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22 feb 2021

EN SANTIDAD SE ADORA A DIOS CONTINUAMENTE.

NUESTRA SANTIDAD ES UNA CONTINUA ADORACIÓN A DIOS

Oh SEÑOR, tus mandatos son muy firmes. La santidad es el adorno eterno de tu templo y hace la diferencia de tu reino. Salmos 93:5. (tomado de dos versiones)

Por tanto, amados, teniendo tan grandes promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios, 2 Corintios 7:1.

Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, satisfaciendo sus propios deseos que lo hacían por ignorancia, pero ahora sean santos en toda su manera de vivir, tal como el que los eligió es santo, sean santos ustedes. Pues la Escritura dice: Sean santos porque YO SOY Santo. 1 Pedro 1:14-16.

Aunque vivimos en tiempos oscuros de perversa maldad, el mandato de nuestro Hacedor sigue vigente para siempre, debemos vivir limpia y piadosamente, porque vivir en santidad y obediencia a Dios es una manera de adorar y agradar a nuestro Padre celestial, y una forma de hacer que su gloria se manifieste, de lo contrario, nosotros somos los perdedores, porque es Dios quien da la batalla a nuestro favor contra los enemigos, las tinieblas y la perversión. Dios no nos ha llamado a vivir en impureza, sino en santidad. 1 Tesalonicenses 4:7.

Dios nos ha llamado a una vida santa, por lo tanto, como hijos de Dios, no vivimos conforme a los deseos que teníamos antes de conocer a Cristo. Al contrario, vivimos una vida completamente santa, porque el Dios que nos llamó es santo; para adorar con libertad nos corresponde ser de limpias intenciones, puros y obedientes, aún en medio de las pruebas, los momentos complejos y lo difícil de la vidaGlorifiquen al SEÑOR, porque su misericordia es para siempre, y cuando comenzaron a entonar cantos y alabanzas, YHWH puso entre Amón y Moab sus propias emboscadas...y se mataron los unos a los otros...cada uno ayudó a matar a su compañero. 2 Crónicas 20:21-23, y 1 Pedro 1:14-15.

Nuestra santidad es un reto diario que debemos fortalecer en la medida que avanzan los años, que seguramente no será nada fácil de mantener, pero si nos proponemos a ser santos, entonces seremos los adoradores en espíritu y verdad que Dios busca, en vez de quejarnos, ser esclavos de la carne, el mundo y el sistema, tampoco podemos quedarnos solo mirando, debemos actuar, y una forma de hacerlo es cantar, alabar y obedecer para adorar; Dios no nos pide algo que no podamos hacer, como tampoco nos dará bendiciones que no podamos disfrutar. Ustedes son pueblo santo para YHWH su Dios; Él los ha escogido de entre todos los demás pueblos de la tierra para ser pueblo suyo. Deuteronomio 7:6, Salmos 86:9-11.

Los santos de Dios conocen su identidad, quiénes somos, a dónde pertenecemos, a dónde vamos y qué debemos hacer, por lo tanto, no nos dejamos esclavizar del pecado ni atemorizar por el mundo, sino que reconocemos que hemos sido apartados para nuestro Creador y aunque estamos en esta tierra, no pertenecemos aqui. A todos los que recibieron al Hijo, les dio el derecho de ser llamados hijos de Dios, es decir a los que creen en el nombre de Jesucristo, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de voluntad de hombre sino de Dios. Juan 1; 12-13.

El pueblo hebreo en la antigüedad perdió su horizonte de santidad cuando quiso ser como otros pueblos y pidieron un rey, ahí desecharon su exclusividad; al querer ser parecidos a otros pueblos se pierda nuestra exclusividad que es la santidad, esto es lo extraordinario que nos hace diferentes al común del mundo; ser santos hace que la gracia de Dios sea derramada sobre nuestra vida, la santidad se hace mucho más real y bella cuando somos obedientes a Dios, e irradiamos su amor y bondad hacia afuera para impactar la atmósfera, porque los santos saben cuál es su posición en Dios que nos sentó en lugares celestiales en Cristo. El Padre (que conoce los corazones), nos escogió a nosotros en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin defecto delante de su presencia. Efesios 1:4.

