Pacientemente esperé a YHWH, y se inclinó a mi, y oyó mi clamor. Me sacó del pozo de la desesperación, del lodo cenagozo; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios...Salmos 40:1-3. Todos en algún
momento de la vida hemos estado deprimidos o lo estaremos si no tomamos los
correctivos; la falta de Dios, la pobreza en la oración, no conocer la palabra de Dios, cargas que llevamos y tantas ocupaciones de la vida son la principal causa del desánimo
y el abatimiento, Mateo 23:4.
Depresión es un
sentimiento de impotencia y desesperanza que conlleva a una profunda tristeza,
una persona deprimida tiene problemas reales o imaginarios y no parece ser
capaz de solucionarlos ni controlarlos, nadie es inmune a la depresión, en
algún momento seremos atacados, He aqui yo estoy oprimido debajo de ustedes como está oprimida una carreta llena de gavillas, Amos 2:13.
Un ejemplo de depresión lo tenemos en la oración de Moisés, Y si así lo haces tú conmigo, yo te
ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi
mal, Números 11:15. Moisés el profeta de Dios y el hombre más manso sobre la tierra se sentía tan infeliz, miserable, desmoralizado y deprimido que le dijo a Dios, que si realmente lo amaba, le quitara la vida, es una inconcebible oración para ser pronunciada por el padre de la fe.
También tenemos la
oración del profeta Elías que deja ver su angustia y desesperanza: Y él se fue por el desierto un día de
camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta
ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 1 Reyes
19:4.
El profeta valiente que acababa de aniquilar a 450 profetas de Baal estaba harto y hastiado de tanta dificultad en su vida, que quería dejar
todo atrás y pedía a Dios que lo matara.
En tercer lugar tenemos la
oración de Jonás que suplica su muerte porque no vió a Ninive destruida por su pecado, Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me
quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida, Jonás 4:3. Es una oración
inaudita, donde el profeta Jonás pide a Dios que le quite la vida y lo saque de
este desquiciado mundo y le decía a Dios que ya no soportaba ver que los pecadores fueran perdonados.
Estos hombres junto con Job eran buenos, siervos que amaban a Dios y obedecían sus misiones, exitosos y eminentes
profetas, y si la depresión pudo vencerlos a ellos, ésta también podría
vencernos a nosotros. ¿Cuáles fueron los principales problemas que los llevaron
a la depresión?
La razón del
decaimiento de estos valientes hombres de Dios, fueron los problemas que ellos tenían frente a su misión, su prueba, su llamado y la maldad del mundo de su época, de igual manera nos puede pasar a nosotros.
1. El agotamiento físico. Había una razón fisiológica por la
cual ellos oraron estas clases de oraciones, los tres estaban cansados y muy agotados
físicamente, Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has
hecho mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has
puesto la carga de todo este pueblo sobre sobre mí? Números 11:11. Los israelitas eran
una extenuante carga de dirección para Moisés, era una congregación grande, casi dos
mil personas quejándose casi todo el tiempo; en su depresión Moisés
le dice a Dios: ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo
engendré yo, para que me digas: llévalo en tu seno, como lleva la que cría al
que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde conseguiré yo
carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne
que comamos. No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en
demasía, Números 11:12-14. Estos versículos muestran claramente que este varón de
Dios estaba completamente agotado, los errantes israelitas había puesto una
pesada carga sobre sus hombros. Moisés simplemente sentía que no podría suplir
más a sus necesidades.
Por su parte Elías,
estaba hambriento, llevaba mucho tiempo sin comer y huyendo, emocionalmente estaba
exhausto y acaba de terminar una carrera a campo traviesa de casi 50 kilómetros,
había perdido sus fuerzas, estaba, rendido y debilitados al
borde de la extenuación cuando dijo: Basta ya YHWH quítame la vida, Jonás 4:3.
Jonás también había
llegado al límite, tuvo por prisión a un gran pez, tan pronto terminó de hacer
su predicación de avivamiento a la gran ciudad de Nínive, con un poco más de un
millón de habitantes; teniendo en cuenta que en esos tiempos no habían hoteles
para hospedarse, tampoco ninguna clase de transporte, mucho menos existían micrófonos
para decir su mensaje, y para colmo de males, el calor era insoportable y tan
intenso que el profeta se desmayó, fue en ese momento cuando le pidió a Dios
que le quitara la vida, Jonás 4:3-5.
