ESPÍRITU DE SABIDURÍA E INTELIGENCIA.
Y reposar´sobre Él, Epiritu de YHWH, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu e consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. Isaías 11:2..
Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien YHWH dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que he mandado. YO he puesto con Bezaleel a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el espíritu de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado. Éxodo 31:1 y 6.
No ceso de dar gracias por ustedes haciendo memoria de sus oraciones para que el Dios de nuestro SEÑOR Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él. Alumbrando los ojos de su entendimiento, para que sepan cuál es la esperanza a que Dios nos ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. Efesios 1:16-18.
Los siete Espíritus de Dios están representados en el candelabro del tabernáculo que nos revela la plenitud, excelencia, soberanía y grandeza del SEÑOR y son:
1) El Espíritu del SEÑOR
2) El Espíritu de sabiduría
3) El Espíritu de inteligencia
4) Espíritu de consejo
5) Espíritu de poder
6) Espíritu de conocimiento
7) El Espíritu del temor a Dios.
Los Siete espíritus de Dios se mencionan varias veces en el libro de las revelaciones finales: Apocalipsis 1:4-5, cuando Juan habla a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; Apocalipsis 3:1; escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios. Apocalipsis 4:5, y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
Apocalipsis 5:6, Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
La identidad de los Siete Espíritus no es clara en el pasaje, aunque resulta bastante sencillo llegar a una correcta interpretación. Los siete espíritus no pueden ser siete seres angélicos, como serafines o querubines, debido al contexto de Apocalipsis 1:4. Juan dice que la gracia y la paz a las iglesias vienen de tres fuentes: el que es, el que era y el que ha de venir, Vs 4, los Siete Espíritus que están delante del trono, Vs. 4 y Jesucristo, Vs. 5. Esta es una representación de las tres divinas personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son las tres Personas co-iguales en Divinidad.
El SEÑOR Jesús sostiene los siete espíritus de Dios, envíando el Espíritu Santo de parte del Padre, en Juan 15:26. Ambos pasajes sugieren la función superior del Hijo y la función subordinada del Espíritu. En Apocalipsis 4:5 los Siete Espíritus de Dios están simbolizados como siete lámparas encendidas que están ante el trono de Dios. Esta imagen concuerda con la visión de Zacarías en la que ve al Espíritu Santo simbolizado como un candelabro de oro, con un depósito encima, y siete lámparas encima del candelabro, Zacarías 4:2.
El Espíritu del SEÑOR es el Espíritu Santo, del cual se desprenden los Espíritus de Dios, y la sabiduría es una manifestación del Espíritu Santo que nos revela la omniciencia y preciencia inteligente del poder Eterno de Dios, como se nombra en Isaías 11:2 y Apocalipsis lo que resalta la grandeza, y majestad del carácter soberano y único de nuestro SEÑOR Jesucristo. La sabiduría verdadera está en el conocimiento que tenemos de Dios, que en el original hebreo es Jojmá, 149 vecs aparece en los textos masoréticos de la Biblia hebrea, esto comprende tres cualidades únicas: habilidad para obrar, inteligencia para discernir la verdad de la mentira y conocimiento de Dios para escoger el bien y desechar el mal; hay muchos sabios en el mundo, pero pocos los que practican la sabiduría del bien que es un don producido por el Espíritu Santo de Dios que nos da la capacidad de pensar, hablar y obrar limpia y rectamente para vencer la vaciedad y vanidad del mundo, Job 16:3. A Bezaleel le fue dada esta sabiduría con habilidad para crear y diseñar como lo narra Éxodo 31:3, también al rey Salomón le fue dado el Espíritu de sabiduría para gobernar y dirigir a la nación Israelita de su tiempo. 1 Reyes :34.
La sabiduría desde el hebrero se amplía con la raíz Biná, que es entendimiento e inteligencia como don de lo Alto; el Espíritu de sabiduría es el don con el cual el Todopoderoso dota a los hombres de fe obediente a sus instrucciones, para hacer el bien y llevar a cabo su voluntad, buena, agradable y perfecta en el cumplimiento de sus planes y propósitos salvíficos, con la capacidad para crear, discernir, evaluar y actuar acertadamente en una situación compleja haciendo diferencia entre el bien y el mal, Proverbios 15:21; las personas con espíritu de sabiduría tienen carácter templado y de calma ante lo adverso y oscuro del mundo, se hacen fuertes y firmes en tiempos de crisis, para seguir trabajando productivamente sin involucrar las emociones, porque En el corazón del hombre prudente reposa la sabiduría. Proverbios 14:33.