Debemos entender que nuestro viaje por la vida es un continuo proceso de santificación en momentos de integridad no de suciedad, porque Cristo pagó el precio con su vida y dio la recompensa con su resurrección; nuestro deseo de ser santos está en creer y obedecer al Padre aceptando a Jesús como Salvador, el único que nos hace hijos de Dios; cuando Cristo volvió a sentarse en su trono a la derecha del Padre, fuimos marcados como su propiedad con el sello de su divina presencia en el Espíritu Santo para hacernos pueblo santo mediante su dirección, cuidado, ayuda y consejo permaneciendo firmes en tiempos de turbulencia, solo siendo santos podremos llegar a nuestro destino final, porque sin santidad nadie verá al SEÑOR y la santidad vence toda maldad, por eso ayunamos por santidad y vivimos en pureza para Dios. Te establecerá el SEÑOR como pueblo santo, como Él lo juró, si guardan los mandamientos del SEÑOR su Dios y andan en sus caminos. Deuteronomio 28:9.

La santidad adora a Dios porque radica en lo que yo soy y debo ser desde el concepto de nuestro Creador, para entender y clarificar lo que yo debo hacer, porque entiendo quien soy en Cristo y a quien pertenezco, sirvo y me debo parecer, siendo semejantes en carácter y conducta a Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre: una persona de luz, amor, pureza y santo, santo, santo; esto lo aprendemos leyendo la Escritura, memorizando y repitiendo los mandatos de Dios, Salmos 119:9 y Juan 17:17, por lo tanto, descansamos en la soberanía y todopoderio de nuestro Dios y SEÑOR, y oramos para pedir ser a la manera de Cristo y según la voluntad del Padre, mediante nuestra relación diaria con el Padre celestial, con el Hijo, con el Espíritu Santo, para mejorar nuestra relación con nuestros semejantes, pues en nuestras fuerzas no podemos ser ni adorar como Dios lo merece.. Asi que seamos santos, humildes, mansos y servidores de y en Cristo. Génesis 17:1; Levitico 11:44-45, 19:2, 20: 7 y 26, 21:8; Isaías 1:16; Mateo 5: 8 y 48; 1 Pedro 1:15 y 16. Romanos 6:19 y 22.

La santificación tiene que ver con nuestra renovación y justificación en Cristo que nos hace santos, esa santidad que se cuida, se guarda y se cultiva  nos permite ser adoradores en libertad por lo que somos en Él, pero son pocos los verdaderos adoradores porque hay desorientación en el pueblo de Dios, pues muchos no conocen a Cristo de cerca, en Espíritu y en verdad, porque no han nacido de nuevo, por eso muchos son desatentos a la voz de Dios y desobedientes a su palabra viviendo como les parece, escuchan más las voces extrañas del mundo y los medios, y no hacen la vountad de Dios, por lo tanto, todos necesitamos renacer para ser obedientes y como santos adorar en libertad con nuestro estilo de vida puro y recto conectados con el SEÑOR y ejercitando el escuchar y atender la voz del Buen Pastor, porque somos ovejas de su prado, comprados a precio de sangre, no somos ni pertenecemos al basurero del mundo; necesitamos santidad para ser adoradores en espíritu y verdad, anhelando los tesoros del reino, no codiciando el oro ni la plata del mundo, recordando que nuestra patria es el cielo, porque si sabemos quiénes somos y a dónde vamos, trabajaremos por cuidar la salvación, y el Espíritu Santo viene a ser nuestra perfecta guía para tomar decisiones sabias y correctas que bendigan a todos. Todo esto es para que ahora se dé a conocer, por medio del pueblo santo de Dios, la multiforme sabiduría de Dios a los principados y los poderes de los lugares celestes. Conforme al propósito eterno que llevó a cabo Cristo Jesús, nuestro SEÑOR, Efesios 3:10-11.

