SENCILLOS Y HUMILDES DE CORAZÓN PARA SERVIR
Sean todos de
un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y humildes de
espíritu, 1 Pedro 3:8.
No me
eligieron ustedes a Mí, sino que YO los elegí, y los he puesto para que vayan y
lleven fruto, y su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi
nombre, Él se los dé, Juan 15:16.
El Rey les
responderá en aquel día: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis
hermanos, aún por el más pequeño, lo hicieron a Mí. Luego se dirigirá a los de
la izquierda y dirá: ¡Apártense de Mí y fuera de mi vista, ustedes malditos
hacedores de maldad, vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus
demonios! Pues tuve hambre, y no me alimentaron, tuve sed, y no me dieron de
beber, fui extranjero, y no me dieron un techo; necesité ropa, y no me
vistieron; estuve enfermo y en la cárcel y no me atendieron ni vinieron a verme.
Y éstos dirán: ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o forastero o
necesitado, enfermo o en la cárcel y no te ayudamos? El SEÑOR les responderá:
Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos,
tampoco lo hicieron por Mí. Aquellos irán al castigo eterno y los justos a la
vida eterna, Mateo 25:40-46.
Es un privilegio tener las enseñanzas del Maestro y su divina palabra que nos enseña a ser esa clase de seres humanos que Él soñó y planeó para su gloria y bendición de todos; el hecho de servir al Eterno y a la gente es claro en las Escrituras, el punto está en amar al SEÑOR y tener una sincera relación con su Espíritu Santo, así nacerá en nuestro corazón el deseo de servir a la gente, y al mismo tiempo glorificar a Dios.
Es un privilegio tener las enseñanzas del Maestro y su divina palabra que nos enseña a ser esa clase de seres humanos que Él soñó y planeó para su gloria y bendición de todos; el hecho de servir al Eterno y a la gente es claro en las Escrituras, el punto está en amar al SEÑOR y tener una sincera relación con su Espíritu Santo, así nacerá en nuestro corazón el deseo de servir a la gente, y al mismo tiempo glorificar a Dios.
la
intención del corazón del Padre es que seamos como su Unigénito, que durante su
ministerio en esta tierra se centró en glorificar al Padre sirviendo a la gente.
Siendo Dios y teniendo la misma naturaleza del Padre, se hizo Hombre, mostrando
la grandeza de su humildad, no se aferró a esa igualdad, contrario a los que
hacen los humanos que considerar el servicio de menor calidad y se aferran a
sus cosas materiales queriendo ser servidos, Jesucristo decidió participar en
su humanidad del servicio que engrandece al que sirve y bendice al que recibe. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir y dar su vida en rescate por muchos, Mateo 20:28.
Es
maravilloso poder ver el corazón del Padre en las enseñanzas del verdadero
Evangelio que multiplica cuando abunda el servicio; debeos ocupemos de las
personas como un padre que ama, sirve y cuida de sus hijos, ocuparnos en hacer
el bien con espíritu servicial y amable como un vivo reflejo de discípulos de Cristo
e hijos del Padre por su Santo Espíritu que fluye su amor en nosotros como un
río de vida y bondad al igual que fluyó en nuestro SEÑOR Jesús. El Salvador
aseguró con sus labios: De cierto, de cierto les digo: no puede el Hijo
hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el
Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente Juan 5:19, y nosotros
tenemos su ejemplo.
Jesucristo
no solo sirvió en su ministerio terrenal, Él sigue sirviendo y dando amor, curando
vidas, sanando cuerpos y salvando las almas perdidas mostrando la grandeza del
Padre que ama, la grandeza del Hijo que sirve y la dulzura del Espíritu que
aconseja, guía y dirige. Nuestro sentido del servicio en este tiempo debe ser
notorio porque se base en principio eternos de amor y entrega incondicional para
honrar a Dios y edificar al pueblo; el servicio sincero y tierno nos hace
grandes a los ojos de YHWH, y nuestra tarea diaria como embajadores del Reino
es pensar todo lo verdadero, lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, lo que
es digno de nombrar y nos hace virtuosos adoradores de Aquel que sustenta el
universo con amor, misericordia y paciencia, Filipenses 4:8.
Somos
siervos, llamados a servir en todo lo que somos y hacemos, esto no quiere decir que nos convirtamos en activistas para agradar a Dios, significa poder hacer algo por alguien cuando se presenta la ocasión; el servicio más que el mucho hacer es mostrar amabilidad, dulzura y alegría para contagiar, una
extraordinaria forma de compartir las Buenas Nuevas, todas nuestras vivencias y
pensamientos deben estar plenos del fruto del Espíritu con humildad, colocándonos
en los zapatos del otro, viviendo la palabra, una forma de estar siempre preparados para presentar defensa ante todo el que nos demande razón de la esperanza que hay en nosotros, con mansedumbre al prójimo y reverencia al Eterno, porque, Hay quienes reparten, y les es añadido; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero llegan a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que sacie a otro, él también será saciado. Proverbios 11:24-25.