La sabiduría desde el original hebreo se completa con la raíz Dáat, que es conocimiento en lo que es moralmente correcto frente a lo incorrecto, razón por la cual se le prohibió a Adán y Eva, comer del árbol del conocimiento, un don que le pertenecía únicamente a Dios, pero cuando Adán y Eva, desobedecieron, conocieron el mal, por eso fueron expulsados del Huerto del Edén; y nosotros al darnos cuenta de la amplitud de lo que es sabiduría en Dios, para reconocer el valor y el poder de la Biblia para el corazón humano que nos enseña a andar por el camino angosto del bien, lo bueno y lo moralmente recto ante los ojos de Dios, Porque No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7, esto es sabiduría de lo alto.
La sabiduría de Dios se basa en tener a Jesucristo reinando en nuestro corazón y mostrando con hechos su bondad, con Cristo tenemos la sabiduría, la inteligencia y la ciencia que da su Santo Espíritu, esa sabiduría que sabe recibir y dar el amor puro y sincero del Padre celestial, esa sinceridad y amor inefable que nunca falla y que podemos estar confiados, sintiéndonos seguros estrechando los lazos de afecto para vencer juntos todo lo que divide y separa; tener espíritu de sabiduría es saber convivir en armonía, unidos en los buenos y los malos tiempos, apoyados y acompañados como uno solo para vencer el mal con el bien haciendo la voluntad de Dios, eso es sabiduría de lo alto. La sabiduría excede a las riquezas y la ciencia, pues da vida a sus poseedores. Eclesiastés 7:12.
¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tienen celos amargos y contención en sus corazones, no se jacten, ni mientan contra la verdad. Porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra preversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre, ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. Santiago 3: 13-18
Espíritu de sabiduría es saber vencer con templanza a los enemigos que nos quieren robar la paz, es actuar sobre el cimiento de la palabra de Dios para que los espíritus inmundos, el mundo y la carne no puedan movernos de nuestra fe, pues nos hacemos fuertes con el carácter sabio del Divino Maestro que nos ordena ser santos, humildes y mansos como Él, guíados y aconsejados del Espíritu de Dios como valientes, no como víctimas, porque sabemos que con Dios somos más que vencedores, es decir, santos e íntegros como espirituales a la manera de Dios, gente de fe pero con los pies en la tierra, dirigiendo nuestros pasos con prudencia en el desierto del mundo para no resbalar; fue así como el Creador y Todopoderoso Dios conociendo el corazón de su servidor, equipó y escogió a José con espíritu de sabiduria para preservar la vida del pueblo de Dios en tiempos de sequía y de hambre dándonos ejemplo. Y dijo faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el Espíritu de Dios? Génesis 41:38-40.
La sabiduría buena, real y verdadera es concedida únicamente por Dios que escudriña y conoce el corazón humano, y mediante los dones del Espíritu, nos reviste de Espíritu de sabiduría para ser actores de sus planes en la construcción de su reino sobre la tierra; el espíritu de sabiduría va unido al espíritu de revelación, tú y yo somos portadores de estos dones maravillosos al ser llenos y sellados con el Espíritu Santo cuando nacemos de nuevo en Jesucristo; el espíritu de sabiduría es notorio y visible si en verdad somos sal y luz en este mundo alumbrando con el testimonio y el buen ejemplo a los que están en oscuridad e ignorancia alejados de Dios; el espíritu de sabiduría es luz que pone en evidencia todas las obras de las tinieblas, es decir, que con sabiduría de Dios se manifiesta lo que está oculto a nuestros ojos y a nuestro entendimiento, entonces, vemos lo que estaba escondido y velado y comprendemos con certeza de fe la revelación que nos descubre Dios con la claridad de los hechos en la manifestación de su gloria, porque cuando el Eterno revela se hace evidente su verdad. Cuando todas las cosas son puestas al descubierto por la luz, quedan evidenciadas con claridad; porque la luz disipa todo lo oscuro. Efesios 5:13. Parafraseado.
El espíritu de sabiduría surge por la acción del Espíritu Santo soplando al entendimiento humano y revelando la luz de la verdad de Dios a nuestro espíritu; para ello debemos andar como sabios, interceder y orar día a día para recibir conocimiento y revelación que nos aclare circunstancias y hechos, porque como verdaderos hijos inteligentes de Dios, hacemos las buenas obras que Dios preparó de antemano para que andemos, vivamos y actuemos en ellas con la luz de Cristo, unidos en amor fraterno, trabajando juntos en la obra redentora, con la capacidad divina de discernir, administrar, crear, articular, hacer y descifrar cosas que solo pueden ser conocidas espiritualmente. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien del mal. Hebreos 5:14.