Nuestra riqueza y poder como pueblo de Dios está en el proceso diario de santificación, apartados para Dios en el poder de su Espíritu para al final ver al Dueño de todo y vivir con Él por la eternidad; recordemos lo valiosos que somos para Dios en Cristo y qué su Espíritu dentro de nuestro ser es fortaleza de pureza y santidad para vencer toda contaminación, tentación e impureza que ofrezca el mundo, no valemos por lo que hacemos o hemos logrado, valemos por lo que somos en la gracia y grandeza de Cristo en nosotros; más santos de Dios es lo que necesita la humanidad en este desierto de corrupción, maldad y oscuridad; ser verdaderamente santos no solo nos hace verdaderos adoradores, sino que además ensancha el reino de Dios y trae el diseño del cielo a la tierra para destapar y revelar tesoros escondidos, y que miles puedan ver la belleza y grandeza de Jesucristo, en nosotros, que somos cartas abiertas donde todos pueden leer. Por eso fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrara en mí toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en Él, para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sean honor y gloria por los siglos de los siglos. 1 Timoteo 1:16-17.

Nadie puede ver ni adorar al SEÑOR sin santidad y obediencia, la santidad es lo que nos hace exclusivos, nos permite percibir, ver y respirar la hermosura, fragancia y excelencia del SEÑOR para que Él sea visto a través de nosotros; es con la pureza que tenemos acceso a un enorme caudal de creatividad y visiones de Dios para que el mundo se llene de su gloria divina; esto fue exactamente lo que le sucedió a Isaías cuando vio al SEÑOR sentado en el trono de su corte celestial, y fue en un tiempo de gran crisis debido a la perversión y cuando el rey Uzias murió, el profeta vió la condición de su pueblo, pero los cinco sentidos del profeta estaban enfocados en la presencia de Dios, allí el profeta fue perfeccionado en santidad y purificados sus labios que eran sucios para hablar lo santo, así llevó a cabo su ministerio; Dios sigue sentado en su trono y a Él no lo afecta ninguna crisis del mundo que provocan los hombres, pero su pueblo SÍ tiene la responsabilidad de hacer bajar la gloria de su santidad para que miles cambien de rumbo en esta sociedad caótica y desorientada. Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un mismo Padre; por lo tanto, Cristo no se avergüenza de llamarnos sus hermanos. Hebreos 2:11.

Dios sigue siendo extraordinariamente santo y nosotros llamados a SER, ESTAR Y HACER todo fuera de lo común y lo inmundo, llegó el tiempo de redireccionarnos y reconectarnos con lo verdaderamente santo y puro en el Padre, semejantes al Unigénito Hijo, Cristo, adorando para avivar y despertar con nuestro santo estilo de vida, con nuestra pureza en la manera de hablar y con nuestro comportamiento santificado ante este mundo en crisis de principios y verdades eternas; necesitamos entrar a otro nivel de entega y contemplación para redescubrir las grandezas, misterios y hermosura de su santidad que es eterna y de mucho poder. Para ser ministros de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificados por el Espíritu Santo. Romanos 14:16. Somos sacerdotes de Cristo para comunicar el Evangelio de Cristo, a fin de que la ofrenda de nuestra vida y los que oyen para ser salvos, seamos aceptable siendo santificados por el Espíritu Santo.

Isaías viviendo en medio de gran crisis y de gente impura, buscó al SEÑOR, mantuvo sus ojos en Él y lo vio sentado en su trono de gloria, pudo reconocer que sus labios eran inmundos y su pueblo estaba sucio y corrompido, esto nos enseña que mientras estemos en este mundo siempre habrá imperfección que no pude ser excusa ni obstáculo para santifificarnos y buscar el carácter de Cristo en la perfecta voluntad de Dios, deseando ver su gloria en pureza y fe obediente para el Santo de los santos; cultivemos un corazón puro sediento e incansable de adorar para extasiarnos en la hermosura de su santidad, haciendo realidad ser uno con Cristo, honrándo al Padre como solo Dios lo merece, esto redundará en el rescate del respeto unos a otros; y aunque vivamos en medio de un mundo común tenemos que ser fuera de lo común, no por fama, ni dinero, ni posición social, sino por amor al que nos amó y nos salvó. Por obra de Dios estamos nosotros en Cristo Jesús, Él es nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención para con el Padre. 1 Corintios :30.

