Porque misericordia quiero, y NO sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos. Oseas 6:6-7.
Siembren semillas de justicia, levanten cosecha de amor en misericordia. Aren la dura tierra de sus corazones, porque es tiempo de buscar a Dios, para que Él venga y haga llover su justicia. Oseas 10:12.
Vayan y aprendan lo que significa misericordia quiero, no sacrificios, porque quiero que sean compasivos. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento. Mateo 9:13.
Dios es la mayor fuente de misericordia, porque Dios es amor inagotable y fiel misericordia activa en Cristo Jesús por su Espíritu, Él decidió perdonarnos al sacrificarse así mismo para morir en la cruz por ti y por mi; nuestro eterno Dios es la esencia y manifestación cumbre de amor misericordioso, por eso llama a sus hijos a ser amorosamente misericordiosos con todo su prójimo, tratándonos unos a otros con afecto y compasión, porque somos testigos de su bondad al salvar la raza humana y cambiar el corazón de los que creen en el Unigénito Cordero sacrificial colgado del propiciatorio de la cruz, tomando nuestro lugar para liberarnos del castigo eterno que merecia nuestro pecado. Que el malvado abandone su camino, y el perverso sus pensamientos. Que se vuelvan a SEÑOR, a nuestro Dios, porque Él es generoso para perdonar, y dar misericordia. Isaías 55:7.
No hay mayor demostración de amor y misericordia que el cruento sacrificio del Calvario donde el SEÑOR derramó la gracia de su sangre limpiadora cargada de amor, pasando por alto todas las faltas del pecador arrepentido que reconoce su pecado y su pobreza espiritual para volverse a Dios; el SEÑOR Jesucristo hizo la justicia del Padre al justificarnos, reconciliarnos y hacernos libres del castigo, recuperando para Dios lo que le pertenencia desde el principio, y que le fue robado en el Edén: tú y yo. Dios nos salvó, no por nuestras obras de justicia, sino por su misericordia, con el lavamiento de la regeneración y la renovación en el Santo Espíritu...Tito 3:5-8.
Jesucristo, que nos salvó por la gracia de su amor misericordioso, Él me ha enseñado muchas veces desde mi propio dolor y enfermedad, que el amor y la compasión que experimentemos por el sufrimiento de la gente, será la fuerza espiritual que Dios tome para sanarnos y liberarnos; el amor y la compasión son dos poderosas herramientas que desbloquean sobrenaturalmente el poder sanador y liberador de Dios para ver nuestros milagros. Si esto nos falta, aunque seamos creyentes, pero no tenemos amor ni misericordia con el que sufre y tiene una necedidad, se bloqueará el poder del SEÑOR para obrar a nuestro favor y ver milagros que esperamos; con su corazón cargado de amor y compasión el SEÑOR hizo muchos milagros, porque sintió en sí mismo el padecimiento de los otros. Al ver la multitud, el SEÑOR Jesús tuvo compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Mateo 9:36.
El SEÑOR conservaba comunión, amistad y comunicacion con el Padre, así nosotros, como hijos de Dios, cuando nos concentramos en Cristo y permitimos que su Espíritu Santo llene nuestras vidas y tome prioridad en todo lo que somos y hacemos, aprendemos a ser generosos para interesarnos, no solo en nosotros, sino en el prójimo. Las cosas de este mundo importan menos cuando nos enfocamos en Dios. Y es en nuestra relación personal con Jesucristo que descubrimos la verdadera satisfacción de dar amor y ser misericordiosos. Tener la estatura del carácter de Cristo, incluye ser misericordiosos, sintiendo como el SEÑOR sentía, así como lo mostró al ver llorar a Marta y los amigos de Lázaro que había muerto, Jesús sintió su dolor y se estremeció en Espíritu y se conmovió para luego ir a consolarlos, resucitándo a Lázaro y mostrando su gloria. Jesús al ver a Marta llorando, y a los judíos que la acompañaban también llorando, se estremeció en Espíritu y se conmovió...Jesús lloró. Y dijeron entonces los judíos: miren cómo lo amaba. Juan 11:33-36.
