LO QUÉ TIENES QUE HACER.
Porque
todas las promesa de Dios son en Él Sí, y en Él amén, por nosotros para la gloria
de Dios, 2 Corintios 1:20.
Pon tu vida en las manos
del Señor, confía en Él, y Él vendrá en tu ayuda, Salmos 37:5.
No se engañen ustedes;
nadie puede burlarse de Dios. Lo que cada uno siembra, eso mismo cosechará,
Gálatas 6:7.
¿Qué debemos hacer cada día ante tantas circunstancias nefastas? Muchos se
preguntan y se preocupan por la burla y el menosprecio insultante del mundo cuando
compartimos el mensaje de Dios, y eso es lo menos que nos debe inquietar.
Dios ama a todos los que Él ha creado, Jesucristo murió por toda la raza humana. Él Padre desea que todos
seamos salvos, y a los que decidimos acercarnos a Cristo para hacerlo nuestro
Señor, desde ese momento y aún antes de la fundación del mundo, el Padre nos ha
dado promesas; nos ha puesto sueños, tareas, responsabilidades y obras para que
las hagamos, colocando el querer como el hacer en nuestros corazones, pero
muchos no hemos llegado a concretar todos ese raudal de bendiciones porque quizá
hemos confiado más en la sabiduría humana que en la de Dios, nuestra fe en
muchos casos no se ha fundado en el poder de Dios, 1 Corintios 2:5.
Cada día despertamos pensando qué hacer o qué decir, pero nuestro
primer pensamiento debe ser nuestro Dios de amor; muchos no saben qué hacer porque
no han creído, porque han olvidado las promesas, no las recuerdan y por lo tanto
no las ven hechas realidad en su vida. Si nos detenemos a leer pausadamente,
veremos que cuando el Señor nos promete algo, cada promesa tiene un requisito,
un requerimiento, una tarea que debemos cumplir, pero solemos pasarlo por alto,
Si permanecen en Mí, y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que
quieran y les será hecho, Juan 15:7. Permanecer en Cristo y su palabra nos garantiza recibir lo que le pidamos.
Cuando hacemos la tarea y llevamos a cabo el contexto de la
promesa, alimentamos y fortalecemos nuestra fe y en el momento perfecto la
promesa se hará carne y realidad ante nuestros ojos; somos el terreno
fértil donde la palabra de Dios cobra vida; tristemente hay “creyentes” que son
tierra árida, son árboles sin fruto, se parecen a la higuera llena de hojas por
eso andan frustrados y amargados quejándose de todo, Les aseguro esto: el que en Mí cree, las
obras que YO hago, él las hará también, y aún mayores hará, porque YO voy al
Padre, Juan 15:12.
1. Lo primero que debemos hacer es Amar.
Mateo 22:34-40. Amar a nuestro Hacedor
por encima de todo, y al prójimo como a nosotros mismos, de este fundamento
depende toda la ley y los profetas. Para que las promesas del Señor se hagan
una palpable realidad debemos poner en vigor el amor verdadero para Dios y para el vecino, el amor no fingido, el amor
fraterno, el amor que Dios pone en nuestros corazones, porque es a través del amor
que se cubrirán cantidad de pecados, 1 Pedro
4:8. Eso fue lo que Jesús hizo con su sacrificio amoroso, cubrió nuestros pecados, y si nosotros también amamos, los pecados nuestros y de otros serán cubiertos por el amor que perdona, ama y acepta, pasando por alto la ofensa.
El amor en estos tiempos es una latente necesidad para cada ser
humano, el creciente aumento de la maldad ha enfriado las relaciones humanas y
endurecido el corazón que necesita lubricarse con el ferviente amor, El fin de todas las cosas se acerca; sean
pues sobrios, velen en oración, y ante todo, tengan entre ustedes ferviente
amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospédense sin murmuraciones,
cada uno según el don que ha recibido, minístrelo, como buenos administradores
de la multiforme gracia de Dios, 1 Pedro
4:7-10. Esto
es amor en acción mis amados.
2. Meditar la promesa para ir a
cumplir la misión, Mateo
28:16-20.
Si compartimos el evangelio de Jesucristo haciendo discípulos, Él nos promete estar
con nosotros, todos los días hasta el fin del mundo. Si no cumplo esta tarea no
puedo esperar ser liberado en un momento malo, si soy desobediente, soy
culpable de negligencia quedando expuesta al mal.
Aunque encontramos personas que se burlen, nos amenacen, nos
insulten, nos prohíban y menosprecien lo que decimos acerca de Dios, debemos
recordar que Jesús dijo a sus discípulos: Acuérdense
de esto que les dije: Ningún servidor es mayor que su Señor. Si a Mí me han
perseguido, también a ustedes los perseguirán; y si han hecho caso de Mí
palabra también otros harán caso de la de ustedes, Juan 5:20.