La santidad está en permanecer en la presencia de Dios, asi como los que conocieron personalmente y de cerca al SEÑOR que fueron sus discípulos, ellos eran pecadores de toda clase, Jacob era tramposo y usurpador pero pasó a ser honesto, Pablo de perseguidor y genocida, pasó a ser el más grande de los apóstoles; muchos conocieron al Eterno cara a cara y llegaron a ser parte de su pueblo Santo, se les cambió no solo el nombre, sino la vida y su propósito, pero cada uno decide. Cercano está Dios a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu  Salmos 34:18.

Necesitamos ir a Cristo con el corazón quebrantado, gente que sabe rendirse a Dios en el momento indicado; muchos siervos de Dios vieron su gloria divina porque entendieron la imperiosa necesidad de ser santos para adorar y contemplar la hermosura de su santidad, ellos llegaron a ser personas exitosas, ese éxito que consiste en hacer lo que Dios dice, no lo que queremos hacer, y yo personalmente se lo que es el poder, el valor y la grandeza de ver la gloria de Dios, en santidad, y nos rodea una atmósfera extraordinaria que nos hace poderosos y valientes contra las tinieblas y el mal, podemos vencer toda tentacion y pecado gozándonos viendo a Cristo pelear a nuestro a favor. El SEÑOR su Dios vive en medio de ustedes, para protegerlos y darles la victoria sobre sus enemigos; por lo tanto, ustedes deben ser santos, para que Dios no vea nada indecente en medio de su pueblo, de lo contrario se apartará de ustedes. Deuteronomio 23:14.

La vida de santidad nos da libertad para adorar, obedeciendo la palabra y vivir de poder en poder y de gloria en gloria, entonces la voz condenatoria del enemigo no se dejará oír y se callará la voz del miedo y la cobardía, pues fiel y justo es Dios para perdonarnos, limpiarnos y acogernos en su redil. El SEÑOR es justo en sus caminos, bondadoso en sus acciones. El SEÑOR está cerca de los que lo invocan, de los que lo buscan con sinceridad...Salmos 145.

Necesitamos ordenar toda nuestra vida conforme al diseño original y dejar de ser ordinarios para ser extraordinarios, ligados en cuerpo, alma y espíritu al Dios Santo de la vida y la verdad, sin ser imitadores ni parecidos a otros, sino únicos en Cristo para que nuestro testimonio atraiga nuevas vidas a los pies de Cristo, y se apasionen queriendo ser santos adoradores con el estilo de vida a la manera del Santo, santo, santo. Y todo el que tiene su esperanza en Dios se purifica, porque sabe que Él es puro. 1 Juan 3:3.

Mg. MEHC, hija del Dios, real y verdadero y servidora de su reino eterno.                                                        






             

16 feb 2021

SIN MUROS NI LIMITANTES


SIN MUROS NI LIMITANTES.

 ¡Una Iglesia más viva que nunca y que avanza! 

Recuerda que Jesucristo, el Mesías, siendo linaje real de David fue levantado en la cruz hasta morir. Por Él sufrimos aflicciones y hasta prisiones como si fuéramos malhechores; pero la palabra de Dios NO está presa. Por eso sufrimos y por amor a los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que viene de Cristo Jesús con gloria eterna. 2 Timoteo 2:8-10.

Después de azotar a los apóstoles, los pusieron en libertad, pero les ordenaron que no hablaran en el nombre de Jesucristo, pero ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del nombre de Cristo. Y todos los días en el templo, y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. Hechos 5: 41-42.

Pero los creyentes que fueron dispersados…predicaban la palabra de Dios…y el poder del SEÑOR estaba con ellos, y un gran número de gentiles creyó y se convirtió al SEÑOR. Hechos 11:19-24.