Lo triste es que muchas veces no amamos ni tenemos compasión de quienes nos rodean como Dios quiere; ni siquiera con los mismos de nuestra casa, somos indiferentes y andamos en lo nuestro y pasamos por alto muchas cosas importantes. Yo me sometí a una cirugía muy dolorosa y surgieron cosas terribles en mi cuerpo, ahi supe que mi madre pasó por una situación semejante y yo no me dicuenta para darle la atención que merecía en su momento, ni me di por enterada; hoy lloré mucho en mi propio dolor, como el de mi dulce mamá, Dios así habló a mi corazón y me hizo ver mis falencias con respecto al amor y la misericordia. Vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraterno, sean compasivos y humildes. 1 Pedro 3:8.
Con la enfermedad en mi cuerpo he sentído y vivído lo que mi madre pudo experimentar, me dolió el alma por no haber estado con ella al nivel del amor y la compasión que Dios espera ver en sus hijos; he tenido que gemir arrepentida y suplicar a Dios mi sanidad, he aprendido que debo ser amorosa y compasiva con todos, y para eso debo estrechar mi comunión con Dios y estar atenta con los de mi casa; ¡cuántos sufren sin que nosotros nos compadezcamos! Pero ya aprendí, ahora se que veré mi milagro de sanidad y restauración en el incontenible poder sobrenatural de Dios, porque he sentido en mi corazón y desde mis entrañas el amor y la compasión a la manera de Dios, entendiendo a mi madre, ahora se que se romperá todo obstáculo y estaré totalmente restablecida para adorar con libertad...Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4:32.
Tú y yo somos llamados a SER amorosamente compasivos, TENIENDO misericordia unos con otros, porque así cumplimos la justicia de Dios trabajando para dar afecto y perdón todas las veces que sea necesario, así se multiplicarán las almas en el reino de los cielos; es por eso que la esencia del Evangelio es amor incondicional cargado de misericordia; es con sensibilidad y bondad de corazón que podemos responder al amor de Dios en la gran comisión, dando el compasivo amor de Cristo en la necesidad ajena, poniendo toda nuestra capacidad de ayuda y apoyo al que sufre, mitigando el dolor y consolando al prójimo en momentos de tristeza, enfermedad y necesidad, eso es lo que pide y demanda Dios de todo su pueblo. Por la misericordia de YHWH no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es su fidelidad. Lamentaciones 3:22-23.
Amar a Dios implica amor que derriba murallas culturales y sociales de frialdad e indiferencia, para prodigar socorro con humilde atención, con consideracion y respeto, condoliéndonos empáticamente del otro; tener misericordia es reverenciar a Cristo andando en el camino de su ejemplo, porque la misericordia involucra generosidad, perdón, ayuda y servivio a todo el que lo demande sin discriminar a nadie. Deuteronomio 10:12; ¡Ya Dios nos ha declarado lo que es bueno! Ya ha dicho lo que espera de ti y de mi: practicar justicia, amar misericordia y humillarnos ante Él. Miqueas 6:8.
Para ser misericordiosos debemos subir la escalera de las Bienaventuranzas, con pobreza de espíritu, reconociendo a cada paso la grandeza de Dios frente a nuestra pequeñez y necesidad de Él, llorando delante del SEÑOR con dolor y arrepentimiento cuando hemos pecado, vivir con espiritu manso para promover la paz de Dios, amar la justicia poniendo en acción la imparcialidad y la aceptación del otro sin quedarnos en meras emociones y sentimentalismos, sino que al ver la aflicción y la angustia de otros, hacemos práctica la misericordia en amor a Dios y servicio al prójimo, pues hacemos todo como para el SEÑOR, porque la misericordia forma parte del fruto del Espíritu, si andamos y nos movemos por el Espíritu Santo de Dios, pues, son bendecidos y felices los que se compadecen de su prójimo doliente y necesitado porque Dios nos tratará con misericordia: Bienaventurados (dichosos, felices y bendecidos) son los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Mateo 5:7.
