda maldad. 1 Juan 1:19.
Arrepentimiento para salvación es en hebreo Teshuvá, literalmente traduce darse la vuelta en un giro de 180 grados para volver al estado original de pureza y rectitud con que fuimos creados al comienzo de la creación; el sentido practico es dejar atrás todo camino pecaminoso y equivocado que nos conduce al peligro, donde se puede perder la vida; Dios nos permite el arrepentimiento por la proclamación de su palabra para ser salvos, con el Evangelio el Espiritu Santo nos cambia la actitud hacia el pecado que antes amabamos pero ahora llegamos a aborrecerlo; la palabra nos confronta y nos lleva a hacer un pare en el caminp para reflexionar, y tomar conciencia que no vamos bien, que debemos volvernos a Dios porque anhelamos ser puros y caminar con Cristo, no por una oración que se hace en el altar, sino porque la palabra nos revela el pecado y la necesidad de Cristo y la salvación... Así dice el SEÑOR, vuélvase cada uno de su mal camino y enderecen sus pasos; cambien sus obras y su manera de vivir. Jeremías 18:11.
Para que Dios enderece nuestros pasos, necesitamos arrepentirnos, pues Dios es la fuente de toda verdad, rectitud y buenas obras; y vivir en la verdad de Dios y las buenas obras, requerimos un cambio desde el corazón, tanto en la manera de pensar y opinar, como de conceptuar la vida y la muerte; es desde el corazón y las entrañas que nos arrepentimos para decidir y hacer elecciones sabías; el arrepentimiento es un mandato que el Eterno nos ordena, diciendo: cambien su manera de pensar, cambien sus obras y vuélvase a Mí de todo su corazón para que Él cambie su manera de vivir. Dios ha pasado por alto nuestros caminos de ignorancia, pero ahora nos manda a todos, en todas partes, que nos arrepintamos. Porque Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del Hombre que Él ha designado. Y de ello ha dado pruebas a todos levantando de entre los muertos a Jesús. Hechos 17:30-31.
Cuan nos arrepentimos, expetimentamos un fuerte, profundo y sincero deseo de abandonar el pecado para volvernos de todo corazón a Dios, el Creador, reconociendo a la persona del Jesucristo como nuestro salvador, pues fue Él quien pagó el precio de nuestros pecados con su vida, muerte, sepultura, resurrección y ascensión al cielo para posicionarnos en el lugar que nos corresponde, y que habíamos perdido a causa de la rebelión y la desobediencia, pero gracias al SEÑOR Jesucristo que recuperó para la raza humana nuestro lugar junto a Dios, al redimirnos y lavar nuestros pecados con su sangre derramada. Acérquense a Dios y El se acercará a ustedes. ¡Limpien sus manos, pecadores! ¡Arrepiéntanse y purifiquen sus corazones, ustedes que dicen amar a Dios, pero tambien aman al mundo. Santiago 4:8.
Y para perdón de pecados, según la ley, casi todo tiene que ser purificado con sangre y sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados. De manera que se necesitaban tales sacrificios para purificar aquellas cosas que eran sombra de lo celestial; pero lo que es celestial, necesita mejores sacrificios que ésos, por eso Cristo no entró en un santuario hecho por mano de hombres, que era solo figura del santuario verdadero, sino que Jesús entró al mismo cielo, donde ahora intercede ante el Padre, por todos nosotros, Hebreos 9:22-24. El SEÑOR nuestro Dios es compasivo y
misericordioso con nosotros. Y si nos volvemos a Él, jamás nos abandonará. 2
Crónicas 30:9.
La falta de arrepentimiento para reconocer, confesar y abandonar el pecado es un pretexto para seguir con malas actitudes y revolcándose en la suciedad del pecado, es decir, que si no hay arrepentimiento, es porque la gran mayoría de la gente, no piensa en Dios ni lo aman, y prefieren seguir pecando, haciendo todo lo que quieren, contrariando a Dios en todo lo puro en que debemos vivir, y que Él establece y ordena en su palabra, la Biblia; pero la falta de arrepentimiento trae condenación, pues la paga del pecado es la muerte, es decir, la separación eterna de Dios porque al morir a este mundo, los pecadores van al lugar de tormento eterno de donde nunca salen. Porque la paga del pecado es la muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús. Romanos 6:23.
El pecado es esclavitud a lo malo y lo oscuro, cuando nuestra realidad, es que fuímos creados a la imagen de Dios, lo que quiere decir que Dios nos creó semejantes a Él para ser espiŕituales y no terrenales vendidos al pecado; negarnos al arrepentimiento es ocasión para ofender a Dios y hacer daño al prójimo en vez de amarnos unos a otros y ser
ayuda mutua; pues es con amor que se cubren todos las faltas y pecados,
por eso Jesús murió por amor a nosotros, para cubrir nuestros pecados y que nos
arrepintamos de todo lo que hemos hecho ofendiendo su santidad y contaminando la nuestra. Quien encubre su pecado jamás
prosperará; pero quien lo confiesa y lo abandona, hallará el perdón. Proverbios
28:13.
El arrepentimiento llega a nuestra vida, cuando optamos una actitud humilde de corazón, reconociendo que tenemos necesidad de Dios pues no podemos salvarnos a nosotros mismos; entonces decidimos abandonar todo pecado, delito y falta de moral, que son ofensas que hacemos no solo contra Dios, sino contra otras personas y contra nosotros mismos, al desobedecer y violentar los principios de la santa ley de Dios; cuando nos arrepentimos nos duele el corazón y lloramos viendo nuestra terrible condición de pecadores frente al amoroso y santo Dios que nos amó has dar su vida por nosotros. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Y dificilmente alguien muere por un justo; con todo, pudiera ser que alguno se atreva a morir por un bueno. Pero Dios demostró su amor para con nosotros, en que, siendo pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:6-8.
El arrepentimiento va acompañado de amor y temblor a Dios, porque nos damos cuenta lo sucios que somos y cuánta santidad hay en Dios, por eso nuestra necesidad de Él; todo el que hace Teshuvá, siente dolor profundo y mucha tristeza por haber actuado mal y haberle fallado al Dios bueno y santo, por consiguiente el arrepentido, le da la espalda al pecado y se vuelve a Cristo, entonces, en un instante, Cristo cambia su corazón y su manera de pensar para determinar dejar atrás su actitud errática y consagrarse a Cristo y su palabra para agradar al Padre Dios, y resarciendo el daño que cometimos en el pasado contra alguna persona, pues ahora con el arrepentimiento y perdón de pecados, comenzamos una nueva vida caminando Con Pasos Firmes en Dios. Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y, si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa diciendo, me arrepiento, perdónalo. Luca 17:3-4.
Lic.MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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