Estos tres hombres
estaban tremendamente agotados, y cuando llegamos al límite del agotamiento,
somos candidatos para caer en la depresión, Vince Lombardi, uno de los mejores entrenadores de fútbol
americano dijo: la fatiga hace cobardes de todos nosotros.
2. La perturbación Psicológica. Estos tres profetas además del
problema físico estaban perturbados y deshechos psicológica y emocionalmente.
Moisés se preocupaba por el bienestar de los demás, todos venían a pedirle
cosas que él no podía proveerles, por eso se sentía sobrecargado, la gente
literalmente le lloraba, le gritaba y le apuntaba con el dedo culpándolo de
todo, a Moisés se le agotaba la paciencia, tenía sobrecarga emocional y un
ataque de depresión, él dio todo de sí mismo, una y otra vez, y cada vez que daba,
algo de fuerza salía de él. El Señor Jesús supo de esto cuando una mujer tocó
el borde de su manto y, poder y fuerza salieron del Jesús, Marcos
5:30.
¿Qué clase de
problema psicológico tenía Elías? Autocompasión, estaba bebiendo de la copa amarga
de la auto-conmiseración y la victimización, dijo: Basta ya JHV, quítame la
vida, pues no soy yo mejor que mis padres, 1 Reyes 19:4.
Elías quitó su mirada
del Señor y solicitó algo para sí mismo, por un tiempo se había imaginado que
él era mejor que otras personas, supuso que era inmune a las dificultades y a
las persecuciones, pero le llegó la hora de enfrentar el verdadero problema, la persecución de la maldad. La perversa reina Jezabel acababa de amenazarlo con sentencia de
muerte, en el fondo Elías no deseaba morir porque corrió un día de camino para
huir de las manos de Jezabel, lo que realmente el profeta estaba sintiendo era una profunda depresión debida a su lástima
de sí mismo, Lucas 21:34.
En realidad estos
profetas no deseaban morir. El problema de Jonás era ser terco y caprichoso deseando ver castigados a los pecadores, no
le agradaba la forma en que Dios obraba, Pero Jonás se apesadumbro
en extremo y se enojó, Jonás 4:1. A pesar que había llevado un despertar
espiritual a Nínive, se apesadumbró y se enojó por el perdón de Dios.
Jonás había
profetizado juicio de Dios contra Ninive pero a cambio vió la salvación de la ciudad, Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh
Jehová, ¿No es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me
apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que Tú eres Dios clemente y piadoso,
tardo en enojarte y de grande misericordia, y que arrepientes del mal, Jonás
4:2.
Jonás huyó del
llamado a predicar porque terminaría quedando como un tonto, y ¿por qué
prevenir del juicio, si Dios perdona tan rápidamente como nos arrepentimos?
Jonás quería que su palabra de juicio prevaleciera, y no la bondad de Dios, la
gente de Nínive escuchó el mensaje, se arrepintieron y Dios tuvo compasión de
ellos, Jonás 3:5-10.
La reputación de Jonás
como profeta quedó arruinada, él entró al pueblo predicando sentencia y juicio,
pero la gente escuchó. Dios los perdonó y las advertencias de destrucción de
Jonás nunca se hicieron realidad, pero el problema mayor de Jonás era con la
misericordia de Dios, Jonás era un super patriota y amaba a Israel, sabía que
Nínive era una amenaza y enemigo de su pueblo, los ninivitas eran un pueblo de
bandidos y asesinos, eran malvados y viles, por eso Jonás deseaba que Dios los
aniquilara, a la vez que conocía el lado misericordioso de Dios, a Jonás le hubiera gustado ser el profeta responsable de la destrucción de Nínive, pero terminó
sólo siendo la herramienta que Dios utilizó para salvar la ciudad, pero el barro no puede contender con su alfarero, Isaías 45:9.
La depresión llega
muchas veces cuando algo que amamos y valoramos se ve amenazado o
es arrebatado de nuestras manos, puede ser una posesión, o un ser querido, o
puede ser alguna esperanza a la que nos aferramos y no llega. Jonás como profeta, había
guardado la esperanza de que Nínive fuera destruida, pero esa esperanza le fue
arrebatada, Salmos 109:22-25.