La misericordia va acompañada de desprendimiento a lo terrenal, con la disposición de un corazón hermano que no socorre por apariencia ni interés sino con sinceridad desde adentro, extendiendo una mano amiga que brinda todo lo que está al alcance y aún más allá de las capacidades corriendo la segunda milla, porque como verdaderos hijos de Dios anhelamos aliviar la pena de un semejante; en el reino de Dios se trabaja para rescatar almas, evitando que el amor se enfríe y la misericordia sea una realidad en la comunidad, tan real como nuestro Dios, que manifiesta su amor con hechos visibles, reales y concretos y proveyéndonos medios materiales, apoyo emocional y soporte espiritual para cubrir necesidades apremiantes y urgentes en otra persona y en nosotros mismos. Brilla luz en la oscuridad para los hombres honrados, para el que es compasivo, clemente y justo. Salmos 112:4.
Misericordia es albergue para el que no tiene techo, es alimentar al que tiene hambre, es dar de beber al que tiene sed, es vestir al que no tiene ropa, es enseñar al que no sabe, es otorgar buenos consejos al que está despistado, es consolar al que está triste, es acompañar al que está solo, es interceder y orar a favor de otros, y extender la mano para levantar al caído, aun, si es preciso, a los enemigos. Proverbios 2:21-22 y Romanos 12:20, etc. Porque tuve hambre, y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me recogieron; estuve desnudo, y me cubrieron; enfermo y me visitaron, en la cárcel y vinieron a verme…En verdad les digo que cuando lo hicieron a uno de mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicieron…Mateo 25:31-46.
A través de las edades de la historia, sabemos que muchas personas han desdeñado y tenido en poco el poder, el alcance y el impacto de la misericordia, aunque miles tomen livianamente este mandato divino y la gente admita o no su responsabilidad moral, todos, al final, recibiremos las recompensas o las consecuencias por ser misericordiosos o ser indiferentes ante el que nos necesita; en la misericordia hay recompensa, pero también consecuencias y juicio por el desamor y la indiferencia ante el dolor ajeno, pero Dios dice:...¡Vuélvete apóstata pueblo! No te miraré con ira, afirma el SEÑOR. No guardaré mi enojo para siempre, porque soy misericordioso. Afirma el SEÑOR. Jeremías 3:12.
Si investigamos, leemos e inquirimos en cada página de la Escritura, descubriremos la amplitud, el poder salvador y el peso espiritual que conlleva ser misericordiosos, sensibles y compasivos con los demás. Los sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo, y quienes conducen a muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre. Daniel 12:3.
Dios es eterno, por eso siempre ha existido la misericordia, fue el primero en mostrarla cuando cubrió con piel de animal la desnudez de Adán y Eva cuando pecaron en el Huerto del Edén, y de inmediato Dios profetizó salvación para la raza humana; este tema de la misericordia, requieren un continuo estado de búsqueda para actuar conforme al corazón de Dios; por su misericordia el SEÑOR nos habla todo el tiempo, nos enseña, nos corrige, advierte y nos da instrucciones, con el propósito hacernos mejores seres humanos, preparando nuestro corazón para cumplir su palabra, para que podamos ser santos responsables humildes y mansos en el mover del Espíritu conforme al carácter de Jesucristo, y nadie sabe el día ni la hora, de lo que ha de venir a la tierra, ni de cuándo el SEÑOR nos llame y nos recoja, pero todos somos necesitados de la misericordia de Dios, de la ayuda y el apoyo de la gente, pues nadie nació para vivir solo. Por la bondad del SEÑOR no hemos sido consumidos, porque nunca decaen sus misericordias; nuevas son cada mañana, grande es su fidelidad. Lamentaciones 3:22-23.