El Espíritu de sabiduría es otorgada cuando andamos en el Espíritu como nos enseña Romanos 8, lo cual abre nuestros cinco sentidos espirituales para ver lo invisible, es decir, podemos ver en el ámbito espiritual y entendemos el mundo sobrenatural y la mente de Dios que revela lo que está afectando el mundo físico, porque cuando discernimos por el Espíritu, lo que estaba velado se materializa ante nuestros ojos; el Espíritu de sabiduría pasa del Espíritu de Dios al espíritu del hombre por fe y con la verificación de la palabra de Dios, no por razonamiento, ni astucia humana sino con la inteligencia suprema que emana del Creador y Dueño del universo que nos da la certeza. Todo esto procede del SEÑOR, YHWH de los ejércitos, que ha hecho maravilloso su consejo y grande su sabiduría. Isaías 28:29.
Es el Espíritu de sabiduría el que pone al descubierto y al desnudo todo lo oculto de las tinieblas, divulgando una verdad, desenmascarando una mentira y dando a conocer cosas misteriosas al hombre de Dios, dándonos a la vez instrucción al respecto para que con la luz de Cristo se eliminen las apariencias, las imitaciones y el engaño. El espíritu de sabiduría es un constante mover espiritual divino y progresivo como nuestra respiración que nos otorga inteligencia y entendimiento celestial a nuestra mente en la manifestación gloriosa de Dios transformando maneras de pensar, vidas y circunstancias, con el poder infinito y eterno de la luz celestial de Dios que derrota las tinieblas en su Luz Admirable. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey consultó, halló a Daniel y sus amigos diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en su reino. Daniel 1:20.
Satanás solo es un vulgar suplantador e imitador de la verdad, siempre queriendo destruir el diseño original del Creador, pero sus fuerzas ocultas no pueden resistir al Espíritu de sabiduría que fluye de Dios porque las tinieblas en su maldad son torpes, y aunque sus instrumentos terrenales hacen miles de cosas perversas con movimientos ocultistas y satánicos que producen antagonismos espirituales opuestos a la realidad y voluntad de Dios, ellos solo siguen planes oscuros, porque El Todopoderoso se los permite hasta cierto límite para que se cumpla la palabra profética, mientras se acerca el enfrentamiento final entre Jesucristo y satanás. Pero, así como Daniel y sus amigos fueron hallados diez veces mayores en inteligencia y sabiduría, todos los fieles hijos de Dios y seguidores de Jesucristo que hoy buscamos caminar de su mano en la plenitud del Espíritu, debemos también ser encontrados por el Autor de la vida diez veces mejores que todos aquellos que se involucran en prácticas oscuras del enemigo, el mundo y sus bajas pasiones porque nosotros vencemos en la Luz. No se jacten con tanto orgullo, no salga arrogancia de su boca; porque el SEÑOR es Dios de sabiduría, y Él pesa todas las acciones de los hombres. 1 Samuel 2:3.
Vemos el secreto de la vida extraordinaria de José porque en él estaba el Espíritu de sabiduría de Dios, por eso José fue fiel y de noble naturaleza ante la disciplina y los punzantes sufrimientos que tuvo que pasar alejado de su hogar y siendo cautivo en tierras extrañas; pero aunque él fue mal comprendido, calumniado, condenado injustamente, sometido al oprobio y la más cruenta humillación, se mantuvo heroicamente fiel a su Creador y Salvador, confiando en la justicia y el amor divino; fue debido a esa actitud sabia y prudente que José triunfó sobre todas las dificultades que enfrentó, elevándose de la prisión para llegar a ser el segundo después de faraón, cubierto de honor e investido de poder; fue una sabiduría llena de humildad, mansedumbre y santidad lo que lo encumbró a la posición más grande que pueda tener un ser mortal. Más vale adquirir sabiduría que riquezas; mejor tener inteligencia que plata. Proverbios 16:16.
Solo con espíritu de sabiduría podemos llegar a la mayor transformación de una vida portentosa y objetiva, con carácter elevado y santo que supere nuestra débil humanidad, si permitimos la hermosísima intervención del Espíritu Santo y rendimos totalmente nuestro ser a Jesucristo para que sea el Padre celestial quien gobierne los asuntos de nuestro día a día, en las esferas comunes en que transcurre nuestra existencia en esta tierra, veremos la diferencia de ser sabios a la manera de Dios y dejando atrás la necedad; solo con el espíritu de sabiduría podremos elevarnos para estar por encima de las pruebas, las pérdidas, el dolor y las circunstancias y ver la gloria del Eterno rodeando nuestra vida, Él hará que aún los soberbios gobernantes y poderoso impíos del mundo lo reconozcan y vean el mover de su presencia divina en la vida de los santos que confiamos en Él con humildad, mansedumbre y amor. Compórtense sabiamente con los que no creen en Jesucristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno. Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno. Colosenses 4:5-6.