No debemos temer ni quedarnos mirando,
debemos
actuar porque conocemos bien al Señor de la palabra viva, el Espíritu Santo nos
ayudará y Dios nos enviará su protección; si no, tendremos que pagar el precio,
pero tendremos buena paga, Dios libró del horno de fuego y honró a sus fieles,
poniéndolos en mayor estima, haciendo que el rey proclamará al Dios de ellos
como el Dios del imperio, Daniel 3:17-18.
3. Perdonar todo a todos las veces que sea
necesario.
Mateo 18:15-22. Otra cosa que debemos hacer
es perdonar de corazón, si es posible mirar a los ojos a la persona y expresarle
afecto y comprensión, de manera sincera darle un abrazo para confirmar el
perdón. Si nos han agredido por causa del evangelio, debemos exhortar y
corregir con amor y amabilidad, dependiendo el caso, podemos decirles lo que la
palabra expresa: ¿De quién se están burlando? ¿Contra quién abren su boca y hacen
gestos de desprecio? ¿A quién creen que le enseñan su lengua? ¿No se dan cuenta
que lo que hacen es porque son gente pecadora y mentirosa? Isaías 54:7. Ellos deben saber que de Dios nadie se burla, pues cada uno recoge de lo que siembra, Gálatas 6:7.
Debemos reprender la maldad y corregir el error de la gente con
firmeza y certeza de fe, la gente debe ver en nosotros la determinación de nuestro amor a Dios y que lo obedecemos. En ningún momento podemos demostrar inseguridad
ni duda, sino valentía y arrojo con justicia conforme a la palabra, Con el misericordioso te
mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre recto; limpio te mostrarás
para con el limpio, y severo serás para con el perverso, porque tu salvarás al
pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos, Salmos 18:25-27.
4. Conocer la palabra, meditar sus instrucciones
y ponerla en práctica. Salmos 1:1-3. No podemos silenciarnos, ni quedarnos impávidos ante los oprobios,
necedades, truhanerías y atropellos, si conocemos bien al Señor y su palabra, trabajaremos juiciosamente y seremos como árboles plantados junto a las
corrientes de agua viva de Dios, daremos fruto a su debido tiempo y nuestras
fuerzas no decaerán, esa es la promesa.
Jesús habló, enseñó y exhortó en todo tiempo enfrentando a sus
agresores, haciendo caso omiso de sus ofensas, Él obedeció y cumplió su misión, El hombre
bueno dice cosas buenas porque el bien está dentro de él, pero el hombre malo
dice cosas malas porque el mal está dentro de él. Y YO les digo que en el día
del juicio todos tendrán que dar cuenta a Dios de cualquier palabra inútil que
hayan pronunciado, Mateo 12:35-36. Debemos cuidar lo que decimos y cómo lo decimos.
5. Intimidad con tu Creador. Búsquenme y vivirán, Amós 5:4. ¿Qué haces con tu tiempo? La comunión con Dios es vida,
Jesús debe ser el centro de nuestra existencia, la razón de nuestros hechos, el
motivo de nuestra adoración, la razón de nuestro agradecimiento y el objeto de
nuestra alabanza a pesar de todo. La intimidad con el Amado Creador nos ayuda a
ser personas de fe obediente y santos para Él.
Dios tiene escrito en su palabra que hay dos clases de personas,
las que temen a Dios y las que se burlan, las que lo aman y lo odian, los
buenos y los malos, los que son hijos de Dios y los que son hijos del diablo, cada
uno escoge a quien le pertenece y a quien le sirve. Tener amistad con Cristo
nos capacita para ser valientes, saber hablar, compartir su evangelio y dar
testimonio.
Enoc tuvo testimonio de haber caminado en amistad con Dios, tuvo
vida, no vio la muerte y fue traspuesto porque se mantuvo en comuniión con su Creador. Enoc desde la antigüedad habló
proféticamente a cerca de esta clase de gente: Vi al Señor, que venía con miles
y miles de sus ángeles a juzgar a todos los hombres sobre la tierra, a condenar
todo el mal que cometieron en su malvado corazón, y por todas las palabras
insolentes que como pecadores dijeron contra el Señor todopoderoso, Judas 1:
14:15.
6. Orar en todo tiempo con la armadura puesta.
Efesios 6:10-18. Antes de ir a hacer cualquier cosa, en
especial salir a la calle debemos orar, cubrirnos con la sangre de Cristo y ponernos
bajo la protección de sus manos para que nuestra fe en Dios sea vista al ser protegidos del.mal, esa fe exalta al Señor, guarda nuestras vidas y toca los corazones de quienes oyen nuestro testimonio.
No será nada en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios, no
podemos olvidar que nuestro diario vivir es una guerra continua, somos la luz
contra las tinieblas de este mundo por lo tanto debemos permanecer orando. Ustedes no se preocupen por lo
que han de decir o cómo habrán de decirlo, porque cuando les llegue el momento
de hablar, Dios les dará las palabras, Mateo 10:19; No depende del ejército, ni
de la fuerza humana, sino de Mí Espíritu, dice el Señor todopoderoso, Zacarías
4:6.