Misericordia es Rajem y Rahamim, en el hebreo, esa actitud bondadosa y compasiva en que mostramos el amor de Dios hacia los semejantes para que otros se salven y hacer justicia a la manera de Dios, es una forma de vida que aplica las enseñanzas de nuestro Gran Maestro Redentor, Jesucristo, donde el que tiene da al que no tiene, ayudamos a solucionar los problemas de otros, donde el ofendido perdona al ofensor, el que tiene más da al que no tiene, el más fuerte sostiene al más débil, el que tiene más conocimiento enseña al que no sabe, el más grande se ocupa del más pequeño, etc., así como lo hace Dios con nosotros a cada instante. ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro SEÑOR Jesucristo! Por su misericordia nos hizo nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva. 1 Pedro 1:3
También se entiende por misericordia, ese sentir profundo y sincero afectuoso y generoso que nos brota desde las vísceras para socorrer a otro con disposición y libre voluntad; esa mano amiga extendida con ternura y deseo de protección y ayuda incondicional, es algo asi como cuando una madre alimenta y sustenta a su bebé entre sus brazos, lo mira con amor y lo alimenta con su leche materna; la misericordia Rehem, describe el amor de un padre y un hermano, que cariñosamente corrige e instruye, consuela, ayuda y sirve en momentos precisos de problemas y tragedia, y ante la ofensa perdona y pasa por alto todo yerro, sin guardar rencor, entendiendo que el SEÑOR nos ordena amar sin fronteras y perdonar las veces que sea necesario; misericordia es no tener en cuenta lo malo, olvidando los errores, quizá de alguien que ni siquiera lo merece, asi como Cristo nos salvó con su amor constante, inagotable y fiel. El SEÑOR, el SEÑOR, Dios clemente y misericordioso es, lento para la ira y grande en amor y fidelidad. Éxodo 34:6.
La misericordia, Hesed, en el hebreo, se basa en ser fieles y piadosos voluntariamente, cumpliendo el deber moral a los ojos de Dios, consigo mismos y los otros, como un gesto de reconocimiento a nuestra débil humanidad, y conscientes de la crisis emocional, materíal, física o espiritual por la que pueda estar pasando un semejante. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndolo, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndolo en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Lucas 10:36-37.
El término hebreo Sonhanan, nos enseña que misericordia es mostrar amor con compasiva bondad, sintiendo el dolor del otro para hacer favor y tener clemencia a todo el prójimo que lo demande; Hamal, por su parte, es compadecerse con dolor desde las entrañas hasta doler el corazón, mirando la miseria ajena, y por último está Hus, que es conmoverse en sí mismo con el dolor y el sufrimiento de otra persona que clama ayuda a gritos; así podemos ver la amplitud y el alcance de la compasión misericordiosa a la manera de Dios, con base en la palabra y el evangelio de amor que predicó Jesús con su propia vida. Nunca me niegues SEÑOR tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Salmos 40:11.
Expresamos misericordia con actos libres y deliberados de solidaridad, alteridad, disposición, altruismo y entrega en el servicio con alguien, y aún más,allá de nuestras fuerzas, colaborando y ayudando, dando todo lo mejor de nosotros mismos a favor de otros, en virtud del amor sacrificial, y la gracia salvadora que Jesucristo mostró en la cruz perdonando nuestros pecados y rescatando a la raza humana de la ecatombe eterna sin Dios y nos reconcilió con el Padre por puro amor, así debemos obrar con el prójimo, con puro amor. Porque Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún nosotros estando muertos en delitos y pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, por gracia somos salvós. Efesios 2:4-5.
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Misericordia activa y efectiva es poder y justicia de Dios entre los hombres, amando y obedeciendo su palabra, siendo coherentes con la fe y la confianza en Dios para hacer su buena voluntad, apercibidos de su presencia en la necesidad del hermano, pues la misericordia nos hace alegres y complacidos de cumplir los mandamientos e instrucciones del Padre, firmes para hacer el bien y las buenas obras que Él preparó de antemano para que andemos en ellas, como lo hacía el Divino Maestro, la Roca eterna que nos sostiene; y para ser misericordiosos debemos permanecer conectados a Dios y obrar como Jesús lo haría en nuestro lugar, con un corazón sano, limpio y lleno del bondad para servir. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. Y en la casa del SEÑOR viviré por largos días. Salmos 23:6.