Han sido circunstancias complicadas, caóticas y difíciles que nos ha tocado cruzar y que no podemos entender completamente, no solo las restricciones, sino que la plaga también nos ha impedido salir, reunirnos y estar cerca unos de otros, pero el Eterno sigue al mando; en su soberanía, sabiduría y magnificencia nos ha guardado y se mueve por toda la tierra, Él es el único Dios sin fronteras ni límites, tan grande y majestuoso que ni el cielo ni la tierra lo pueden contener, por eso mora en los suyos, de la misma forma su palabra, su evangelio, su profecía bíblica sigue corriendo porque no tiene límitantes, nada ni nadie, ni el mismo infierno pueden detener la obra redentora de Cristo mientras el Espíritu Santo esté llenando a su nación, a la iglesia, asi que Sopórtense unos a otros y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el SEÑOR nos perdonó, perdonemos también nosotros. Colosenses 3:13.

Nosotros, los hijos de Dios, hemos sido y seguimos siendo perdonados y amados por el Abba Padre, y en el Unigénito hemos venido a ser su pueblo redimido en la sangre más pura y santa, los que realmente hemos nacidos de nuevo, debemos tener claro este aspecto tan poderoso y grandioso, Cristo la palabra viviente que nos rodea de amor y gracia, junto con su evangelio habitan en nuestro corazón, por lo tanto, con ese mismo amor y misericordia debemos seguir predicando y compartiendo las Buenas Nuevas sin restricciones, como lo hemos visto a través de los siglos de la historia, sin importar las circunstancias, aun a pesar de nuestra propia vida; no podemos permitir que nadie nos amordace, debemos seguir testificando de Jesucristo sin importar la situación que nos envuelva y rodee, mucho menos por los ataques que envían las tinieblas. El mensaje de las Buenas Nuevas, que es la palabra de Dios contenida en las Escrituras, nunca ha estado ni estará presa ni en cadenas. 2 Timoteo 2:9.

Hace algún tiempo leí que los seguidores de Cristo somos muy parecidos al abono para las plantas, que si nos esparcen, nos persiguen o nos tratan de amordazar, resulta en mucho bien, pero si estamos callados, aglutinados y agrupados a puerta cerrada, olemos mal: lo más hermoso de todo es que el Padre, nos amonesta y disciplina permitiendo los ataques con encierros forzosos, confinamiento y prisiones con mejores propósitos, y su palabra sigue corriendo como río sobre la tierra sin importar el tiempo de la historia, porque su palabra de vida es requerida a causa de los que necesitan ser salvos y para cumplirse a causa de la maldad de los hombres. Vino palabra del SEÑOR a Jonás, hijo de Amita, diciendo: Levántate, ve a Ninive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha llegado delante de Mi. Jonás 1:1-2.

Dios envía juicios contenidos en su palabra para que a su vez, su obra no pare; los primeros seguidores de Jesucristo como lo narra el libro de Hechos, era un pueblo entendido al llamado de proclamar la salvación a pesar de sus prisiones, a pesar de la presión y crueldad de los gobiernos, el legalismo y el extremismo religioso, ellos no pararon, ellos dieron testimonio en las calles, las plazas, las casas y fuera de las paredes de ladrillo donde se reunían; tenemos que ser como el abono que promueve vida, fortalece, revitaliza y conserva las plantas en un jardín o un campo sembrado de hortalizas, nuestra tarea es conservar y dar sabor porque somos la sal de la tierra; predicar desde nuestro lugar, dar testimonio en casa para conservar el buen ánimo y la fe en las vidas, las familias y la sociedad. Como el abono tenemos que hacer mucho bien sembrando la semilla en los surcos de los corazones, necesitados de Dios y su confianza, para los hambrientos de justicia y de paz y los sedientos de esperanza. No me escogieron ustedes a Mí, sino que YO los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre. Juan 5:16.

Sea que nos venga encierro, dispersión, diáspora, opresión, confinamiento o persecución, que por supuesto, no es nada bueno humanamente hablando, a causa del sufrimiento emocional de la plandemia, que ha sido una situación inesperada y muy difícil de llevar, debemos admitir y reconocer que el Todopoderoso Dios lo ha permitido con propósitos superiores, porque para los que aman a Dios, todo nos ayuda para bien; gracias al SEÑOR aún tenemos vida, y hemos visto a través de la historia que todo ataque contra el pueblo de Dios ha resultado para gloria de Dios y multiplicación del reino, hemos crecido a pesar de todo, y lo más importante, hemos visto la salvación de muchas personas, quizá de otra manera las Buenas Nuevas no habrían corrido como río ni nuestra fe se hubiera fortalecido en medio de la enfermedad y la muerte. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos. Juan 15:8.