¡Qué maravillosas promesas! No somos nosotros es Dios a través de nosotros, así
todo irá bien.
7.Atentos al engaño de la sociedad y
la manipulación del mundo. Judas 3-5. La salvación se defiende
contendiendo por la fe; por mucho tiempo vivimos engañados y esclavizados con
lo que aprendimos antes de conocer al Eterno Dios, solíamos ser esclavos no
solo del pecado sino de muchas cosas aprendidas en el mundo, creimos mentiras queriendo tener mucho, ser grandes y
reconocidos, todo lo cual es totalmente opuesto a la palabra. Lee la epístola
de Judas y entenderás mejor.
Muchos que se han enriquecido, han gastado su vida y son ricos, pero hoy
son personas vacías, no encuentran rumbo y por lo tanto no tienen deseos de
vivir. Enséñales los
estatutos y las leyes, y hazles saber el camino en que deben andar y la obra
que han de realizar, Éxodo 18:20. Lo que tenemos que hacer es depender
de Dios y llenarnos de Él para ser liberados de toda maldad y enseñarles a otros la verdad de Dios.
Solo Dios pone dirección, orden y claridad a nuestra vida
cotidiana, no se trata de llenar la cuenta bancaria ni de llenar la casa con cosas, se
trata de llenar el vacío de nuestra alma que tiene la forma de Dios, con la
persona de Cristo y nuestro corazón se llenará con su amor; las instrucciones
de su evangelio nos permitirán tener una vida útil, de servicio y en orden, Porque
a Dios no le gusta el desorden ni el alboroto, sino la paz y el orden, y así
debe ser la costumbre en las congregaciones, 1 Corintios 14:33.
Solemos complicarnos la vida, y coger atajos evadiendo las
enseñanzas del Eterno, por eso muchos salen del camino angosto y toman la senda
ancha que lleva a la falta de bendiciones, al dolor y la perdición. Debemos ser sencillos y crédulos como los
niños, ser como niños nos alegra la vida, nos impide ver lo nefasto, nos saca
de la rutina y nos hace ser más espontáneos y obedientes, ser como niños nos
permite ser felices con los detalles y lo poco o mucho que tengamos, un niño es
feliz al lado de sus padres, seamos felices en la compañía de nuestro Padre
celestial, porque es su presencia las que nos indica ¿Qué hacer? ¿A dónde ir? Y ¿Cómo vivir?
Lo que tenemos que hacer es morir a nosotros mismos, como escribió Pablo, debemos sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en nosotros, Gálatas 4:19.
¿Qué hacer? Sal a predicar a tiempo y a destiempo, les guste o no le guste a la gente, NO SUAVICES EL EVANGELIO, SI LA VERDAD OFENDE, DEJA QUE OFENDA, LA GENTE HA ESTADO TODA SU VIDA OFENDIENDO A DIOS, John Mcarthur, porque, si la mano de Dios se mueve a nuestro favor, no hay poder humano ni obstáculo alguno que pueda detener las bendiciones, Romanos 8:31.
Lo que tenemos que hacer es morir a nosotros mismos, como escribió Pablo, debemos sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en nosotros, Gálatas 4:19.
¿Qué hacer? Sal a predicar a tiempo y a destiempo, les guste o no le guste a la gente, NO SUAVICES EL EVANGELIO, SI LA VERDAD OFENDE, DEJA QUE OFENDA, LA GENTE HA ESTADO TODA SU VIDA OFENDIENDO A DIOS, John Mcarthur, porque, si la mano de Dios se mueve a nuestro favor, no hay poder humano ni obstáculo alguno que pueda detener las bendiciones, Romanos 8:31.
Oremos por todo y por todos, hablemos de Dios, pensemos en Él todo el tiempo, estemos atentos a sus oportunidades y a las puertas que Él abrirá; saquemos el dolor, liberémonos de la amargura y la codicia que son raíz de todo mal, fortalezcamos la fe y pidamos perdón a Dios por nuestra negligencia, eso hagamos. Recordemos Proverbios 11:30, el fruto del justo es árbol de vida y el que gana almas es sabio, y Santiago 5:20, El que hace volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados. Hacer esto será de gran gozo y bendición. ¡Hagamos lo que tenemos que hacer!
De seguro que son muchas más las tareas, acciones y actitudes que debemos
hacer y que se nos plantea como un reto diario en la vida; por favor compartamos
nuestro testimonio y muchos serán edificados, ésta es una manera de saber ¿qué
hacer?
Gracias por estar aquí y acompañarnos querido lector. Dios te siga
llenando de su dulce y poderosa presencia, que Jesús te abrace y se ría contigo
complacido porque sabes qué hacer. Amén.
Mg.
MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino
NO CALLEMOS SU GRANDEZA Y
LA PROFUNDIDAD DE SU AMOR
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