Misericordia es amabilidad y paciencia en el trato con quienes nos rodean, si no somos misericordiosos, estamos ajenos a Dios y le damos la espalda con rebeldía y desobediencia a lo establecido por Él en su palabra, con lo cual peligra nuestra eternidad, pues es por la misericordia que seremos justificados y juzgados al final de los tiempos; misericordia es gratitud a Dios reconociendo su favor y libertad en Cristo Jesús, que nos amó cuando no lo merecíamos; su misericordia tiene el poder increíble de sanar el cuerpo, liberar el alma y revivir el espíritu, que rompe cadenas de opresión, trasladando multitudes al reino de Dios y arrebatando vidas de las garras de satán, por el poder del Espíritu Santo que mora en nosotros. De la misma forma, Dios llama a sus hijos a ser misericordiosos con los demás, tratándolos con amor y compasión; esto es posible, gracias a la obra del Espíritu Santo en nosotros. Tito 3:4-5.
Si es misericordia debe ser a la manera de Dios, no como nos parezca, con afecto inagotable de fidelidad entre su pueblo para ser parte del cambio y la transformación de este mundo tan necesitado de Dios; ese misericordioso y bondadoso Dios decidió darnos el privilegio de ser su familia en vez de ser sus enemigos, en su bondad NO nos rechazó ni nos castigó como lo merecíamos; el Hijo vino al mundo para que hagamos efectiva su bondad y su gracia conciliadora. 1 Juan 4:9.
Con misericordia y justicia, NO debiera haber más abandonados, ni desamparados en esta tierra, el mundo entero tiene que levantarse para dar misericordia, trabajando por aquellos que carecen de tantas cosas; y se requiere un fuerte anhelo de restaurar a millones que deambulan por la tierra perdidos, confundidos y desorientados; Cristo ya dió su vida y cumplió su misión, ahora nos corresponde a nosotros ir en rescate de muchos y centrados en Jesús no faltará la fuente de misericordia que se necesita hoy, obedeciendo al Padre dando ese amor que es más fuerte que la muerte, Cantares 8:6; Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta, y el SEÑOR te lo recompensrá. Proverbios 25:21.22 y Romanos 12:20;.
Cristo es el raudal inagotable de la misericordia que acoge, perdona y salva, Él es el máximo ejemplo para que sigamos sus pasos a favor de muchos, y si no somos misericordiosos, pecamos contra Dios, sabiendo hacer lo bueno y no haciéndolo, Santiago 4:17…Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro…Salmos 89:1.25.
La misericordia es bondad y generosidad que toca corazones mostrando el estilo de vida del reino, haciendo que corazones cambien y se vuelvan al Creador; pues con el poder del amor todo se puede, 1 Corintios 13; misericordia es entrega y voluntad de ciydadanos del reino, gente que se atreve a agradar al Padre, complacer al Hijoby vivir por el Espíritu, porque, más dichoso es dar que recibir. Hechos 20:35.
Ante tanta maldad, miseria del mundo y la realidad de una sociedad en tinieblas, de la misericordia depende en gran medida el rescate, la vida y la salvación de miles amando a Dios y trabajando para su reino; no tener misericordia, es falta de fe, falta de entrega a Dios y tibieza espiritual, pero un día no muy lejano, vendrá el juicio a las personas y las naciones, entonces Dios separará las ovejas de las cabras, los justos de los injustos, y sus hijos de los extraños, dando su veredicto a los de la izquierda y la derecha. Mateo 25.