La depresión se da
cuando tenemos altas expectativas y las cosas no se dan, llegando la
frustración, impotencia y desánimo. Como seres humanos nos llega la depresión cuando Dios nos pide que
amemos a los enemigos, casi todo el tiempo deseamos que los enemigos reciban su
castigo o mueran para sentirnos satisfechos, pero Dios no obra así, Dios tampoco
le permitió a Jonás huir, esto causó un verdadero enojo en el corazón del
profeta, Jonás 4:3-4.
Existe mucha gente
amargada, enojada, impotente y con un gran rencor y deseo de venganza que los deprime y los acaba lentamente, porque algo en lo cual
colocaron su esperanza, fue la venganza y el castigo, pero les fue quitado su deseo.
Otros están deprimidos porque Dios les ha pedido que perdonen y amen a los que
más daño les han hecho y los odian, pero es que Dios nos pide lo que a nuestros ojos es inaceptable, pero que Él sabe será nuestra medicina: el amor y el perdón, Mateo 6:14-15.
3. Debilidad espiritual. Moisés, Elías y Jonás, estaban
espiritualmente agotados, porque el diablo es un maestro de estrategias, ataca
porque sabe cuándo avanzar y agredir con el decaimiento, el dolor y la apatía, sabe
cuándo distraer para hacernos quitar nuestra mirada del SEÑOR, los grandes siervos y
obreros de Dios pueden agotarse espiritualmente, los hombres y mujeres fuertes
que aman intensamente al SEÑOR, podríamos estar espiritualmente débiles y
corriendo el riesgo de caer en la depresión, los siervos de Dios, ya sea que se
encuentren en las bancas o en el púlpito de la iglesia, pueden sufrir de
depresión si infringen las leyes de Dios no dependiendo de Él ni refugiándose en Él asi tengamos que llorar larga y amargamente, pero eso es lo mejor, porque Dios nos ve y nos oye, 2 Reyes 20:5.
Podemos fácilmente
meternos en problemas espirituales, cuando tenemos problemas físicos y
psicológicos y no acudimos a Dios, el diablo ataca cuando estamos física y espiritualmente agotados,
atormentados y perturbados, podríamos ser presa fácil para satanás, él sabe que
esas condiciones trabajan a su favor y en nuestra contra, 1 Pedro 5:8.
Estos profetas de
Dios, acababan de experimentar grandes victorias espirituales, Moisés vivió el
Éxodo y la victoria del Mar Rojo, debería estar emocionalmente en la cima, pero
estaba en lo profundo del valle deseando morir.
¿Cuándo oró Elías y
le pidió a Dios que le quitara la vida? Justamente después del tremendo
avivamiento en el Monte Carmelo cuando Elías se enfrentó con los 450 profetas
de Baal. Fuego cayó del cielo y el pueblo se postró diciendo Jehová es
el Dios, Jehová es el Dios, 1 Reyes 18:39. Pero luego lleno de miedo, huye de
una mujer, después de experimentar una gran victoria, pasa a experimentar una
gran depresión.
Jonás por su parte
inicia un tremendo avivamiento pero luego se enoja con Dios, predicó a un
millón de malvadas personas, pero éstas se convirtieron con la predicación y
ante el juicio de Dios, luego pasa Jonás al valle de la depresión. Jonás no
debía responder de esa manera, Jesús pasó exactamente por lo mismo cuando el diablo
lo tentó, después de 40 días de ayuno en el desierto, Jesucristo estaba
físicamente agotado, aunque había experimentado una gran victoria espiritual,
acaba de ser bautizado y el Espíritu del Padre había descendido sobre Él en
forma de paloma, pero aparece satanás para tentarlo. Pero Jesús no cedió a la
tentación. Así como satanás no venció a Jesús, TAMPOCO TIENE QUE DERROTARNOS A
NOSOTROS.
Entramos en la
depresión, porque espiritualmente dejamos de mirar a Dios, y ponemos la mirada
en la gente, en las circunstancias y en nosotros mismos. Toda persona que deja
de mirar a Dios, se va a deprimir inevitablemente.
LA PROVISIÓN DE DIOS PARA LA DEPRESIÓN
Tenemos la provisión
de Dios cuando enfrentamos la depresión en la presencia y poder de Dios, allí encontramos su amorosa
provisión; así como le damos gracias a Dios por las oraciones contestadas,
también debemos darle gracias por las oraciones no contestadas o respondidas a la manera de Dios y no como queriamos, ssi lo hizo Job, en Job 2:10 y lo dice 1 Tesalonicenses 5:18.