Es en este tiempo es cuando más necesitamos del Espíritu de sabiduría para que las personas no creyentes se vean obligadas a glorificar a Dios al observar el milagro de Dios en nuestra vida y nuestro comportamiento prudente, santo, amoroso y humilde, esto será el triunfo superior de los últimos días en el despertar y avivamiento espiritual que el Eterno está haciendo en simultánea con el mover de las tinieblas; tenemos que trabajar para que con nuestro estilo de vida, las personas del mundo tengan que reconocer a Dios, su poder y su obra en Cristo viendo gente que marca la diferencia con inteligencia de lo alto, con la integridad con que actuamos, con la verdad con que hablamos y con la sabiduría conque callamos según sea el caso, porque El orgullo solo genera contiendas, pero la sabiduría está con los humildes que aceptan consejo. Proverbios 13:10.
En Daniel los enemigos no pudieron encontrar ocasión alguna para acusarlo con relación a su fe y confianza en Dios, Daniel 6:5, en José ni la mujer de faraón logró hacerlo caer, Génesis 39:7-12: José vivió en Egipto, pero Egipto NO vivió en él, Daniel vivió en Babilonía, pero Babilonia NO vivió en él, porque poseían el Espíritu de sabiduría, pero el más grande ejemplo de sabiduría, santidad, amor, humildad y mansedumbre está en nuestro SEÑOR Jesucristo, Él padeció y calló cuando debía callar, no se defendió ante el vituperio y la calumnia pero habló cuando debía hablar diciendo siempre la verdad, Poncio Pilato siendo su juez se vio obligado a decir: Miren, yo se los traigo fuera para que entiendan que ningún delito hallo en Él. Juan 19:4.
El Espíritu de Sabiduría está esperando que le permitamos ser nuestra única guía, nuestro maestro, por excelencia, nuestro derrotero y fuente de fortaleza, cimiento de nuestros éxitos y la base de nuestra seguridad y felicidad para vencer en este tiempo oscuro, nefasto y lleno de maldad que multiplica inseguridad, genera duda, mata la fe, altera el diseño original y destruye los principios de Dios en muchos corazones, pero nosotros, inamovibles en el Espíritu de sabiduria de lo alto nos mantendremos firmes hasta el final siendo llenos del mismo Espíritu que guio los pasos de José, la vida de Daniel y la grandeza del Hijo del Hombre. El que adquiere sabiduría a sí mismo se ama, y el que atesora entendimiento prospera. Proverbios 19:8.
Moisés fue otro personaje lleno de espíritu de sabiduría, el Eterno no solo le ofreció a Moisés la sabiduría necesaria para saber qué decir, sino también el poder necesario para decir bien lo que debía decir, pero la fe de Moisés no estuvo a la altura de las promesas que el SEÑOR le había dado, sin embargo, el Padre celestial fue indulgente con Moisés y le puso a Aarón al lado para que transmitiera lo que Dios le decía a Moisés y que Aarón fuera su vocero; lastimosamente la colaboración de Aarón fue de dudosa bendición, pues contribuyó a que el pueblo se descarriara tras el becerro de oro, dejando al Todopoderoso de lado, en vez de ayudar a Moisés, Aarón trajo dificultades. Que nadie se engañe, si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, vuélvase como si fuera ignorante, para así llegue a ser verdaderamente sabio. Porque la sabiduría del mundo es absurda para YHWH según su palabra, y Él atrapa a los sabios del mundo en su humana inteligencia, porque YHWH sabe que los pensamientos de los hombres son vanos y no valen nada.1 Corintios 3:18-20.
El Espíritu de sabiduría es lo que necesitamos en este tiempo para superar las pruebas, vencer el dolor, superar la pérdida y derrotar toda la locura del mundo, es el Espíritu de Dios quien nos reviste de su sabiduría, nuevas fuerzas, el poder y la autoridad necesarios para superar todo lo que se opone y cumplir la misión que se nos ha encomendado; el Espíritu Santo debe ser nuestra fuente de vida inteligente y gozo en el corazón, Él debe ser quien llena nuestra boca para hablar y el Aliento que sostenga y guíe nuestro andar para que ninguno de los enemigos pueda contrarrestarnos, para que no nos detengamos en la angustia, ni nos quedemos mirando nuestras debilidades, mucho menos para apoyarnos en las fuerzas o conceptos de otras personas; tenemos que vivir en el Espíritu para fortalecer la confianza que requerimos hoy para resistir esta vida terrenal llena de altibajos, ejecutar y hacer hasta el fin la tarea que el Todopoderoso quiere que hagamos en tiempos finales, dejando atrás tristezas, iras, contiendas, odios, envidias, venganzas y resentimientos, apoyándonos solo en Dios y el poder de su sabiduría en el Espíritu, porque Maldito aquel que confía en el hombre, y se apoya en el brazo de otro hombre. Jeremías 17:5.