Todos necesitamos ayuda y apoyo en el momento menos pensado, por eso se requieren más actos personales de misericordia, más obras colectivas de justicia por parte de todos, especialmente de los gobiernos, en este tiempo se requiere de muchas manos que se extiendan para levantar al caído, numerosas puertas que se abran para dar empleo y maestros dispuestos a enseñar la verdad, el arte de amar y el oficio del servicio; empresarios sanos y honestos que establezcan más y mejores empresas y oportunidades de negocios que provéan lo básico al pueblo.
Habría justicia si las politicas y leyes de administración y gobierno redujeran al mínimo la delincuencia, y con misericordia la entidades financieras y los bancos otorgaran facilidad de préstamos para vivienda, que por amor a la vida humana se construyan más hospitales para socorrer y atender dignamente a los enfermos, que los más jóvenes acompañen a los ancianos y las personas solas y que hayan menos cárceles porque hay gente buena e íntegra; estas y muchas más, son situaciones que se aplican para todos, tanto ricos como pobres, todos estamos llamados a ser misericordiosos sirviendo y viviendo en sana convivencia uno al lado del otro, porque nadie está exento. Si tu hermano empobrece y se acoge a ti, tú lo ampararás...No cometerás usura ni sacarás de él ganancia, sino que tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo…Levítico 25:35-39.
En un recodo del camino todos necesitaremos la asistencia de alguien cercano o lejano, sea un familiar, el vecino, un amigo, un conocido o un desconocido bueno, sencillamente somos seres humanos que recibimos de Dios todo lo que somos y tenemos para ser bondadosos y con buena disposición para servir; la presencia de alguien en momentos de soledad, nos pueden dar alegrías, es lindo tener alguien con quien conversar y reír, todo esto es misericordia que alivia las cargas, preocupaciones y ansiedad de unos a otros. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, e íntegro con el hombre íntegro. 2 Samuel 22:26.
La misericordia define y concreta la verdadera vida de fe que empieza en casa, con un hogar donde todos se ayudan y se colaboran con afecto y desinterés, relacionándonos con buenos términos, aunque la convivencia no es nada fácil, pero nos esforzamos por ser justos, pensantes, amables y respetuosos en comportamiento, palabra y obra mutua, sea entre esposos, de padres a hijos, de hijos a padres, entre hermanos, familia y prójimo en general, abandonando el individualismo, las envidias y los celos, las exigencias, las comparaciones odiosas y la distinción entre unos a otros pues cada uno es único, además de que estamos en un mundo donde nadie está seguro porque el maligno lucha por dividir cada vez más; tenemos que perdonar, porque eso es misericordia que libera al otro de sus sentimientos de ira, evitando alimentarla y contagiarnos con el enojo que siempre busca a quien herir, por lo tanto, responder en momentos de ira y alta temperatura emocional es falta de misericordia consigo mismos y el otro; hay que leer la Biblia a diario porque nos ayuda a canalizar la ira para ser misericordiosos, recordando que todas las personas de una u otra forma han sido puestas por Dios para ayudarnos a madurar, ser formados y moldeados en el carácter. El atribulado es consolado por su compañero…Job 6:14.
Pasar por alto la ofensa es un acto de bondad que lidia con lo que humanamente no podemos cambiar, bajo el efecto del rencor, el resentimiento y la ira, así somos inmisericordes, crueles y malvados, haciendo y diciendo lo que no hariamos en la calma, con ira herimos a los otros y después nos pesa, pero la misericordia implica vida de paz y ocupa todos los actos, y palabras que exteriorizamos, y es para todas las áreas y momentos de la vida, es por eso que misericordia usa varios términos en el original hebreo dependiendo del contexto en que se vive, porque nunca misericordia es lástima, al contrario, es enternecimiento, alteridad, empatía y altruismo para todos los males ajenos y propios; cuando somos misericordiosos experimentamos dolor y tristeza por los quebrantos de otros, por eso corremos a ofrecer toda nuestra mejor y posible ayuda. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad, llévalas contigo como un collar, escríbelas en tu corazón¸ tendrás la gracia y el favor de Dios y la buena opinión de la gente. Proverbios 3:3-4.