Servir es una clara muestra de humildad, y obediencia a las instrucciones y ordenanzas del Eterno
pues el servicio al prójimo es adoración a Dios; esa es la pobreza a la cual se
refería Jesús cuando dijo, Dichosos los pobres de espíritu, porque de
ellos será el reino de los cielos, Mateo 5:3. La pobreza de espíritu además
de ser un sincero reconocimiento en nuestra necesidad de Dios, también es sencillez
de espíritu para servir a todos, aún a los enemigos sin esperar reconocimiento
humano. Pero a ustedes los que
me oyen, le digo: amen a sus enemigos, y hagan el bien a quienes los aborrecen,
Lucas 6:27-36.
El
servicio tiene mucho valor para Dios, nuestro salvador enaltece esta labor al
llamarse Él mismo Siervo y comportarse como tal, así demostró la grandeza de su
humillación haciéndose pequeño como un ser humano. Servir nos impide el ocio y
nos elimina pensamientos de maldad, el servicio nos ayuda a NO darle rienda
suelta a los apetitos de la carne; servir nos acerca al corazón de Dios cuando dócilmente
ayudamos a quien lo amerita, pues esto nos hace diferentes al mundo, pero
semejantes a Dios. Estar ocupados en el bien a la humanidad nos abstrae del
mundo, todo lo torcido y lo sucio. Cuando servimos con pasión nos alegramos todos
y sacamos sonrisas en los rostros tristes. Si alguno quiere ser el
primero y el más grande que sea el servidor de todos, Marcos 9:35.
Servir
es ser útiles, dar auxilio, hacer un favor, ser bendición, ser asistentes,
ejercer una función, aprovechar el tiempo, producir beneficios, cuidar, desplegar
gracia y obsequiar nuestro tiempo a próximos o lejanos con el gran ejemplo que
Jesús nos dio en la mesa y la cruz. Porque ¿cuál es el
mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la
mesa? Pero YO estoy entre ustedes como el que sirve, Lucas 22:24 y 27
Si
estamos ocupados sirviendo, agradamos con fe obediente a Dios, mitigando el
dolor del que sufre, bajándonos de los pedestales humanos de soberbia y
arrogancia para convertirnos en servidores, porque el servicio es el mayor
gesto de humildad y alabanza al SEÑOR, siervos que ofrendan sus vidas sin
esperar nada a cambio humanamente hablando, pero sabiendo que nuestro Hacedor
nos dará todo lo mejor y hará lo mejor
por cuidarnos y guardarnos, todo esto nos hace encontrar sentido y propósito a
la vida, lo cual nos proporciona gozo y seguridad que nadie nos puede robar, Por lo tanto, mis queridos hermanos, mantengámonos firmes e
inconmovibles, progresando siempre en la obra del SEÑOR, conscientes de que nuestro
trabajo en el SEÑOR no es en vano, 1 Corintios 15:58.
Así
que teniendo la palabra y el ejemplo del SEÑOR, sirvamos con sencillez de
corazón, con alegría en el alma y humildad en el espíritu, porque servir es la
más grande predicación de amor y entrega del Evangelio, es la mayor labor para salvar
almas, ganar discípulos y multiplicar el Reino de Dios. En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si
tienen amor los unos a los otros, Juan 13:35.
Porque el
Espíritu de YHWH está sobre mí, Él me ungió (me reservó) y me envío a predicar buenas nuevas a los pobres y abatidos,
a aliviar a los afligidos de corazón, a anunciar liberación a los cautivos del
mal, libertad a los privados de la libertad; a anunciar que viene el año
favorable para ver obrar al Eterno Dios Omnipotente. Viene el día cuando Él nos
consolará de la aflicción y alegrará a los enlutados; Él ha ordenado que venga
gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en vez de tristeza, cantos de alabanza
en vez de desesperación. Nuestro Abba Padre ha hecho de los suyos árboles de
justicia y plantío suyo para su gloria. En Él reedificaremos las ruinas
antiguas, levantaremos asolamientos y restauraremos ciudades que estaban en
ruinas, se acabarán los escombros de muchas generaciones, porque somos linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su Luz
admirable. Isaías 61:1-4 y 1 Pedro 2:9. Y finalmente, todo lo que hagamos, debemos hacerlo como si lo hicieramos para el SEÑOR y no para los hombres, Colosenses 3:23.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y
verdadero y servidora de su reino eterno.
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