¿A caso no estaríamos
en verdaderos problemas si Dios siempre nos diera lo que le pedimos? ¿Si Dios
siempre contestara nuestras oraciones? Pero debemos agradecer a Dios porque Él
no siempre nos da lo que queremos, sino lo que Él sabe que es bueno para
nosotros. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu Santo mismo, intercede por nosotros con gemidos indecibles, Romanos
8:26.
Dios nos da lo que realmente necesitamos.
En cuanto a la
provisión física y material, Dios conoce nuestra condición, sabe cuánto podemos soportar,
sabe cuándo pasamos por un mal momento, y sabe cuándo estamos atascados en la
depresión, por lo tanto Dios siempre hace provisión para nosotros permaneciendo a nuestro lado, Éxodo 33:14, Deuteronomio 31:8, Josué 1:5, Oseas 11:8, Lamentaciones 3:31, Isaías 62:4, Salmos 94:14, etc, etc.
A Moisés Dios le dio 70
ancianos para que le ayudaran a gobernar el pueblo, Números 11:16-17. La mayoría de las
veces que nos agotamos, es porque hacemos cosas que Dios NO nos ha mandado
hacer. Dios nos da suficiente tiempo cada día para hacer decorosamente, lo que
Él quiere que hagamos. Los cristianos muchas veces sufrimos de activismo, con
el pretexto de que estamos ayudando a los demás, cuando en realidad nos hacemos
daño a sí mismos. Debemos revisar nuestra lista de actividades, porque allí
existen algunas cosas que necesitamos eliminar, otras que necesitamos delegar,
y el resto son las actividades a las que debemos dedicarnos por encargo divino, Jeremías 1:8-10.
Para Elías la
provisión de Dios fue física, un ángel del Señor despertó a Elías y lo llamó
a levantarse para comer y beber, volvió a dormirse y por segunda vez el Ángel
de Jehová lo tocó diciéndole que se levantara y comiera, porque largo camino le esperaba, luego caminó 40 días y 40 noches, hasta Horeb el Monte de Dios, Elías
disfrutó de unas vacaciones que el Señor le dio para descansar y le proveyó
alimento y bebida, 1 Reyes 19: 5-8. Quizá alguno de
nosotros necesite de unas vacaciones, si no puede, recuerde lo que dijo David: Jehová
me ha sido por refugio, Salmos 94:22; si no podemos tomar
unas vacaciones, necesitamos un lugar privado donde podamos conversar
largamente a solas con Dios.
La provisión para
Jonás, Jehová le dijo: Haces tú bien en enojarte tanto? Y salió
Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente, y se hizo allí una enramada, y
se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad. Y
preparó YHWH Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que le hiciese
sombra sobre su cabeza, y lo librase de su malestar; y Jonás se alegró
grandemente por la calabacera. Jonás 4:4-6. Esto es un gesto amoroso de Dios, Él
hizo que Jonás pudiera descansar y refrescarse en la sombra. Dios sabía que el
profeta tenía una necesidad física que le provocaba un malestar. Quizá algún
deprimido necesite ver al doctor para que lo examine, quizá hasta necesite un
cambio en la dieta y un poco de ejercicio.
Dios nos da la
provisión psicológica, Él hizo algo por cada uno de estos siervos profetas: A
Moisés le mostró que no podría hacerlo todo él solo, nadie puede ser
indispensable e importante en todo, a Elías Dios le mostró su poder, el profeta
estaba asustado por una mujer. Después del descanso Dios causó un terremoto por
todo el territorio, pero Dios no estaba en el terremoto, causó un gran fuego,
pero Él no estaba en el fuego, causó un tornado y un poderoso viento, pero Dios
no estaba allí, luego un suave silbido, en un susurro apacible y delicado, y
ahí sí estaba Dios, aunque Elías tenía poder contra Jezabel, Dios le mostró el
verdadero poder, la presencia delicada de Dios que no siempre significa terremotos, vientos,
ni fuego, cuando estemos en medio de la depresión y la prueba, debemos
sintonizarnos con el susurro apacible de Dios para avanzar confiadamente y salir del terremoto de lss muchas cosas por hacer.