La misericordia es ese atributo divino que no traiciona, un gajo del fruto del Espíritu para un estilo de vida que caracteriza el carácter de los seguidores de Cristo que expresan benevolencia, benignidad y longanimidad desde el corazón para hacer el bien, cumplir promesas, ser firmes en el camino de la fe, trabajando como para Dios, adorando y orando de manera sincera y constante; esa fue la razón por la cual el SEÑOR Jesús nos dejó la enseñanza del Buen Samaritano, conocida como La Gran Parábola de la Misericordia, con el propósito de que nos caractericemos como personas de santidad, piedad justicia y amor de Dios, en lo cual se da todo sin ningún interés, ni actuando por obligación o lucro, sino con decisión de bendecir con alegría y afecto en el anhelo ardiente de transformar vidas con el evangelio y las obras de fe juntamente. Peca el que menosprecia a su prójimo; pero el que tiene misericordia del necesitado, es dichoso. Proverbios 14:31.
La misericordia que Dios nos ofrece y que nosotros tenemos que practicar está arraigada a la gracia del Padre, se combina con el amor de Jesucristo, y se materializa con una vida en el Espíritu, en el sentido del DEBER SER antes que tener, reclamar derechos, siendo responsables, maduros, sinceros e íntegros en todo y con todos, auténticos y dignos de confianza, resaltando la lealtad y la disposición por la justicia de Dios, frente a la gran calamidad humana, el derrumbe social, y los muchos padecimientos por las fallas humanas. Oh hombre, Dios te ha declarado lo que es bueno, y ¿qué pide el SEÑOR de ti? Solamente que hagas justicia, que ames tener misericordia, y que te humilles ante tu Dios. Miqueas 6:8.
La misericordia aplica la ética cristiana de la alteridad donde vemos en los demás, el rostro del Creador, lo cual redunda en recordar que somos creados a su imagen y semejanza para que unos a otros seamos bendición y no piedra de tropiezo, sino trayendo almas para Dios como Cristo lo hizo en la cruz, Sus piedades serán para ustedes, como una nube de protección para mañana, Oseas 6:4; Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia, Mateo 5:7. Sobrellevando unos las cargas de los otros, para cumplir con la palabra de Dios. Gálatas 6:2.
El tema del Buen Samaritano y el Siervo fiel es para aprender servicio y prodigar ayuda, extendiendo el reino de Dios sobre la tierra, dando la mano al caído, no robando ni quitando nada al prójimo, ni construyendo en fundamento ajeno, incluso ayudando a nuestros enemigos, y dejando de lado la lógica humana de reclamar derechos creyéndose víctima, sino mejor vivir espiritualmente, en atención a los preceptos del Eterno Dueño de todo, donde nosotros somos meros administradores y mayordomos, instrumentos de unidad en amor para cambiar el estado caótico del mundo que nos recuerda cada vez más el ser misericordiosos ratificando día a día la urgente necesidad de hacer misericordia, porque nadie se quedará en este mundo para siempre; Ayudar al necesitado es hacerle un préstamo al SEÑOR; Dios mismo te recompensará. Proverbios19:17. Lee Deuteronomio 15: 7-11.
La misericordia es un imperativo para acabar con el individualismo, la injusticia y las contiendas que dividen, derribando los polarizantes estratos sociales, la mortal discriminación, y la deprimente y perversa discriminación entre ricos y pobres; somos simple y llanamente, seres humanos pasajeros y extranjeros en este mundo temporal, expuestos a los vejámenes del enemigo, el pecado y la carne; y aunque hay muchos que tienen todo el conocimiento, las riquezas y una posición alta en el mundo, son demasiado pocos los que tienen misericordia y compasión de su prójimo, pero esto no trata de manipular ni hacer sentir culpables a los ricos, lo que la sociedad requiere es suplir necesidades básicas y apremiantes de la gente para que verdaderamente hayan cambios profundos donde todos sean tenidos en cuenta y cada ser humano sea valorado como persona, especialmente cuando hay tragedias, allí, se requiere de misericordia con los afectados y damnificados de las catástrofes. Sean bondadosos y compasivos unos a otros, y perdónense mutuamente, así como el Padre nos perdonó a nosotros en Cristo. Efesios 4:32.