Con el paso de los años, el espíritu del libro de los Hechos ha ido mermando en el pueblo de Dios voluntariamente se había enclaustrado y encerrado en la jaula de cuatro paredes de las congregaciones locales, y nos olvidamos de hacer lo que nos correspondía, quizá por esa razón el Dios santo ha permitido todo esto tan terrible que hemos vivido en este último tiempo de confinamiento en las casas; Dios nos enseña y nos muestra que Él tiene los medios con los cuales nos atrae, nos llama la atención, y a pesar del dolor nos fortalece y multiplica a su pueblo hasta el último rincón de la tierra. Jesucristo es el Tabernáculo vivo que nos esconde de la plaga, pero también nos disciplina y endereza para que como hizo con Jonás, cumplamos la misión que nos conduce al Padre, el único que nos alberga en su casa de amor, paz y libertad, a Dios nada lo sorprende, y antes que el hombre fragüe y planee sus perversas maniobras, Dios ya tiene la respuesta preparada y todo lo usa para su alabanza y nuestra edificación. Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den su mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la manada, y no haya vacas en los corrales. Con todo, yo me alegraré en YHWH, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Habacuc 3:17-18.

Nuestra tarea más importante es mostrar a Cristo, proclamar su palabra y ganar almas, más que construir y ampliar edificios donde corra la gente a oír comodamente lo que Dios dice; nuestro Dios ha preparado esta hora para aquietarnos de correr de aquí a allí, también para que tomemos concia de las almas que se están perdiendo diá a día, para que reflexionemos, cambiemos de actitud y reactivemos el espíritu evangelístico y misionero de Hechos usando los medios a la mano y la forma en que el Espíritu Santo nos mueva para ser parte del despertar y avivamiento espiritual tan anunciado y anhelado, gozándonos de la conversión de muchos para que se cumpla la justicia de Dios alcanzando personas, familias y naciones empezando por los nuestros, aunque tengamos limitantes y no entendamos nada. Y todo lo que este en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, a donde vamos, no hay actividad ni propósito, ni conocimiento, ni sabiduría. Eclesiastés 9:10.

Nuestro Padre espera que su nación santa de reyes y sacerdotes responda a su reprensión y corrección, para que Él haga su obra en miles de vidas que deben ser rescatadas de las garras del malo y del cruel que impera en la tiranía de las naciones; El Padre nos ha sacado de la comodidad, de la inercia y la pasividad de las cuatro paredes para quw aprendamos a amar de corazónl levando las Buenas Noticias, que deben opacar las malas noticias del mundo y los medios manipulados al servicio del gobierno Babilonico anticristo, mucha gente necesita conocer a Cristo y todos debemos aprender a caminar por la senda estrecha que lleva a la verdadera vida. Entonces el procónsul viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado en la doctrina del SEÑOR. Hechos 13:12.

La meta de la congregación de YHWH y esposa del Cordero, no es ostentar de tener multitudes reunidas en los templos, está bien reunirnos para adorar, alabar y dar testimonio, pero no está bien quedarnos en la comodidad y la apatía con la gente de afuera, lo cual ha impedido abrirnos a la gente; necesitamos aprender nuevas formas de ganar almas para Cristo como lo hacía el Maestro, Él iba por veradas, ciudades y caminos, dando su amor, llevando consuelo al que lloraba, ayudando al que sufría y sanando al enfermo, Él no esperaba que vinieran hasta Él, así nosotros en vez de quedarnos esperando que ellos lleguen donde estamos encerrados, vayamos, porque hemos impedido que el Espíritu Santo se mueva como Él quiere; nos hemos anquilosado y se han menguado los milagros y las maravillas, pero nuestra meta es dar a conocer a Cristo en los lugares donde nos movemos, trabajamos y estudiamos; testimonio y carácter, es el punto de arranque. Y recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda flaqueza en el pueblo. Mateo 9:35.