Jonás estaba
encaprichado, pero Dios le quitó por un momento la calabacera para que pudiera
ver bien toda la ciudad, dándole una nueva perspectiva de su propio egoísmo. Psicológicamente
Dios le dio a cada uno de estos hombres, algo con que reemplazar la
autocompasión egoísta y depresiva. Espiritualmente Dios los amó, los atrajo de nuevo hacía Él,
y los hizo instrumentos de su poder, todo el tiempo Dios los cargaba en sus
brazos y los llevaba en su seno pero ellos veían lo que los rodeaba no al Padre amoroso, atento y cercano.
Dios nos ama
inmensamente y nunca nos desamparará por más depresión que acontezca, aunque
nos neguemos a Él, Dios no se puede negar a nosotros, Él permanece fiel.
Podemos ver que la historia de cada uno de estos siervos de Dios, no terminó en
el valle de la depresión, ellos salieron triunfantes, Aunque ande en valle de sombra de
muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo, tu presencia y tu
palabra me infundirán aliento, Salmos 23:4.
Dios nos da la
provisión no solo espiritual sino total, al mismo tiempo que Dios nos provee, material, física y
psicológicamente, nos ayuda a ser restaurados integralmente. Cuando aceptamos la
provisión espiritual en Cristo lo físico, psicológico y material vienen por añadidura. Estas tres necesidades están ligadas en la vida en el Espíritu. Dios es
el Señor del perdón, de la gracia y de la restauración, nuestro proceso no ha terminado, Dios lo sigue perfeccionando en ti y en mi.
Si estamos
deprimidos, debemos revisar nuestra agenda, quizá alguien se siente muy vació
interiormente porque su agenda está demasiado llena de cosas innecesarias.
Debemos desacelerar nuestro ritmo de vida, sacar tantas actividades para
permitir que Dios nos nos dirija con su amor. Usted puede ayudarse a sí mismo, eliminando algunas
de las responsabilidades, delegar otras y dedicarse al resto, hágalo con calma
y serenidad. Recuerde, Dios nos da suficiente tiempo cada día para hacer
excelentemente lo que Dios quiere que hagamos.
Combata la depresión
quitando la mirada de la gente, de las circunstancias y de sí mismo, trate esto
como pecado, porque es echar a Dios de lado, volvamos a poner los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe, Hebreos 12:2. Miremos con todo nuestro ser el maravilloso
y hermoso rostro de Jesús, repitamos su nombre día tras día, minuto tras minuto.
Digámosle continuamente, Jesús, yo te amo y te pertenezco. Al despertar,
alabémosle, al dormir démosle gracias. Sin Dios no podemos hacer nada que nos
de satisfacción y nos produzca bienestar integral.
Cristo es la vid, nosotros
los pámpanos, entreguémosle a Él toda nuestra vida y cada día de ella.
Sometámonos a Dios y pongamos toda nuestra esperanza en Él, para que vivamos la
vida a través de Él.
La solución de la depresión la vemos en Salmos 40. Léalo, medítelo y aprópiese de sus enseñanzas y
bendiciones para que aprendamos a saber esperar en Dios y actuar a la manera de
Dios, sin quitar nuestros ojos de Él. Permitamos que el Señor nos ame, cuando
no nos sentimos amados ni aceptados. Somos valiosos porque Él nos ama, y nos ama para poder
transformarnos, así que esforcémonos por conócelo cada día más de manera personal, a
través del Hijo.
Escuché este bello mensaje en un momento de gran prueba y depresión, Dios que nos ve y conoce todo lo que nos pasa, me lo permitió oír, me consoló, me ministró, me edificó mucho, me sanó y alentó mi alma. Por eso lo comparto con todos ustedes. Yo fuí primero ministrada y consolada por Dios. Ustedes también lo necesitan. Gloria al Señor Todopoderoso que nunca nos abandona.
Escuché este bello mensaje en un momento de gran prueba y depresión, Dios que nos ve y conoce todo lo que nos pasa, me lo permitió oír, me consoló, me ministró, me edificó mucho, me sanó y alentó mi alma. Por eso lo comparto con todos ustedes. Yo fuí primero ministrada y consolada por Dios. Ustedes también lo necesitan. Gloria al Señor Todopoderoso que nunca nos abandona.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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