No seamos arrogantes ni mezquinos, porque solo un pequeño número de personas en la historia han vivido relativamente seguras; las guerras, la injusticia de los pueblos, la tiranía de los gobernantes, la opresión de los malvados, y la retención y escases de recursos, unido a los bajos salarios ocasionan hambre, escasez, lucha de clases, y racismo, añadido esto a los desastres naturales, pero el peor desastre humano, es la separación del hombre de su Creador y la incredulidad a su Salvador, gracias sean dadas a Dios porque también hay un número no muy grande de personas, libres de estos problemas, aunque tarde o tempranos todos enfrentamos el sufrimiento, y necesitaremos ayuda, así que, No seamos vencidos por el mal, venzamos con el bien el mal. Romanos 12:21.
El amor no fingido debe caracterizar al creyente y que empieza por nuestra comunión con Dios, la responsabilidad en el hogar, y el altruismo con el vecino en buena convivencia comunal, pero todo cambiará en la medida en que nos demos a la gente y suplamos necesidades básicas, físicas, materiales, emocionales y espirituales por nuestra confianza y fidelidad a Jesucristo, pues la fe sin obras es muerta; El amor debe ser sincero. Aferrados al bien y aborreciendo el mal. Romanos 12:9; Antes bien, amen a sus enemigos y hagan el bien, presten no esperando nada a cambio, así su recompensa será grande, serán hijos del Altísimo; porque Él es bondadoso tanto con los íntegros como con los perversos. Lucas 6:35.
Desde que Dios creó al hombre, nos dejo la responsabilidad de ser cuidadores, mayordomos y jardineros de su jardín natural, y la misericordia es la gran semilla del huerto, porque misericordia involucra el cuidado de la naturaleza, los animales, la vegetación y todo lo que compone la creación, empezando por lo humano; Dios espera que su pueblo gobierne con justicia, porque todo lo ha puesto bajo nuestro señorío y autoridad para hacer lo mejor en todas las áreas de la vida, la sociedad y la comunidad, por lo tanto, toda responsabilidad y servicio debe usar misericordia para cultivar el bien, la verdad y la justicia, enriqueciendo la tierra, bendiciendo a la humanidad y glorificando a Dios en humildad y mansedumbre al señorío de Cristo, el gobierno y la ley de Dios; La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. Salmos 85:10; Como hijos de Dios, santos y amados, revistámonos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia, Colosenses 3:12.
La misericordia es un arma contra la crueldad del enemigo satán y un antídoto contra el mal que hay sobre la tierra, deztruyendo y venciendo el ambiente hostil y peligroso que nos rodea, la misericordia se complementa con la obra de la cruz a nuestro favor y nuestro mayor compromiso es ser compasivos y justos de manera personal, comunal y social, pues cada uno rendira cuentas al Dueño de la vida y SEÑOR de todo. ¡Levanta tu voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos. ¡Levanta la voz y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados! Proverbios 31:8-9
Si quieres ser perfecto, anda y vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo. Luego ven y sígueme. Mateo 19:21; Defiende la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. Salmos 82:3; así dice el SEÑOR Todopoderoso: juzguen con verdadera justicia; muéstren amor y compasión los unos por los otro. No opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros, ni a los pobres. No maquinen el mal en su corazón los unos contra los otros. Zacarias 7:9-10; El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna, el que tiene comida debe hacer lo mismo. Lucas 3:11.
El Espíritu del SEÑOR omnipotente está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas noticias a los pobres: Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad para los prisioneros. Isaías 61:1. Somos ciudadanos del cielo, por lo tanto, al que se le ha dado más, se le exigirá más. ¡Aleluya!
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.