Leer y escudriñar las Escrituras afianza nuestra fe en Dios y en lo que podemos hacer unidos a Él, para lograr con su Espíritu de sabiduría, el poder de la inteligencia que nos
capacita para administrar y dirigirnos como buenos mayordomos; así como Moisés
tenía un peso y responsabilidad con relación al gobierno y dirección del pueblo
en el desierto, también hoy nosotros tenemos nuestra parte frente a la
incredulidad y rebeldía de la gente de hoy, si no ahondamos en lo espiritual que mueve
lo físico, como Moisés y Job, algunos llegarán a quejarse contra Dios debido al
desaliento; Dios nos hace saber que es grave hablar loca y apresuradamente, debemos
detenernos a pensar con sabiduría lo que decimos y expresamos, porque el
apresuramiento en las palabras nos enferma, nos debilita y nos mata, llevándonos
a perder la oportunidad de una corona y el privilegio de ser útiles en las divinas manos, combatiendo las palabras de desánimo y queja debido a la petulancia, el orgullo y falta de
fe de los autosuficientes. Cuidar las
palabras es cuidarse uno mismo; y el que habla mucho se arruina solo.
Proverbios 13:3.
La duda y la queja de Moisés, hizo que el SEÑOR se buscara a 70 hombres para ayudarlo, pero Dios quitó de la plenitud del Espíritu de sabiduría que le había dado a Moisés para ponerlo en los 70, con el fin de ayudar a soportar la carga; a simple vista parece que esto alivió la carga de Moisés que contaba con la ayuda de 70 hombres, pero ellos no recibieron ningún poder adicional, solo se les dio una parte del Espíritu de sabiduría que tenía Moisés; en otras palabras, el Todopoderoso le quitó parte del poder de Moisés y lo distribuyó entre los 70. El SEÑOR había preferido darle toda la sabiduría y poder a Moisés, porque al final los 70 ancianos causaron muchas molestias y ansiedades al servidor Moisés, y con el tiempo ellos promovieron el Concilio de los 70, que llegó a ser el Sanadrín, ancianos que años más tarde condenarían al Hijo de Dios a la cruz. Si entre ustedes hay algunos sabio u entendido, que lo demuestre con su buena conducta, con la humildad que su sabiduría le da. Santiago 3:13.
Que sea el Espíritu de sabiduría de Dios el que nos baste para obedecer, caminar y obrar conforme al llamado y la voluntad de Dios, llevando a cabo la obra encomendada para que seamos parte del cumplimiento profético y el propósito divino en esta tierra. No podemos poner nuestra confianza en hombres o en una cantidad de personas, mucho menos en la sabiduría de este mundo, debemos andar y decidir en la fortaleza de la sabiduría de Dios, porque el poder de Dios es el más grande y poderoso, lo nuestro es insignificante, y los planes de los hombres son planes inútiles y perecederos; tampoco podemos obligar a otras personas que adopten nuestros métodos, pues a cada uno Dios nos da una medida de fe, de poder, autoridad y respaldo, a cada quien nos usa y trata de diversas formas, con la sabiduría de su multiforme gracia, amor y bondad. Porque la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3:17. .
Tomemos el reto y la responsabilidad de la fe obediente que descansa en Dios, vivamos en el Espíritu buscando primeramente el Reino de Dios y su Justicia como lo hicieron los valientes sabios de la Biblia, que fueron investidos con Espíritu de sabiduría, y que Josué lo tuvo antes que Moisés diera órdenes especiales acerca de lo que se debía hacer; Dios tiene que investirnos primero con las cualidades necesarias para la obra del ministerio y Josué recibió la plenitud de la sabia bendición después que Moisés; seamos llenos del Espíritu de sabiduría para que vivamos, actuemos y hablemos con sabiduría de lo alto; ese fue el secreto maravilloso de estos hombres de fe con el poder para vencer y dirigir, hoy necesitamos mucho valor, habilidad, estrategia e inteligencia según Dios para engrandecer el nombre de Cristo y ensanchar el reino de Dios con el carácter de Jesucristo. Sobre Él reposará el Espíritu del SEÑOR: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Dios. Isaías 11:2.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.