Jesús enseñaba en las sinagogas, pero también salía a buscar al necesitado, iba por los caminos a dar respuestas de amor al que tenía vacíos en su corazón, pues Independiente de si nos envían o no, nuestro llamado es misionero desde el mismo momento en que Cristo nos perdonó los pecados, y nos convertimos en sus embajadores; en casa damos testimonio, afuera predicamos de Cristo a desconocidos, vecinos y amigos con testimonio más que con palabras, la gente necesita ver personas santas y limpias en su actuar debido a la condición espiritual y moral de la humanidad; el pecado tiene a multitudes en una pendiente resbaladiza, con una conciencia depravada, y con una mentalidad incapaz de discernir el bien del mal; pero la gracia de Dios es para todos sin discriminar raza, etnia ni cultura, tenemos que ir a arrancar a los pecadores de la maldición del pecado y las puertas del infierno. Así que arrepiéntase y conviértanse, para que sean borrados nuestros pecados; para que vengan de la presencia del SEÑOR tiempos de refrigerio. Hechos 3:19.

Tenemos en frente una condición espiritual generalizada, pero hay provisión en el Espíritu Santo para que las vidas cambien y las mentes se renueven si intercedemos con dolor en el corazón y lágrimas en los ojos, tenemos una comisión dada por el SEÑOR Jesucristo en Hechos 1:8 para que lancemos la palabra bíblica y mostremos eficazmente a Cristo a quienes necesitan salvación, para que reciban o no rechacen; nos podemos quedar indiferentes, quietos ni impávidos, tenemos que levantarnos y sacudirnos, haciendo algo pronto para el reino de los cielos y el rescate de muchos, es ahora mismo, con todas nuestras fuerzas sin importar las pruebas, no nos detengamos, pidamos sabiduría. Hechos 13:1-13.  

Derribemos los muros espirituales de maldad adorando, clamando y llorando a los pies de Cristo por las almas, orar para que cambie el corazón de los gobernantes y que el evangelio les alumbre, en el poder del Espíritu Santo; en casa cantemos cántico nuevo y espontáneo al Padre, profeticemos las promesas, declaremos las advertencias y los juicios contra el mal para los que persisten en su iniquidad, pero intercedamos a favor de los que han de ser salvos y que nazca en los corazones el amor por Cristo y el deseo de leer la Biblia, mientras nosotros lo hacemos en voz alta contra todo impedimento y obstáculo de maldad. Y el Dios de la esperanza nos llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundemos en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13.

Seamos un sacrificio activo, vivo y santo en la vida y en el altar del sacrificio esparciendo grato aroma de vida para los que se salvan, porque la Gran Comisión sigue vigente y no tiene limitantes mientras estemos aquí, puesto que el Espíritu Santo es nuestro huésped, somos un solo cuerpo y una sola nación para el Padre; así que compartamos, no callemos y hablemos para que miles se conviertan al SEÑOR. Dios no hace acepción de persona, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Hechos 10:34b.

OREMOS: Padre nuestro que reinas en los cielos y vives en nuestro corazón, nos humillamos delante de Ti para pedirte perdón porque hemos sido inútiles en tu reino, por favor perdónanos, Amado Jesús, nuestro Gran Sumo sacerdote intercede por tu nación para que con el poder de tu Santo Espíritu podamos ser como los creyentes del Primer Siglo y de Berea como lo enseña el libro de Hechos, un pueblo que evangeliza, discipula, ora, enseña y ama a los perdidos allá afuera; que cada uno podamos ganar mil y cinco ganen a diez miel. Amado SEÑOR, úsanos, permítenos marcar la historia en este tiempo para que Tú transformes la sociedad de hoy. Pablo y Bernabé hablaron de tal manera que creyó gran multitud, tanto judíos como griegos...Hablando con sabiduría confiados en el SEÑOR...Fueron a Listra, y Derbe, ciudades de Licaonia y a toda la región circunvecina, y allí predicaban el evangelio. Hechos 14:1-7. Amén.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.                  



  Con estos versículos el SEÑOR me confirmó esta enseñanza.